¡Muchas gracias Pola por los hermosos mensajes y mails que me enviaras!
MONA
Buenas
noches.
Me puso muy
contenta recibir la invitación para participar en el ciclo de Lecturas
Críticas. Es un ámbito de discurso dentro del Centro Descartes que amo especialmente.
No pierdo de
vista que es la primera vez que hablo en calidad de presentadora desde fines de
diciembre del año pasado. Todos podemos situarnos en la coyuntura de aquel
momento sin más palabras. De modo que es insoslayable comentar que leí por
primera vez a Pola Oloixarac por
sugerencia de Germán García, que
sabía de mi amor y mi pasión por la escritura y la lectura. En ese caso fue Las
teorías salvajes la recomendación en cuestión.
Conocer a Germán, haber tenido la fortuna de que
fuera mi analista por algunos años, escasos años para mí, no solo produjo
incidencias y cambios mayores en lo concreto de mi vida, en mi relación con el
deseo, el amor y el goce, sino que a la vez amplió mi universo simbólico y
multiplicó de manera exponencial mi capital intelectual y mis capacidades: no
leo ni mucho menos escribo igual, que antes de conocerlo y trabajar con él. Con
esto apunto a que cuando me dijo que leyera a Pola, fui por el libro sin dudar un segundo. No averigüé quién era
ella. Ni qué creencias e ideología tenía. Me bastaba que él me la hubiera
recomendado. Leí Las Teorías Salvajes con interés y disfruté de una prosa
diferente, incisiva, polémica, atrevida, que se metía con el universo
intelectual de la ciudad de Buenos Aires, a través de un manejo literario de la
ironía que me llamó la atención.
Fui hacia Mona,
entonces, con el recuerdo de Germán y de su recomendación primera y con la
confianza anticipada de que podría volver a encontrarme con una lectura
interesante. Una anticipación de que podría verificar el hallazgo de lo que
creo era aquel rasgo que me fue transmitido, en una mezcla ingobernable de azar
y deseo, en el tiempo de trabajo con Germán:
la
incansable búsqueda de lo que vuelve a un escritor alguien único, y llevando el
planteo al extremo, incluso original: una posición de enunciación propia, en
una época donde proliferan las letras de lo políticamente correcto, se trate de
la política que se trate en cada momento. No fui defraudada.
CONGRATULATIONS! THE WORLD IS YOURS, YOUR BODY IS NOT. ¡FELICITACIONES! EL MUNDO ES TUYO, TU
CUERPO NO.
¿Qué es MONA?
MONA es una
crítica despiadada al universo de la literatura y de los premios literarios, a
los usos de goce del lenguaje, a las universidades norteamericanas y a las
democracias light de Occidente, principalmente amenazadas por las
migraciones desde el mundo árabe pero por encima de todo, por la falsedad de su
impulso integrador de la diferencia por medio del cálculo, de un algoritmo.
El marketing y el branding
están a punto de fagocitarse las voces de la producción literaria en todo el
mundo: los candidatos a ganar el prestigioso Premio Basske-Wortz, en
Suecia, son invitados a reunirse con alguna anticipación a la entrega del
premio, en una suerte de outing pseudo- amistoso, para
confraternizar. Entre los finalistas está Mona, joven y exitosa debutante en el
arte de la novela, con un primer éxito editorial y una segunda novela que se
resiste a ser terminada. ¡Ella querría obtener
el cuantioso premio de 200 mil dólares para irse a vivir al Amazonas, gastando
por el resto de sus días, pocos dólares por año!
Emulando los
mega encuentros de Ceos de grandes empresas multinacionales, los días
transcurrirán en un paisaje bucólico y muy nórdico, entre neurolépticos,
alcohol, baños en aguas heladas sin más abrigo que la piel, sesiones de caza,
de karaoke, de sexo circunstancial; cundirán el aburrimiento y el agotamiento
por el enorme esfuerzo de los participantes invitados y los organizadores para que
todo esté perfecto, y por encima de todo, por el esfuerzo de que no se note cuánto
esfuerzo les demanda a la mayoría de los asistentes, sostener y sostenerse en
la escena del éxito y del reconocimiento.
A su vez, la
tecnología de los múltiples gadgets estará omnipresente en
misteriosos mensajes de un tal Antonio que Mona ignorará con determinación; en
modos audiovisuales de mantener sexo sin ningún otro cuerpo más que el propio; en
la amenaza de la creación de una inteligencia artificial literaria; en el networking
como sinónimo de socialización. Google
será postulado por uno de los participantes como la contranovela de la novela
humana que puede visualizar la vida entera de los usuarios así como configurar
sus deseos y sus limitaciones a futuro. Nuevo modelo narrativo cuyo poder
inmenso, en el fondo, busca el control y la vigilancia. Todos sin excepción
reducidos a ser niños estupefactos ante la seducción de las máquinas.
