lunes, 31 de mayo de 2021
domingo, 30 de mayo de 2021
"...EN LA ORILLA DE LA NADA". "...LA FUERZA DE UN INFIERNO". CLARICE LISPECTOR. BILINGÜE.
Hoy la dejo que hable por mi.
“No se que hacer con la aterradora libertar que me puede destruir”. (Elegi esta frase como epigrafe de mi novela, El mal transparente).
“Estoy tan asustada que solo podre aceptar que me perdí si imagino que alguien me esta dando la mano”.
“Ir hacia el sueño se parece mucho al modo en que ahora tengo que ir hacia mi libertad. Entregarme a lo que no entiendo será ponerme en la orilla de la nada”.
“Es que un mundo todo vivo tiene la fuerza de un Infierno”.
Clarice Lispector.
The first chapter of this novel is WONDERFUL! It is hard to believe that such beauty, sensitivity, poetry, metaphysics and imagination were all together in this writer. I will choose some few phrases. But please don´t miss her work! Today I let her speak on my behalf!
"I don´t know what to do with the terrifying freedom that can destroy me." (I chose this sentence as the epigraph of my novel Transparent Evil).
"I feel so scared that I will accept that I got lost only if I imagine someone holding my hand".
'"Go towards dream is so much alike to the way that I must go now to my freedom. Surrender to what I don´t understand will be putting me on the edge of nothingness".
"The thing is that a world whole alive has the strength of a Hell".
Clarice Lispector.
Forgive me dear Clarice for the translation! Edicion de El cuenco de Plata. Traduccion al castellano de Mario Camara.
sábado, 29 de mayo de 2021
ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE DANTE ALIGHIERI. EL INFIERNO DE LA DIVINA COMEDIA.
El Infierno más amado! La Divina Comedia de Dante Alighieri
jueves, 27 de mayo de 2021
EL CONCEPTO DE AMOR EN SAN AGUSTIN. DE HANNAH ARENDT. SOBRE LA VIDA EN SOCIEDAD Y EL NUEVO AMOR. PUBLICADO EN LA REVISTA ABC LA CULTURA DEL PSICOANÁLISIS N# 1 DEL COLEGIO ESTUDIOS ANALÍTICOS.
El concepto de amor en San
Agustín. (Hannah Arendt. Editorial
Encuentro. 2009)
Por Leonor Curti
Este
libro presenta la reformulación de la tesis con la que la autora se doctorara
en filosofía por la Universidad de Heidelberg bajo la dirección de Jaspers, en
1928 (la primera publicación tuvo lugar en 1929 en Berlín). Con la tesis
original, Arendt llamó la atención de manera negativa de críticos y sobre todo
de teólogos, por plantear las encrucijadas del pensamiento agustiniano y las
dificultades con las que éste se encontró para darle cabida al mandato
cristiano de amor universal al prójimo.
Agustín
de Hipona nace en Tagaste (hoy Argelia) el 13 de noviembre del 354, y muere,
luego de una prolífica vida de 75 años, en Hippo Regius (ciudad de la que fuera
obispo, también hoy Argelia) el 28 de agosto del 430. Fue nombrado “Doctor de
la Iglesia” el 20 de septiembre de 1295 por el Papa Bonifacio VIII. Con
inclinaciones por la retórica, la literatura y el teatro, fue un estudioso de
la filosofía, abrasando la filosofía maniquea (filosofía dualista del bien y el
mal, del espíritu y del cuerpo). Más adelante en su vida, habiendo pasado por
Roma y Milán, en el año 386, y bajo la influencia de los sermones de San
Ambrosio, su acercamiento al pensamiento de Plotino y a la lectura de los
textos de San Pablo, se produce su viraje total al cristianismo, que incidirá
de manera absoluta en su pensamiento, reformulándolo.
