En este interesante, divertido y nuevo trabajo ensayístico, el gran escritor italiano se aboca a tratar de esclarecer las coordenadas del surgimiento de la era digital y su rápida expansión a escala global.
Sostendrá que los millenials consideran a las máquinas como una extensión de sí mismos, no como una mediación con el mundo.
Destaca el oxímoron (yo lo nombro así) que significa que se navegue, se viaje, se hable con muchos otros sin moverse de una silla; en la posición "de juego" de la que todo partió.
Entonces, se pregunta de dónde vendría esta obsesión por el movimiento.
"(...) Era gente que desnaturalizaba todo lo que podía, que trabajaba para hacer ligero y nómada cualquier fragmento de lo creado, que pasaba su tiempo construyendo inmensos sistemas de conexión, y que no se rindió hasta que inventó un sistema sanguíneo que permitiera que circulara todo y en todas direcciones. Era gente que vivía la linealidad como una coacción, que destruía todas las mediaciones que podían ralentizar el movimiento y que prefería sistemáticamente la velocidad a la calidad. (...) Pero ¿qué problema tenían, cielo santo?
Era gente en fuga-esa es la respuesta-. Estaban escapándose de un siglo que había sido uno de los más horribles de la historia de la humanidad y que no había hecho excepciones con nadie. Dejaban a sus espaldas una serie de impresionantes desastres, y si uno mirara con el microscopio esa secuencia de desgracias, habría encontrado una cierta sustancia química en todas partes, pero realmente en todas partes, y siempre dominante sobre todas las demás: LA OBSESIÓN POR LA FRONTERA, LA IDOLATRÍA HACIA CUALQUIER LÍNEA DE DEMARCACIÓN, EL INSTINTO DE ORGANIZAR EL MUNDO EN ZONAS PROTEGIDAS Y NO COMUNICANTES. (...)
¿Qué podía salvarle? Ponerlo todo en movimiento. Hacerlo en el primer instante posible.
Boicotear las fronteras, derribar todas las murallas, organizar un único espacio abierto en el que todas las cosas se ponían en circulación. Demonizar la inmovilidad. Asumir el movimiento como un valor primordial, necesario, totémico, indiscutible".
miércoles, 26 de febrero de 2020
domingo, 23 de febrero de 2020
TEATRO: ADELA DUERME SERENA. UNA INTROMISIÓN SORPRENDENTE EN LA MENTE DE UNA MUJER QUE ENFERMA.
En el TEATRO NACIONAL CERVANTES.
Escrita por Teo Ibarzábal, ganadora del concurso TNA-TC y Argentores 2018.
Con: Amanda Busnelli, Valentino Grizutti, Federico Marquestó, Laura López Moyano, Mariano Sayavedra, Emilio Vodanovich
Escrita por Teo Ibarzábal, ganadora del concurso TNA-TC y Argentores 2018.
Con: Amanda Busnelli, Valentino Grizutti, Federico Marquestó, Laura López Moyano, Mariano Sayavedra, Emilio Vodanovich
Producción: Silvia OleksikiwJefe de escenario: Paola Gonçalves, Nery Martín Mucci
Asistencia de dirección: Matias Lopez Stordeur
Asistencia de dirección: Matias Lopez Stordeur
Música original: Federico Marquestó
Vestuario: Lara Sol Gaudini
Escenografía e iluminación: Santiago Badillo
Vestuario: Lara Sol Gaudini
Escenografía e iluminación: Santiago Badillo
Dirección: Andrea Garrote
Como suelo hacer, no voy a contarles al detalle de qué trata la obra, más allá de lo sugerido en el título de la entrada. Creo que es fundamental en este caso, para que el logro artístico que implica esta puesta se concrete en su máxima expresión, que el auditorio vaya descubriendo de a poco, tan de a poco como van sucediéndose los hechos, cuál es el fondo del argumento.
La sala contribuye a ese logro; es circular. Son pocas filas de sillas. Estamos casi sentados en el living de la casa de Adela y su familia. Los espectadores nos podemos ver las caras, asombradas, compungidas, risueñas...
Adela vive en algún lugar que no es la Capital, ciudad que funciona como el reino de los sueños para varios de los integrantes de su familia. El tema de irse o quedarse, de estar libre afuera o encerrado adentro, de dejar el hogar y el pueblo (por las descripciones minuciosas que se hacen del lugar, entre trágicas y cómicas, se intuye que es un pueblo, en el que las calles, por ejemplo, se nombran según la persona que viva en ella) no es el principal, pero tendrá su peso: será el detonante de lo que le irá ocurriendo a Adela: un lenta pero incesante emergencia de las consecuencias del nudo que conforman en ella la herencia genética, la edad, la lengua, la emotividad.
