domingo, 27 de junio de 2021

JUARROZ POR TRES PARA ESTA TARDE INCLEMENTE DE DOMINGO. SEXTA Y SÉPTIMA POESÍA VERTICAL.

10.


 Crear algunas palabras para no decir, 

tan sólo contemplarlas

como si fueran rostros

de recién nacidas criaturas del abismo.


Crear esas palabras

con la exaltada gratuidad

de un fuego que no va a ser utilizado

y que sólo arderá como un espejo hipnótico

de nuestra propia gratuidad fundamental.


Crear esas palabras 

únicamente para que el juego continúe

 como si cierto mar que no existe                                                                    

 esperara a la vez

ciertos peces que no existen

y ciertas olas que sin embargo existen.                                                                      


                                                                   

9.

Toda palabra llama a otra palabra.

Toda palabra es un imán verbal,

un polo de atracción variable

que inaugura  siempre nuevas constelaciones.


Una palabra es todo el lenguaje,

pero es también la fundación

de todas las transgresiones del lenguaje,

la base donde se afirma siempre un antilenguaje.


Una palabra es todavía el hombre.

Dos palabras son ya el abismo.

Una palabra puede abrir una puerta.

Dos palabras la borran. 




112.

Inventar el regreso del mundo

después de su desaparición.

E inventar un regreso a ese mundo

desde nuestra desaparición. 

Y reunir las dos memorias,

para juntar todos los detalles.


Hay que ponerle pruebas al infinito,

para ver si resiste. 









jueves, 24 de junio de 2021

LIBRO DEL DESASOSIEGO. FERNANDO PESSOA. EL ESPECTÁCULO DEL MUNDO, SOÑADO ENTRE SOMBRAS Y OLVIDO.



 "Cuanto más contemplo el espectáculo del mundo, y el flujo y el reflujo de la mutación de las cosas, más profundamente me identifico con la ficción congénita de todo, con el prestigio falso de la pompa de todas las realidades. Y en esta contemplación, que a cuantos reflexionan alguna vez les habrá acaecido, la marcha multicolor de las costumbres y las modas, el camino complejo de los progresos y de las civilizaciones, la confusión grandiosa de los imperios y de las culturas-todo eso se me aparece como un mito y una ficción, soñado entre sombras y olvidos. Pero no sé si la definición suprema de todos esos propósitos muertos, incluso cuando han sido logrados, debe estar en la abdicación extática del Buda que, al comprender el vacío de las cosas, se alzó de su éxtasis diciendo "Ya lo sé todo", o en la indiferencia demasiado experta del emperador Severo: "Omnia fui, nihil expedit- Lo fui todo, nada vale la pena". 

viernes, 18 de junio de 2021

FESTEJO DEL BLOOMSDAY. !BONUS TRACK! EL NUDO JOYCE por JAVIER ARAMBURU. DE EL DESEO DEL ANALISTA. EDITORIAL TRES HACHES.


Hace algunas semanas tuve la fortuna de volver a recorrer las páginas de El deseo del analista, libro póstumo del psicoanalista argentino Javier Aramburu, en el que tuve el orgullo de tener, aunque más no fuera, una mínima participación.
 
Hablo de fortuna porque reviví el pensamiento luminoso y siempre propio de Javier.
 
Esta semana festejé con ustedes el Bloomsday, con el NUDO DE ULISES. según mi intuición y mis lecturas, Lacan descubre en la obra joyceana una suerte de metabolización del goce por medio de la práctica de la escritura y de un hacer con la lengua, dándose cuenta de que ese descubrimiento abría una perspectiva absolutamente novedosa para la práctica del psicoanálisis: la de que se pudiera alcanzar un fin, un final que implicara para el que atravesaba la experiencia, un nuevo lazo al cuerpo, a la lengua, y a la imagen, dejando atrás las significaciones y los sentidos recurrentes, fabricados con el material de lenguaje del Otro. Nada más alejado de que los analistas devinieran expertos en anudamientos y de las ciencias duras. Más bien, se tratará del forzamiento que lleva a cabo la poesía sobre la materialidad del lenguaje, habitando el campo sonoro y fuera de sentido de la lengua. 

