Intenté muchas veces (cuando todavía podía consumir alcohol) tomar cerveza y que me gustara. No lo conseguí. Para mi desilusión, formaría parte de la pequeña parte de la humanidad que no disfruta la efervescente y dorada bebida.
En mi paso por Puán tuve una profesora que sentada a lo indio sobre el escritorio, mientras veía elevarse al éter el humo del cigarrillo que fumaba (con el cartel de Prohibido fumar detrás, claro), intimaba a leer a Aira. "Lean Aira" repetía. Mi primer acercamiento a la literatura de César Aira hizo honor al título elegido: El error. Era verano, la playa era hermosa, el mar era cálido... Supuse que lo que había fallado era la lectora. Hace poco, buscando en una librería, encontré Ema, la cautiva, y me puse feliz. ¡Me la habían recomendado tanto! La compré. Así que aquí van mis comentarios sobre la novela.
La literatura sobre cautivas es un tópico de la literatura en América del Sur. No voy a hacer un análisis exhaustivo de la novela (basta con googlear el título para acceder a todo lo que se escribió sobre ella), sino a proponer una lectura desviada.
La acción de la novela es una sucesión de hombres locales y extranjeros, que circulan por la pampa argentina, cobijados por sus jerarquías y expuestos por sus vicios y lascivias. En medio de esa circulación, aparecen la fauna local y las mujeres (a veces, da la sensación de que no habría diferencia). Ema, una de esas mujeres, pasa de espacio a espacio, de hombre a hombre, como dirá su autor, aboliendo todas las pasiones con una: la indiferencia. Los cuerpos eran todos intercambiables, no tenía mayor trascendencia de quién fuera el cuerpo en cuestión. Ema pasa de cama en cama, con total libertad y decisión. Pare hijos de uno y de otro sin ninguna emoción en particular. Los alimenta y los lleva con ella. Faltando algo así como 20 páginas para terminar la novela, pedí auxilio a mi amiga Andrea Urman, que me convenció para que la terminara. Y me encontré con el hallazgo de la novela: los capítulos dedicados a la cría de faisanes. Hasta ese punto, la novela no me había atrapado, me costaba seguir leyendo, me parecía árida, una sucesión de lo mismo con pequeñas diferencias, sin una meta clara. Pero (a riesgo de encontrar cierta falla en el verosímil) lo mejor de la novela, para mí, está en esos capítulos: luego de una vida dedicada a satisfacer los deseos de los diferentes hombres con los que había estado (nunca da la impresión de ser una cautiva, sino de haber elegido dónde y con quién estar), Ema, en una mezcla de perfil "celebrity" y de "exitosa emprendedora", se dedica por decisión propia a la cría de faisanes de alta calidad. Y allí radica para mí, la enorme operación de Aira: Ema no es igual a su cuerpo, siempre receptivo y dispuesto. Por el contrario, Ema es su deseo, su meta en la vida, su claridad mental sobre la imperiosa necesidad del dinero y la manera de conseguirlo (aún falsificado). Escrita en 1981, Ema, la cautiva, es una fría e indiferente ironía sobre el tema del género y sobre las tradiciones: Ema puede pensar y comportarse como el más frío y calculador de los hombres, y puede intervenir los ciclos y los cursos de la Naturaleza, para alterarlos a su conveniencia; para obtener ganancias a cualquier costo. Hace 40 años Aira anticipaba que género, sexualidad, cuerpo y discurso no se recubren ni se complementan. También se adelanta en cómo los productores de alimentos irían degradando y bastardeando sus quehaceres, violando las reglas de la Naturaleza tanto como las leyes por las que deberían regirse.
Pensaba decir que me pasaba con Aira lo mismo que con la cerveza, pero después de escribir el comentario, veo que de una manera inesperada, Ema, la cautiva fue una lectura muy provechosa.
I felt sort of out of the world when I noticed that I´d never liked beer. I felt the same when I first read Aira. But then I found Ema, la cautiva. I was happy because the best things I had heard about it. I went for it. The captive is a literary topic in South America. You can find many papers writen about that on the net. I will tell you my opinion. The action has place in the pampa, where locals as well as foreigners come and go, between local animals and women ( in cases there is no difference between them). Ema goes from bed to bed, from man to man, with her sons around her. Everything happens in total indifference. At that point I was bored enough to stop reading. A friend, Andrea Urman, told me to keep on reading, which I did, and then I found the gem in the novel: the chapters where Ema , a mixture of a kind of celebrity and a successful entrepreneur, begins to raise first quality pheasants. And there is where I found the great writing operation that Aira makes in the novel: Ema is not just her body, always ready and open to whoever. Ema is her wish, her goal in life, her mental clarity about money and how to get it (as far as counterfeit money). Writen in 1981, Ema, la cautiva is a cold and indifferent irony about traditions and gender: she behaves like the most cold hearted and calculating man, and can change Nature cicles and rhythms as she likes in order to get bigger profits.
Forty years ago, Aira anticipated that gender, sexuality, body and discourse are not one and the same thing. He showed in advance too, what food industries are doing today with what we eat, breaking rules and laws that should be respected.
I thought I would tell that with Aira I feel the same as with beer. But after writing all these, I think that Ema, la cautiva was worthwhile.
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