La obra es un verdadero hallazgo: maravillosamente actuada, por actores que ponen toda su sensibilidad emotiva y corporal en interpretar cada palabra del texto, que dice tanto más en lo que calla, en lo que sugiere, detrás de diálogos superficiales a veces, repetitivos otras (como lo son todos los diálogos que se pueden tener en la cotidianidad de la vida familiar), pero siempre alusivos, alegóricos, profundísimos, hirientes en lo que silencian. Una presencia apenas perceptible al comienzo, irá generando con los minutos inquietud y por qué no, angustia: presencia de un cuerpo que comienza a existir privado de la palabra, de los recuerdos, de los sueños.
La puesta me resultó realmente genial, igual que la dirección. Recursos novedosos (repeticiones, cambio de ritmo en el movimiento de los cuerpos), muy logrados en su eficacia, logran hacer del escenario y de las presencias en él, un espacio topológico en el que se entrecruzan las líneas del tiempo y el espacio, sin más truco que el despliegue de la acción y la palabra.
Asistir a una función de Adela duerme serena no tiene absolutamente nada de sereno ni de bucólico. Es sumergirse en una coctelera emocional de la que es imposible salir ileso: seguramente alguno de los personajes, y quizás varios, nos tocarán en lo más íntimo: todos somos hijos, o padres, o madres, o hermanos; todos soñamos con lo que nos falta, todos, en algún momento de oscuridad subjetiva, suponemos que nos merecemos una vida mucho mejor que la que nos ha tocado y que supimos construirnos. Todos, en mayor o menor medida, en algún momento de nuestro devenir vital nos vemos invadidos por los fantasmas de la enfermedad y la vejez,propias o ajenas.
La obra termina (para mi enorrrrme placer) con un tema de Los Beatles interpretado por los actores, guitarra en mano. La letra del tema produce otra torsión: hay circunstancias en la vida en las que se es lo que nos toca ser: será el momento de encontrar o de crear la belleza imprescindible para sobrellevarlas.
UNA OBRA QUE LOS QUE VIVIMOS ENTRE PALABRAS, LOS QUE ESTAMOS EN CONTACTO PERMANENTE CON SUBJETIVIDADES AFECTADAS POR EL SUFRIMIENTO NO DEBERÍAMOS PERDERNOS.
viernes, 21 de febrero de 2020
miércoles, 19 de febrero de 2020
LOS PUNTOS SUSPENSIVOS DE EUGENIO MONTALE. POR GERMÁN GARCÍA. EN LA DESCARTES N#26. PURA POESÍA.
Comparto hoy con ustedes este hermoso texto escrito por Germán García, a propósito de la cuestión de la herejía, y la Movida Zadig, publicado en la Revista Descartes N# 26, de noviembre de 2017.
Recorto una frase de García: "(...)Pero en la sobria distancia de aquellos puntos suspensivos está la frialdad de quien pasa junto al dolor y las bajezas humanas y sigue adelante".
Recorto una frase de García: "(...)Pero en la sobria distancia de aquellos puntos suspensivos está la frialdad de quien pasa junto al dolor y las bajezas humanas y sigue adelante".
lunes, 17 de febrero de 2020
DICEN LOS LECTORES DE CRIATURAS DE ARENA. ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS CARMEN GONZÁLEZ TÁBOAS!
Confieso que no me resulta ni un poco penoso escribir, todo lo contrario; hacerlo es habitar una epifanía fuera del tiempo.
Además de la gozosa experiencia de la escritura, cuando un lector destina parte de su tiempo a leer algo que escribí, y además me escribe para contarme su experiencia de lectura, el goce se amplifica, me pasa al cuerpo, es algo indescriptible.
Siento que todo lo hecho vale la pena, y deseo escribir mucho más.
Aspiro a eso: que mis libros lleguen a las personas, que las conmueva, que sean un suspiro que llegue a sus oídos con una cálida brisa.
De modo que no puedo más que estar agradecida cuando eso pasa.
Me escribió estas líneas Carmen González Táboas. ¡Muchas gracias Carmen!
" (...) Al fin me encontré con tu preciosa novela.
Maximiliano Fabi descubría el paso de los aromas y las fragancias a la scientia que se aleja de la "mera" literatura.
Sí, tu libro entra muchas veces en lo insondable de lalengua, la de un pueblo, y la de quien se atreve a entrar en ella como lo hacés.
Sobre todo al final de la novela, cuando en la tragedia se extrema de tal modo la fuerza poética de tu escritura.
Si, pongo aparte, como vos lo hiciste, las pinturas y los poemas. No los sabría adjetivar.
Están muy bien juntos.
(...)
Agradezco la oportunidad del encuentro que me hizo saber de Criaturas de arena.
Imagino que avanzás en ese libro "autobiográfico". Ya me contarás".
