domingo, 13 de septiembre de 2015
Otro comentario de El mal transparente que me llena de felicidad. ¡Gracias Carina Circosta!
“El mal transparente”, de Leonor Curti.
Por Carina Circosta. Lic. en Artes (UBA), Magister en Estudios Latinoamericanos (UNSAM). Docente en la carrera de Artes UBA y UNA.
La novela de Leonor Curti presenta una trama en la que se insertan la historia de los integrantes de una familia descendiente de inmigrantes irlandeses devenidos millonarios, que en menos de quince días ven desmoronarse su imperio empresarial y su estructura familiar.
Los personajes, que se nos develan detalladamente por su gustos refinados y costosos, circulan fluidamente por ciertas zonas del norte de la ciudad de Buenos Aires demarcando un territorio de uso y consumo de clase alta, que solo se ve interrumpido por malvivientes que atentan contra sus bienes y donde los rascacielos contrastan con la desprolijidad de las construcciones de los barrios de emergencia.
Con una narrativa de suspenso policial que no se propone como un texto histórico-político, nos va dejando pistas para que proyectemos nuestra mirada en retrospectiva. A partir de la historia doméstica de Ana Julia, Juan Patricio y su hijo Patricio, el lector puede re-articular con diversos momentos del pasado reciente de la Argentina: el inicio de la última dictadura cívico-militar del ´76, la crisis del ´83, la “floreciente” década del ´90, la neo crisis del 2001; para anclarse en un exitoso 2011, que se edifica a costa de perder espacios verdes, pequeñas fábricas y grandes sueños.
Las vidas de los personajes avanzaban monótonamente, guardando las formas para hermetizar su imagen familiar, a costa de secretos pudorosamente guardados y de cuestiones de las que “no se hablan”; hasta que irrumpen los mensajes anónimos que reciben Ana Julia y Juan Patricio convocándolos a “hacer memoria”. Y aparece allí el dilema ético que atraviesa la tragedia: fracasar o ser cómplice. Y esa incomodidad que sacude la vida de Ana Julia a partir de la lectura de un pasaje de “Respiración Artificial” de Piglia, nos es delegada como lectores. La novela nos solicita el ejercicio de la memoria, nos ofrece flash backs a veces más evidentes que otros, que nos revelan delitos de los que ahora somos encubridores, obligándonos a tomar partido.
La tragedia que se desencadena lleva al extremo a los personajes. La trama pendula entre la memoria y la desmemoria, si bien memoria y política son conceptos de los que rehúyen estos personajes. Juan Patricio, heredero “natural” de la fábrica familiar entiende la historia según progresen sus negocios, la mejor política es la que lo enriquece sin importar los “efectos colaterales”. Las mujeres: Ana Julia y Beba, hermana de Juan Patricio rechazada por haberse casado con un militante izquierdista, explican que “no entienden nada de política”. Patricio, primogénito de Ana Julia y Juan Patricio es también hijo de los ´90, apático, apolítico, descomprometido, ocioso, su cuerpo pide la adrenalina que no le da su vida cotidiana, sin necesidades ni deseos.
“El mal transparente” es también un relato acerca del poder, que penetra en lo más cotidiano de las vidas al punto de generar relaciones dependientes que se confunden con el cariño. Ana Julia y Juan Patricio saben que sufrirían más la pérdida de sus fieles empleadas que la ausencia de su pareja. Sin embargo Ana Julia, único personaje que se trans-forma a lo largo del relato, entrelaza una historia en donde las mujeres, heroínas, resistentes o víctimas, comienzan a ser protagonistas. Ella, que sigue el rastro del misterio asumiendo el riesgo de no saber hacia dónde la conducirá; Beba, que defiende su dignidad para no flaquear ante el poder de su hermano; Daniela, que purga su ambición.
La lectura no da respiro y nos lleva a un final irremediable, asfixiante. Ana Julia vuelve al inicio, al principio del fin de su historia distorsionada queriendo recomponerla a partir de pequeños episodios encubiertos pos su desmemoria, recordando las reflexiones de Ernesto, su compañero/novio del Colegio Nacional Buenos Aires, con quien leían Kafka…Nunca entendió porque no lo volvió a ver a la vuelta de las vacaciones, en el ´77. Los recuerdos, sensaciones y sueños van despertando lentamente su cuerpo adormecido. Y aunque parezca que ya no hay salida, su crisis la devuelve transformada y travestida a la casa de Beba, donde aún resisten valores pedidos u olvidados. ¿A tiempo de recobrar su humanidad?
lunes, 7 de septiembre de 2015
El mal transparente en Puesta en escena. Gracias Denise Pascuzzo!!
puesta en letra » nota
Crítica y Teoría | Publicado el 01 de septiembre de 2015 a las 19:31 hs.
¿El mal es transparente? Una aproximación a la escritura de Leonor Curti
La novela de Leonor Curti presenta un drama familiar, en una trama con rasgos propios del género policial, una cartografía de la ciudad signada por las clases sociales y un conjunto de referencias literarias que actualizan y postulan sentidos que se proponen para ser repensados.
Por Denise Pascuzzo
El mal transparente es la segunda novela de la autora Leonor Curti, escrita luego de su libro de relatos llamado Buenos Aires anónima. La acción de la novela transcurre en la ciudad de Buenos Aires, en el año 2011, y presenta a una adinerada familia descendiente de inmigrantes irlandeses y los destinos de sus personajes, que se ven sometidos a determinadas transformaciones a partir de una serie de acontecimientos que se presentan en sus vidas. La densidad de la trama y la complejidad de las subhistorias de cada personaje contribuyen a generar una intriga y a la constitución de enigmas que acercan a la novela a las peripecias presentes en el género policial. A su vez, esas historias de los personajes y sus cruces se entrelazarán con una historia que en simultáneo dialoga con acontecimientos políticos y económicos de la Argentina.
