sábado, 23 de diciembre de 2017

Felices fiestas! Hasta las mil entradas y muchas más!

Felices fiestas!!
Buon Natale e Felice Anno Nuovo!
Merry Christmas and Happy new year!!
Frohe Feiertage!
Gajan Kristnaskon!
Joyeux Noël et Bonne Année!!
Nollaig Shona Dhuit!!
God Jul og Godt Nyttar!!

Gracias a todos por pasarse por mi casa.
A un paso de las 1000 visitas y, ojalá, sigamos contando en el 2018 que ya nos pisa los talones!

💖💖💖


viernes, 22 de diciembre de 2017

Haiku





¡Vuela torcaza!
 Luz tibia trae el día
 ansias en las alas.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Riqueza acumulada durante 2017

El 2017 lo pasé buceando y surcando las aguas de estas maravillas. Alguno puede faltar, y algún otro estar repetido, y como todavía el año no termina, algún otro podrá agregarse. Otros fueron en fotocopias, y por eso no están. Pero qué importa no? Si me animo hago mis top 5, cosa que a priori no me parece fácil. A leer!!

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Recomiendo hoy!! Las tiendas de color canela de Bruno Schulz

Hoy una recomendación. Las tiendas de color canela, de Bruno Schulz. Nacido en 1892 en el imperio austrohúngaro, fue dibujante y escritor. Además de la recomendación de hoy, escribió El libro idolátrico y Sanatorio bajo la clepsidra. También fue crítico y ensayista. Muere en 1942, a manos de un oficial nazi que practicaba tiro sobre las personas. Las tiendas... de 1934 es un libro subyugante, rodeado de un halo onírico y terso: el de la mirada de un niño curioso, que hace sus primeros pasos en el dificultoso arte de entramar los deseos con todo lo que lo rodea: su familia, la ciudad, las mujeres, la enfermedad,los animales y su vínculo masivo con la vida, con lo que está vivo porque sí. El lenguaje es muy poético, hermoso, sin ser rimbombante. Historias que merecen ser honradas con más de una lectura. Va una pequeña muestra: "(...) De repente las chicas sentían calor y abrían la ventana para ver en la angustia de su soledad, en la avidez de los semblantes ajenos, al menos la cara anónima de la noche aplastada contra el vidrio". De Maniquíes. "(...) Y otra cosa más: Nemrod empezaba a entender que todo lo que se le presentaba, pese a tener una apariencia de novedad, era en el fondo algo que ya había sucedido varias, innumerables veces. Su cuerpo iba conociendo situaciones, sensaciones y objetos. Básicamente, todo eso no lo sorprendía demasiado. Ante cualquier situación nueva se sumergía en el interior de su memoria, la memoria profunda del cuerpo, y buscaba a tientas, febrilmente, y sucedía que encontraba en sí mismo una reacción ya preparada: la sabiduría de generaciones acumulada en su sangre, en sus nervios. Hallaba acciones y decisiones que no sabía que ya habían madurado en él y que esperaban esa ocasión para saltar al exterior". De Nemrod.

domingo, 17 de diciembre de 2017

miércoles, 13 de diciembre de 2017

lunes, 11 de diciembre de 2017

¿Ya los leíste?

No los tenés todavía? No prometo mucho, apenas tengo algunos. Si alguien gustara... me escribe y arreglamos. Qué emprendedora! JA!

martes, 5 de diciembre de 2017

martes, 21 de noviembre de 2017

Desarticulaciones de Silvia Molloy

Leí esta pequeña gran novela. Cuando cuidé a un ser querido cuya mente llevaba años diluyéndose, no imaginé que alguien pudiera escribir sobre eso con tal precisión poética, con el pudor necesario, con el amor, imprescindible en esos casos, con que lo hizo Molloy.

Una muestra, del capítulo Como un ciego de manos precursoras. 
"(...) Me costaba aceptar que había empezado a poner en práctica, instintivamente, la memoria de las manos. Como la Greta Garbo de Reina Cristina, estaba recordando objetos, no para almacenarlos en su mente sino para orientarse en el presente".

lunes, 13 de noviembre de 2017

A dream of Joy-ce. Un sueño de alegría


El viernes pasado hablé sobre Joyce y su obra, en particular sobre El retrato del artista adolescente y Ulises, a mis colegas del taller Invencible de Fabián Casas. Hablar de su obra es hablar de su vida. Están entretejidas de manera insoslayable como en pocos casos.
Leer Ulises no deja impávido a nadie. Sus personajes son tan humanos que es imposible que lo que les ocurre no afecte al lector. Bloom, Molly, Stephen, incluso Dublin, otro personaje siempre presente, se inoculan en el alma del lector y le atraviesan el cuerpo, tanto como lo hace el lenguaje.
Joyce fue prohibido, sus libros quemados; fue tratado de hereje y traidor. Pero lejos de acobardarlo, ese marco de rechazo lo fortaleció; lo llevó del Doomsday al Bloomsday; del Bloomsday al Finnegans Wake, canto ecuménico, llamado lúdico a todos los hombres, en varias lenguas, muchas de las cuales Joyce conocía y dominaba, gracias a su oído privilegiado, a la educación jesuítica recibida desde niño y a su deseo (aprendió noruego para leer a Ibsen en su lengua), escrito con las leyes que Freud delimitó para el trabajo del inconciente (condensación, desplazamiento). Sus palabras-valija son juegos, no delirio.
Fue una mañana luminosa para mí y ojalá haya entusiasmado a más lectores a volverse joyceanos, tal como me pasó a mí.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Fuerza motriz

"No hay nada que pueda sustituir a la pasión individual como fuerza motriz de todas las cosas, ni siquiera el arte y la filosofía". 7 de febrero de 1905. James Joyce.

