miércoles, 28 de julio de 2021

EL LIBRO DE TAMAR. De TAMARA KAMENSZAIN.UNA MUJER EN DUELO Y muchas mujeres de duelo por la partida de su autora.


 

Quiero decir algo, por primera vez en un año y medio:

LA MUERTE ME TIENE HARTA!!! 

QUÉ MANERA DE LLEVARSE GENTE VALIOSA DE NUESTRO QUERIDO Y MALTRATADO PAÍS! 

Rindo homenaje a una escritora que con este libro breve pero que dice una vida y un amor inmenso tocó mi alma, alumbrando la senda que seguiría sin saberlo entonces.

GRACIAS TAMARA! 

El libro de Tamar, de Tamara Kamenszain también narra un amor quebrado, por el vicio del alcohol. Un matrimonio de años, feliz, con hijos, se rompe el día en el que él decide irse de su vida, como llevado por un impulso tanático. Quince años después, desliza por la puerta de la que fuera su casa, donde aún sigue viviendo su ex, un poema (él era narrador) escrito en base a anagramas del nombre Tamara. Ese poema duerme sin consecuencias durante años, hasta que la autora (poeta ella) lo reencuentra y decide escribir este libro. En él narra los capítulos tomando de inspiración cada verso del poema que su ex escribiera. Con los recuerdos y el amor duradero a pesar del transcurso del tiempo, Kamenszain, ya viuda, reconstruye el vínculo amoroso con su ex, sublimando con palabras lo que la vida y el alcohol destruyeron. La metáfora del amor (absolutamente atravesada por la literatura) se invierte: el narrador había devenido poeta, y la poeta deviene narradora, con el fin de recrear la historia de amor que los había unido. Conmovedor y poderoso.

sábado, 24 de julio de 2021

JAMES JOYCE POR JACQUES MERCANTON. LA COSMICITY DEL GRAN PAYASO IRLANDÉS. AMOR Y ARTE. ESE SENTIMIENTO DE AMISTAD.

Este último jueves tuve la enorme satisfacción de conversar con colegas de la Escuela Brasileña de Psicoanálisis sobre amor y arte, en particular, en relación con James Joyce y su obra. 

Comparto con ustedes apenas unas citas que por su belleza y resonancias, resaltaron de lo que expuse. 

" (...) No se sustituye la fe cristiana y no hay ninguna máscara para el rostro de Cristo. De hecho no hay nada más alejado de la mente de Joyce que la idea de un mensaje, metafísico o religioso, incluido en su obra, nada más alejado de él que la creencia cómoda de que una cosa sustituye a otra y de que no existe el sacrificio total. (...) 

Si Finnegans Wake es un libro de reconciliación es porque, sin lamentaciones, sin remisión, sin ninguna rebelión previamente decidida, un gran poeta, solamente por medio de su arte, representa en él con un amor inagotable los bienes cotidianos y misteriosos de la vida, y porque a pesar de la angustia colma con él su corazón: The child we all love to place our hope in. Porque ahí donde está vuestro tesoro...

No hay nada más que decir. Bajo los árboles mudos, durante el ángelus melancólico de este crepúsculo, Joyce, jugueteando con su bastón, se limita a escuchar a su vez el bello pasaje de Newman que le recuerdo en sordina: They do not take away the winter of my desolation, or make the buds unfold and the leaves grow within me, and my moral being rejoice. Imagen de este crepúsculo escalofriante, de oscuridad brumosa que se desliza sobre el río, de la ansiosa soledad en la que, durante un instante todavía, nos encontramos juntos, de este mundo en el que ni las razones, ni las ideas, ni la mayor parte de las creencias llevan consigo ninguna promesa: "No pueden calentar el invierno de mi pesar, ni hacer que broten las semillas y crezcan las hojas en mi alma..."

¿Qué hacer humano podría con semejante carga impiadosa?

"Reconocía con alegría la intención de su gran poema: reproducir, de la manera más fiel posible, la inagotable comicidad [cosmicity] de la creación del mundo".

"No existe poesía viva sin un sentimiento de amistad hacia la vida, pero a veces esta amistad el poeta la recibe de su propia obra. Éste es el caso de Joyce, en los últimos años que lo conocí, trabajando para acabar su mayor obra: sabía que Finnegans Wake, después de una larga noche, significaba una liberación". (las negritas son mías). 


