martes, 27 de abril de 2021

ESTUDIOS Y FRAGMENTOS SOBRE EL SUEÑO. PAUL VALÉRY. FREUD Y LACAN CON VALÉRY.

"El sueño está más acá de la voluntad, y no obtenemos nada por la voluntad desde el umbral del sueño. Todas las facilidades, todos los impedimentos están cambiados de lugar: las puertas son paredes y las paredes son de gasa. Hay nombres conocidos para personas desconocidas. Lo que constituiría lo absurdo de tales cosas duerme. Es absurdo caminar sobre las manos; pero si ya no tenemos piernas y se impone un desplazamiento, es preciso hacerlo.
Hay una mezcla íntima de lo verdadero y lo falso. Es cierto que me asfixio; es falso que un león me oprime. Algo falso (hice una ópera) recuerda algo verdadero (no sé música). Pero no todo lo verdadero. Confusión. Es lo inextricable o lo indivisible de dicha mezcla lo que es típico del sueño. 
En el sueño, actúo sin querer; quiero sin poder; sé sin haber visto nunca, antes de haber visto; veo sin prever. 
Lo extraño no es que resulten desconcertadas algunas funciones, sino que entran en juego en ese estado. 
Lo falso o lo arbitrario es la función natural del pensamiento por sí solo. La noción de verdad, de lo real, implica un desdoblamiento. Para pensar útilmente hay que confundir a la vez la imagen con su objeto y no obstante estar siempre dispuesto (vigilare) a reconocer que esa identidad aparente de cosas muy disimiles no es más que un medio provisorio, un uso de lo inacabado. Es porque los confundo que puedo pensar en actuar, y porque no los confundo puedo actuar. Lo real es aquello de lo que no podemos despertarnos, aquello de donde no me saca ningún movimiento, sino que todo movimiento lo refuerza, reproduce, regenera. Lo no-real, por el contrario, surge proporcionalmente a la inmovilización parcial. (Nótese que la atención y el dormir no están muy alejados). La fijeza engendra lo falso. La atención no deja de hacerlo cuando excede determinado punto".
 

ULISES DE JAMES JOYCE, PARA PEREZOSOS. ULYSSES BY JAMES JOYCE, FOR LAZY PEOPLE.

Mientras se va gestando el curso que voy a dar en mayo, el de la ilustración de abajo (escriban por info a talleresburak@gmail.com) comparto lo que sigue. 

 

En una de las páginas sobre Joyce que sigo, alguien tuvo la ingeniosa idea de pedir resumir en pocas líneas de qué trata la mejor novela que jamás se haya escrito, Ulises. 

De modo que aprovecho que al parecer mi respuesta le gustó (o quizá solo estaba siendo amable, o sarcástico, vaya uno a saber), y la comparto con ustedes. En formato bilingüe. Mi respuesta fue escrita en origen, en inglés. Ahí va! Me disculpo si hay algún error en el texto. 

"An anti-hero, Leopold, is sure that his wife will cheat on him with her artistic manager. He doesn't now what to do with that, neither with her. He's still dueling his little boy Rudy, who died 11 days after birth, so he is not much of a latin lover.

He walks during the day around Dublin, where nothing of mankind is left behind in his walking. He returns late at night to his wife, hoping a new beginning is possible for them". 

Yes!


Es decir: " Un antihéroe, Leopold, está seguro de que su mujer lo va a engañar con su representante artístico. No sabe bien qué hacer con eso, ni tampoco con ella. Aún atraviesa el duelo por su hijito Rudy, muerto a los 11 días de nacido, por lo que él no es lo que se dice un amante latino. Camina durante un día por Dublín, donde nada de lo humano queda de lado mientras que dura la caminata. Vuelve tarde a la noche a su casa y a su mujer, deseando que un nuevo comienzo sea posible para ellos". 

Sí! 


jueves, 22 de abril de 2021

22 DE ABRIL. DÍA INTERNACIONAL DE LA MADRE TIERRA. LOS RÍOS PROFUNDOS DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS.

  Quise rendir mi homenaje a este día (instituido como tal en 2009) comentándoles sobre el gran autor peruano José María Arguedas y su majestuosa Los ríos profundos, que junto con Nanina de Germán García y Retrato del artista adolescente de James Joyce, forma parte de las novelas de formación más intensas, innovadoras y profundas que haya leído.
 
