jueves, 25 de enero de 2018

Veinticuatro poemas de amor, locura y otras yerbas. de Diego Gallotti

Diego Gallotti nos acerca su arte en una breve e intensa obra, que conjuga lengua, sensibilidad, imaginación y percepción. La voz poética, tan simple como lírica, nos va llevando por un viaje que deslumbra por su sensualidad; por descubrir en lo inmaterial de la vida (la luz, los colores de la naturaleza, el amor, la memoria, la pasión) el mayor de los secretos y el hallazgo de la plenitud en la síntesis. Su poesía logra su misión (perturbar, provocar, hacer que la leamos como al sesgo, como espiando) allí donde propone que el artista es aquél que "Pinta como vive. Vive como pinta". La búsqueda será tan provechosa como infinita.

martes, 23 de enero de 2018

Infinitas gracias y hasta siempre Don Nica!

Enooooorme lujo haberlo conocido y haber charlado con Ud! Atesoro sus Antipoemas dedicados. GRACIAS POR SIEMPRE!!

lunes, 22 de enero de 2018

De Novela y traducción. Páginas de un trabajo en marcha. de Ricardo Piglia.

Extraído de Casi lo mismo. Alrededor de la traducción. Publicación de la BN y del Museo del libro y la lengua. en 2015

viernes, 19 de enero de 2018

El mal transparente. ¡Gracias Diego!

La novela “El mal transparente” de Leonor Curti, es una obra muy recomendable. Se disfruta desde el primer momento. Tiene buen ritmo, crea intriga y misterio hasta el final. La autora usa un lenguaje directo y coloquial, agradable de leer. Compone sabiamente los personajes, sus historias de vida y sus estructuras psicológicas. Introduce temas literarios y ambienta la trama en contextos históricos dando espacio para la reflexión. Una novela bien argentina. No se la pierdan. 
Diego Gallotti 18/1/18

 Diego Gallotti, además de pellegrinense como yo, es también escritor, artista visual y biólogo. Pronto les cuento más.

miércoles, 17 de enero de 2018

Ningún lugar adonde ir de Jonas Mekas.

Se trata de un diario "de exilio". Pongo comillas a "de exilio" porque a lo largo de las casi 450 páginas y del continuo deambular del autor por campos de refugiados y de trabajo, durante la Segunda Guerra, lo que va configurándose es otra cosa. El estilo, descriptivo casi al modo de escritura de un guión cinematográfico, es el del observador: de lo que lo rodea (objetos, ámbitos, personas) como de sí (su estado físico, emocional y su aspecto). Fue una sorpresa leer este diario, en el que no se encuentra empatía, conmiseración o piedad alguna por los que comparten su situación. Por el contrario, muchas veces se refleja el fastidio ante seres doblemente extraviados: por haber dejado sus países de origen, arrasados por la guerra, y por una suerte de vida "al día", carente de orientación subjetiva, centrada en una materialidad que asume el peso específico de las mínimas raciones de comida que recibían, de la suciedad y la precariedad en la que vivían. Dirá: "He visto personas hechas de sueños, aquí están hechas de aburrimiento". Mekas, en parte por esa errancia involuntaria, construye su persona con los libros que lee durante todos esos años (presencia infaltable; pertenencias privilegiadas que irán con él y su hermano de frontera a frontera, de campo a campo),con sus sueños, y fundamentalmente también, con su deseo infatigable y con la nostalgia por su tierra, su familia y su infancia cargada de colores y aromas lituanos. Se repiten las quejas por el bullicio, los cánticos y bailes de los confinados a los campos, que entorpecen su concentración a la hora de leer o de escribir. Un destino impensado, no calculado (la ciudad de Nueva York)luego de años de desvío forzado, será de a poco el lugar , el ámbito en el que Mekas logrará transformarse en lo que deseaba ser: un cineasta. Al llegar allí, camino a Chicago (donde habían prometido un trabajo en una panadería para él y su hermano), deciden quedarse. Un nuevo desvarío comienza cuando se trata de encontrar trabajo. La descripción es tan desgarradora que es difícil encontrar diferencias con lo que ocurría en los campos. Mekas ve el trabajo en las condiciones normales en las que se desarrollaba en la ciudad tan alienante y nefasto como el de los campos. Dirá: "Sistema, todo es un sistema. Con un buen sistema se puede convertir a un mono en hombre, y a un hombre en mono. Se puede despellejar vivas a las personas con un sistema y para un sistema. Si se tiene un sistema, se los puede despellejar incluso cuando son niños, y van a ir por la vida despellejados, van a vivir sin piel y ni siquiera van a darse cuenta" (...) "No tengo muy claro en estos días cuál es la dirección adecuada o qué debería hacer exactamente. Tengo que quemar los puentes una vez más. El humo va a indicarme la nueva dirección". "La desesperación no es la verdad". La verdad será la del deseo y el ámbito del cine y la producción artística. Pero el camino no será fácil: "Hay lugares a los que solo se puede llegar por senderos estrechos. Solo los dictadores los ejércitos, los generales, y las personas sin imaginación prefieren los caminos amplios, "fuertes". Los senderos te llevan hacia un prado suave, las flores, la sombra fresca. No quisiera perderme ningún sendero lateral de interés, las parcelas de verde. Porque, al final, al final del Gran Camino, es posible que no haya nada más que una ciudad en ruinas...". A medida que comienza a echar raíces en el que sería su nuevo hogar, crece una mirada crítica por la Europa dejada atrás, la de la destrucción, la guerra, el sacrificio de sus "hijos" en pos de qué? El diario finaliza con una suerte de correspondencia a Penélope, escrita por un Ulises que ha comenzado a reelaborar su tiempo y sus recuerdos: el pasado se entrama ineludiblemente con el presente; la infancia será la que urdan los recuerdos, las sensaciones, los momentos vitales más intensos, resistiendo al canto de las sirenas: "Estoy intentando desesperadamente crear un conjunto completamente nuevo de recuerdos con los que enfrentar las voces dulces que me llaman para que vuelva a casa. A una casa para la cual, lo sé, se borraron todos los caminos". "Sólo hace poco pude darme cuenta de que mis recuerdos vienen de mucho más lejos, de lugares que desaparecieron hace tiempo". Paradójicamente, ese es el momento de máxima apropiación de la infancia, tierra fértil en la cuál el deseo ha hundido sus raíces más profundas. Jonas Mekas es poeta y cineasta. Nacido en Lituania en 1922, será en Nueva York donde se convertirá en director de cine, y se relacionará con artistas de la talla de Warhol y John Lennon. Ningún lugar adonde ir es un canto al deseo, no una descripción de un exilio forzado. Es la evidencia de que siempre hay un lugar en el que refugiarse, donde reponer fuerzas, donde soñar: un deseo lo suficientemente fuerte como para rediseñar una vida.