Carmen González Táboas es psicoanalista, y ensayista. El viernes 3 de abril presentará, en una conversación con Leonardo Gorostiza, El amor; Aún. Una lectura del seminario 20 de Lacan y sus fuentes antiguas, en la EOL, Ancón 5201.
domingo, 16 de febrero de 2020
NISMAN. EL FISCAL, LA PRESIDENTA Y EL ESPÍA. MINISERIE DE NETFLIX DIRIGIDA POR EL PERIODISTA BRITÁNICO JUSTIN WEBSTER.
Sopesé mucho si comentar esta miniserie en mi blog, que es esencialmente, un blog sobre literatura y cultura. Pero me llevé una gran sorpresa al verla. Entonces decidí comentarla.
Quiero decir que empecé a mirarla sin tener ninguna idea de lo que se hubiera podido decir sobre ella previamente.
Creo que está muy bien hecha. La edición me gustó mucho, la música, las imágenes.
Hay muchos testimonios de involucrados de manera directa con la causa del fiscal muerto (elijo con toda intención esta palabra, muerto), que si bien es una premisa de movida que fueron editados, lo que se incluye es de un valor innegable. Entre todos se arma un apasionante puzzle, ¡al que le faltan piezas!
También tengo que decir que la serie me atrapó, cosa que no es muy habitual que me ocurra; en general con los productos de Netflix, sean series propias, o películas, como mucho a la media hora me duermo.
Si esta miniserie hubiera sido, en lugar de una miniserie, una novela de misterio diría que es muy buena. Me dejó pensando muchas cosas, me permitió sacar conclusiones tremendas, no ya sobre el caso en cuestión sino sobre política internacional, sobre la incidencia de las naciones hegemónicas en lo cotidiano de los países que no lo son, y sobre el pobre y éticamente muy dudoso papel de la justicia que "es posible" impartir en dichos países: una justicia ni ciega, ni sorda ni muda; una justicia que me recordó esa grandísima novela de George Orwell, 1984, ¡para nada distópica ni de ciencia ficción! La justicia que se imparte está compuesta de grandes agujeros negros, vacíos de pruebas, o pruebas fabricadas y apoyadas en relatos que nadie estaría en condiciones de probar y poder sostener en ningún tribunal serio, pero por encima de todo, una justicia que inevitablemente es funcional a intereses superiores, que van más allá de las personas implicadas.
Sobre los casos, atentado a la AMIA y el del propio fiscal NISMAN, me queda un sinsabor persistente: no sabremos nunca la verdad. Hay intereses gigantescos en que las cosas estén así.
La miniserie presenta de manera impecable la inconsistencia de las distintas líneas investigativas, y el descoloque mayúsculo que se produce al intentar cruzarlas, en la búsqueda de líneas que converjan: concluí que la muerte de Nisman (y es lamentable que en algún punto no haya diferencia en dirimir si fue suicidio o asesinato, ambas posibilidades son plausibles) fue un daño colateral, una carambola a dos bandas, un hecho (sigo sin precisar con toda intención, si trágico o criminal) que fue funcional al no esclarecimiento del atentado a la AMIA. Y así fue utilizado. Con su muerte se sacaba un clavo con otro clavo (el caso Nisman opacó al de la AMIA, en algún punto) y de paso se conseguían ciertos efectos negativos sobre el gobierno de turno. Tanto es así que hasta pudo haber sido un caso de "fuego amigo", o de desborde subjetivo del fiscal, ante una audiencia que impensadamente iba a ser pública y transmitida en vivo por televisión.
Por otro lado, con opiniones de muy diversa y hasta antagónica raigambre, se esboza un perfil de personalidad del fiscal muy complejo e interesante (¡colegas analistas vean la miniserie!).
También extraje, desde el comienzo de la serie, la penosa conclusión de que hubo carreras políticas de personajes del más alto nivel en la pirámide de poder de épocas recientes en nuestro país, construidas sobre la sangre de los muertos, de las víctimas.
Esta interesantísima miniserie me deja como conclusión que como ciudadanos no llegamos siquiera a poder inteligir las razones y/o coordenadas de los daños colaterales "necesarios" para sostener determinadas políticas internacionales, inconfesables. Nosotros solo vemos un simple y distorsionado reflejo de las consecuencias de cuestiones geopolíticas y económicas de la mayor trascendencia (por ejemplo, el desarrollo de planes nucleares por parte de algunas naciones). Nos llegan solo las chispas y el humo...
El que llegue a alguna otra conclusión es que probablemente vaya a buscar en los hechos exclusivamente aquello que quiere encontrar, lo que tranquilice su espíritu y su conciencia ciudadana, esté parado en la vereda en la que lo esté. ¡Véanla! Siempre es mejor saber en qué se está enredado que ignorarlo. Aunque saberlo duela.