Arguedas fue escritor y antropólogo, nacido en 1911. Se suicida en 1969. En esta novela, plasma en la vida del protagonista con un lirismo que deslumbra, su amor por el mundo mítico del pueblo quechua, por su lengua, su cosmovisión y su música
 La historia, con ineludibles resonancias autobiográficas de orfandad y duelo, narra el conflicto del adolescente Ernesto por el afecto que siente por los indios que lo han criado, y su pertenencia a la clase acomodada del Perú, que lo lleva a un internado en el crecerá a fuerza de violencia, el rigor y la hipocresía de los religiosos, y el racismo, encontrando sólo en la naturaleza y la veneración hacia ella, el refugio de su alma. 

Comparto con ustedes, algunos párrafos de esta bellísima e intensa novela.

"Acompañando en voz baja la melodía de las canciones, me acordaba de los campos y las piedras, de la plazas y los templos, de los pequeños ríos adonde fui feliz".
"(...) Los ríos fueron siempre míos; los arbustos que crecen en las faldas de las montañas, aun las casas de los pequeños pueblos, con su tejado rojo cruzado de rayas de cal; los campos azules de alfalfa, las adoradas pampas de maíz. Pero a la hora en que volvía de aquel patio, al anochecer, se desprendía de mis ojos la maternal imagen del mundo. Y llegada la noche, la soledad, mi aislamiento, seguían creciendo. Estaba rodeado de niños de mi edad y de la otra gente, pero el gran dormitorio era más temible y desolado que el valle profundo de Los Molinos donde una vez quedé abandonado, cuando perseguían a mi padre. 
El valle de Los Molinos era una especie de precipicio, en cuyo fondo corría un río pequeño, entre inmensas piedras erizadas de arbustos. El agua bullía bajo las piedras. En los remansos, casi ocultos bajo la sombra de las rocas, nadaban, como agujas, unos peces plateados y veloces. (...) La tierra era amarilla y ligosa. En los meses de lluvia el camino quedaba cerrado; en el barro amarillo resbalaban hasta las cabras cerriles. El sol llegaba tarde y desaparecía poco después del mediodía; iba subiendo por las faldas rocosas del valle, elevándose lentamente como un líquido tibio. Así, mientras las cumbres permanecían iluminadas, el valle de Los Molinos quedaba en la sombra. 
En esa quebrada viví abandonado durante varios meses; lloraba a gritos en las noches; deseaba irme, pero temía al camino, a la sombra de los trechos horadados en la roca, y a esa angosta senda, apenas dibujada en la tierra amarilla que en la oscuridad nocturna, parecía guardar una luz opaca, blanda y cegadora. (...)
Lo recordaba, lo recordaba y revivía en los instantes de gran soledad; pero lo que sentía durante aquellas noches del internado, era espanto, no como si hubiera vuelto a caer en el valle triste y aislado de Los Molinos, sino en un abismo de hiel, cada vez más hondo y extenso, donde no podía llegar ninguna voz, ningún aliento del rumoroso mundo. (...)
El puente del Pachachaca fue construido por los españoles. Tiene dos ojos altos, sostenidos por bases de cal y canto, tan poderosos como el río. Los contrafuertes que canalizan las aguas están prendidos en las rocas, y obligan al río a marchar bullendo, doblándose en corrientes forzadas. Sobre las columnas de los arcos, el río choca y se parte; se eleva el agua lamiendo el muro, pretendiendo escalarlo, y se lanza luego en los ojos del puente. Al atardecer, el agua que salta de las columnas, forma arcoiris fugaces que giran con el viento. 
Yo no sabía si amaba más al puente o al río. Pero ambos despejaban mi alma, la inundaban de fortaleza y de heroicos sueños. Se borraban de mi mente todas las imágenes plañideras, las dudas y los malos recuerdos. (...)
¡Sí! Había que ser como ese río imperturbable y cristalino, como sus aguas vencedoras. ¡Como tú, río Pachachaca! (...)
¿Por qué, en  los ríos profundos, en estos abismos de rocas, de arbustos y sol, el tono de las canciones era dulce, siendo bravío el torrente poderoso de las aguas, teniendo los precipicios ese semblante aterrador? Quizá porque en esas rocas, flores pequeñas, tiernísimas, juegan con el aire, y porque la corriente atronadora del gran río va entre flores y enredaderas donde los pájaros son alegres y dichosos, más que en ninguna otra región del mundo. (...)
¡Quién puede ser capaz de señalar los límites que median entre lo heroico y el hielo de la gran tristeza?"

