¡Todo llega!, dice un dicho popular, y parece ser cierto.
¡Vi Parasite!
Decir que vi la película es muy acertado, por las condiciones en las que la vi: con bajísimo sonido, y subtítulos en inglés.
Además, la pienso y concluyo en que es un film de dramatismo visual importante.
La tensión se juega básicamente, entre dos hogares distintos (uno de ellos, el del afiche). Podría ir más lejos, dos hogares obscenamente distintos. ¡Con estilos incompatibles, y tipos humanos radicalmente diferentes, sólo recuerdo cosas parecidas en el neorrealismo italiano!
Les pinto el argumento en una línea: un miembro de una familia nada favorecida, se ve repentinamente con la posibilidad de "entrar" en un hogar de gente rica, como profesor particular de la hija del matrimonio. A partir de allí se suceden una serie de situaciones entre desopilantes e inverosímiles, que van a darse de cabeza contra una evidencia: en un mundo de desigualdades aberrantes como el moderno, que atraviesa pueblos y naciones de manera transversal e indiscriminada (Corea del Sur no es especialmente un país subdesarrollado o emergente: según Wikipedia, en el 2016 la población debajo de la línea de pobreza ascendía a 14,4% -mientras que Argentina supera al final del año pasado, el 40%, por citar un índice), siempre habrá alguien más desesperado, en peores condiciones, con su supervivencia amenazada, que estará dispuesto a todo con tal de no perder lo poco que tenga. ¿Entonces qué se hace?
Como en una estructura de cajas chinas (no se si habrá cajas coreanas) el director nos empuja hacia abajo, hasta descender en infiernos insospechados e impensados, sorprendiendo al espectador (al menos a mí, me sorprendió). Las familias delinean una oposición clara: excesos de recursos en una (materiales) y carencia de otros recursos (la inocencia de la dueña de casa es casi inverosímil), mientras que la otra invierte la relación: hábiles para envolver a los demás, y manipularlos, pero escasísimos de recursos materiales hasta lo irrisorio.
Finalmente cuando la tragedia se desencadene, el delirio hará su irrupción dejándonos con el sinsabor de cuando no se encuentran verdaderas salidas a la marginalidad y la opresión económica.
Es un film muy interesante para ver, que circula con maestría por la tragedia y la comedia con eficacia y economía de recursos, que deja estocadas de un puñal, cuya punta destila un poderoso veneno: el de la lógica de lo indecidible.
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