Quiero compartir ahora, partes del artículo NUEVO NUDO-AMOR de Javier Aramburu, incluido en el        libro mencionado más arriba. 


"(...) ¿Cómo es ese nudo Joyce? Decíamos, marcha a ese punto donde el psicoanálisis se detiene: Joyce allí está solo, en el punto donde el Otro está barrado, y en ese punto o se sucumbe o se crea. 
Para Joyce el poeta se hace, no nace, no es un don, un saber del Otro, recibido del Otro. Él no cree que el texto esté ya dado como sentido por la Iglesia o el Estado, o aun como enigma por el Oráculo. Dante llevado a ese punto por un fugaz mirada, cree aún en Beatriz. El Otro de Dante tiene más existencia que el Otro de Joyce. No es Emma, esa histérica bobalicona, tampoco Amalia, la que representa para Joyce la causa perdida de su nuevo amor.. (...) Amalia es para Joyce un homenaje a Dante. Éste no deja de producir en su significación vacía, un sentido nuevo. Nombre nuevo para un nuevo amor que se temporaliza, ya Dios también habla italiano. 
En Joyce hay tiempo de creación sin continuidad. No trata de eternizar el instante, de vencer la muerte, de hacer eterno lo evasivo de una mirada, de alcanzar a Dios en la figura de Beatriz. 
(...) Él se hizo artífice de las palabras, letra a letra, como los cabalistas, él trabajaba con los restos del Otro en el que no quería creer. (...) Él des-hizo los valores comunes, alimenticios, como dice refiriéndose a Cranly, del idioma, su utilidad institucional. Su trabajo fue descomponer, atomizar, es su respuesta a lo que en el Otro del lenguaje figura como mensaje a descifrar. Pero sin que ese trabajo sobre la lengua lo despedazara a él. Al contrario, él encuentra su ser de artífice en ese descomponer, tratar los restos de un lenguaje que no eterniza al creador. 
Si Joyce es el artífice, no es menos su efecto; hay goce en ello. Si no es inocente es porque ocupa su carne. Sin duda el héroe no es el de las novelas de acción; su acto es en el lenguaje. Pero la diferencia no es ésta, ésta nos lleva a otra: no hay moraleja, no hay predicación, no hay anuncio de otro hombre, ni siquiera superhombre. Lo que transforma es el goce, no hay martirio. (...) la literatura siempre remitió a la literatura sólo que con Joyce ésta se hace con letra de goce. Todo lo contrario del formalismo del arte por el arte, no es frivolidad literaria, se hace carne de goce, revela su letra de goce: saber real". 




¡¡Me asombra mucho que todo esto haya sido dicho en una conferencia por Javier allá por 1991!!

¡FELIZ BLOOMSDAY PARA TODOS! 
 

lunes, 14 de junio de 2021

POEMA PARA LUNES ENTRE EL HORIZONTE Y EL CERO. POESÍA NO COMPLETA DE WISLAWA SZYMBORSKA.


Sigo con esta increíble poeta polaca, que me hace pensar no que ella hubiera leído a Lacan, sino que Lacan poseía... cómo expresarlo... una enorme intuición poética. Comparto este maravilloso poema que, a pesar de que fue Fibonacci, genio matemático nacido allá por 1100, el responsable en Occidente de la introducción del sistema numérico indo- arábigo y con éste el 0, es posible que esté dedicado a un ser anónimo, dado que en Oriente el 0 ya existía y se usaba. Se infiere que su origen fue en la India. 





POEMA EN HONOR. 

HABÍA UNA VEZ. INVENTÓ EL CERO.
En un país incierto. Bajo una estrella
hoy probablemente oscura. Entre fechas
por las que quién juraría. Sin nombre
ni siquiera cuestionable. Sin dejar
bajo su cero ningún pensamiento profundo
sobre la vida, que es como. Ni una leyenda
de que cierto día a una rosa cortada
le agregó un cero y la ató en un ramillete.
Que cuando tenía que morir se fue al desierto
en un camello de cien jorobas. Que se quedó dormido
a la sombra de la palma que se había llevado. Que se despertará
cuando ya todo esté contado
hasta un grano de arena. Qué clase de hombre.
Por la grieta entre el hecho y lo inventado
se escapó nuestra atención. Resistente
a cada sino. Se sacude
cada aspecto que le doy. 
Se le adhirió el silencio sin que la voz dejara cicatriz.
La ausencia tomó forma de horizonte.
El cero se escribe solo. 


viernes, 11 de junio de 2021

LACAN CON JOYCE. DIOS, EL SEXO Y EL ARTIFICIO. SEMINARIO EL SINTHOME.