"There´s nothing that can substitute individual passion as driving force of everything, not even art and philosophy". (translation is mine). J. Joyce.

lunes, 6 de noviembre de 2017

En el aniversario de la muerte de Roland Barthes: La séptima función del lenguaje. de Laurent Binet. La intelectualidad francesa en pie de guerra por un manuscrito secreto.

 



Conmemorando el fallecimiento de Roland Barthes, una divertidísima novela sobre la intelectualidad francesa de fines del siglo pasado, puesta bajo la lupa, bajo sospecha. 

La séptima función del lenguaje. De Laurent Binet. Editorial Seix Barral. (2015)

La muerte accidentada de Roland Barthes el 25 de marzo de 1980 y su ficcionalización como posible asesinato, es el puntapié inicial para el armado de un thriller satírico apasionante. Junto con el gran crítico francés del siglo XX, desaparece un documento que guarda un tesoro: el esclarecimiento de la séptima función del lenguaje: contraseña, llave maestra que abriría todas las puertas, derribaría muros; arma indestructible que podría cambiar la historia; la del pensamiento, la de los intelectuales, la de una nación, la del mundo. ¿Posee el lenguaje una función encantadora o mágica?
El comisario Jacques Bayard será el encargado de buscar dicho documento, que al momento se ha vuelto una cuestión de estado, pero considerándose neófito absoluto en el ámbito en el que su investigación se desarrollaría, se ocupa de encontrarse un intérprete, el profesor Simon Herzog, quien lo guiará como un lazarillo, por los senderos laberínticos de la lingüística y del pensamiento francés de aquellos años. Ambos se embarcarán en una suerte de road movie  literaria que los llevará a recorrer París detrás de Jakobson, de Foucault,  de Derrida, de Althusser, de Guattari, de Sollers, de Kristeva y de todo posible interesado en hacerse del valioso documento; irán a Italia detrás de Umberto Ecco; luego cruzarán el charco para llegarse a Cornell University donde se toparán con Chomsky, Rorty, Saïd, Searle y otros, en una conferencia sobre el giro de la lingüística de aquel entonces.
Es una novela desopilante, en la que no faltan los esclarecimientos teóricos (que Herzog debe hacer para Bayard), los perfiles narcisísticos de los implicados, la noche en los cabarets parisinos, las justas de saber y oratoria, los espías, los debates presidenciales (entre Giscard y Mitterand), el sexo desenfrenado, y una mirada irónica muy directa sobre la intelectualidad francesa, de la que pocos quedan a resguardo.
En el final, con una estrategia barroca y más allá del subjetivismo, del relativismo y del objetivismo, Binet nos conduce al punto en el que el arma más poderosa que el hombre parece tener es el lenguaje y su uso creador ( si no mágico) que puede torcer destinos y hacer de las falencias, fortalezas.

  

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Se viene Ulises de Joyce!

El viernes 10 podré compartir el entusiasmo que me generó la lectura de Ulises de James Joyce, con los amigos escritores de los talleres de Fabíán Casas, genio total que se prendió con la propuesta.

domingo, 29 de octubre de 2017

Jueves 26 con Germán García en el Centro Descartes

En el marco del seminario de Germán García sobre El muro del lenguaje y la transferencia, estuve el último jueves presentando Eros, demonio mediador de Giovanni Reale. Una lectura profunda y entusiasta del gran texto de Platón, El Banquete. El seminario es cada 15 días, a las 20. Están invitados.
 www.descartes.org.ar

lunes, 23 de octubre de 2017

Los diarios de Emilio Renzi. Un día en la vida. de Ricardo Piglia.

Un día en la vida. A day in the life.

"(...) Enero 
Alguien que escribe en un cuaderno alfabético y ordena las emociones, las letras guían los sentimientos (¿qué sintaxis puede resistir el descubrimiento de la pasión?).

(...) January
Someone writes in an alphabetical notebook and put emotions in order, the letters guide feelings (what syntax can resist the discovery of passion?). (translation is mine).

Ricardo Piglia

martes, 17 de octubre de 2017

Like a project of which no one tells. Como un proyecto del que nadie habla. John Ashbery

De Como un proyecto del que nadie habla, traducción de R. Echevarren. Ed Mansalva.

More pleasent adventures. Más agradables aventuras.

(...) In the rush of partings and dyings (the new twist),
There´s also room for breacking out of living.
Whatever happens will be quite ingenious.
No acre but will resume being disputed now,
and paintings are one thing we never seem to run out of.