Me ocuparé sólo de algunos de esos motivos, en una aproximación a los sentidos incalculables de la novela de Leonor Curti. Como decíamos, la novela presenta elementos del policial que se incorporan con los desvíos propios de la forma que presenta la tradición del género en Argentina, destacados ya con precisión por Jorge Luis Borges en su ensayo “El escritor argentino y la tradición”.
En el texto aparecen motivos y elementos que remiten a textos previos y articulan homenajes a escritores (Ricardo Piglia, Borges, Joyce, Kafka, Manuel Puig, Roberto Arlt) que hacen inscribir a la literatura de Curti en determinados linajes de la literatura y de ese modo hacen proliferar una multiplicidad de sentidos en su texto, así como una reflexión metaliteraria y junto con ello una concepción de la literatura. A modo de ejemplo, una operación textual similar a “La muerte y la brújula” de Jorge Luis Borges puede leerse en el desenlace de la peripecia policial del entramado de El mal transparente. Del mismo modo, algo del orden del hastío que habita en los personajes y sus derivaciones, fundamentalmente en el personaje de Patricio O’Dormond, podría estar remitiendo a aquella tradición del spleen que podríamos situar ya en el siglo XIX y que puede rastrearse a lo largo del siglo XX, incluso y más precisamente en la serie argentina, en textos como Los siete locos y Los lanzallamas de Roberto Arlt. Por otra parte, el trabajo intertextual que el texto de Curti realiza con Respiración artificial de algún modo actualiza muchos de los sentidos que esa última presenta y que vuelven a operar de un modo nuevo, como ser aquel pasaje citado de Respiración artificial, “Si yo mismo fuera el invierno sombrío” y la alusión al rescate de la muerte por respiración artificial. El trabajo minucioso de Ricardo Piglia con la cadena significante del título de su novela podría estar actualizándose aquí junto con la gran cantidad de significaciones que se generan a partir de ella [1]. Por otra parte, la epifanía que experimenta el personaje de Ana Julia a partir de los anónimos que recibe (fragmentos de textos literarios) no sólo es un elemento de carácter reconociblemente joyceano, sino que expone una concepción de la literatura. Ana Julia tendrá que hacer una lectura e interpretar datos de la realidad condensados en el registro literario de los textos. Procedimiento que por otra parte resulta ser el mismo que la novela de Curti estaría pidiendo a sus lectores.
A partir de esas operaciones que se gestan en los textos literarios, la literatura queda expuesta como un dispositivo que opera, interviene, en el mundo. Acaso Macedonio Fernández esté resonando en esta maniobra ficcional sobre la realidad (la literatura postula la realidad) y no al revés, a partir de la conocida ilusión de representación mimética.
La caracterización ajustada de sus personajes y sus voces conforman, a su vez, un entramado que colabora con el armado de una especie de novela familiar, pero que al mismo tiempo construye una lógica que podría pensarse al modo de una sinécdoque de la Argentina, con su composición de clases, y el énfasis puesto en una en particular –descendientes de inmigrantes irlandeses devenidos en ricos–. En este sentido, es un hallazgo el trabajo que la novela realiza con el espacio: la ciudad de Buenos Aires queda configurada como un trazado de determinadas zonas que se encuentran signadas por las clases sociales. Así es que el armado de una cartografía parece dialogar con determinados motivos que vemos aparecer en la literatura contemporánea: una especial atención sobre el espacio urbano que parece tener el afán de construir un sentido y una memoria, cartografiar –en el sentido de dejar una marca, documentar con la letra– lo que carece de registro. Sin ánimos de profundizar en un tema que podría tornarse muy extenso, podríamos pensar que existe en la literatura contemporánea un conjunto de textos que trabajan con este tipo de idea. Algo de ello se hace presente en algunos de los conceptos que Diego Hernán Rosain expone para referirse a las villas urbanas en la novela Gólgota de Leonardo Oyola (http://www.puestaenescena.com.ar/puesta-en-letra/2106_golgota-de-leonardo-oyola.-al-margen-de-la-ley-del-genero-y-de-la-ficcion..php), y que incluso podemos analizarlo en el trabajo que escritores como Patrick Modiano realiza con el París de la época de la ocupación [3]. En otros términos, en El mal transparente de Leonor Curti, la ciudad con su armado de zonas y sus modos de circulación parece postular sentidos que, al modo de un texto, se exhiben para ser leídos en ese mapa específico que se construye de la ciudad de Buenos Aires.
Leonor Curti presentó su libro en Buenos Aires, en la sala David Viñas del Museo del Libro y de la Lengua. Podría leerse en ese gesto una filiación entre la presente novela, David Viñas y su dictum “Literatura argentina y realidad política”. El mal transparente ficcionaliza elementos que provienen de la realidad histórica de la Argentina para transformarlos en una maquinaria que pone en funcionamiento y reúne, en el acto ético que implica la escritura, tanto la violencia política que aparece de un modo inescindible (también en Manuel Puig)[3]de la sexual, de la violencia social y de la histórica.
Leonor Curti. El mal transparente. Buenos Aires, Nova Ediciones, 2015.
[1] Ricardo Piglia. Respiración artificial, Buenos Aires, Planeta, 2001.
[2] Patrick Modiano. Dora Bruder. Buenos Aires, Seix Barral, 2014.
[3] Manuel Puig. The Buenos Aires Affair. Buenos Aires, Seix Barral, 2007.
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