Mona viaja a
Estocolmo, con su glamour de “animalito en extinción”; como una sirena que no
se halla en las aguas en las que está sumergida pero que no encuentra las
suyas. El mundo occidental, las universidades americanas y el outing
son expresiones diversas de un
mismo modelo: el de los zoológicos clásicos, valorados en relación con la
diversidad que exponían. La ethnicity de las personas es un
valor en alza, y es imprescindible que la muestra sea lo bastante amplia para
ser políticamente correcta. De allí que Mona podrá hacer una carrera más que
interesante sólo siendo ella misma: mujer, hispana, inca. Se autodeclara
persona de color en el corazón de Silicon Valley, en la Universidad de
Stanford,
cuando nunca antes había tenido registro de que fuera tal cosa. La ironía del
texto llega a plantear que hubiera sido ideal que además, presentara algún tipo
de discapacidad física para que el cuadro estuviera completo.
Esa es la
historia más evidente que se cuenta.
Pero falta
la segunda historia, como diría Ricardo Piglia,
en su tesis sobre el cuento.
¿CUÁNTO DURAN LOS MORETONES EN EL
CUERPO?
La segunda
historia es la que se va construyendo con lo silenciado, con lo evitado; con el
manejo corrosivo de la ironía que recae sobre los rasgos que diferencian a Mona Tarrile-Byrne: desde lo más
evidente a lo menos: es mujer, no es blanca, es peruana, inca y su lengua es el
español, aunque estudie en Silicon Valley. Sobre esos rasgos,
que paradójicamente la tornan, por un proceso de sospechosa discriminación
positiva, un elemento tan interesante en el campus y un índice de la amplitud
de criterio en su entorno universitario durante la era Trump, sobre esos rasgos
decía, recaerá la ironía lascerante que hace sospechar al lector que algo
inasimilable está retornando sobre el cuerpo, la mente y la subjetividad de
Mona.
Una mancha
violeta en su cuello es la primera evidencia de lo que irrumpe y que Mona no
logra interpretar ni registrar del todo. Una pesadilla que fusiona un gran
caudal de aguas negras con animales muertos y la noticia de una niña de 12
años, Sandrita, desaparecida en Rímac, barrio peligroso de la ciudad de Lima,
irán tejiendo un manto de horror, estupor y dolor para Mona. El cuerpo y la mente transcurrirán el tiempo
narcotizados o alcoholizados.
Estallidos
de llanto sin motivo aparente, manifestaciones del dolor no subjetivizado aún,
se sumarán a un acontecimiento natural tan arrasador como inconcebible; una alegoría
de Jörmungander, bestia mitológica
que vendría para vengar las múltiples muertes presagiadas durante el siglo XX
(el arte, la historia, la novela), será la clave que proveerá a Mona, en el
mejor de los casos, de la segunda escena necesaria para que el trauma devenga
síntoma, y el dolor sordo que ha marcado su cuerpo pueda subjetivizarse.
También será fundamental el encuentro con Sven, un escritor alpino de no
ficción. Con él hablará por primera vez en el transcurso del meeting, del amor a las palabras e
inevitablemente, de palabras de amor, sutiles, etéreas pero suficientemente
auténticas para rescatarla de su olvido y del dolor inasimilable que éste le
produjo.
Mona es una
novela crítica de los procesos de homogenización y mercantilización que avanzan
sobre los discursos, sean éstos culturales, literarios, históricos, de género,
etc. En sacrificio de lo más particular de cada uno, el decir propio se ve
reducido a una caricatura de la integración del diferente igualado a la
exoticidad, al freaky, a una rareza
digna de un zoológico. No obstante lo cual, derrocha humor, factor quizás
imprescindible para leer determinadas cosas.
La novela dota
a los más disímiles personajes de voces y perspectivas propias, a veces incluso
contradictorias entre sí, como si su autora estuviera advertida de que lalangue
en su impacto en el cuerpo, y el lenguaje como modo propio de hacer con ese
impacto, delimitan las coordenadas de goce posibles para cada uno; la presencia
de ciertos clichés daría también cuenta de dichas coordenadas, limitando
las posibilidades de los usos del lenguaje en el mundo, posibilidades que un
psicoanálisis podría quizás modificar, aunque la novela no se ocupa de esto.
Mona es también
una suerte de denuncia de que la contracara feroz de los procesos de
homogenización reinantes son la segregación, el odio y el racismo que atacan los
cuerpos. La alegoría final propone la salida y también la salvación, por el
camino del amor, que por más incipiente, tibio o sutil que parezca convoca una
potencia que puede más que el odio más lúcido.
Mona es una
propuesta literaria muy updated, ambiciosa e interesante, para aquellos que gusten de sostener a
la vez, como decía Scott Fitzgerald,
dos ideas contradictorias entre sí, sin paralizarse, de modo que luego de leer,
extraigan sus propias conclusiones.
Muchas
gracias.
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