 "Uno solo es responsable en la medida de su saber hacer. 

¿Qué es el saber hacer? Es el arte, el artificio, lo que da al arte del que se es capaz un valor notable, porque no hay Otro del Otro que lleve a cabo el Juicio Final. Por lo menos, yo lo enuncio así.

Esto significa que hay algo de lo que no podemos gozar. Llamémoslo el goce de Dios, incluyendo allí el sentido de goce sexual. 

¿La imágen que nos hacemos de Dios - si admitimos que existe - implica o no que él goce de lo que ha llevado a cabo? Responder que él no existe resuelve el problema devolviéndonos la carga de un pensamiento cuya esencia es insertarse en esta realidad - primera aproximación del término real, que tiene otro sentido en mi vocabulario -, esta realidad limitada que se prueba con la ex - sistencia del sexo. 

Eso es. Son el tipo de cosas que, a fin de cuentas, les ofrezco en este comienzo de año. Son lo que llamaré verdades primeras". 



LA GLORIA DEL DESEO. DOLOR Y GLORIA. Un film de Banderas. Ups, de Almodóvar quise decir.

 


No soy experta en cine. Sólo lo veo y lo disfruto desde muy chica (y si, ¡mucho neorrealismo italiano! y mucho musical para contrarrestar). Estoy en mi casa, este blog, así que ahí va lo que me suscitó esta película de Almodóvar.
Primero lo más descriptivo. La película tiene para mí dos partes claramente diferenciadas. La primera, muy pop, muy Puig, algo lenta. Un 6. Confieso que miré la hora y los mensajes de whatsapp que me llegaban dos veces.
Es la parte que a mi juicio, nombra el título del film: la del dolor y la gloria. Ambos en su estilo, cargados de patetismo. El dolor, si es lo suficientemente intenso y recurrente, tiene la tremenda capacidad de anular al ser que lo padece.  Igual la gloria del triunfo y la consagración. Pero hay dolores y dolores... Para entender esto, hay que esperar la segunda parte.

Las actuaciones están muy bien en general (un bombón el Salvador de niño, Asier Flores, creíble en cada intervención que tiene en el film, y para mí, obviando a Banderas claro, lo mejor de la primera parte).  La edición, la ambientación y la dirección son excelentes.

Ahora la segunda parte. Estoy bajo amenaza por una amiga que me dijo que no spoilee la película (que jamás lo hago, ni los libros, pero tomo su amenaza en serio), así que seré lo menos precisa que pueda, y lo más entusiasmante que logre ser.
La segunda parte es sublime (se me pegó esta palabra hace poco). Un 10. Llamativamente el título no hace referencia a la dimensión que se despliega en esta parte; se muestra. El cuerpo estallado de dolores del protagonista empieza a encontrar una salida posible desde lo físico, pero se tratará de darse de frente con los dolores morales para que un proceso de cura se detone (duelos).
Si, como decía Piglia sobre Puig, el inconsciente tiene estructura de folletín (cosa que se podría desprender de la primera parte), en la segunda, el inconsciente es esa articulación inefable entre infancia, detalles inadvertidos, deseos carnales y de los otros, y lenguaje. Así mismo, jugará su partida el azar, el acontecimiento imprevisto. Un encuentro con un signo de la infancia que retorna; el primer encuentro con el deseo y el goce sexual. Entonces el protagonista se confronta con sus promesas, con sus frustraciones, con la supuesta decepción que causó a otros (soy poco explícita a propósito). Todo ello lo lleva a comenzar a salir del sufrimiento silencioso, del castigo culposo, del estupor, para volver a crear. El personaje de la madre, encarnado por una soberbia y tiernísima Julieta  Serrano, es sencillamente inolvidable. Las escenas de la película son las que los involucran a ambos.