Quiero decir que empecé a mirarla sin tener ninguna idea de lo que se hubiera podido decir sobre ella previamente.
Creo que está muy bien hecha. La edición me gustó mucho, la música, las imágenes.
Hay muchos testimonios de involucrados de manera directa con la causa del fiscal muerto (elijo con toda intención esta palabra, muerto), que si bien es una premisa de movida que fueron editados, lo que se incluye es de un valor innegable. Entre todos se arma un apasionante puzzle, ¡al que le faltan piezas!
También tengo que decir que la serie me atrapó, cosa que no es muy habitual que me ocurra; en general con los productos de Netflix, sean series propias, o películas, como mucho a la media hora me duermo.
Si esta miniserie hubiera sido, en lugar de una miniserie, una novela de misterio diría que es muy buena. Me dejó pensando muchas cosas, me permitió sacar conclusiones tremendas, no ya sobre el caso en cuestión sino sobre política internacional, sobre la incidencia de las naciones hegemónicas en lo cotidiano de los países que no lo son, y sobre el pobre y éticamente muy dudoso papel de la justicia que "es posible" impartir en dichos países: una justicia ni ciega, ni sorda ni muda; una justicia que me recordó esa grandísima novela de George Orwell, 1984, ¡para nada distópica ni de ciencia ficción! La justicia que se imparte está compuesta de grandes agujeros negros, vacíos de pruebas, o pruebas fabricadas y apoyadas en relatos que nadie estaría en condiciones de probar y poder sostener en ningún tribunal serio, pero por encima de todo, una justicia que inevitablemente es funcional a intereses superiores, que van más allá de las personas implicadas.
Sobre los casos, atentado a la AMIA y el del propio fiscal NISMAN, me queda un sinsabor persistente: no sabremos nunca la verdad. Hay intereses gigantescos en que las cosas estén así.
La miniserie presenta de manera impecable la inconsistencia de las distintas líneas investigativas, y el descoloque mayúsculo que se produce al intentar cruzarlas, en la búsqueda de líneas que converjan: concluí que la muerte de Nisman (y es lamentable que en algún punto no haya diferencia en dirimir si fue suicidio o asesinato, ambas posibilidades son plausibles) fue un daño colateral, una carambola a dos bandas, un hecho (sigo sin precisar con toda intención, si trágico o criminal) que fue funcional al no esclarecimiento del atentado a la AMIA. Y así fue utilizado. Con su muerte se sacaba un clavo con otro clavo (el caso Nisman opacó al de la AMIA, en algún punto) y de paso se conseguían ciertos efectos negativos sobre el gobierno de turno. Tanto es así que hasta pudo haber sido un caso de "fuego amigo", o de desborde subjetivo del fiscal, ante una audiencia que impensadamente iba a ser pública y transmitida en vivo por televisión.
Por otro lado, con opiniones de muy diversa y hasta antagónica raigambre, se esboza un perfil de personalidad del fiscal muy complejo e interesante (¡colegas analistas vean la miniserie!).
También extraje, desde el comienzo de la serie, la penosa conclusión de que hubo carreras políticas de personajes del más alto nivel en la pirámide de poder de épocas recientes en nuestro país, construidas sobre la sangre de los muertos, de las víctimas.
Esta interesantísima miniserie me deja como conclusión que como ciudadanos no llegamos siquiera a poder inteligir las razones y/o coordenadas de los daños colaterales "necesarios" para sostener determinadas políticas internacionales, inconfesables. Nosotros solo vemos un simple y distorsionado reflejo de las consecuencias de cuestiones geopolíticas y económicas de la mayor trascendencia (por ejemplo, el desarrollo de planes nucleares por parte de algunas naciones). Nos llegan solo las chispas y el humo...
El que llegue a alguna otra conclusión es que probablemente vaya a buscar en los hechos exclusivamente aquello que quiere encontrar, lo que tranquilice su espíritu y su conciencia ciudadana, esté parado en la vereda en la que lo esté. ¡Véanla! Siempre es mejor saber en qué se está enredado que ignorarlo. Aunque saberlo duela.
viernes, 14 de febrero de 2020
HACIA LA BELLEZA. DE DAVID FOENKINOS. SER SENSIBLE A LO BELLO. ENTRE LA ERRANCIA Y EL ENCUENTRO.
Hoy les cuento sobre esta también hermosa novela de Foenkinos, que a pesar de que aborda como La delicadeza, el tema del amor, ese misterio que habita y causa tanto placer y felicidad como desdicha a los humanos, en este caso hay menos romanticismo, y más oscuridad.
