miércoles, 4 de octubre de 2017
Pier Paolo Pasolini. Presentación de Germán García.
Ayer asistí a la presentación que Germán García hizo sobre Pasolini en la sede de la EOL de CABA.
El sesgo por el que abordó el tema fue el de la herejía, en consonancia con cierta coyuntura en la mencionada institución.
Se detuvo en la relación de Pasolini con Dante, por el estilo indirecto libre que el gran florentino utiliza en el Infierno, en su Divina Comedia; en la religiosidad del italiano, en su vínculo con el PC, y en cierta ética del discurso que lo caracterizaba, que le significó la animosidad de muchos en más de una vez.
Leyó, de Nada Personal, de Ediciones en danza, el poema La mano que tiembla (lo encuentran en la web), y prestó especial atención a un ensayo de Franco Cassano, en el que el autor se refiere al cuerpo de Pasolini como un oxímoron. Es decir, la sede del goce (era gay) tanto como del sufrimiento por la culpa que ese goce le generaba (era católico). Cassano sitúa a Pasolini como sujeto en ese desgarramiento. Esta contradicción en su cuerpo le confería la cualidad profética de percibir las señales de la verdad, expresadas en los distintos lenguajes artísticos que desplegaba.
Como línea dura de lo que García desarrolló, me fui con la idea que la herejía no es un traje que cualquiera puede calzarse, ni una posición intelectual más o menos desafiante a lo instituído: si pensamos en Pasolini, su cualidad herética brotaba de una elección de goce del cuerpo, tanto como de una elección relativa al uso de la lengua (la literaria como la de las imágenes).
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