martes, 20 de abril de 2021

TRAS LAS HUELLAS DE JAMES JOYCE. Marcas de lectura en Borges y Piglia.

 https://burakrevista.tumblr.com/post/649000695093215232/las-huellas-de-james-joyce-leonor-curti

La propuesta te acercará a descubrir en dos grandes de nuestra literatura y en la de habla hispana en general, Jorge Luis Borges y Ricardo Piglia, las huellas de lectura del gran escritor irlandés James Joyce, que subvirtió los géneros, las perspectivas de la narración, y el concepto de lectura, a mediados del siglo XX. 


viernes, 16 de abril de 2021

EL ARTE DE CALLAR. ABATE DINOUART. PARIS 1771.


“ Primer principio: nunca se debe dejar de contener la pluma, si no se tiene algo más valioso que escribir que el silencio. 

(...) 


Séptimo principio: cuando se tiene algo importante que escribir, debe prestársele una atención particular. Hay que pensar a menudo en ello y, tras esas reflexiones, volver a pensarlo todo de nuevo para no tener motivo de arrepentirse, cuando uno ya no es dueño de retener lo que ha escrito. 
“Lo escrito, escrito queda”. Las palabras pasan, se les da la vuelta,se las cambia, se las suaviza; pero la escritura no tolera semejantes alteraciones. (...) Uno es dueño de pensar; pero no lo es de los pensamientos escritos y entregados al lector”.

miércoles, 14 de abril de 2021

LA PROFUNDIDAD EN EL PUDOR. SÓCRATES-ALCIBÍADES EN EL BANQUETE DE PLATÓN. EROS, DEMONIO MEDIADOR DE GIOVANNI REALE Y MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL DE NIETZSCHE.

"(...) en la relación de las máscaras Sócrates-Alcibíades representó, de forma velada, precisamente aquello que íntimamente concebía como más valioso. 
Aquí vale, más que nunca, lo que Nietzsche nos dijo y conviene releer: "Yo podría imaginarme que un hombre que tuviera que ocultar algo precioso y frágil rodase por la vida grueso y redondo como un verde y viejo tonel de vino, de pesados aros: la sutileza de su pudor así lo quiere. A un hombre que posea profundidad en el pudor, también sus destinos, así como sus decisiones delicadas, le salen al encuentro en caminos a los cuales pocos llegan alguna vez y cuya existencia no les es lícito conocer ni a sus más próximos e íntimos: a los ojos de éstos queda oculto el peligro que corre su vida, así como también su reconquistada seguridad vital. Semejante [hombre] escondido, que por instinto emplea el hablar para callar y silenciar, y que es inagotable en escapar a la comunicación, quiere y procura que sea una máscara de él la que circule en lugar suyo por los corazones y cabezas de sus amigos (...). Todo lo que es profundo ama la máscara, no encontraría confirmación más significativa y modo mejor de ejemplarizarla que esta obra maestra, en la que Platón festeja, desvelando la naturaleza de Eros y sus efectos, la gran victoria de Sócrates en liza con los poetas, y celebra, por lo tanto, la gran fiesta del filósofo, con el espléndido juego de las máscaras que pasan". 


 
 

domingo, 11 de abril de 2021

ORIENTARSE EN LAS MAREAS DE LAS AGUAS DEL DOLOR DE EXISTIR. EL CASO MIKE de GUSTAVO DESSAL. Interzona Editora 2020.


 Ricardo Piglia gustaba de comparar al psicoanalista con el narrador. Imagino yo que en especial pensaba en el novelista, que es el que se la juega en el mar del lenguaje, sin desconocer los abismos de la lengua que subyacen en su lecho: los vislumbra, sabe de su existencia. Sólo ocasionalmente se aventura a ir más profundo que lo que puede imaginarse, y mientras tanto se mantiene a flote, bracea en esa extensión en apariencia infinita, hasta que logrando una orientación, su obra va configurando los límites propios. Sabe a posteriori, con la obra terminada, que ha podido nadar, pero no puede asegurar ni anticipar que podrá volver a hacerlo.