lunes, 15 de enero de 2018

México moderno. Vanguardia y revolución. En el Malba, hasta el 19/02.










Ayer visité la exposición México moderno. Vanguardia y revolución, en el Malba, de la que les voy a hablar hoy. Por supuesto, es una exposición imperdible, tanto para los que no conocen México y no tuvieron siquiera un atisbo sobre su enorme riqueza cultural y artística, como para los que sí lo conocen, y como es mi caso, aman tan maravilloso y efervescente país, y lo extrañan. Curada a partir de cuatro temáticas (Modernidad cosmopolita, Revolución social, Cultura popular y Experiencias surrealistas), la visita a esta exposición los conducirá por un mundo alucinante. Las obras que se presentan se enmarcan en los movimientos muralista, estridentista, modernista y surrealista. Si bien varios de los artistas de la muestra habían hecho su paso infaltable por Europa (gesto tan habitual como inevitable en la cultura de la América colonizada), lo mexicano, la mexicanidad así como la revolución atraviesan las producciones, dotándolas de un peculiar sincretismo, que solo encuentra una producción análoga en la antropofagia del modernismo brasileño. Varios intelectuales europeos (Artaud en 1936 y Breton en 1938) viajaron a México para experimentar en carne propia el espíritu de ese arte que parece fundir en su seno al hombre y la mujer mexicana, con la tierra y con la más elevada expresión cultural de la América "hispana". Además de los conocidos Rivera y Kahlo, me asombraron Orozco y Leonora Carrington. Una mención aparte para mi favorito: David Alfaro Siqueiros. La fuerza, la vital opacidad de la pintura de Siqueiros no tiene comparación posible. Hay que detenerse frente a sus cuadros, sentirlos, disfrutarlos; acercarse y alejarse producen el surgimiento de una obra que se recrea ante nuestra mirada. La exposición exhibe el Baile en Tehuantepec y la magnífica Río Juchitán, ambas de Diego Rivera, entre un enorme conjunto de 170 obras. Dijo Breton de su experiencia mexicana: "No intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo, México es el país más surrealista del mundo". Se lo juzgue absurdo o delirante, México expresa en su arte y su literatura, el sincretismo entre lo precolombino, la colonia y el modernismo de un modo único e incomparable, y esta muestra imperdible nos lo acerca, con la potencia de las fuerzas de la naturaleza que suelen azotar su tierra, y que lejos de abatir a su gente, la nutre de renovada energía.

domingo, 7 de enero de 2018

Por fin el top 5!