 

martes, 13 de julio de 2021

LAS HORAS DE JAMES JOYCE. DE JACQUES MERCANTON. FOLLOW ME UP TO CARLOW, CANCIÓN GUERRERA.



Al menos para mí, leer a Joyce  o leer cosas sobre él se torna una experiencia que se me impone compartir.
Leo por enésima vez este libro maravilloso de Mercanton, que escribiera varios textos dedicados al gran escritor irlandés, y encuentro un hallazgo:
 
"Un rayo de luz en el cielo otoñal: acaba de recibir de un amigo irlandés una vieja canción que está buscando hace treinta y cinco años: Follow me up to Carlow, canción guerrera, de ritmo marcial, que me ruega que lea para poder tocársela más tarde. 
Y me cuenta algunas hazañas aventureras de la vida del conde de Carlow, padre o abuelo de este amigo, que lanzó una pastilla de jabón a la cabeza de un almirante francés en Dieppe y, desde su cama, en su castillo de Irlanda, disparaba a los pájaros que pasaban por delante de su ventana.
-¡Ay!, si yo fuera más fuerte y viera mejor, habría hecho lo mismo esta noche. 
Al final de la tarde, después de dar un paseo, subimos a un salón del hotel. Joyce me hace repetir varias veces la canción para aprenderla, se sienta a mi lado en el piano, añade armonías al bajo, repite el estribillo:
(...) 
Busca el tono adecuado, querría trasladarla a un tono más alto, intenta tocar la canción de memoria. Y, arrastrado por el placer, y sobre todo por la emoción que le produce el canto, sigue solo al piano y con una voz melodiosa, vibrante, un poco desgarrada, se pone a cantar, acompañándose de algunos acordes, una vieja endecha gaélica, llena de nostalgia y de dulzura. Su rostro emocionado adquiere una expresión juvenil y dolorosa, cierra los ojos, y sus manos finas, llenas de pesados anillos, flotan sobre las teclas". 

lunes, 12 de julio de 2021

MY BROTHER'S KEEPER, traducido con desidia al español como Mi hermano James Joyce. DE STANISLAUS JOYCE.

Ya les comenté sobre este libro maravilloso. Lo releo por tercera vez y sigo encontrando gemas. 


"Mi hermano tuvo además la ventaja adicional de ser desgraciado en un país desgraciado. La infelicidad fue como un vicio que lo forzaba a valerse de la experiencia directa o a refugiarse en los sueños. No era posible ningún compromiso consolador. (...)

Para mi hermano, la vida no fue un interesante tema de discusión, fue una pasión". 
 

jueves, 8 de julio de 2021

9 DE JULIO: ¡FELIZ DÍA DE LA PATRIA ARGENTINA! LEYENDAS PATAGÓNICAS: EL CALAFATE Y LA DANZA DE LA VIDA Y LA MUERTE. PROVINCIA DE SANTA CRUZ. ARGENTINA.


Visité hace algunos meses esa tierra de misterio y leyenda que es la Patagonia argentina. Admito que así como muchos sienten "la patria" en tierras de la Pampa Húmeda o de la región central del país, yo siento algo parecido a lo inefable de sentirse unido a un terruño, cuando piso la Patagonia. Como se acerca el día de la Patria, el 9 de julio, quiero "llevarlos" a aquellos parajes a través de sus leyendas y mitos, recursos ficcionales más antiguos e imprescindibles del ser humano, en relación con el origen de todo lo que existe, y con su propia existencia. 


Leyenda de El Calafate. 

Hay dos, pero elijo la que más me 
gusta. 

La leyendas tehuelches (o aonikenk) cuentan la historia de Calafate, la hija del jefe de la tribu, que era lo que él más amaba.

Calafate, era una hermosa y obediente joven de ojos dorados. Pero las cosas cambiaron cuando el clan de Calafate recibió a un joven de origen selknam para que estuviera a prueba entre ellos en donde se le asignó un ritual de iniciación para convertirse en hombre, un ritual conocido como el Hain.

Prontamente los dos jóvenes se enamoraron y planearon escapar juntos , pues según la tradición de los tehuelches estos solían menospreciar a los selknam, motivo por el cual el jefe y padre de Calafate decide oponerse a dicha unión.