Los psicoanalistas, por su parte,  serían aquellos que se ocupan de mantener a flote a sujetos que buscan de distintas maneras hundirse todo el tiempo en el sufrimiento. Ahogarse en su goce, agrego.

El autor de El caso Mike, además de saber de estilos, de dosificación de esfuerzo narrativo, de información y de intensidades, ¡es psicoanalista! Por ello, estamos en presencia de un “gran nadador”: Gustavo Dessal.

 ¿Cómo comentar el libro sin revelar el misterio que se va tejiendo con arte y paciencia; sin anticipar el secreto alrededor del que se ordena un puzzle que en una amplificación imparable,  pareciera no tener bordes?

Mike Benítez nació en Boston pero es de familia portorriqueña. A pesar de los guiños en la narración que nos hacen pensar que estamos entrando en una sociedad multicultural y plural, Mike da cuenta de que eso no es más que una ilusión, un simulacro. Es un hombre fornido, fuerte, de raza negra, un chamaco con una enigmática frase tatuada en su cuerpo, que se lanza desnudo y con un grado de terror importante, a una carrera nocturna frenética, sin destino aparente, hasta ir a estrellar su cabeza contra la vidriera de un negocio de ropa deportiva de primera marca. Herido, es asistido e internado, y es cuando es derivado al Dr Palmer, psiquiatra y psicoanalista en el hospital Solomon Carter de Boston. En el primer encuentro que tienen, Mike esboza con sus dichos la fina cornisa por la que caminará Palmer durante toda la novela, llevado tanto por la preocupación por la vida de su paciente, como por la intriga que va generándole la historia que irá contándole ese hombre dejado de la mano de dios: ¿lo que Mike cuenta es su delirio, el tejido metabólico de su esquizofrenia paranoide, o es un hecho de la realidad tan verosímil como la salida del sol cada mañana? Mike está loco, pero ¿lo que dice estar atravesando, es una locura?

Mike es un habitante del ultra mundo virtual, un hacker. Algo en su vida “profesional” se ha salido de carril y ahora corre peligro. Una nota con una amenaza velada envolviendo una bala será “el disparador” de la intriga que recorre con maestría la novela. La leí en un día, simplemente porque no me soltaba. No podía dejar de leerla. Esa es una de las caras del talento de Gustavo Dessal: un gran manejo de la información y del suspenso que tiene en vilo al lector. Otra de esas caras de su talento narrativo es plasmar en los modos de hablar de los personajes, aquellos rasgos y experiencias encarnadas que aquellos mismos a veces, no saben que portan.

El Dr Palmer no puede absorber por completo lo que el “navegante solitario” Mike cuenta y calla, dice y sugiere. Es entonces cuando a su perspicaz, atenta y chispeante asistente Beth, se suma el inefable juez Benjamin Casttan, que conforma junto con el psicoanalista devenido detective, una suerte de dupla al estilo Quijote-Sancho, o quizá Holmes-Watson,  que genera momentos deliciosos en el relato; situaciones llenas de humor, ironía, profunda reflexión e incluso cuestionamientos éticos. Serán inseparables, en general frente a platos suculentos y brebajes deliciosos, en el fin de esclarecer el caso, y el juez será útil en abrir puertas y dar acceso a informaciones a las que el Dr Palmer no podría acceder de otro modo.

Hay por supuesto en el caso de Mike, una familia: una madre, María y dos hermanos menores mellizos, Bobby y Nelson. Bastará que el Dr Palmer comience a hablar con cada uno de ellos para que la inconsistencia, lo disfuncional y sobre todo lo siniestro y terrorífico de esa familia aflore. “(…) los seres humanos nadamos en el dolor. Una suerte de tropismo letal nos empuja una y otra vez a lo que más deberíamos evitar. Somos criaturas desorientadas, refractarias a la sabiduría de la experiencia”.

Integrada por habitantes de submundos raciales, laborales, culturales y económicos, la familia es como una bomba presurizadora que funciona mal: la presión lejos de hacer que las cosas fluyan, implosiona, revienta hacia adentro hiriendo de manera fatal a sus integrantes, aunque no de la misma manera a cada uno. El argumento irá conformando zonas de sentido dentro de ese puzzle, en apariencia sin bordes, que involucra a cada uno de sus miembros. Habrá muertes sospechosas, suicidios fallidos, ausencias prolongadas, recelos y odios enquistados; pocas calamidades parecen haberse quedado fuera de las puertas del tugurio que habitan esa mujer y  sus tres hijos (de distintos padres: Mike con un hombre, los mellizos con otro; en ninguno de los dos casos, un padre para esos chicos).