En el apuro de las despedidas y las muertes (ésta es la nueva vuelta de tuerca)
También hay lugar para salirse de la vida.
Pase lo que pase, resultará siempre sorprendente.
Uno u otro pedazo de tierra será disputado de nuevo,
Y los cuadros son la única cosa que parece no agotarse nunca. 


martes, 10 de octubre de 2017

El mundo será Tlön/ The world will be Tlön

Este domingo en Argentina es el día de la madre. Recibiré el último tomo de Los Diarios de Emilio Renzi. Lo pedí especialmente. Mi marido fue a comprarlo a una librería de cadena. La empleada se sorprendió cuando él le dijo, luego del título, que era de Ricardo Piglia. Ella, imagino que con algo de desparpajo, indolencia y por qué no sorpresa, le contestó que creía que el autor era Renzi. Se con absoluta certeza que en algún lugar, Ricardo está disfrutando la anécdota. This sunday is Mothers Day in Argentina. I´ll get the last part of Los diarios de Emilio Renzi. I asked for it specially. My husband bought it in a bookstore. The employee was shocked when he told her, after the title, that Ricardo Piglia was the author. She, I imagine with a little bit of impudence, indolence and why not surprise, told him that she thought the author was Renzi. I´m absolutly sure that somewhere Ricardo is enjoying the story.

Instructivo para escribir comentarios.

Gracias a todos los que visitan mi casita literaria!Y a los que se interesan por comentar. Les cuento cómo hacer: aparece una opción como "Introduce tu comentario". Luego, abajo, "comentar como" y hacia la derecha varias opciones (una de ellas es con tu dirección de correo gmail, si la tenés, por ejemplo). Todo el que quiera puede comentar eligiendo la opción "anónimo", en cuyo caso, pueden dejar su nombre en el cuerpo del mensaje escrito más arriba, en caso de que quieran. Luego le dan al botón "publicar" y listo!

lunes, 9 de octubre de 2017

Para el lunes, un atisbo de belleza, bajo la pluma de Bruno Schulz

De Las tiendas de color canela El padre del narrador ha comenzado su camino agónico hacia la muerte, ante la mirada azorada de su hijo. Éste un día dice: "Recién ahora puedo comprender aquel heroísmo con el que libró una guerra solitaria contra el elemento ilimitado del tedio que entumecía la ciudad. Privado de todo apoyo y sin nuestro reconocimiento, ese hombre extraño defendía la causa perdida de la poesía". Hermoso. Schulz nació en 1892 en la ciudad de Drohobycz, del imperio austrohúngaro. En una Europa asolada y arrasada por le nazismo, muere en 1942, en su ciudad natal, víctima de un oficial nazi, Karl Günter, que practicaba tiro al blanco, en actitud desafiante hacia Landau, jerarca nazi que había oficiado de "mecenas" de Schulz.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Pier Paolo Pasolini. Presentación de Germán García.

Ayer asistí a la presentación que Germán García hizo sobre Pasolini en la sede de la EOL de CABA. El sesgo por el que abordó el tema fue el de la herejía, en consonancia con cierta coyuntura en la mencionada institución. Se detuvo en la relación de Pasolini con Dante, por el estilo indirecto libre que el gran florentino utiliza en el Infierno, en su Divina Comedia; en la religiosidad del italiano, en su vínculo con el PC, y en cierta ética del discurso que lo caracterizaba, que le significó la animosidad de muchos en más de una vez. Leyó, de Nada Personal, de Ediciones en danza, el poema La mano que tiembla (lo encuentran en la web), y prestó especial atención a un ensayo de Franco Cassano, en el que el autor se refiere al cuerpo de Pasolini como un oxímoron. Es decir, la sede del goce (era gay) tanto como del sufrimiento por la culpa que ese goce le generaba (era católico). Cassano sitúa a Pasolini como sujeto en ese desgarramiento. Esta contradicción en su cuerpo le confería la cualidad profética de percibir las señales de la verdad, expresadas en los distintos lenguajes artísticos que desplegaba. Como línea dura de lo que García desarrolló, me fui con la idea que la herejía no es un traje que cualquiera puede calzarse, ni una posición intelectual más o menos desafiante a lo instituído: si pensamos en Pasolini, su cualidad herética brotaba de una elección de goce del cuerpo, tanto como de una elección relativa al uso de la lengua (la literaria como la de las imágenes).

martes, 3 de octubre de 2017

¿Qué hacer cuando no hay ningún lugar adonde ir?