Debido a sus tradiciones, los tehuelches no podían dañar al iniciado durante el Hain y para evitar que la relación entre su hija y dicho forastero durase, al padre de Calafate no le quedó más remedio que pedir la ayuda del chamán de la tribu. Quien respondió que no podría hacer que su amor acabara, sin embargo, podía mantenerlos separados para siempre.​

Luego de la visita al chamán, Calafate fue transformada en una planta espinosa con flores doradas como sus ojos, nunca antes vista en esas tierras.

Por muchos meses el joven vagó por la estepa buscando a su amada Calafate y debido a su gran amor, se dice que los espíritus apiadándose de él, lo ayudaron convirtiéndolo en una pequeña y rápida ave con el fin de recorrer con más velocidad las grandes extensiones patagónicas.

Así pasó el invierno y la primavera, hasta que un día de verano, el joven pájaro se posó en un arbusto que no había visto antes y al probar sus frutos se dio cuenta de que eran tan dulces como el corazón de Calafate logrando reencontrarse después de años de búsqueda.

En la Patagonia se cuenta que el embrujo de Calafate permanece en los frutos de este típico arbusto localizado al sur de la Patagonia y quien los coma una vez, siempre regresará al lugar donde lo hizo por eso la leyenda dice: "El que come Calafate, siempre vuelve por más".


La danza de la vida y de la muerte. 

Las piernas y la mano que ven en la foto son de la genia Valeria Kaiser, que fue quien nos introdujo de a poco en los misterios de las pinturas rupestres (por desgracia muchas ya vandalizadas) de las cuevas y paredes rocosas a orillas del hermosísimo Lago Argentino. 
Nos mostró la tabla que ven en la imagen de la izquierda y nos preguntó qué creíamos que significaban los dibujos (algún atisbo de los originales pueden verlos en la foto de arriba). 
Les cuento entonces: partiendo de que no hay testimonio escrito que valide las versiones, que lo que pueda 

decirse es conjetural, interpretativo,  nos dijo: la figura que se asemeja a una rana es el chamán. La figura de al lado, semejante a una tortuga, podría ser una mujer embarazada. Las figuras que siguen, con los brazos hacia arriba, son los jóvenes que danzan dándole la bienvenida al mundo al nuevo ser. A continuación, los dibujos con los brazos caídos, serían los ancianos, para finalmente ver a los que yacen acostados, los fallecidos. 

¡En esta pintura que, como les decía, ilustraba una pared rocosa que mira hace siglos las azules y glaciares aguas del Lago Argentino, vemos el misterio de la vida y de la muerte, tal como los pensaban los tehuelches, hace 4 mil años!

           ¡FELIZ DÍA DE LA PATRIA, TAN QUERIDA COMO VAPULEADA ARGENTINA! 

domingo, 4 de julio de 2021

DOMINGO GIRONDEANO! CANSANCIO.


Y de los replanteos
y recontradicciones
y reconsentimientos sin o con sentimiento cansado
y de los repropósitos
y de los reademanes y rediálogos idénticamente bostezables
y del revés y del derecho
y de las vueltas y revueltas y las marañas y recámaras y remembranzas y remembranas de pegajosísimos labios
y de lo insípido y lo sípido de lo remucho y lo repoco y lo remenos
recansado de los recodos y repliegues y recovecos y refrotes de lo remanoseado y relamido hasta en sus más recónditos reductos
repletamente cansado de tanto retanteo y remasaje
y treta terca en tetas
y recomienzo erecto
y reconcubitedio
y reconcubicórneo sin remedio
y tara vana en ansia de alta resonancia
y rato apenas nato ya árido tardo graso dromedario
y poro loco
y parco espasmo enano
y monstruo torvo sorbo del malogro y de lo pornodrástico
cansado hasta el estrabismo mismo de los huesos
de tanto error errante
y queja quena
y desatino tísico
y ufano urbano bípedo hidefalo
escombro caminante
por vicio y sino y tipo y líbido y oficio
recansadísimo
de tanta tanta estanca remetáfora de la náusea
y de la revirgísima inocencia
y de los instintitos perversitos
y de las ideítas reputitas
y de las ideonas reputonas
y de los reflujos y resacas de las resecas circunstancias
desde qué mares padres
y lunares mareas de resonancias huecas
y madres playas cálidas de hastío de alas calmas
sempiternísimamente archicansado
en todos los sentidos y contrasentidos de lo instintivo o sensitivo tibio
remeditativo o remetafísico y reartístico típico
y de los intimísimos remimos y recaricias de la lengua
y de sus regastados páramos vocablos y reconjugaciones y recópulas
y sus remuertas reglas y necrópolis de reputrefactas palabras
simplemente cansado del cansancio
del harto tenso extenso entrenamiento al engusanamiento
y al silencio