Con algún margen para el error o el olvido, estas son mis lecturas favoritas del año que se fue. No están en orden de gusto sino como mejor salía la foto 😉😉 . Sabrán disculpar algunos, no puedo, por más que lo intento, con la literatura "netflix". Lo siento.
 1- Eros, demonio mediador. de Giovanni Reale. Ensayo sobre el Banquete de Platón. Puro deleite.
 2- El sexo y el espanto. de Pascal Quignard. Ensayo sobre el sexo y el espanto (;)) a lo largo de la historia de Occidente. Una joya.
 3- El ruido del tiempo. de Julian Barnes. Biografía ficcionada de Dmitri Shostakóvich. Algo abrumadora; para seguir amando a Barnes, sin embargo.
 4- El artista más grande del mundo. de Juan José Becerra. Descubrí al autor en El espectáculo del tiempo. Descúbranlo. Un lujo de escritor que tenemos en nuestra lengua y por nuestras pampas. Novela que narra con humor irónico descarnado, la culminación de la carrera de un artista tan famoso como desengañado, y su amistad con un escritor bastante menos famoso y mucho menos desengañado. Otra joya.
 5- En la masmédula. de Oliverio Girondo. Puro goce poético. Imposible no ver fuegos artificiales brotar de las páginas al leerlo.

miércoles, 3 de enero de 2018

¿Ajuste de cuentas?

La vuelta para el 2018 tenía que ser especial. El calor nos agobia en Buenos Aires; preferiría estar en una playa de arenas blancas a orillas de un mar aturquesado, pero acá estoy, contándoles sobre este libro asombroso. En inglés su título es My brother´s keeper, de Stanislaus Joyce, hermano de James. Sucede que es una cita bíblica, referida a los hermanos Caín y Abel. Dios recibe honores de ambos hermanos, mas prefiere los de Abel. Caín, presa de los celos y la envidia, asesina a Abel. Cuando Dios le pregunta dónde está su hermano, Caín responde cínico, "¿Acaso soy el guardián de mi hermano? La King James Bible dice: "And the LORD said unto Cain, Where is Abel thy brother? And he said, I know not: Am I my brother´s keeper?" Asombroso título que en la traducción al español se aplana un poco por un descriptivo "Mi hermano James Joyce". Es la narración del diario de adolescencia de Stan, casi tres años menor que James. Diría que el James que describe es prejoyceano. Apenas menciona algunos de sus primeros poemas, los comienzos dificultosos de James en la literatura, y la relación entre ambos. Recorre el libro un torrente solapado pero ruidoso: James no juzgaba al padre negativamente como lo hacía Stan; y por otro lado, James era el hijo favorito de un padre alcohólico y bastante poco amoroso con el resto de sus hijos. Qué sucedió primero, vaya uno a saber: si la indulgencia del hijo despertó el amor paterno o viceversa. La cuestión es que Stan ve su vida de esos años atravesada por este favoritismo. Con parecidos deseos intelectuales y creadores que James, se declara sin talento para la empresa, a la vez que tiene muy claro en su adolescencia que su hermano es un genio, y que será alguien que trascenderá en la literatura de habla inglesa si no se pierde por la bebida y una supuesta vida disipada. Están las esperables declaraciones de "robo" de material de su diario por parte de James, y la mezcla de resentimiento y resignación por la falta de reconocimiento. Pero lo más interesante es constatar que por encima del país, de Dublín, del catolicismo imperante, y de los reprochables lazos filiales y fraternos, lo que se destaca es la particularidad de un deseo en James que lo hace alejarse de todos los lugares comunes de conmiseración y empatía en los que hubiera sido fácil caer en una Dublín pobre y carcomida por el alcohol (igual que su familia), y la certeza sobre su arte irrenunciable. Más que el guardián del hermano, parece que Stan (cuyo relato se interrumpe sin hablar de las obras más indiscutibles de su hermano) fue el guardián resignado y abnegado del genio que su hermano portaba. Se cuenta poco de los años compartidos en Trieste, por ejemplo. Se sabe de todos modos, que de haber sido muy compinches en la adolescencia, fueron con los años distanciándose, y que la muerte de James afectó enormemente a Stan, lo afectó de manera irreversible. Una coincidencia sella sus vidas: James elige para el Ulises, que narra los derroteros de Leopold Bloom por Dublín durante un día, la fecha del 16 de Junio, para homenajear a Nora, su mujer, ya que en esa fecha salieron por primera vez. Algunos años después de la muerte de James, o Jim, como lo llama él, Stan muere un 16 de junio, dejándonos con una trágica pregunta: ¿el título del libro da cuenta de una ironía, de un lamento, de un ajuste de cuentas, o como suele pasar entre hermanos enfrentados por el amor de un padre, de todo eso vuelto una madeja indiscernible?