Se trata de Antoine Duris, profesor de Historia del Arte, reconocido por su excelencia, que de buenas a primeras y sin dejar ninguna señal a nadie, decide irse a París, a trabajar como guardia de sala del Museo de Orsay; sala en la que se encontrará con un cuadro de Modigliani que lo fascinará: el retrato de Jeanne Hébuterne, símbolo a su vez, de una historia de amor trágica entre la retratada y el pintor.
Es aceptado para el puesto, por la gerenta de Recursos Humanos que lo encuentra misterioso y atractivo, aunque sobrecalificado para el puesto. A partir de ese momento, sucederán cosas que irán develando de a poco las razones de la abrupta decisión del protagonista, con una historia desgarradora que se narra en paralelo. Desde el punto de vista narrativo la novela es más ambiciosa que La delicadeza, ya que, como les decía, se narran varias historias, con saltos temporales, y aparece el recurso de la intriga.
Se pone en juego no el duelo insoslayable que implica la muerte, sino uno más complejo de realizar: el que conlleva el desamor, en la dolorosa ruptura que trae aparejada el hecho de que uno de los partenaires deje de amar, o incluso, que ambos dejen de hacerlo, luego de años compartidos. Entonces, como un recurso defensivo y vital, surge la sensibilidad hacia la belleza, como "recurso contra la incertidumbre". Podría agregar, contra la errancia. Dirá el narrador sobre uno de los personajes: "La creación le había dado no solo una densidad insólita, sino también la capacidad de no esperar nada de nadie". Al efecto balsámico de la belleza se agregará la percepción y la aceptación de que "Lo absurdo siempre se encuentra muy cerca del deseo". Entre lo absurdo y la belleza, sabremos de las razones de la huida de Antoine Duris, y veremos la paciente y cicatrizante aparición de un amor que se anuncia con timidez, cuando la desorientación amenaza con imponerse.
Se trata de Antoine Duris, profesor de Historia del Arte, reconocido por su excelencia, que de buenas a primeras y sin dejar ninguna señal a nadie, decide irse a París, a trabajar como guardia de sala del Museo de Orsay; sala en la que se encontrará con un cuadro de Modigliani que lo fascinará: el retrato de Jeanne Hébuterne, símbolo a su vez, de una historia de amor trágica entre la retratada y el pintor.
Es aceptado para el puesto, por la gerenta de Recursos Humanos que lo encuentra misterioso y atractivo, aunque sobrecalificado para el puesto. A partir de ese momento, sucederán cosas que irán develando de a poco las razones de la abrupta decisión del protagonista, con una historia desgarradora que se narra en paralelo. Desde el punto de vista narrativo la novela es más ambiciosa que La delicadeza, ya que, como les decía, se narran varias historias, con saltos temporales, y aparece el recurso de la intriga.
Se pone en juego no el duelo insoslayable que implica la muerte, sino uno más complejo de realizar: el que conlleva el desamor, en la dolorosa ruptura que trae aparejada el hecho de que uno de los partenaires deje de amar, o incluso, que ambos dejen de hacerlo, luego de años compartidos. Entonces, como un recurso defensivo y vital, surge la sensibilidad hacia la belleza, como "recurso contra la incertidumbre". Podría agregar, contra la errancia. Dirá el narrador sobre uno de los personajes: "La creación le había dado no solo una densidad insólita, sino también la capacidad de no esperar nada de nadie". Al efecto balsámico de la belleza se agregará la percepción y la aceptación de que "Lo absurdo siempre se encuentra muy cerca del deseo". Entre lo absurdo y la belleza, sabremos de las razones de la huida de Antoine Duris, y veremos la paciente y cicatrizante aparición de un amor que se anuncia con timidez, cuando la desorientación amenaza con imponerse.
miércoles, 12 de febrero de 2020
martes, 11 de febrero de 2020
CELEBRO HOY EL ANIVERSARIO DE NACIMIENTO DE ALBERTO LAISECA, LAI PARA LOS QUE LO CONOCIMOS!!
Hoy cumpliría años. Nos dejó, como cada vez que alguien valioso de la cultura argentina y de habla hispana parte, un poco más pobres, un poco más solos.
Llegué a él de la mejor manera que podría desear. Un día le pregunto a otro grande, con el que tuve una amistad literaria inolvidable gracias a mi atrevimiento a toda prueba y cierto desparpajo, sumados a mi deseo incontenible de escribir, el gran Piglia, con quién podía hacer taller de escritura.
"Andá a verlo a Laiseca, en el Rojas". No dudé ni medio segundo y me mandé.