La
lectura que hago de este texto se ciñe estrictamente a él, y propone destacar
la operación Arendt para localizar el emplazamiento del amor al prójimo en el
andamiaje del pensamiento del filósofo: el del nudo en el que filosofía y
teología borran sus límites para fundirse en una propuesta más ética que
teológica o filosófica (esto último ya es lectura propia).
A
modo de introducción podemos decir que San Agustín estaba preocupado por
explicarse la presencia del hombre en el mundo: por su felicidad, por su origen
y por la verdad que debía ordenarlo todo, y para obtener una explicación que
satisficiera su intelecto tanto como su afectividad, se vale de métodos o
matrices de pensamiento filosóficos que parecen haber llegado hasta Descartes (respecto
del dualismo, en ambos hay un retiro retrospectivo del mundo hacia alcanzar el
fundamento de la verdad inobjetable y el echar mano a Dios como recurso: para “volver”
del aislamiento al mundo y al otro en un caso; del vaciamiento del mundo al
mundo sensible y extenso en el otro), además de haberse nutrido de el
cristianismo de San Pablo.
El
amor Trino.
“Y lo que oculta una
máquina tan bien hecha, cuando le sucede que se enfrenta a la pareja de Adán y
Eva en la flor de su pecado es por cierto de una naturaleza como para ser
propuesto en ejercicio a una imaginación de la relación humana que no rebasa
ordinariamente la dualidad.
Pero que mis oyentes se
armen antes con Agustín…”.
De
La
ciencia y la verdad. 1966. Escritos 2. Jacques Lacan.
A
medida que se avanza en la lectura de tan compleja tesis, se va delineando una
suerte de conceptualización anticipada: el pensamiento agustiniano filosófico
es extremo, y los impasses con los
que se encuentra, no los resuelve el filósofo sino el teólogo. De modo que la
primera parte del libro, El amor como
anhelo. El futuro anticipado puede pensarse como preteológica; la segunda, Creador y criatura. El pasado recordado,
como un pasaje de un discurso al otro y una transmutación del concepto de amor;
y la tercera, Vida en sociedad, como
de raigambre profundamente cristiana, es decir, teológica.
Primera
parte: El amor como anhelo. El futuro anticipado.
Partamos
de una premisa: el deseo es en sí mismo un estado de olvido del alma.
Se
desea y se desea amar aquello que no se tiene, y que por lo tanto es exterior a
uno mismo. Se desean bienes o personas que por la remisión retrospectiva (la
idea preexistente de haber conocido la felicidad) nos hacen suponer que al
poseerlos obtendremos la felicidad tan ansiada. Ahora bien, muy freudianamente,
dirá San Agustín que poseer el bien para gozar de él, es sentir el temor a
perderlo. El bien por excelencia será la vida misma, y el máximo mal la muerte.
El temor, entonces, rige la vida mundana del hombre. Aquí la primera torsión:
la frustración ante la pérdida de los objetos amados (irremediable por la
estructura del deseo y por la finitud que los afecta) se invierte en negación:
nada es deseable más que liberarse del temor (a la pérdida de los objetos y a
la muerte). De este tipo de amor mundano, también llamado cupiditas, se sale por el anhelo de la eternidad y del futuro
absoluto, con otra modalidad de amor, caritas,
que conecta con Dios y su gracia.
Cabe
anticipar, sin embargo, que desde esta perspectiva que llamaría ontológica, el
ser del hombre se le sustrae siempre: se halla en aislamiento respecto de todo
lo que lo rodea y respecto de Dios. Nunca logrará cerrar el hueco existente
entre la exterioridad y sí mismo. Aquí empieza a surgir el tema de la
extimidad. Una vez que el hombre se retira de la mundanidad, en el camino para
hallar su verdadero ser, San Agustín no halla serenidad en lo más íntimo, y
ante la pregunta por su ser, apela a Dios: Dios, en tanto objeto justo del
deseo y del amor, será la quintaesencia del yo íntimo, pero no habrá relación
de identidad entre el hombre y Dios. Éste da existencia al hombre mas no el
ser, que por las influencias del pensamiento griego, estaría ligado a lo
inmutable, lo permanente, a lo eterno.
