martes, 26 de septiembre de 2017

Pier Paolo Pasolini

A las campanas de Orvieto

Signo del único dominio, de la miseria absoluta:¿por qué entonces, inciertas, múltiples, suenan, campanas, en la mañana dominical? Al tren detenido, en la estación blanca y empapada de esta ciudad encerrada en su viejo silencio, traen, fresquísimo, un espasmo de vida. Casas, alrededor, apartadas, calles, prados, edificios, pasos a nivel, canales, campos neblinosos, son la materia, no de este fugaz, intacto, sonido, sino de una íntima y eterna dulzura de ustedes... ¿Quiere decir que en el fondo del despiadado poder hay un miedo vital, en el fondo de la resignación un poder misterioso, y feliz, de vida? De Nada personal. Editorial Ediciones en danza

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