jueves, 6 de septiembre de 2018

"Oh baby I love your way...". Luis Ernesto llega vivo, de Fabián Casas.

Con algunos colegas amantes de la literatura, fuimos testigos inadvertidos de la gestación de esta obra escrita por Fabián Casas (asistimos a uno de sus talleres), en un momento crucial de su vida. Compartíamos un  ámbito habitado por palabras. Y con esas palabras, y también silencios, tejíamos todos una trama colorida donde nos cobijábamos.
El resultado es asombroso: Fabián plasma en los diálogos de su breve pero intensa obra, que el lenguaje está ahí, disponible, para cumplir la función de brinda abrigo, la de reinventarse desde el dolor, la de iluminar zonas de sombras, nuevos caminos. Con sutileza, belleza e ironía, Fabián lleva a una madre y una hija al risco desde donde se vislumbra el vacío, y las rescata con palabras, con humor, con ideas que surgen del pensamiento lateral sumado al amor, siempre extraño e incomprensible, de la familia, de una familia, que va al rescate del integrante extraviado. Para conseguirlo acuden a aquello que vence al tiempo, que borra fronteras, que trasciende la Babel diaria en la que todos vivimos: la música. Parafraseo al músico invitado a la resurrección (a la propia, la del artista, y a la del hijo) Peter Frampton, que cantaba "Oh baby I love your way...", para decir: "Oh baby I love your words". Fabián Casas resucita con Luis Ernesto llega vivo, a la vez que brinda al lector los medios para hacerlo también, si fuera necesario.

With some literature lovers, we were all unnoticed witnesses of the gestation of this play, written by Fabián Casas in a crucial time in his life. We share a writing course he gives. We all lived in a field of words, and silences too, knitting with them a colorful fabric that sheltered us. The result was amazing: Fabián tells us in this short but powerful play that language is there, to be used for keeping us warm, to let us reinvent ourselves, to light up shadows and show us new ways in life. With delicacy, irony and beauty, Fabián takes a mother and a daughter to the edge of void, and rescues them with words, with humour, with ideas from lateral thinking, added to the always strange and crazy family love, to a particular family love. They go for the lost-one armed with what defeats time, boundaries, that trascends the daily Babel we all live in: music. Peter Frampton comes to the date, for his resurrection and for the lost-one resurrection, the son. And they make it successfully. Frampton used to sing "Oh baby I love your way...", so I say "Oh baby I love your words...". Fabián Casas resuscitates with Luis Ernesto llega vivo, and gives the reader the ways to achieve his own resurrection, all at once, if it is needed.

2 comentarios:

  1. Qué linda reseña, Leo. Será por eso que después de leerla en castellano, seguí con la versión en inglés.

    Carlos Romero

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    1. Gracias por pasarte y comentar Carlos! Que el blog sea bilingüe me da mucha alegría! Es increíble comprobar que cada lengua da libertades diferentes!

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