Éramos muchos al comienzo; fuimos menos al terminar. Eran reuniones difíciles de explicar a otros que no participaran, pero eran imperdibles. Ningún malhumor, ninguna exigencia ridícula en nombre de la literatura, ninguna violencia disfrazada de rigor. Leía el que quería. Los demás escuchaban/escuchábamos. Nos daba consignas loquísimas y divertidas. Expandía tu imaginación de manera novedosa; jamás la impostación de "cómo lo haría talescritorconsagrado?" Nada de eso. Sus devoluciones eran cordiales, daban ganas de escribir, no había sufrimiento. Todos agradecíamos lo que dijera. Y, lo más bello e inusual quizás fuera el final: traía uno de sus libros y nos leía un cuento!!! No puedo transmitir la belleza de ese momento!! Algo mágico ocurría allí!
Tuve la osadía de regalarle Buenos Aires anónima! Sí, soy mandada, y evidentemente debía confiar hasta cierto punto en lo que hacía y escribía. Lo recibió con mucho gusto. A la semana siguiente, o como mucho, a la otra, sin que le dijera yo nada, me dijo: "Estuve leyendo su libro" (de más está aclarar que casi muero de la emoción ante semejante acto de interés y generosidad), "hay algo en su manera de narrar que trasciende las historias... algo interesante".
No cabía en mí ante lo que escuchaba. Con años ya en el mundillo literario por entonces, salvando la honrosa y maravillosa excepción de Piglia, y más tarde de Germán García, nunca había recibido un gesto así de gentileza, dulzura y generosidad.
ENTONCES, ALLÁ DONDE SEA QUE ESTÉN LOS TRES REUNIDOS, BRINDEN POR TU ANIVERSARIO DE NACIMIENTO, GENIAL E INOLVIDABLE LAI 🥰🥰🥰
domingo, 9 de febrero de 2020
LA DELICADEZA. DE DAVID FOENKINOS. LA VALENTÍA DE AMAR.
¡Qué felicidad me produce descubrir a un gran escritor y a una gran novela! Quizá suene exagerado, pero cuando eso me ocurre, siento que mi vida y mi mundo se enriquecen, que ambos son un poco mejor que el día anterior del descubrimiento!
Eso fue lo que me produjo leer La delicadeza y a David Foenkinos.
Vamos por partes.
La novela: una historia de amor maravillosa, un encuentro que ilumina la vida de los amantes; la certeza de sentir que se está en este mundo cruel y salvaje sólo para encontrarse con el otro surge; de aquí el rasgo antisocial de todo amor profundo y verdadero: el otro parece bastar para estar en la vida: como cuerpo, por sus palabras y silencios, por su compañía.Tanta belleza y alegría de vivir se truncan de manera azarosa e inasimilable. Entonces el duelo. El doloroso trabajo de duelo, que además de implicar un desasimiento del ser amado perdido, trae aparejada la inevitable distancia de todo semejante que se acerque para consolar o ayudar. Nunca nadie está ni estará a la altura de semejante tarea, simplemente porque no viven ese duelo, no habitan ese cuerpo que siente la mutilación y el cercenamiento de la pérdida. Entonces, pasado un tiempo de flotar en la vida, de aferrarse a rutinas que llenen las horas y los días, sucede un destello, inesperado, irracional. La sorpresa es el ingrediente principal del hecho anodino. Ambos participantes, azorados, no se explican lo que para el resto de los mortales es algo obvio y evidente. Llegarán las reacciones de los otros, ante lo escandaloso, lo desproporcionado, lo irracional del encuentro amoroso: celos, mezquindades, acosos, bajezas; hasta que un final a la altura del amor se produce: a todo o nada. En eso, el amor, el verdadero, se parece al deseo: no es posible la negociación. O se entra de lleno, con valentía o se renuncia. Esta enorme novela de amor, moderno, como puede sucederle a cualquiera en estos días, transmite que siempre vale la pena jugarse por ese sentimiento que enaltece lo mejor del ser humano, que embellece al mundo y a la humanidad toda. También transmite de manera maravillosa, que un amor verdadero de alguna manera se abre paso hacia las marcas, las vivencias, los recuerdos más íntimos y profundos de los seres involucrados: los de la infancia, cuando se fundían hablar, gozar, soñar, jugar, sin mandatos, sin responsabilidades, sin culpas: se narra el juego de la escondida, metáfora de que hay que ir hacia ellos, buscarlos, bucear hasta encontrarlos, aunque ello conlleve romper lazos, abandonar trabajos, estar dispuesto a poner en juego todo lo que se posea.
En cuanto a lo narrativo, la novela es un deleite absoluto: no se ajusta a ningún género a rajatablas, la narración fluye libre, gozosa, divertida, profunda sin dramatismos, aguda e irónica sin ser hiriente. Hay frases que rozan el nivel del mejor ensayo filosófico sobre la vida y el amor, hay intertextualidades desopilantes, bromas literarias que son perlas, reflexiones de una profundidad que me llevaron a pensar que el escritor debió (lo comprobé después, leyendo aspectos de su vida) estar en contacto próximo con la muerte o con algunas de sus variedades (accidentes, enfermedades, guerras, etc): su sensibilidad hacia la vida y hacia el hecho injustificable de la existencia es muy llamativa y hermosa.