Para
“ser” el hombre deberá trascender su existencia humana, y superar su
temporalidad, su mortalidad.
Nueva
torsión: para alcanzar la eternidad, el hombre debe vincularse al Ser Supremo,
es decir, a Dios. Y para ello, y en la ausencia de temor que caritas le ofrece (como pertenencia
futura a lo eterno) tiene los bienes del mundo, ahora en su nuevo estatuto de
útiles. El hombre debe servirse del mundo y los bienes (también de los otros,
cuestión complicada que sólo el amor al prójimo podría resolver) para aspirar a
la consecución del Bien Supremo, el futuro anticipado de libertad.
En
principio, algunos problemas se le plantean aquí a San Agustín: el primero, el
hombre debe renunciar a sí mismo (a su amor por sí y a los objetos de sus
apetitos) para ir en busca del Ser Supremo. Esta operación lo lleva a un estado
de máximo aislamiento. Entonces ¿cómo devolverlo al mundo de la buena manera, y
qué hacer con el cuerpo? ¿El otro, que tan imperiosamente debe hacer entrar en
su estructura San Agustín, es un par, un enemigo, un medio o un fin? La posible
solución que Arendt encuentra será planteada en los siguientes capítulos.
Segunda
Parte: Creador y criatura. El pasado recordado.
Esta
parte plantea un giro de timón: de la pregunta por el ser del hombre de la
primera parte, pasamos ahora a la del origen del hombre en el mundo; a cómo
advino a la existencia. Ya no se tratará tanto de Dios como del Creador, o de
Dios en tanto Creador de criaturas. Aquí la criatura podrá conectar con el
Creador gracias a la memoria y la rememoración: se trata de ir hasta el pasado
último. En la búsqueda del Creador, en la memoria, el pasado retorna al
presente, y se vuelve deseo anticipatorio de un futuro que volverá al origen.
Así, inicio y fin se vuelven intercambiables. La criatura transita el tiempo
que se corporiza entre el aún no del
origen y el ya no de la muerte.
En
el intervalo entre el ser y el no ser, si la criatura logra anudar su vida al
Creador, las fronteras del aún no y
del ya no se disuelven, y limitan con
la eternidad; la muerte no lo privará
del ser, porque la muerte absoluta será para San Agustín el extrañamiento
absoluto y eterno de Dios.
La
eternidad vacía de sentido a la muerte, y origen y fin se vuelven
intercambiables.
Sin
embargo, no hay fusión con Dios. El hombre no será nunca uno: ni en el ser ni
en el tiempo. Y para rescatarlo de este doble exilio, será imprescindible la gracia de Dios.
La
criatura depende del Creador. La perfección del bien se alcanza por vía de la
negatividad: liberándose del mal (del mundo, de cupiditas, del amor a sí mismo, de la codicia, etc.). Pero cumplir
este mandato es tarea complicada para la criatura: su alma quiere y no quiere,
el hábito (que lo conecta con el pecado) está alojado en el interior de su
voluntad y se le impone la impotencia para cumplir con la ley (que es la voz
del Creador que le habla a través de la conciencia para revelarle su
dependencia de Dios).
En
el seno de este conflicto, aparece el teólogo cristiano en su esplendor: la
gracia, como auxilio de Dios, es la aceptación de la criatura pecadora que
creó, y es a la vez, un nuevo comienzo. La ley sólo revela los pecados pero no
logra suprimirlos. Para alcanzar tan difícil por no imposible meta, San Agustín
introducirá casi como un principio, el amor al prójimo.
Del
Dios filosófico habíamos pasado al Creador. Ahora hay que dar un paso más para
arribar a lo que llamaría el Dios ético de San Agustín.
El
hombre ya se ha negado a sí mismo, ha negado al mundo, los placeres, y sin
embargo no puede igualarse a Dios y ha quedado en estado de aislamiento.