Todo depende, claro, de quién se trate. Jonas Mekas, escritor y cineasta lituano que sobrevivió la 2da Guerra Mundial, escribió un diario que acabo de empezar a leer. Les regalo una frase, que aparece apenas comienza la introducción. "No pienso luchar en nombre de ningún sistema de gobierno existente (...) Yo me escapé de los ejércitos de la guerra. Me escapé de toda la confusión de la guerra y de la posguerra donde la vida no tenía valor. (...) Me escapé por un sentido de autopreservación. No es un acto político: es un acto animal". (1 de octubre de 1950).

martes, 26 de septiembre de 2017

Pier Paolo Pasolini

A las campanas de Orvieto

Signo del único dominio, de la miseria absoluta:¿por qué entonces, inciertas, múltiples, suenan, campanas, en la mañana dominical? Al tren detenido, en la estación blanca y empapada de esta ciudad encerrada en su viejo silencio, traen, fresquísimo, un espasmo de vida. Casas, alrededor, apartadas, calles, prados, edificios, pasos a nivel, canales, campos neblinosos, son la materia, no de este fugaz, intacto, sonido, sino de una íntima y eterna dulzura de ustedes... ¿Quiere decir que en el fondo del despiadado poder hay un miedo vital, en el fondo de la resignación un poder misterioso, y feliz, de vida? De Nada personal. Editorial Ediciones en danza

jueves, 21 de septiembre de 2017

¿Quién lo dijo?

Hoy una adivinanza.

"(...) escucha con atención una voz aguda que canta en la radio: Il faut profiter de l´amour. Sonríe, suspira, se pregunta si él mismo no podría también ganarse la vida como el negrito del bar, o cantando por la radio.
-Habría podido ganar una fortuna con mi voz. Y, ¿qué he hecho?"

¡JAMES JOYCE!
 
De Las horas de James Joyce, de Jacques Mercanton.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Poesía de John Ashbery

Hoy les comparto un fragmento, de la edición bilingüe de editorial Mansalva de Más agradables aventuras, de John Ashbery, poeta neoyorkino recientemente fallecido, al que llegué gracias a Fabián Casas.
Tomado de Como un proyecto del que nadie habla. 

Más agradables aventuras 

El primer año fue como la capa de azúcar encima de una torta. 
Luego empezó a verse la torta. 
Lo que tampoco estuvo mal, sólo que uno se olvida de la dirección que está tomando. 
De repente uno se interesa en algo diferente Y no sabe cómo ha llegado a eso. 
Luego hay confusión aún dentro de la felicidad, como un humo- 
Las palabras se vuelven pesadas, algunas se desmoronan, otras se rompen. 
Y los contornos se disuelven de nuevo. 
(...) 


More pleasant adventures 

The first year was like icing. 
Then the cake started to show through.
Which was fine, too, except you forget the direction you´re taking.
Suddenly you are interested in some new thing and can´t tell how you got here. 
Then there is a confusion even out of happiness, like a smoke- 
Then words get heavy, some toople over, you break others. And outlines disappear once again. (...)

martes, 12 de septiembre de 2017

Tengo Instagram!

Sí, la tecnología virtual va ganando la partida, de a poco, con sutileza. Los invito a seguirme/seguirlos en Instagram. Me encuentran como leonorcurti <3 <3

lunes, 11 de septiembre de 2017

Escritor fracasado de Roberto Arlt en el Cervantes.

Este sábado vi Escritor fracasado de Roberto Arlt. Es un torbellino de lenguaje, y un panorama del mundo de los escritores, del arte; del mundo, en fin. Un escritor se siente malogrado como artista por el éxito tan prematuro (para él) como inapelable. La distancia entre la imagen que de él el mundo se fabrica, y lo que él mismo intuye sobre sí, es el espacio topológico en el que se depositarán las frustraciones, las ironías, las amarguras, las fulgurantes victorias, la envidia y el desprecio por los otros, la reflexión sobre la utilidad del arte. La puesta es maravillosa. Una sala pequeña, en la que el espectador está tan cerca del actor que siente su respiración, su sudor; ve sus ojos húmedos de tristeza e impotencia. Participa en la obra, a instancias de la presencia arrolladora del protagonista, tan amargado, como esclarecido y lúcido. Diego Velázquez encarna a ese escritor provocador, con una potencia e intensidad que arrasa. Diego da muestra de la cantidad enorme de recursos que tiene como actor, incluso improvisando, o haciendo creer al espectador que lo hace, incluyéndolo en el parlamento que despliega con maestría durante casi una hora y media. También imprime en el corazón del espectador la calidad soberbia de su vínculo con el texto, con el escenario y con el público. La dirección de Marilú Marini es inmejorable, llevando adelante una puesta en escena que por momentos es una obra de teatro, en otros es un happening, y en otros una obra casi interactiva, en la que no faltan preguntas del protagonista al público y la tecnología infiltrada en la vida diaria. La escenografía, la iluminación y la música ponen de sí para que se conforme un ámbito casi mágico del que nadie sale indiferente. No puedo más que recomendarla y decirles que no se la pierdan.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Política, discurso, hipnósis y sugestión.

