martes, 23 de junio de 2020

LOCURAS FEMENINAS QUE EMPUJAN AL EXTRAVÍO. QUIÉN TE CANTARÁ. DE CARLOS VERMUT.

Rota es la ciudad en la que el director Carlos Vermut decide situar esta historia, y no creo que sea casual la elección del nombre. Quién te cantará es una película sobre mujeres rotas. Es una película en la que no hay padres en el decir de estas mujeres, y el único hombre que aparece es un triste vendedor de muñecos con mensajes que brotan al apretarlos, de paso en la ciudad para una reunión de vendedores. Uno de esos muñecos profiere en algún momento: "Si te lo propones puedes brillar", interesante manera de describir lo que ocurre en la historia. Una mujer, cantante consagradísima en España, Lila Cassen, ha dejado de cantar a partir de la muerte de su madre. Han transcurrido 10 años de ese hecho. Su mano de derecha, Blanca, la encuentra una mañana tirada en la arena a orillas del mar. La revive (no se nos dirá qué fue lo que ocurrió pero puede suponerse quizás un intento de suicidio), pero una vez internada para su recuperación, se da cuenta de que Lila ha perdido la memoria: no sabe quién es, en el más amplio de los sentidos. El problema es que estaba a punto de retornar a los escenarios, con una gira programada. ¿Cómo podría hacer frente a semejante compromiso si no recuerda que cantaba, no recuerda sus canciones, sus letras? Cuando Lila comienza a buscarse en internet para ver si logra recuperar algo de su "identidad" encuentra a una cantante que la imita en un karaoke de la ciudad: Violeta. Sí, hay en los nombres un simbolismo, un trazo que las une: Lili, cantante y compositora, y la madre de Lila, Lila misma, en crisis, Violeta, la doble, y Blanca que irá tras Violeta para proponerle un contrato que implicará que le enseñe a Lila a ser Lila. La proliferación imaginaria es imparable (no voy a contarte qué historia trágica hay detrás de la historia que se nos narra porque el mismo film te lo contará). Las imágenes serán insuficientes para anudar los goces que desbordarán a estas mujeres. En apariencia, el simbólico que anudaba precariamente a Lila eran las letras de las canciones que establecían un lazo de locura pero eficaz, con su madre, ahora olvidadas. Eso aportará Violeta a Lila. Le dará letra, como decimos, la irá rearmando, mientras que en su casa, su hija, Marta, la que queda por fuera del lazo entre las otras cuatro mujeres, está lanzada en un empuje decidido a un goce sin marca, sin falta, que intenta circunscribirse con el valor significante del dinero, dinero que obtiene en general de maneras violentas, de su madre. Sabemos que casualmente, el dinero anula todas las significaciones posibles. 
El mar es el símbolo de lo infinito amenazador que rodea a estas mujeres; una presencia que les recuerda que están a merced de un goce que no logran anudar, con excepción de Lila, que sí lo logra nuevamente, con consecuencias trágicas. El duelo en ella no era tal, sino que más bien era un desencadenamiento.
La película me gustó mucho mucho. De hecho la vi dos veces. No conocía al director, pero me gustó mucho el guión (bien escrito, inteligente, interesante, con personajes muy bien delineados), la fotografía (hay escenas, en general en relación con el mar, que son realmente bellas), la música (algo retro pero que se coordina perfectamente con la estética de la época)... en fin, que me encantó y te la quiero recomendar. Es mucho más que la suerte de thriller psicológico que nos ofrece, es mucho más digo, que la historia de una cantante que padece amnesia. Y es impecable en su realización. La podés ver en Netflix. 

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