Entonces, ¿qué es un prójimo? ¿Cómo darle entidad?
Aquí
entra la dimensión histórica y profundamente cristiana en el pensamiento
agustiniano.
En
un primer nivel, dirá que todos los hombres, en tanto descendientes de Adán,
copertenecen al mismo origen, lo que en cierta manera, los asemeja.
A
otro nivel, el otro será prójimo en tanto criatura, y se amará en él lo que en
él justamente no es de él: lo que esperas que sea, lo que lo conectará con el
ser eterno.
En
cierta forma, el otro devendrá un rodeo para amar a Dios, y para no verse
afectado por la muerte.
Tercera
parte: Vida en sociedad.
¿Qué
es lo que hace sociedad, si la identidad de Dios no basta para lograrlo?
¿Alcanza
para San Agustín el hecho de que los hombres compartan haber heredado el pecado
original y ser mortales para hacer comunidad? La respuesta es negativa.
Entonces, ¿de dónde proviene la fe necesaria para crear una comunidad de
creyentes? De Cristo; de su presencia en la Tierra y su muerte redentora. Cristo
trajo para los hombres la libertad de elegir la gracia divina y el poder
redimirse. El otro, será también mi propio recordatorio de mi cualidad
pecadora, y la muerte eterna el castigo
del pecador.
La
vida nueva del nuevo hombre (el hombre bueno) que tendrá lugar en la Ciudad de
Dios, será la de combatir el pecado, y en ella los hombres se ayudan mutuamente
a redimirse.
La
vida nueva se gana con un combate incesante contra la mundanidad y el pecado,
que acaba con la muerte; muerte terrenal que no quita la eternidad, si se ha
vivido en Dios.
La
fe en Cristo y en la redención será vinculante al prójimo. Y con Cristo San
Agustín resuelve el aislamiento, el rechazo de sí necesario para alcanzar el
Ser Supremo, y las dificultades para renovar un lazo social disuelto en
relación con el mundo y con los otros.
“El
amor mutuo deviene amor a uno mismo, pues el ser de cada yo se identifica con
el ser de Cristo (…)” (pag. 143). La nueva comunidad estará conformada por una
multitud de individuos que se vinculan con amor entre sí porque opera en ellos
la gracia de Dios.
Si
bien el prójimo nunca es amado por sí mismo sino por mor de la gracia de Dios,
y lo amo como a mí mismo en tanto yo
estoy tocado por la gracia de Dios y esa gracia nos hermana, el prójimo es un
vehículo del lazo con Dios, y la relación entre creyentes es indirecta; está
mediada necesariamente por la gracia de Dios y por el amor de Dios compartido,
en los hombres.
Arendt
dirá para finalizar su tesis, que la complejidad del desarrollo del pensamiento
agustiniano es que le da un doble origen al hombre: en tanto individuo (la
pregunta atinente es por el ser) y en tanto parte del género humano (la
pregunta en este caso es ética, por el bien, por el mal, por la libertad de
elegir a Dios, y de actuar conforme lo enseñana la muerte y redención de Cristo).
Su propuesta es que el amor al prójimo cumple la función en San Agustín de
anudar ambos orígenes, y la nueva ciudad, la nueva vida y la nueva forma de
amor dan cuenta de ese anudamiento.
De
este modo se plasma lo triple del amor en San Agustín:
-
El amor mundano (cupiditas),
concupiscente, equivocado porque aleja de Dios, y conecta con la futilidad de
los bienes y las cosas (por ende recuerda nuestra propia futilidad).
-
El amor a Dios (caritas), que conecta
con el Ser Supremo, y le da acceso al hombre a la eternidad y a perder el temor, para que muera la muerte,
pero lo aisla y no le brinda ninguna identidad.
-El
amor al prójimo, que más allá de lo cristiano del desarrollo, y de lo imprescindible
de plantear la fe y la gracia casi como principios para que se sostenga,
habilitó un lazo social nuevo que muchos se han tomado el trabajo de repensar,
entre ellos, Freud (aunque no lo cite) y Lacan; nuevo lazo social develado que
tal vez explique el por qué de la molestia que causara esta tesis en críticos y
teólogos.
