Confieso que no me resulta ni un poco penoso escribir, todo lo contrario; hacerlo es habitar una epifanía fuera del tiempo.
Además de la gozosa experiencia de la escritura, cuando un lector destina parte de su tiempo a leer algo que escribí, y además me escribe para contarme su experiencia de lectura, el goce se amplifica, me pasa al cuerpo, es algo indescriptible.
Siento que todo lo hecho vale la pena, y deseo escribir mucho más.
Aspiro a eso: que mis libros lleguen a las personas, que las conmueva, que sean un suspiro que llegue a sus oídos con una cálida brisa.
De modo que no puedo más que estar agradecida cuando eso pasa.
Me escribió estas líneas Carmen González Táboas. ¡Muchas gracias Carmen!
" (...) Al fin me encontré con tu preciosa novela.
Maximiliano Fabi descubría el paso de los aromas y las fragancias a la scientia que se aleja de la "mera" literatura.
Sí, tu libro entra muchas veces en lo insondable de lalengua, la de un pueblo, y la de quien se atreve a entrar en ella como lo hacés.
Sobre todo al final de la novela, cuando en la tragedia se extrema de tal modo la fuerza poética de tu escritura.
Si, pongo aparte, como vos lo hiciste, las pinturas y los poemas. No los sabría adjetivar.
Están muy bien juntos.
(...)
Agradezco la oportunidad del encuentro que me hizo saber de Criaturas de arena.
Imagino que avanzás en ese libro "autobiográfico". Ya me contarás".
Carmen González Táboas es psicoanalista, y ensayista. El viernes 3 de abril presentará, en una conversación con Leonardo Gorostiza, El amor; Aún. Una lectura del seminario 20 de Lacan y sus fuentes antiguas, en la EOL, Ancón 5201.
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