OLIVERIO GIRONDO.
Y yo,que suscribo. 
 

jueves, 1 de julio de 2021

POST DOBLE! ME REHUSÉ A ELEGIR: 1 DE JULIO: ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE JUAN CARLOS ONETTI Y DEL FALLECIMIENTO DE LOUIS-FERDINAND CÉLINE.

Viaje al fin de la noche de Céline y Los adioses de Onetti son dos de las mejores novelas que leí en mi vida. 
De manera que voy a compartir con ustedes un párrafo de cada una de ellas, para que si no las leyeron, les de ganas de hacerlo (para la de Céline, busquen una edición diferente que la mía; la traducción es fatal). 

Viaje al fin de la noche (1932). 

"Mientras no mate, el militar es como un niño. Resulta fácil divertirlo. Como no está acostumbrado a pensar, en cuanto le hablas, se ve obligado, para intentar comprenderte, a hacer esfuerzos extenuantes. El capitán Frémizon no me mataba, no estaba bebiendo tampoco, no hacía nada con las manos, ni con los pies, tan sólo intentaba pensar. Eso era superior a sus posibilidades. En el fondo, yo lo tenía sujeto de la cabeza. 
Gradualmente, mientras duraba aquella prueba de humillación, yo notaba que mi amor propio estaba listo para dejarme, esfumarse aún más y después soltarme, abandonarme del todo, por así decir, oficialmente. Después de ese incidente, me volví para siempre infinitamente libre y ligero, moralmente, claro está". (¿Alguna resonancia a cierta situación narrada por Joyce en Retrato...? No me creo que dí con este párrafo. Uno de los pocos que tengo marcados en la novela).  




 Los adioses (1954) Dedicada a Idea Vilariño. 

"Quisiera no haber visto del hombre, la primera vez que entró en el almacén, nada más que las manos; lentas, intimidadas y torpes, moviéndose sin fe, largas y todavía sin tostar, disculpándose por su actuación desinteresada. Hizo algunas preguntas y tomó una botella de cerveza, de pie en el extremo más sombrío del mostrador, vuelta la cara- sobre un fondo de alpargatas, el almanaque, embutidos blanqueados por los años- hacia afuera, hacia el sol del atardecer y la altura violeta de la sierra, mientras esperaba el ómnibus que lo llevaría a los portones del hotel viejo. 
(...) 
Cuando éste llegó en el ómnibus de la ciudad, el enfermero estaba comiendo en una mesa junto a la reja de la ventana; sentí que me buscaba con los ojos para descubrir mi diagnóstico. El hombre entró con una valija y un impermeable; alto, los hombros anchos y encogidos, saludando sin sonreír porque su sonrisa no iba a ser creída y se había hecho inútil o contraproducente desde mucho tiempo atrás, desde años antes de estar enfermo. Lo volví a mirar mientras tomaba la cerveza, vuelto hacia el camino y la sierra; y observé sus manos cuando manejó los billetes en el mostrador, debajo de mi cara. Pero no pagó al irse, sino que se interrumpió y vino desde el rincón, lento, enemigo sin orgullo de la piedad, incrédulo, para pagarme y guardar sus billetes con aquellos dedos jóvenes envarados por la imposibilidad de sujetar las cosas. Volvió a la cerveza y a la calculada posición dirigida hacia el camino, para no ver nada, no queriendo otra cosa que no estar con nosotros, como si los dos hombres en mangas de camisa, casi inmóviles en la penumbra del declinante día de primavera, constituyéramos un símbolo más claro, menos eludible que la sierra que empezaba a mezclarse con el color del cielo".