.
viernes, 21 de mayo de 2021
jueves, 20 de mayo de 2021
SOBRE EL SER ARGENTINO. EL ESCRITOR ARGENTINO Y LA TRADICIÓN. JORGE LUIS BORGES
"(...) Por eso repito que no debemos temer y que debemos pensar que nuestro patrimonio es el universo; ensayar todos los temas, y no podemos concretarnos a lo argentino para ser argentinos: porque o ser argentino es una fatalidad y en ese caso lo seremos de cualquier modo, o ser argentino es una mera afectación, una máscara.
lunes, 17 de mayo de 2021
HOY CUMPLE AÑOS LA CANTANTE IRLANDESA ENYA. ¡EN SU HONOR, EN EL DE IRLANDA, Y EN EL JAMES JOYCE!
JAMES JOYCE Y LA MÚSICA I. CANCIÓN QUE INTERPRETA MARÍA, PROTAGONISTA DE "ARCILLA" RELATO DE DUBLINERS. POR Enya: I Dreamt I Dwelt in Marble Halls
El título de la canción en castellano es Soñé que moraba. Es una hermosa canción, de un amor que ya no es, lo que le da su tinte melancólico. Pertenece a la ópera Bohemian Girl de 1843, y su autor es William Michael Balfe y la letra es de Alfred Bunn.
La traducción de la primera estrofa, que es la citada por Joyce en el relato, dice así, según la traducción de mi libro, de Alonso Donado:
"Soñé que moraba en salones de mármol
con vasallos y siervos a mi lado,
Y que, de todos cuantos vivían entre aquellos muros
Yo era la esperanza y el orgullo,
tenía riquezas demasiado grandes para ser contadas
Y podía alardear de un aristocrático y antiguo apellido.
Pero también soñé, y eso fue lo que más me gustó,
que tú me querías
que tú me querías como siempre."
En el relato, la protagonista se equivoca al cantarla, y repite la misma estrofa, en lugar de cantar la segunda. Que diría algo así (la traducción es mía por lo tanto, ¡piedad!)
"Soñé que pretendientes pedían mi mano
que caballeros de rodillas
con votos que el corazón de ninguna doncella podría resistir
me prometían su fe
Soñé que uno de tan nobles huéspedes
se adelantó para pedir mi mano,
Pero también soñé, y eso fue lo que más me encantó
que tú me querías
que tú me querías como siempre".
viernes, 14 de mayo de 2021
DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE JUVENTUD. CARTAS A UN JOVEN POETA. RAINER MARIA RILKE
"Hemos de aceptar nuestra existencia tan ampliamente como nos sea posible. Todo, también lo inaudito, ha de ser posible en ella.!Esta es, en el fondo, la única audacia que se nos pide: ser valientes ante lo más extraño, prodigioso e inexplicable que nos pueda suceder. (...) Si nos fuera posible ver más allá de lo que alcanza nuestro conocimiento y un poco por encima de la avanzadilla de nuestros presentimientos, quizá llegaríamos a soportar nuestras tristezas con mayor confianza que nuestras alegrías. Pues son momentos en los que algo nuevo se ha introducido en nosotros, algo desconocido. Nuestros sentidos enmudecen con tímido encogimiento, todo en nosotros se retrae, nace un silencio y lo nuevo, lo que nadie conoce, se yergue en el centro y calla".
miércoles, 12 de mayo de 2021
martes, 11 de mayo de 2021
DRUK. UNA ELEGÍA DE AMOR. DIRIGIDA POR THOMAS VINTERBERG. 2020. Con link para verla.
lunes, 10 de mayo de 2021
sábado, 8 de mayo de 2021
ANIVERSARIO DE NACIMIENTO DE THOMAS PYNCHON. UN NARRADOR TOTAL Y VERTIGINOSO. EL ARCO IRIS DE GRAVEDAD. (1973)
El 8 de mayo de 1937 nació en New York, Thomas Pynchon. Escritor de culto del que nunca les hablé hasta ahora.