Constelaciones de lecturas. El modelo freudiano de la constitución y la formación de masas, planteado en Psicología de las masas y análisis del yo (1921), su incidencia y uso o apropiación por parte de organizaciones sociales y políticas actuales, siguen aún hoy suscitando estudios y publicaciones. Una de ellas, Sugestión. Potencia y límites de la fascinación política (2015), de Andrea Cavalletti. En este ensayo, el autor desarrolla a través de anécdotas ligadas al surgimiento de la hipnosis (anécdotas que involucran tanto a Freud, como a Charcot, o a Mesmer y Bernheim, entre otros) el poder de la sugestión de llevar al sugestionado a un acto inducido por el sugestionador. A partir de la fascinación, y analizando la novela de Thomas Mann, Mario y el mago (en la que el autor italiano ve la evocación de Mussolini) abordará los fenómenos sugestivos y su uso político, gracias a la acción de la educación, del gobierno, de la política; en definitiva, de la acción biopolítica del Estado: incidiendo sobre la voluntad, se logra detener el acto, que siempre tiene consecuencias. Dirá, en el camino de encontrar una salida para este esquema de cosas, “La teoría libidinal es el corazón del psicoanálisis, y tal vez este último no es sino una singular excepción en la larga historia de las fuerzas sugestivas”. Así como: “En el orden sin poder de la escritura se anuncia así el final de toda mágica autoridad” planteando que Mann logra distanciarse de la fascinación ominosa que el mago había ejercido sobre él, cuando escribe su nouvelle, y que la noción de tradición en Benjamin puede también aportar claves para prevenir efectos sugestivos. La teoría freudiana y los esquemas de la propaganda fascista (1951) de Theodor Adorno, contenido en Ensayos sobre la propaganda fascista. Psicoanálisis del antisemitismo, avanza sobre el tema, en la dirección del uso del lenguaje. Siguiendo también a Freud, dirá que “el fascismo no es solamente la reaparición de lo arcaico, sino su reproducción por la civilización y en el propio seno de la misma”. El agitador de chusma adorniano, homólogo del mago de Mann, será instrumento ineludible para lograr la conformación aritificial de la masa (ya que retoma la idea de Freud de que no hay pulsión de grupo). Y lo logrará con recursos concretos: despertar la herencia arcaica del sujeto, exacerbación del narcisismo, dirigir la hostilidad hacia lo externo, la tendencia al igualitarismo malicioso, uso mágico del lenguaje (que conlleva un mínimo de recursos y la repetición compulsiva de argumentos basados en procesos inconcientes ). Adorno percibe la existencia en las masas de la susceptibilidad potencial hacia el fascismo, que sin embargo precisa de la sugestión para actualizarse. Como Cavalletti no avanza más allá de la sugestión, sin llegar a la capacidad hipnótica que en mayor o menor medida habita a cada sujeto, es posible que se le escape esta susceptibilidad potencial que para Adorno es tan clara. Dirá que los opresores se han apropiado de la teoría y del esquema freudiano, desarrollando habilidades para explotarlos en su favor, y que el mérito de Freud habrá sido haber llegado al “punto del que la psicología abdica”. Será allí donde el Psicoanálisis deberá necesariamente tomar su relevo, como posible salida de la hipnosis generalizada, dado que cualquier proceso de identificación colectiva parece llevar al hombre a quedar sumergido y sometido a la masa. El miedo (2016), diálogo que por momentos no parece tal, entre Patrick Boucheron y Corey Robin, sigue esta línea, pero suma el miedo a los recursos de los que los poderes no solo fascistas sino de administración en general se sirven en su ejercicio. El que gobierne deberá generar un sutil equilibrio entre el uso del miedo y el recurso a la esperanza. Hacer temer, dirá Boucheron, es la mejor forma de hacerse obedecer. Robin planteará una infraestructura política del miedo, subsistiendo en Estados Unidos a partir de septiembre de 2001; dirá que el miedo no es un artefacto de la psicología de las masas, sino un proyecto político, que se valdrá de autoridades, ideología y acción colectiva. Hobbes, Brecht entre otros, serán de la partida para tratar de esclarecer la relación del miedo con el lenguaje. Vincent Descombes abordará en El idioma de la identidad (2015) la problemática del uso de la lengua y los fenómenos identitarios. Como los anteriores, el libro de Descombes es complejo, erudito y filosófico y sitúa en el horizonte la cuestión del lazo social. Constata que a medida que se la intenta definir, la identidad se va disolviendo para dejar paso a la aparición de identificaciones, que como sabemos desde Freud, son solamente parciales, no otorgan un ser. Con Erikson se impondrá luego de la Segunda Guerra Mundial, el diagnóstico de crisis de identidad, para los soldados que volvían del frente de batalla, sin ningún sentido de cohesión, impotentes para mantener la idea que hasta entonces se habían hecho de sí mismos y de los lazos que los constituían y en cierta manera, los representaban. Erikson propondrá con su teoría una continuación del desarrollo freudiano de las identificaciones, planteando que en el adolescente, la formación de la identidad comienza cuando las identificaciones dejan de ser útiles. Investiga sobre el uso de los pronombres “yo” y “nosotros”, sobre el nombre propio, sin llegar a conclusiones definitivas respecto de lo identitario. Luego de un recorrido exhaustivo por la filosofía de la identidad, llega a la cuestión de las identidades colectivas. Se ocupará de la concepción medieval tanto como de la aristotélica al respecto. A nivel de lo nacional, se detendrá en Mauss, destacando que la consolidación de instancias de constitución superior va en detrimento de las individualidades, y que la modernidad concierne la idea del individuo libre en su conciencia y en su voto. Preguntas del estilo “¿Cómo puede concebirse a sí misma en su composición la sociedad particular, dado que está compuesta, justamente, de individuos humanos particulares?” se multiplican. Aparecen Rousseau, Hegel, Benveniste, Voltaire para echar luz sobre la tensión yo-nosotros, rozando los debates actuales por el derecho a la diferencia y la democracia multicultural. Hacia el final abordará el tema a partir de la diferencia entre poder instituyente y poder constituyente. Cita a Castoriadis para sostener su propuesta de que lo que funda cierto nivel identitario en un grupo humano es el poder instituyente, que no se agota en un líder, ni en el presente de dicho grupo humano: “detrás del poder constituyente, hay que reconocer el ejercicio de un poder instituyente”, que para Castoriadis serán “la lengua, la familia, las costumbres, las “ideas”, una multitud innumerable de otras cosas y su evolución escapan por lo esencial a la legislación”. En la participación en una tradición histórica es imprescindible ejercer y ejercitar la imaginación, en tanto facultad de invención y de concepción, y apostar más allá del presente, a la continuidad histórica. En resonancia con lo ya comentado, por estas latitudes me pareció interesante recordar La ciudad letrada (1984) de Ángel Rama, donde también es posible leer la caída represiva del uso de la letra y de la escritura legal (lo constituído) sobre las fuentes de saberes orales y tradicionales (lo instituyente) en pueblos donde la mayor parte de la gente no leía ni escribía. Mira con entusiasmo las revoluciones americanas de comienzo del siglo XX: la mexicana y la uruguaya, y la auspiciosa inclusión en estas gestas, de distintos tipos de intelectuales y hombres de letras. Quizás por ser una publicación póstuma, queda el sinsabor de cómo hubiera seguido tan jugosa investigación, de haber podido hacerlo. Más cercana a nuestro tiempo es Las teorías salvajes (2008), recientemente reeditada, primera excelente novela de la argentina Pola Oloixarac. Un mundo de discursos paralelos, de lenguajes delirantes que envuelven al lector, resuenan para resquebrajar la infatuación de cierta intelectualidad argentina vinculada a lo académico, que hunde sus raíces en los ´70. El valor de la novela en este contexto (sin duda tiene muchos más) es el de poner en acto, al dejarnos abstraídos dentro de ese delirio de lenguaje pseudohumanístico, los efectos de sugestión que produce todo lenguaje que se autocomplace y se cierra sobre sí mismo, e intenta dar una cosmovisión sin resto de las cosas del mundo. Más allá de los conceptos en los que el supuesto lenguaje esclarecedor se base, en el momento de abortar los cuestionamientos, de proponerse universal, roza inevitablemente el fascismo. Publicado en http://bibliotecadelcentrodescartes.blogspot.com.ar/