La película expresa de varias maneras que no hay otra gloria para el ser hablante (el ser humano es el único ser vivo infectado por el lenguaje) que la del deseo. Que no habrá dolor que no se compadezca con traicionarlo. El final conmueve y emociona. Incluso hasta las lágrimas. No puedo decir más. Vayan a verla. 

Ahora, Banderas. Nunca me había gustado. Le tomé algo de aprecio y respeto como actor con la miniserie sobre Picasso, en la que se luce, sin dudas, en una composición de personaje memorable.
Pero déjenme decirles que Dolor y gloria me rindió a sus pies. Banderas se roba la película. Su actuación es descomunal; el film es él y él es el film. Conmueve con cada gesto, con su medio tono, con sus lecturas silenciosas, con su aspecto cuidado, con su dignidad, con sus miradas.
BANDERAS ESTÁ ENORRRRRME EN ESTA PELÍCULA. Seguramente, lo mejor que hizo en su vida. Leí recién que le valió el premio al mejor actor en Cannes. Imagino que será el primer premio de varios.

miércoles, 9 de junio de 2021

A VECES EL FARO. DE VERA PALMERI. EL ALEPH FEMENINO.

Una referencia borgeana; un afiche de cigarrillos en las calles, con la foto de una mujer hermosa; el alumbramiento de un pueblo a orillas del mar y un faro son las piezas que le fueron imprescindibles a Vera Palmeri, para entretejer relatos que pueden conformar una novela, que podrían ser un diario íntimo, o ser simplemente destellos de luz que nos asoman a la intimidad de la vida de varias mujeres, pero con más precisión a la de Vera y su abuela. 
De la mano de un estilo que por momentos evoca el realismo mágico, Vera es una niña que desborda de apetito visual por el mundo todo; pero también de ansias por ver el mundo más allá de lo que los ojos ven, engalanándolo con fantasía. Una niña de ciudad deslumbrada por lo que el mar implica de riesgo, de novedad, de cambio constante y por qué no, de peligro. 
En esa búsqueda que a la vez es de saber, una mujer, su abuela es el decir que orienta, la mirada que danzando entre la revelación y el misterio, va introduciendo a su nieta en una feminidad que ante todo es sed de aventuras y de amor primario por la vida. 
Los relatos de A veces el faro son de litoral, de borde, de membrana viva y permeable entre la ciudad y el campo, entre el mar y la tierra, entre Dinamarca y Argentina, entre el campo, sus ciclos, sus faenas y su angustiante extensión y la playa luminosa, que visitada con constancia por las aguas impetuosas, es el espacio temporal de la apertura a lo posible. 
A veces el faro es un viaje de niñez y adultez por lo maravilloso como una manera de estar en la vida, una manera que en la historia está ineludiblemente amalgamada con el misterio de lo femenino. 
Cuando avanzaba en la lectura que, como amante del mar y sus luces, me atrapó por completo, pensé en que habría sido hermoso incluir en la edición una foto del faro (que de todos modos googleé por mi cuenta). Pero luego, al volver a mirar la portada del libro, me di cuenta de que allí estaba. 
Disfruté mucho esta lectura, que es una pincelada de dulzura y amor entre tanto desasosiego, abatimiento y  páginas escritas pobladas por experiencias de dolor y de marginalidad. 
 

 

martes, 8 de junio de 2021

ALTA RECOMENDACIÓN: LOCURAS FEMENINAS QUE EMPUJAN AL EXTRAVÍO. QUIÉN TE CANTARÁ. DE CARLOS VERMUT. EN NETFLIX

 