No puedo más que agradecer a Mónica Torres la recomendación, y pasar la posta hacia otros futuros lectores de La delicadeza. Estoy segura de que la van a disfrutar enormemente.
Eso fue lo que me produjo leer La delicadeza y a David Foenkinos.
Vamos por partes.
La novela: una historia de amor maravillosa, un encuentro que ilumina la vida de los amantes; la certeza de sentir que se está en este mundo cruel y salvaje sólo para encontrarse con el otro surge; de aquí el rasgo antisocial de todo amor profundo y verdadero: el otro parece bastar para estar en la vida: como cuerpo, por sus palabras y silencios, por su compañía.Tanta belleza y alegría de vivir se truncan de manera azarosa e inasimilable. Entonces el duelo. El doloroso trabajo de duelo, que además de implicar un desasimiento del ser amado perdido, trae aparejada la inevitable distancia de todo semejante que se acerque para consolar o ayudar. Nunca nadie está ni estará a la altura de semejante tarea, simplemente porque no viven ese duelo, no habitan ese cuerpo que siente la mutilación y el cercenamiento de la pérdida. Entonces, pasado un tiempo de flotar en la vida, de aferrarse a rutinas que llenen las horas y los días, sucede un destello, inesperado, irracional. La sorpresa es el ingrediente principal del hecho anodino. Ambos participantes, azorados, no se explican lo que para el resto de los mortales es algo obvio y evidente. Llegarán las reacciones de los otros, ante lo escandaloso, lo desproporcionado, lo irracional del encuentro amoroso: celos, mezquindades, acosos, bajezas; hasta que un final a la altura del amor se produce: a todo o nada. En eso, el amor, el verdadero, se parece al deseo: no es posible la negociación. O se entra de lleno, con valentía o se renuncia. Esta enorme novela de amor, moderno, como puede sucederle a cualquiera en estos días, transmite que siempre vale la pena jugarse por ese sentimiento que enaltece lo mejor del ser humano, que embellece al mundo y a la humanidad toda. También transmite de manera maravillosa, que un amor verdadero de alguna manera se abre paso hacia las marcas, las vivencias, los recuerdos más íntimos y profundos de los seres involucrados: los de la infancia, cuando se fundían hablar, gozar, soñar, jugar, sin mandatos, sin responsabilidades, sin culpas: se narra el juego de la escondida, metáfora de que hay que ir hacia ellos, buscarlos, bucear hasta encontrarlos, aunque ello conlleve romper lazos, abandonar trabajos, estar dispuesto a poner en juego todo lo que se posea.
En cuanto a lo narrativo, la novela es un deleite absoluto: no se ajusta a ningún género a rajatablas, la narración fluye libre, gozosa, divertida, profunda sin dramatismos, aguda e irónica sin ser hiriente. Hay frases que rozan el nivel del mejor ensayo filosófico sobre la vida y el amor, hay intertextualidades desopilantes, bromas literarias que son perlas, reflexiones de una profundidad que me llevaron a pensar que el escritor debió (lo comprobé después, leyendo aspectos de su vida) estar en contacto próximo con la muerte o con algunas de sus variedades (accidentes, enfermedades, guerras, etc): su sensibilidad hacia la vida y hacia el hecho injustificable de la existencia es muy llamativa y hermosa.
No puedo más que agradecer a Mónica Torres la recomendación, y pasar la posta hacia otros futuros lectores de La delicadeza. Estoy segura de que la van a disfrutar enormemente.
lunes, 3 de febrero de 2020
PARASITE DE BONG JOON HO. CUANDO LAS DESIGUALDADES SE ENTRELAZAN CON LA LOCURA. LA DETERMINACIÓN DE QUIÉNES PARASITAN A QUIÉNES: UNA LÓGICA INDECIDIBLE.
¡Todo llega!, dice un dicho popular, y parece ser cierto.
¡Vi Parasite!
Decir que vi la película es muy acertado, por las condiciones en las que la vi: con bajísimo sonido, y subtítulos en inglés.
Además, la pienso y concluyo en que es un film de dramatismo visual importante.
La tensión se juega básicamente, entre dos hogares distintos (uno de ellos, el del afiche). Podría ir más lejos, dos hogares obscenamente distintos. ¡Con estilos incompatibles, y tipos humanos radicalmente diferentes, sólo recuerdo cosas parecidas en el neorrealismo italiano!