lunes, 28 de agosto de 2017

Mientras agonizo de William Faulkner

conecté con un libro que hacía años me esperaba, inquietante, en mi mesa de luz. El título no me ayudaba a acercarme. Resonaba a priori con cosas que había vivido hacía poco tiempo, tristes y demasiado próximas. Lo iba dejando, no sin la intuición de que algo grande me esperaba allí, quieto, paciente. Se trata de Mientras agonizo, de Faulkner. QUÉ NOVELA ENORME, aunque es corta. Me sorprendió, la gocé, me deslumbró. Me enseñó sobre la vida y sobre la escritura. Una mujer-madre está muriendo. Hacía años había decidido que su muerte iba a significar de diversos modos, su manera de vengarse de un marido al que no amaba pero que sí la amaba a ella, de los hijos que había tenido con él, y que odiaba, y quizás, también, de su femineidad, de su cuerpo femenino abierto como un castigo a la maternidad. Narrada con pericia, desparpajo, humor irónico y cierta distante resignación de los personajes que asumen la voz narrativa alternándose, Faulkner escribió una obra de arte.

Un cuarto propio de Virginia Woolf

Leí de un tirón una maravilla de Virginia Woolf, Un cuarto propio. Con traducción de Borges, y hermosas ilustraciones de Becca Stadtlander, el libro en sí mismo es otra joya. Partiendo de una convocatoria para dar una conferencia sobre Las mujeres y la novela, Woolf nos toma de la mano y nos lleva con ella en un camino de hallazgos en bibliografía de varios siglos: desde la presencia llamativa de mujeres en la literatura griega (aunque las mujeres no tenían presencia real, al parecer, en la vida de la polis), a la presencia de heroínas en la obra shakespeariana, hasta las novelistas británicas más famosas. Pasa por el tamiz cada descubrimiento, sin "inocularnos" su posición (al menos hasta el final, y lo hace de manera brillante), dejando que el lector saque sus conclusiones. Una sorpresa enorme y maravillosa es este libro de V. Woolf.