No es un escritor masivo ni de exagerada circulación. Sus libros son complejos, por momentos absurdos, por momentos el colmo de la cordura y lo verosímil. Es muy célebre porque ¡la última imagen que se tiene de él, es de cuando tenía 18 años! ¡Tanta es su fama respecto de conservarse en el anonimato, que ha aparecido en algún capítulo de Los Simpson, con una bolsa de papel madera en la cabeza!
El arco iris de gravedad, publicado en 1973 es quizá su obra más conocida y no tan leída. Se trata de lo siguiente: Tyrone Slothrop, militar norteamericano que trabaja en Londres para la inteligencia aliada, durante la Segunda Guerra, tiene una peculiaridad: cada vez que cae una V-2 , bomba alemana autopropulsada, él tiene una erección, por haber sido objeto de niño de un experimento pavloviano.
¡Son 1148 páginas (reconozco que empecé a leerlo hace más de 10 años, y no era la lectora que soy ahora, por lo que apenas avancé 800 del libro) de una narración total, vertiginosa, absurda y con profundas reflexiones vestidas de delirio, en las que no faltan ¡argentinos y el Martín Fierro!
El arco iris... es una experiencia de lectura que vale la pena hacer, aunque no lo leas todo. Recorrer sus páginas ¡es como hacer 10 talleres de escritura a la vez, con escritores diferentes! Narra todo, y lo narra como quiere. Es algo descomunal.
Comparto con ustedes hoy, algunos párrafos.
" (...) No debe olvidarse que el verdadero negocio de la Guerra es comprar y vender. El asesinato y la violencia se rigen por normas subjetivas, y pueden confiarse a los no profesionales. La naturaleza masiva de la muerte en tiempos de guerra es útil en muchos sentidos. Sirve de espectáculo, equivale a maniobras de diversión de los verdaderos movimientos de la Guerra. Proporciona materia prima que será registrada por la Historia para que ésta pueda ser enseñada a los niños como un encadenamiento de violencias, de una batalla tras otra, y dejarlos así más preparados para el mundo de los adultos. Mejor aún, la muerte masiva es un estímulo para los sujetos ordinarios, los tipejos que intentan coger un trozo de ese Pastel mientras todavía están aquí para engullirlo. La verdadera guerra es un festejo de los mercados. (...) La Guerra, el Imperio, facilitará estas barreras entre nuestras vidas. La Guerra necesita dividir de este modo, y subdividir, aunque su propaganda siempre hablará de unidad, de alianza, de unificación. La Guerra no parece desear una conciencia popular, ni siquiera del tipo que han inventado los alemanes, ein Volk ein Führer, un pueblo un Führer: quiere una máquina con muchas partes separadas, no una unidad, sino una complejidad..."
"(...) ¿Qué ocurre cuando un paranoico se encuentra con otro paranoico? Un cruce de solipsismos. Evidentemente. Las dos formas crean una tercera: un moiré, un nuevo mundo de sombras que fluyen, interferencias... (...)"
"(...) Almas como golondrinas de granero, hechas de pardo amanecer, se elevan hacia los blancos techos..., son únicas en la Zona, responden a la nueva Incertidumbre. Los fantasmas solían ser semejantes a los muertos o espectros de los vivos. Pero aquí, en la Zona, las categorías se han confundido terriblemente. La situación de la palabra que echas de menos, amor, y su búsqueda se han vuelto ahora ambiguas y remotas, pero esto es incluso más que la burocracia de la ausencia masiva: algunos todavía viven, otros han muerto, pero muchos, muchos han olvidado lo que son. Sus apariencias ya no sirven. Aquí sólo hay envolturas bajo la luz, en la oscuridad; imágenes de la Incertidumbre...".
jueves, 6 de mayo de 2021
ACONTECIMIENTO FREUD. EN EL ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO.