Rota es la ciudad en la que el director Carlos Vermut decide situar esta historia, y no creo que sea casual la elección del nombre. Quién te cantará es una película sobre mujeres rotas. Es una película en la que no hay padres en el decir de estas mujeres, y el único hombre que aparece es un triste vendedor de muñecos, con mensajes que brotan al apretarlos, de paso en la ciudad para una reunión de vendedores. Uno de esos muñecos profiere en algún momento: "Si te lo propones puedes brillar", interesante manera de describir lo que ocurre en la historia. Una mujer, cantante consagradísima en España, Lila Cassen, ha dejado de cantar a partir de la muerte de su madre. Han transcurrido 10 años de ese hecho. Su mano derecha, Blanca, la encuentra una mañana tirada en la arena a orillas del mar. La revive (no se nos dirá qué fue lo que ocurrió pero puede suponerse quizás un intento de suicidio), pero una vez internada para su recuperación, se da cuenta de que Lila ha perdido la memoria: no sabe quién es, en el más amplio de los sentidos. El problema es que estaba a punto de retornar a los escenarios, con una gira programada. ¿Cómo podría hacer frente a semejante compromiso si no recuerda que cantaba, no recuerda sus canciones, sus letras?  La proliferación imaginaria entre mujeres es imparable (no voy a contarte qué historia trágica hay detrás de la historia que se nos narra porque el mismo film te lo contará). Las imágenes serán insuficientes para anudar los goces que las desbordarán. 
Marta, una hija que queda por fuera del lazo entre las otras cuatro mujeres del film, está lanzada en un empuje decidido a un goce sin marca, sin falta, que intenta circunscribirse con el valor significante del dinero, dinero que obtiene en general de maneras violentas, de su madre. Sabemos que casualmente, el dinero anula todas las significaciones posibles. 
El mar es el símbolo de lo infinito amenazador que rodea a estas mujeres; una presencia que les recuerda que están a merced de un goce que no logran anudar.
La película me gustó mucho mucho. De hecho la vi dos veces. No conocía al director, pero me gustó mucho el guión (bien escrito, inteligente, interesante, con personajes muy bien delineados), la fotografía (hay escenas, en general en relación con el mar, que son realmente bellas), la música (algo retro pero que se coordina perfectamente con la estética de la época)... en fin, que me encantó y te la quiero recomendar. Es mucho más que la suerte de thriller psicológico que nos ofrece, es mucho más digo, que la historia de una cantante que padece amnesia. Y es impecable en su realización. La podés ver en Netflix. Quité parte del comentario para no correr el riesgo de que se lea spoiler en él. 

viernes, 4 de junio de 2021

EN EL MES DEL BLOOMSDAY, DIVINOS DETALLES JOYCEANOS: EL 11, EL 3 Y EL 8.

 Hoy quiero contarles algunos de los divinos detalles entre la trama de la vida de Joyce, y la de su novela más conocida, no por ello más leída, Ulysses

James fue el segundo hijo del matrimonio de sus padres. En total tuvieron 11 hijos (y 15 embarazos). Pero el primogénito murió, por lo tanto, James fue el mayor. 

De no haber muerto, 11 años tendría Rudy, el único hijo varón de Molly y Leopold, ese 16 de junio de 1904. Vivió sólo 11 días. 

Es sabido que Joyce dedica un capítulo de su novela a la secularización del misterio de la Trinidad cristiana y la paternidad, sirviéndose de Hamlet de William Shakespeare. 

¡El único hijo varón del gran escritor inglés, Hamnet Shakespeare (nombre que resuena con Hamlet) había nacido el 2 de febrero como James, y había muerto a la edad de 11 años! 

Este intento de secularización resulta fallido, la teoría que despliega Stephen sobre el escritor y su más célebre personaje tiene ribetes risueños, y por momentos de delirio: no estaba en el ánimo de Joyce sostener ninguna Trinidad, ni siquiera secular.

Si al 11 de la paternidad y los hijos muertos, le restamos el 3 de la Trinidad y su misterio, el resultado es 8, lo femenino. Otro de los números omnipresente en la novela.

Bloom se casa con Molly el 8 de octubre de 1888, día en el que conciben a Millie, la hija mayor. Molly es nacida el 8 de septiembre; por supuesto el 8 de diciembre es el día de la Virgen. 

8 son las oraciones del monólogo final de Molly. 

El 8 acostado es el símbolo del infinito. Molly está acostada en el comienzo de la novela, y durante su monólogo. 


¡Ojalá disfruten estos divinos detalles joyceanos! 

Cheers! 



jueves, 3 de junio de 2021

MARE OF EASTTOWN. "EN MEDIO DEL CAMINO DE NUESTRA VIDA, ME ENCONTRÉ POR UNA SELVA OSCURA...". MINISERIE DE HBO DE 7 CAPÍTULOS, PROTAGONIZADA POR LA DESCOMUNAL KATE WINSLET.


