sábado, 27 de septiembre de 2014

Críticas de libros

Hoy va la crítica de "Fuera de la Jaula" de Fernanda García Lao Comparto a partir de hoy, mis comentarios de lecturas. Comienzo con "Fuera de la jaula" de Fernanda García Lao, quién es a partir de mi nombramiento, madrina de mi primera novela (ella no lo sabe aún o se entera por este medio) que pronto, con concurso ganado o no, verá la luz . Me gusta cuando leo a un escritor preguntarme "¿Sobre qué sabe?", porque asumo que el que escribe transmite un saber de algún tipo que se adelanta a lo que la gran mayoría sabe (lo dijo Lacan, no lo invento yo), aunque sea un no saber (muy socrático lo mío). Fernanda García Lao sabe algo sin ninguna duda: el lenguaje enferma. Los seres hablantes estamos enfermos de lenguaje. De ahí que sus textos (he leído hasta ahora "Cómo usar un cuchillo", "La piel dura" y su flamante "Fuera de la Jaula") presenten para mí una suerte de artefacto cargado de inteligencia, del que es luego difícil salir, porque deja pensando mucho. Para plasmar la enfermedad del lenguaje, Fernanda da vida a personajes delirantes, obscenos, a veces cándidos, a veces medio perversitos. Muchos de ellos interesados en el amor, que sin embargo les resulta esquivo. Al avanzar en la lectura uno puede decir: dime cómo hablas y te diré de qué sufres, de qué gozas. El humor no puede, obviamente, faltar a la cita, tanto como cierto nivel de miseria humana o el cinismo. Las frases cortas, contundentes me dejaron a veces sin aire. Aunque leí la novela en dos etapas solamente. Hay algo adictivo para mí en el derrotero de los personajes de Fernanda, en sus historias. Uno quiere saber hacia dónde se encaminan, a pesar de que no logremos nunca una respuesta contundente sobre ese punto. Por eso esta novela es tan sugestiva y alegórica, con sus referencias patrióticas y políticas de nuestro país, y tan topológica, porque a la vez que sus personajes parecen ir liberándose de sus jaulas, nosotros los lectores, estamos cada página un pasito más adentro de las mismas. La jaula de la que los personajes salen puede ser el cuerpo, puede ser la mente, pero no se libran nunca de la jaula del lenguaje. Si todo lo que hace una sociedad puede considerarse cultura, cuando leo "Fuera de la jaula" me evoca la definición que Stephen Dedalus da de la cultura irlandesa a Mulligan: el espejo partido de una criada. Y el lector no tiene más que encontrar su propio camino de salida del artefacto partido en pedazos y deformante, valiéndose del mismo medio que lo dejó atrapado: la lengua, y quizás, con más de una pregunta para responderse.