Freud fue y sigue siendo un acontecimiento. Trato de transmitirles a los alumnos la gigantesca hazaña que significó la irrupción de un deseo inédito, el suyo, y una elaboración que subvirtió el concepto de individuo racional de manera ineludible. La sexualidad infantil y lo infantil de la sexualidad, la determinación inconciente de los actos y los afectos humanos, los sueños, su ética y su funcionamiento poético, la pulsión de muerte, la complejidad y lo enigmático de la sexualidad femenina, la invención del objeto psicoanalista, son algunos de los conceptos que cambiaron para siempre el mundo.
Con ocasión de recibir el Premio Goethe, en 1930, Freud cita al gran poeta, en su obra Fausto:
“ De nuevo aparecéis, formas flotantes,
Como ya antaño ante mis turbios ojos.
Debo intentar ahora reteneros?
“Lo no sabido por los hombres,
O aquello en lo cual no repararon,
Vaga en la noche
Por el laberinto del pecho”.
Harold Bloom, en su maravilloso texto, Freud y lo sublime: una teoría catástrofe de la creatividad, publicado en la Revista Descartes N# 24/25 (publicación del Centro Descartes de Septiembre de 2015), dirá:
"(...) los textos fuertes vienen a ser fuertes porque consideran equívocos todos los textos precedentes. Más tiene Freud en común con Proust y Montaigne que con los científicos de la biología, porque sus interpretaciones de la vida y de la muerte son informadas siempre por textos, primero los textos literarios de otros, y después por los suyos propios de antes, hasta que al fin la mediación Sublime de la "otredad" empieza a ser desempeñada por su propia obra en preparación. (...) pero el canon de los escritos de Freud nos da la sensación, cada vez más inquietante, de que él mismo llegara a ser su propio precursor, y que se pusiera a defenderse contra sí mismo llegando así, intencionada y audazmente, a posiciones finales".
Encuentro en este texto sobre Freud, una potencia de deseo equivalente a la que llevó a su autor a escribir Shakespeare. La invención de lo humano. ¡Lo cual, al menos a mí, me dijo y dice mucho! Estamos aún y creo que lo estaremos por bastante tiempo más, delimitando las coordenadas de nuestra vida personal y en comunidad, a partir de las marcas que inscribiera en la historia de la humanidad, el acontecimiento Freud; desde la lucidez de pensamiento y un deseo nunca en reposo freudianos.
Para conmemorar el aniversario de su nacimiento, elijo citarlo (me costó encontrar el párrafo en particular para esta ocasión):
"Por muy diversos motivos, me es ajeno el propósito de hacer una valoración de la cultura humana. (...) los juicios de valor de los seres humanos derivan enteramente de sus deseos de dicha, y por tanto son un ensayo de apoyar sus ilusiones mediante argumentos. (...) se me va el ánimo de presentarme ante mis prójimos como un profeta, y me someto a su reproche de que no sé aportarles ningún consuelo- pues eso es lo que en el fondo piden todos, el revolucionario más cerril con no menor pasión que el más cabal beato-.
He aquí, a mi entender, la cuestión decisiva para el destino de la especie humana: si su desarrollo cultural logrará, y en caso afirmativo en qué medida, dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la humana pulsión de agresión y de autoaniquilamiento. Nuestra época merece quizás un particular interés justamente en relación con esto. Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado. Y ahora cabe esperar que el otro de los dos "poderes celestiales", el Eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse en la lucha contra su enemigo igualmente inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?".
El malestar en la cultura. (1930[1929]). Página 140. Tomo XXI. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1986.
lunes, 3 de mayo de 2021
NOMADLAND. ENTRE EL DUELO Y LA DESOLACIÓN, LA BELLEZA Y EL SURGIMIENTO DE LO HUMANO.
NOMADLAND. 2021. Con enlace para verla.