En una suerte de road-movie virtual habrá otros participantes (Vlad, Brenda) que aportarán lo suyo para enriquecer la trama y avanzar en el esclarecimiento del caso.

La novela reproduce en su estructura la de aquello que se está contando: piezas sueltas que el Dr Palmer y el lector yendo detrás de él, irán armando. La trama no deja cabos sueltos, y no será sino hasta el final que se resolverá el misterio de Mike y algún respiro brotará tanto para los personajes como para el lector: el puzzle tenía límites, sólo que era devastador saber sobre ellos, encontrarse con eso: abusos, violencia, desamor, relaciones tóxicas y miedo. Era imprescindible un psicoanalista que tejiera los hilos invisibles que unían las piezas. Algo de la producción de esos límites-saber traerá alivio al dolor de existir de Mike, no sin el Dr. Palmer. No alcanza con saber; hay que producir algo nuevo con ese saber, que de otro modo, se torna nocivo y estéril.

La novela es un gran thriller psicológico, enmarcada en la tradición de la novela negra. Eso en cuanto a lo literario.

 

En busca del ente poético.

Pero la novela es más que eso. Es la puesta a cielo abierto de las nuevas subjetividades, de las nuevas maneras de la soledad (tanto física como discursiva) que azotan al ser humano: además de ocuparse de Mike, el Dr Palmer recibe a muchos otros pacientes, y el relato nos deja atisbar en sus vidas, en sus sufrimientos, en sus fantasías más íntimas e inconfesables, con prudencia y pudor. ¿Serán ellos los restos de un sistema impiadoso, que generó una guerra solapada, indescifrable para gran parte de la humanidad, pero que necesita de esos seres anónimos para mantenerse en funcionamiento? ¿O serán productos de una era que rechaza el cuerpo, la sexualidad y los lazos, para fomentar las satisfacciones solitarias e hipnóticas que los gadgets u objetos de la tecnología ofrecen? Difícil arribar de manera categórica a una conclusión de validez universal: siempre estará en juego la subjetividad del ser hablante en cuestión.

El Dr Palmer se deja enseñar por la experiencia y por lo que el sujeto que se le dirige puede esbozar como novedoso, intrigante o desconocido, a la vez que atraviesa también sus dolores, sus duelos, y rearma de una manera nueva, una familia posible para sí. Ya se trate de que pensemos en la escritura o en el psicoanálisis: con ambos se trata de hacer algo con el dolor de existir. Y Gustavo Dessal lo sabe.

Encontré en la novela, además de una resonancia inevitable con Los siete locos de Roberto Arlt, ecos de Eichmann en Jerusalén de Hannah Arendt, su teoría de la banalidad del mal y una referencia para mí ineludible con la siniestra teoría de la Obediencia debida: en un mundo en el que “(…) Es imposible escapar. Nadie puede. Ni usted, ni yo, ni el presidente de los Estados Unidos”.

El mecanismo pone en funcionamiento cadenas de eslabones donde nadie sabe muy bien para quién trabaja, ni cuál será la finalidad de lo que se le pide hacer; simplemente y fuera de toda reflexión ética, cada uno labra su pequeña parcela del mecanismo, ignorando qué clase de monstruosidad se producirá al componer todas las piezas juntas. Ignorándolo y también, hay que decir, prescindiendo de hacerse preguntas, algo que hay que evitar a toda costa para que la cosa siga en marcha. Lo fundamental será hacer bien el trabajo, cumplir. “(…) apenas soy una pieza en un engranaje monstruoso”. “(…) El sistema no tiene cabeza ni cola, ni control de mandos centralizado. (…) sino que está repartido por todas partes, fragmentado, dispersado… (…) nadie se libra de su dominio, ni siquiera los que creen dominarlo”.

La guerra actual se libra con armas tanto más poderosas que las de antaño: algoritmos.  En el mundo de “La Memoria Total”, donde nada se pierde, nada se olvida en el afán de almacenar el infinito, dominar y ejecutar algoritmos en tiempo y forma puede derrumbar la seguridad de un país en cuestión de minutos, como lo hicieron las bombas y las invasiones a lo largo de la historia. Ésta última  sigue dando muestras de que lo peor de la raza humana siempre es capaz de expresarse en toda su magnitud, aunque sus disfraces y sus modalidades cambien o se vuelvan sofisticados y alambicados, signos de poder e incluso manifestaciones pseudo-glamourosas del consumismo.