Les pinto el argumento en una línea: un miembro de una familia nada favorecida, se ve repentinamente con la posibilidad de "entrar" en un hogar de gente rica, como profesor particular de la hija del matrimonio. A partir de allí se suceden una serie de situaciones entre desopilantes e inverosímiles, que van a darse de cabeza contra una evidencia: en un mundo de desigualdades aberrantes como el moderno, que atraviesa pueblos y naciones de manera transversal e indiscriminada (Corea del Sur no es especialmente un país subdesarrollado o emergente: según Wikipedia, en el 2016 la población debajo de la línea de pobreza ascendía a 14,4% -mientras que Argentina supera al final del año pasado, el 40%, por citar un índice), siempre habrá alguien más desesperado, en peores condiciones, con su supervivencia amenazada, que estará dispuesto a todo con tal de no perder lo poco que tenga. ¿Entonces qué se hace?
Como en una estructura de cajas chinas (no se si habrá cajas coreanas) el director nos empuja hacia abajo, hasta descender en infiernos insospechados e impensados, sorprendiendo al espectador (al menos a mí, me sorprendió). Las familias delinean una oposición clara: excesos de recursos en una (materiales) y carencia de otros recursos (la inocencia de la dueña de casa es casi inverosímil), mientras que la otra invierte la relación: hábiles para envolver a los demás, y manipularlos, pero escasísimos de recursos materiales hasta lo irrisorio.
Finalmente cuando la tragedia se desencadene, el delirio hará su irrupción dejándonos con el sinsabor de cuando no se encuentran verdaderas salidas a la marginalidad y la opresión económica.
Es un film muy interesante para ver, que circula con maestría por la tragedia y la comedia con eficacia y economía de recursos, que deja estocadas de un puñal, cuya punta destila un poderoso veneno: el de la lógica de lo indecidible.
¡Vi Parasite!
Decir que vi la película es muy acertado, por las condiciones en las que la vi: con bajísimo sonido, y subtítulos en inglés.
Además, la pienso y concluyo en que es un film de dramatismo visual importante.
La tensión se juega básicamente, entre dos hogares distintos (uno de ellos, el del afiche). Podría ir más lejos, dos hogares obscenamente distintos. ¡Con estilos incompatibles, y tipos humanos radicalmente diferentes, sólo recuerdo cosas parecidas en el neorrealismo italiano!
Les pinto el argumento en una línea: un miembro de una familia nada favorecida, se ve repentinamente con la posibilidad de "entrar" en un hogar de gente rica, como profesor particular de la hija del matrimonio. A partir de allí se suceden una serie de situaciones entre desopilantes e inverosímiles, que van a darse de cabeza contra una evidencia: en un mundo de desigualdades aberrantes como el moderno, que atraviesa pueblos y naciones de manera transversal e indiscriminada (Corea del Sur no es especialmente un país subdesarrollado o emergente: según Wikipedia, en el 2016 la población debajo de la línea de pobreza ascendía a 14,4% -mientras que Argentina supera al final del año pasado, el 40%, por citar un índice), siempre habrá alguien más desesperado, en peores condiciones, con su supervivencia amenazada, que estará dispuesto a todo con tal de no perder lo poco que tenga. ¿Entonces qué se hace?
Como en una estructura de cajas chinas (no se si habrá cajas coreanas) el director nos empuja hacia abajo, hasta descender en infiernos insospechados e impensados, sorprendiendo al espectador (al menos a mí, me sorprendió). Las familias delinean una oposición clara: excesos de recursos en una (materiales) y carencia de otros recursos (la inocencia de la dueña de casa es casi inverosímil), mientras que la otra invierte la relación: hábiles para envolver a los demás, y manipularlos, pero escasísimos de recursos materiales hasta lo irrisorio.
Finalmente cuando la tragedia se desencadene, el delirio hará su irrupción dejándonos con el sinsabor de cuando no se encuentran verdaderas salidas a la marginalidad y la opresión económica.
Es un film muy interesante para ver, que circula con maestría por la tragedia y la comedia con eficacia y economía de recursos, que deja estocadas de un puñal, cuya punta destila un poderoso veneno: el de la lógica de lo indecidible.
domingo, 2 de febrero de 2020
FELIZ ANIVERSARIO JAMES JOYCE!
En el link más abajo, encontrarás mi comentario sobre este imperdible libro!
Un día como hoy, en 1882, nacía en la colonizada, católica, alcoholizada y sombría Dublín, un escritor inmenso, que admiro profundamente y quiero muchísimo.
Nacía James Joyce, el escritor que escribió en todos los estilos y géneros (Ulises), que entrelazó muchísimas lenguas a la vez (Finnegans Wake), dejando para la Humanidad no sólo obras comparables con Homero, Shakespeare o Cervantes, sino una partitura sinfónica, hecha de letras y sonidos.
Aquí va mi recuerdo.
FELIZ ANIVERSARIO JIM!!
https://leonorcurtilibros.blogspot.com/2018/01/ajuste-de-cuentas.html?m=1
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