 Los versos del título corresponden al comienzo del Infierno, de la Divina Comedia de Dante Alighieri. Creo que resuenan muy bien con lo que me encontré mirando esta serie.

 "Dejen toda esperanza los que entran" dice Dante en el Canto III. También este verso da cuenta para mí del planteo de esta durísima serie, que te recomiendo que veas si y solo si: a- crees que tu vida no está a la altura de tus expectativas (vas a cambiar de opinión probablemente) o b- si por el contrario, tenés resto suficiente de alegría para afrontar sin demasiado riesgo la travesía por el infierno de Easttown que la serie propone. De otro modo, pensalo. La realidad desborda tragedia como para buscar otras en la pantalla. 

Pero si te decidis a verla, sin contarte mucho, voy a decirte que el "All truth come to light" del afiche, es decir, toda verdad sale a la luz, no se condice a mi entender con lo que va sucediendo a lo largo de los capítulos. La verdad, a la que únicamente parece aferrada Mare, una detective que imprevistamente, es puesta a cargo del caso de la desaparición de una muchacha, y que lo esclarece como de carambola, no tiene el menor peso en el argumento. La luz que se desprenda de la verdad, impotente, quedará desdibujada por la oscuridad de vínculos sostenidos en el silencio, en secretos inconfesables, en vicios y en  una radical falta de responsabilidad por los actos de la vida. En un pueblo donde todos se conocen, la realidad es que nadie sabe a quién tiene al lado. Tampoco saben los protagonistas quiénes son, en última instancia. 

Por otro lado, la palabra, ese vehículo que logra que en el mejor de los casos, algo de los goces inconfesables resuenen, parece estar ausente de la vida de los pobladores de Easttown. De allí que aquellos que se atreven a servirse de sus poderes (el escritor, la psicóloga) tengan la potencial aptitud para despertar y conmover los demonios personales de los que aspiran a que el fuego del infierno desaparezca o a que al menos, se atenúe, y así lograr desactivarlos o dejarlos por un momento en suspenso.

Los hilos conductores de la serie y que comparten casi todos los personajes, son los consumos omnipresentes y desencadenantes de las tragedias, que se presentan al espectador casi sin dramatismo, desparramando sus consecuencias sin preferencias ni miramientos: nada ni nadie será lo que parecía ser. Incluso la miniserie corre por momentos el riesgo de caer en lugares comunes, previsibles: piensa lo peor y casi acertarás. 

Como dije antes, el supuesto crimen que se investiga carece de peso específico en el argumento, centrado en personajes errantes en sus propias vidas y en los lazos con propios y ajenos. 

Easttown es un pueblo desolado, desangelado, casi sin lugar para el amor en ninguna de sus formas, ni para el deseo por la vida, sin margen siquiera para los infortunios cotidianos. Todo esto es válido hasta la última escena del último capítulo, probablemente la mejor de la serie: conmovedora, alusiva, definida de manera magistral por el director que logró que, si por momentos tuve ganas de dejarla, por sentir que ya sabía lo que iba a ocurrir (lo peor), todo eso decía quedara difuminado por la potencia de esa escena. 

Adoro a Kate Winslet. Memorable en Revolutionary Road, del gran Richard Yates, con el enorme Leo Di Caprio; para recordar en La vida de David Gale (¡donde en una clase el profesor, Kevin Spacey, enseña el grafo del deseo de Lacan!) o en The reader, como la guardia colaboracionista del nacismo; en Steve Jobs o en Collateral beauty, por mencionar algunas de sus películas, sin olvidar la inenarrable Titanic. 

La serie ES ELLA, con las arrugas y la panza que se negó a que fueran borradas. La serie es ELLA encarnando a una mujer que se aferra a la poca verdad que su trabajo puede proveerle para no naufragar en la angustia y la tristeza, para no ser una muerta en vida. Cuando la miraba pensaba si la habría terminado de ver de no ser ella la protagonista. La respuesta fue absoluta, NO, a pesar de estar bien hecha, más allá de ciertos momentos previsibles de los que hablé más arriba. El resto del elenco no desentona, y me gustó especialmente el personaje de su hija, quién pone ternura y cierta sensibilidad etérea allí donde la vida la lleve. 

La podés ver en HBO o en Cuevana 2.