Sin embargo, a modo del tronco que puede evitar que nos hundamos y nos ahoguemos en el mar de los seres desorientados, inteligentes pero vacíos, no hay que olvidar, y la novela se encarga de recordarlo varias veces, que  los algoritmos nada pueden anticipar sobre los efectos que las palabras causan en el cuerpo de los humanos, en esos seres que son “(…) Poesía encarnada en el misterio del cuerpo vivo. Un ente poético semejante es intraducible al idioma de los algoritmos, y eso supone un problema, porque es un obstáculo al progreso, al mercado de acciones, a la política, a las farmacéuticas, a los laboratorios, a la cibernética. Un ente poético es algo que se no se lleva bien con ningún protocolo de evaluación”.

Ese es quizá, el lugar privilegiado al que estén llamados el psicoanálisis y el psicoanalista: el de hacer surgir en cada sujeto que sufre, su ente poético singular. Con los límites que tanto la época como el sujeto en cuestión impongan. El Dr Palmer está advertido de eso: no hay magia posible. Se trata de hacer algo nuevo con lo que haya.

En la presentación de su novela en España, Gustavo Dessal nos confió que El caso Mike le había implicado tal trabajo de investigación, que bajo su impronta decidió reunir en otro libro todo ese material. Así nació Inconciente 3.0 Lo que hacemos con las tecnologías y lo que las tecnologías hacen con nosotros. Encontrarás el comentario correspondiente aquí:  https://leonorcurtilibros.blogspot.com/2020/06/inconsciente-30-lo-que-hacemos-con-las.html

De este modo, si ambos libros fueran canciones y yo tuviera que decidir cuál sería la cara A del single, tendría un problema. No puedo más que decir que lean los dos. No es imprescindible ser psicoanalista para disfrutarlos. Basta con querer gozar de una escritura inspirada y contar con ganas de sorprenderse. El caso Mike, como plus, está impreso en edición de tapa dura, hermoso interior y encuadernación de lujo. No se lo pierdan. 

 

miércoles, 7 de abril de 2021

POÉTICA DE LA DESAZÓN. CONFIGURACIÓN DE LA ÚLTIMA ORILLA. DE MICHEL HOUELLEBECQ.

 

En la mañana, casta y tranquila, 

La esperanza que pende sobre la ciudad

Sopesa si va a alcanzar a los hombres.


(Cierta clase de alegría

En mitad de la noche

Resulta preciosa) 

Dans le matin, chaste et tranquile,/ L´espoir suspendu sur la ville/ Hésite a rejoindre les hommes.// (Une certaine qualité de joie/ Au milieu de la nuit/ Est précieuse.) 


En la contradicción que inunda nuestra mañana

Respiramos, es cierto, y el cielo está apasible;

Pero ya no creemos que la vida sea posible,

Ya no tenemos la impresión de ser humanos. 


La infancia se ha acabado, se han repartido las cartas;

A fuerza de costumbre y de renuncia,

Hemos ahogado los gritos de la pasión; 

Nos encaminamos hacia el fin de la partida.


El polvo se arremolina sobre el suelo gris, moviente;

Un golpe de viento surge y purifica el espacio.

Hemos querido vivir, quedan trazas de ello;

Nuestros cuerpos aletargados se suspenden a la espera. 


Dans la contradiction qui remplit son matins/ Nous respirons, c´est vrai, et le ciel est paisible; /Mais nous ne coryons plus que la vie soit possible, / Nous n´avons plus vraiment l´impression d´etre humains. // L´enfance est terminée, les jeux son répartis; /A force d´habitude et de renonciation, /Nous avons étouffé les cris de la passion;/ Nous nous acheminons vers la fin de partie.// La poussiere tournoie sur le sol gris, mouvante; / Un coup de vent surgit et purifie l´espace./ Nous avons voulu vivre, il en reste des traces; /Nous corps au ralenti sont figés dans l´attente. 


Cuando haya que dejar este mundo

Haz que sea en tu presencia

Haz que en mis últimos segundos

Te mire con confianza


Tierno animal de senos turbadores

Que sostengo en el hueco de mi mano; 

Cierro los ojos: tu cuerpo blanco

Es el límite del reino. 