El arrancacorazones de Boris Vian

Me topé por una recomendación que no podía desoír, con El arrancacorazones. La portada, sugestiva, mostraba un sillón del que sobresalían un par de piernas femeninas en portaligas, tacos altos, y sobre la pared, encima del sillón, un retrato de Freud. El sillón de un psicoanalista. La leí de una. Y quiero contarles que NUNCA en mi vida, había leído algo así. Se narra la llegada de un psiquiatra psicoanalista a un pueblo, en busca de identificaciones que lograría analizando a sus habitantes: como está vacío, quiere llenarse. Al llegar al pueblo, encuentra gente y situaciones que Vian narra con humor y maestría. Tuve al leerla, la fuerte sensación de estar leyendo un comic narrado, que enrostra al lector menudencias del tipo de la vergüenza, la culpa, el sadismo, el deseo materno criminal, la resignación, el sufrimiento. Y, para los colegas, una fuerte interrogación sobre el hacer del analista y sobre el lazo social posible.

miércoles, 23 de agosto de 2017

Miserere de Germán García

Miserere, de Germán García por Leonor Curti Como las grandes novelas, que no se cierran sobre sí mismas, sino que proponen la sobredeterminación característica tanto de la literatura (en su intertextualidad) como de la lengua (en su aspecto irónico), Miserere se abre como en abanico en sus ciento setenta y tantas páginas, a cientos de otras páginas, escritas por otras plumas. Epígrafes que evocan el horizonte del haiku (la novela termina con uno hermoso), las lecturas del protagonista, así como las citas entreveradas en la narración, me produjeron la fructífera sensación de estar nadando en el río de aguas dulces y generosas de la literatura universal; de lo que es vigente en todo momento donde algo de lo humano esté en juego. El narrador, apenas en proceso de dejar atrás la adolescencia, se aleja de su ciudad de origen rebautizada Circa, como evocación quizás, de un tiempo no datable del todo y teñido de cierta religiosidad superficial, para aventurarse en una tan deseada como ajena Buenos Aires. En un momento en el que los hombres se ocupan en las mesas de los bares del gobierno de Frondizi, del secuestro de Eichmann, de la muerte de Norma Penjerek, o del gobierno de Illia, el protagonista se aferra a los libros y al descubrimiento del deseo y del amor: las mujeres oficiarán como brújulas, en el mar de la ansiada libertad. Así, usará los primeros para tener acceso a las segundas, asistiendo a reuniones pseudopolíticas donde las cosas parecen girar en redondo por los vértices en tensión del triángulo Patria- Política- Religión, o participando de movimientos autoconvocados en pos de revoluciones que, pareciera, no irían a ninguna parte. Su mirada cercana, pero lo suficientemente distante como para obtener una perspectiva propia, evoca una versión de lo argentino que oscila entre el silencio (elocuente si lo que está en juego es el deseo o el amor, pero cercano al terror si lo que está involucrado es la locura o la muerte) y el fulgor carnavalesco: en el ser argentino podría leerse una ficción de un carnaval, en el que la euforia incongruente entre la tradición y la colonia danza y convive con los muertos en la calle, que caen como por azar, que quedan en el anonimato, fuera de toda memoria, producto de la represión armada tanto como de la sexual. Lejano a toda heroicidad, el narrador no teme ser algo risible para los que creen en ideales serios, porque se enrola en las filas de los que prefieren vérselas con una mujer que ir a la guerra (tal como lo dijera Freud, pero a la inversa), o hacer la revolución. Encontré en Miserere, una ética de la inmanencia; sin deseo no hay vida que valga la pena ser vivida. Mas ese deseo es encarnado. No olvida el cuerpo; ni sus satisfacciones ni el dolor. Una historia de amor dibujará las coordenadas en las que se delimita la trama, historia con la que el protagonista entretejerá su pasado con su presente, para saber si quiso lo que deseó, si quiere lo que desea. En la línea de La Fortuna, otra novela de Germán García, Miserere me pareció irónica sin ser canalla, humorística sin ser una comedia, concisa sin dejar de ser alusiva, histórica sin ser reivindicativa, nostálgica sin ser melancólica. Márgenes que se transitan no sin dificultad y con algunos derrapes, en la literatura argentina de hoy. García camina por esos estrechos márgenes con maestría y sin abandonar nunca un decir particular, ligado al gay saber y al goce de la vida, a un goce vital. La operación simbólica y semántica que Nanina lleva a cabo con la infancia, Miserere la realiza con la historia, que nunca es "nuestra" porque nunca es Una, porque en definitiva, en algún punto, se tiñe de ficción. Suele ocurrir, como en la novela, que el que cree tener la versión Una de la historia termine pidiendo misericordia. Como dice Stephen Dedalus en Ulises, "Me dan miedo esas grandes palabras que nos hacen infelices". Y de eso el narrador de Miserere parece estar advertido. Con la perspicacia de los personajes de Arlt, con el humor de Gombrowicz, con la mirada lúcida de Joyce (por momentos el narrador podría ser el mismo Stephen Dedalus, con algo más de optimismo), Miserere es a Buenos Aires lo que Ulises a Dublín: leyendo sus páginas uno puede saber cómo se vivía en algunos ámbitos de nuestra ciudad, en aquellos años donde algunas utopías parecían aún posibles, y el deseo circulaba por sus calles, por los bares, y fundamentalmente, por los cuerpos.

