lunes, 27 de abril de 2020

EMPEZÁ ESTE LUNES BIEN ARRIBA CON O CORPO. UN CUENTO MARAVILLOSO DE MARCELO RUBIO.


               O CORPO


            El escritor portugués Joao Porto publicó su novela O Corpo, de una forma algo más que original. La obra tenía 132331 palabras y Joao eligió ese número de personas, distribuidas en distintas ciudades del mundo, para tatuar en cada cuerpo una palabra. Leer O Corpo implicaba conocer a 132331 individuos. La editorial, más preocupada por el dinero que por el talento, editó un libro con la dirección de cada uno de los tatuados y sus respectivos nombres, ordenados según correspondía a la lectura. Hay que decir que esa suerte de guía vendió cerca de 300 mil ejemplares, ya que alrededor de 100 mil lo compraron para ver sus nombres y sentirse parte de la literatura mundial, otros 120 mil fueron familiares de estos y 80 mil resultaron lectores desorientados, algunos sorprendidos en su buena fe o, como el caso de Valenti, verdaderos aventureros. Hasta el día de hoy no se conocen datos concretos sobre la posibilidad que alguien haya logrado leer en forma completa O Corpo. Quien más páginas recopiló fue el citado Carlos Arismendi Valenti,  alcanzó la cantidad de 3659 palabras. La cuestión le consumió cerca 10 años, viajó alrededor de un 1.300.000 kilómetros, conoció 125 países, 2832 ciudades. Vio palabras en ancianos, niños, jóvenes; desenterró cadáveres sólo para leer “y”, aguardó bajo aguaceros o soles abrasadores para palabras como “Hoy”, “o”, “casi”. En Estambul estuvo 3 días en la puerta de la casa de una mujer aguardando a que el marido le permitiera mostrar el hombro izquierdo, para leer “sí”. En la India visitó la cárcel de Rajib, y observó “inútilmente” en la espalda de un muchacho detenido por consumo de shilom.
          Anotó todo en su libreta. Contrajo malaria, fiebre amarilla, gripe, pero nada lo detuvo hasta que en Colombia conoció a una mulata pulposa, que en sus pechos llevaba escrito “aquí”. Valenti abandonó todo por esa belleza, dejó de intentar leer O Corpo, guardó su libreta y se dedicó a disfrutar de aquella mujer. Muchos acusan a Valenti de vulgar sexópata, materialista, y se olvidan de la absurda excentricidad de Joao Porto, a quien nadie recuerda por su obra y que murió con la última palabra de su novela tatuada en la frente: “fin”.


Marcelo Rubio es escritor y Licenciado en Comunicación Social. Es autor, entre otras obras, de Lo que trae la niebla y El Cristo roto, ambas comentadas en el blog. Conduce el programa radial Kriminal Mambo por AM 530, los sábados de 16 a 18. 




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