Me recomendó leer a Antoine Compagnon Germán García... sí, una vez más. Primero leí El demonio de la teoría. Literatura y sentido común, apasionante ensayo sobre las transmutaciones de la crítica y la teoría literaria a lo largo de décadas, que postula finalmente que la literatura desborda por mucho lo que la teoría puede decir sobre ella.
En ¿Para qué sirve la literatura? Compagnon abre su ciclo de clases en el College de France, el 30 de noviembre de 2006, con un elogio de la literatura y dice, entre otras cosas interesantísimas, lo siguiente: " Como resultado de la desconfianza de Wittgenstein hacia los sistemas filosóficos y las reglas morales, la vuelta ética a la literatura se funda en el rechazo de la idea de que sólo una teoría hecha de proposiciones universales puede enseñarnos alguna cosa verdadera sobre la cuestión de la vida buena. Pues al ser lo propio de la literatura el análisis de las relaciones siempre particulares que ponen en comunicación las creencias, las emociones, la imaginación y la acción, contiene un conocimiento insustituible, detallado y no resumido, sobre la naturaleza humana, un conocimiento de las singularidades. (...) La literatura debe, por lo tanto, ser leída y estudiada porque ofrece un medio-algunos dirían que incluso es el único- de preservar y de transmitir la experiencia de los otros, de aquellos que están alejados de nosotros en el espacio y en el tiempo, o que son distintos a causa de sus condiciones de vida".
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