Ulises de Joyce

Ulises de Joyce, por Leonor Curti. Tiene fama de ser una novela difícil. Por ser experimental en muchos aspectos, por ser un duelo personal de su autor con la lengua inglesa, por su extensión, y por muchas otras cosas. Todo ello la vuelve una novela de culto que muy pocos han leído. Sin embargo, quiero entusiasmarlos para que la lean. Es una de las más grandes novelas de amor que jamás haya leído. Se trata de un día en la vida de Leopold Bloom y su esposa Molly. Ellos conforman un matrimonio de muchos años, que atraviesa en ese momento, la partida de su hija a estudiar fuera de Dublín. Y también viven de manera menos evidente el duelo por el hijo varón, fallecido hace años. Durante ese día se pondrá a prueba lo que los une, se sopesará lo que los separa. Se verá si se superan los duelos, si hay amor todavía entre ellos, si, transformados por el saber nuevo que ganan, vuelven a elegirse. Todo pasa por la máquina Joyce. Los personajes comen, duermen, van al baño, hay sexo solitario y de a dos, las mujeres menstrúan y piensan en el embarazo, hay un entierro, niños que juegan, ancianas que transcurren la vida. Se cuestionan el amor a la patria, a los progenitores, a la Iglesia, a la lengua que hablan.... Nada queda fuera, y los personajes creados por Joyce son tan humanos que no es posible no sentirse involucrado en lo que se lee. Para acercarse, se puede leer Relato soñado, de Schnitzer, cuya adaptación al cine fue filmada por el gran Kubrick. O también leer la más joyceana de las novelas en español que haya leído: La fortuna, de Germán García.

El demonio de la Teoría de Antoine Compagnon

El demonio de la teoría. Literatura y sentido común, de Antoine Compagnon, por Leonor Curti Es un recorrido exhaustivo sobre las corrientes de la crítica literaria del siglo XX. Tomando como punto de apoyo las partes del sistema que configuran la obra literaria (la literalidad, la intención, la representación, la recepción, el estilo, la historia y el valor) el autor desarrolla un sistema propio de análisis, que va a culminar, en cada caso, en una aporía, en un punto de indecidible. Ninguna teoría es dueña de la verdad. Ninguna aborda por completo la complejidad de la creación literaria. Y ese es un problema de la teoría, no de la literatura, nos dirá el autor. Propondrá abordar la teoría como una ficción, es decir, considerarla como literatura, y ejercitarnos al leer, en la duda teórica, dado que la única teoría consecuente es la que acepta cuestionarse a sí misma. La teoría de la literatura, dirá, es una escuela de relativismo (no de pluralismo) donde no es posible no escoger, donde es indispensable tomar partido. Los métodos y las teorías no se suman, se oponen, o con sutiles desplazamientos, se descompletan unas a otras. Como lectores, entonces, será vital que ejercitemos el hábito crítico, al momento de asumir que la perplejidad es la única moral literaria.

La fortuna de Germán García.

La fortuna de Germán García, por Leonor Curti. Es la más joyceana de todas las novelas en español que haya leído. Una suerte de Bloom argentino, deambulando por Barcelona, nos hace vivir un triple exilio: el de la tierra que se deja, el de la lengua y su ejercicio y el de la sexualidad. Con la maestría para narrar que lo caracteriza, García logra anudar los tres ámbitos, en una refundación que orientará la búsqueda del protagonista, trayéndolo de vuelta, pero ya siendo otro. O más que nunca, siendo el mismo. Una novela epifánica (para los que alguna vez nos fuimos, aunque en circunstancias muy distintas) que no habría que perderse, y que sin dudas, está entre lo mejor que se ha escrito por estas latitudes (junto con Nanina y Cancha Rayada).

Historia del dinero, de Alan Pauls .

Historia del dinero, de Alan Pauls, por Leonor Curti. Hay algo en la prosa de Pauls engañoso: detrás de un estilo cuidado, culto, trabajado, casi preciosista, está el hueso de la cosa. Cuando se descubre ese hueso duro, hiriente, el lector, o en este caso yo, está knock out. Porque ese hueso dice de lo universal (por eso es un escritor vigente y valioso) pero sobre todo, dice de lo argentino sin retroceder, aunque lo que surja sea repugnante, o insoportablemente bello. Así como no salí indemne de la lectura de El pasado (la recomiendo fervientemente), tampoco lo hice con Historia del dinero. En ésta se nos narra la historia afectiva y emocional de una familia a la que nos aproximamos por el prisma del dinero. TODO pasa por su medida, por su valoración, su degradación, su ganancia o su pérdida. Es una novela de economía y finanzas explícitas. Pero por encima de todo, es una descripción descarnada del círculo vicioso que parece regir los inciertos destinos de nuestro país. También es una metáfora de que cuando lo que manda y ordena la vida es el dinero, al amor sólo le queda sobrevivir escondido, en reserva; mimético. Una lectura fuerte, de una vigencia enojosa, que nos devuelve un rostro, desde mi apreciación, desagradable. Ah! Si les gusta Borges, El factor Borges, del autor mencionado es otro libro que disfrutarán a lo loco.