Lorsqu´il faudra quitter ce monde/ Fais que ce soit en ta présence/ Fais qu´en mes ultimes secondes/ Je te regarde avec confiance// Tendre animal aux seins troublants/ Que je tiens au creux de mes paumes; /Je ferme les yeux: ton corps blanc/ Es la limite du royaume. 


sábado, 3 de abril de 2021

Una no-recomendación. Rebellion. Serie de Netflix. MEJOR, LEER A JOYCE.

¿Qué hace esta serie comentada en mi blog?

Fue todo un proceso. 

Al comienzo pensé en recomendarla. Con la idea de acercarse a la Irlanda que gestó el autoexilio de James Joyce. Entonces dije: Leo, podés recomendarla diciendo que mirándola se podría tener un acercamiento al sopor, al tedio y al aburrimiento que su país le provocara al célebre escritor. Así como a la impotencia, la furia y el rechazo que sus compatriotas le generaban. Pero mejor, no. 

Después, y no mucho después, promediando el final del segundo capítulo de la primera temporada, pensé en comentarla sin entusiasmo, sí, sí, puedo hacer eso; este blog es mi casa y en la casa propia se pueden hacer esas cosas. 

Pensé algo así como: Rebellion: ni sí, ni no, ni blanco ni negro... Es decir, lo dejo a tu criterio. 

¿De qué va?

Ya les di una pista fundamental: se trata del levantamiento del partido de la resistencia independentista irlandesa, el Sinn Féin, traducido al inglés como "We ourselves", que en castellaño sería algo así como "Nosotros, nosotros mismos", nombrado con femenino desparpajo y no sin cierta ironía por Molly Bloom en su célebre monólogo final de Ulises, como el Sinner (pecador) Féin.

Vamos a la serie: se supone que es histórica; trata la rebelión de pascuas de 1916 de los irlandeses contra la monarquía inglesa. Irlanda había tenido intentos anteriores de lograr su independencia del rey de Inglaterra. Parnell había sido el líder del movimiento que no llegó a mayores: a pesar de su participación durante años en la política y de su capacidad de liderar un movimiento que lograra un gobierno autónomo para Irlanda, cayó en desgracia debido a su unión con Kathy O´Shea, su pareja, que aún estaba legalmente casada con otro hombre. A pesar de casarse finalmente con Kathy, su vida entró en un declive imparable, que culminó con su temprana muerte. Los irlandeses eran tozudamente católicos, y ese sesgo fue el que marcó el camino hacia el final desgraciado del líder. La historia de Parnell brindará las llamas en las que Joyce fraguará muchas de las frases más inolvidables de su novela Ulises y de las historias de Dubliners. 

Muerto Parnell, pasados algunos años, será con el Sinn Féin que se gestará el alzamiento de Pascuas, que una vez más, no resultará bien para Irlanda. 

La serie se ocupa de esta temática con toques de colores previsibles: la chica irlandesa de familia rica será "convenida" en matrimonio con un miembro del ejército irlandés que brinda servicios a la corona británica, a pesar de sus sentimientos independentistas y de autonomía, y de su colaboración política y sensual-sentimental con el chico irlandés pobre, líder del levantamiento.

La chica irlandesa que es secretaria-amante de su jefe casado inglés; el soldado que vuelve a su hogar pobre y del que había estado ausente por luchar las guerras de los ingleses, y encuentra cosas que le desagradan, aunque a su abandonada esposa, no tanto... 

Bueno, un abanico variopinto de cosas previsibles, de las que no se sale a salvo a pesar del planteamiento histórico de la serie, que apenas se esboza. Promediando el segundo capítulo, pensé que los personajes podrían haber sido escritos a partir de un refrito caricaturesco de los personajes y las escenas de Dubliners de Joyce... Esos cuentos plasman lo mortífera y oscurantista que Irlanda le resultaba al hombre que subvirtió la idea sobre qué es escribir, y qué es leer a mediados del siglo pasado. 

Culmino de este modo esta no-recomendación diciendo que para saber cómo era la Irlanda que Joyce quiso abandonar, para inventarse una nueva, otra, una Irlanda que a través de sus libros sí pudiera amar, mejor leer a Joyce. 

 Es lo que yo haré. Otra vez.