sábado, 25 de abril de 2020

AFTER LIFE. SEGUNDA TEMPORADA. DE RICKY GERVAIS. CUANDO LAS SEGUNDAS PARTES SÍ SON BUENAS.

La primera parte de esta brillante serie me encantó. Como con la segunda, la vi "de una"; todos los episodios seguidos. Está bien, no es una gran hazaña de mi parte; son breves (no llegan a media hora de duración cada uno); son pocos (seis). Los que me leen sabrán que tenía todo para ser la serie ideal. Pero como decía Baltasar Gracián, lo bueno, si breve, dos veces bueno. En After life 2da temporada, se verifica de comienzo a fin el famoso aforismo del escritor jesuita español.
Si no viste la 1ra temporada, ¡hacelo! ¿De qué va? Simple y a la vez tan complejo: un hombre común, sin grandes éxitos ni logros personales. Con excepción de su matrimonio, quebrado por la irrupción de la muerte. A partir de ese momento su mundo se derrumba. Su único lazo con la vida es la perra, que lo obliga a seguir viviendo. Bueno, listo! Ahí te puse en autos sobre el tema de la serie.
La segunda parte continúa en esa línea.
Los "acontecimientos" de los capítulos son sutilezas imperceptibles, cosas insignificantes de la vida del más mediocre de los humanos: idas al cementerio, a trabajar, los diálogos entre los compañeros de trabajo, crisis matrimoniales, y... nuevamente la muerte, pero esta vez, en lugar de ser la artífice del quiebre casi irrecuperable del lazo al mundo, es la maestra hiladora que reteje sorprendentemente esos lazos.

Los personajes son tan bizarros como adorables. Son seres queribles (quizás la mancha más difícil de esquivar sea la del psiquiatra, especie de psicópata perdido). Es muy hermoso el efecto que logra Gervais con un brillante guión: los seres más bizarros se asombran y admiran de lo bizarro en los otros, y de esos momentos brotan los momentos más hilarantes de la serie. Algo así como "el muerto se asusta del degollado", para seguir con los aforismos.
Resumiendo: escrita con brillantez (ironía, humor, ternura, desorientación encuentran en el guión la palabra perfecta - quizás la vea otra vez, sin subtítulos para apreciarla mejor), excelentemente actuada con caracterizaciones que no se desbordan, sólo dan sutiles señales de los procesos emocionales y mentales que atraviesan. Gervais logra vaciar de drama las pequeñas tragedias de las vidas comunes, y ese pase mágico, lo deja a las puertas de un humor exquisito, usado en dosis justas. 
Lo que más destaco, empero y más allá de todas las enormes cualidades que encontré en esta serie, es que hay una apuesta al lazo, al contacto con los otros, y al uso de la palabra como puente para lograrlo, en un pueblo que no acostumbra "tocar" a los otros. Por ejemplo, para dar un pésame alcanza con decir "Lo siento", a un metro de distancia, como si se hubieran anticipado siglos a la pandemia que nos azota hoy.
After life no sólo no verifica aquello de que las segundas partes nunca fueron buenas, sino que ya me puso a pensar y a esperar la tercera temporada. Y cuando eso suceda, me habrá hecho romper otra vez  mi principio que reza que veré series que tengan sólo una temporada. 

2 comentarios:

  1. Me hago de tus palabras para con esta serie... Yo no sentí lo mismo respecto de que "segundas partes..., etc. etc.". Para mí redondeo lo que asentó en la primera temporada. Me sensibilizó mucho esta serie debido a que trata el puto cáncer con un dejo de humanidad sin lágrimas... aunque el protagonista las tenga puestas encima. El humor y la comedia inglesa (creo que sucede en algún pueblo ¿imaginario?-Tambury- Hemel Hempstead -Googleado- a unos 40 kilomtros de Londres) son tan pero tan de lo mejor de los ingleses que si bien todos los personajes son patéticamente entre tristes y absurdos, sin que por ello uno termine especialmente "triste" al ver cada capítulo. Coincido contigo que ni bien haya 3ra. temporada, ahí estaré con mi control- remoto y mi culo apoyado en el sillón! Y ole!

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  2. Eso! Olé! A mí me encantó. Y no hace tanto que vi la primera, como para aducir olvido. En relación a la baja calidad de los productos que en general ofrece netfx, creo que es imperdible.

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