jueves, 1 de octubre de 2020

SABIDURÍA ÁRABE. LAS MIL Y UNA NOCHES. ANÓNIMO. ORIGINADA ALLÁ POR EL AŃO 850. ACTUALIZADA EN LA EDAD MEDIA.


 Este fascinante relato, que al modo de las cajas chinas, nos conduce de un relato a otro, tal vez a la manera en la que se suceden los días y las noches, tiene un origen no del todo claro: quizá provenga de leyendas persas, quizás tenga su origen en la India. 

En la Edad Media parece haber adoptado la forma que conocemos actualmente: según Wikipedia, algunos relatos incluídos que lograron fama, como los relativos a Simbad el Marino, Alí Babá y Aladino, fueron agregados en esa época, apuntando a lograr la “occidentalización” del texto y las historias. 

Este embriagante texto incidió a enormes escritores de diversas épocas como (la lista es muy larga de modo que nombro sólo a algunos): Borges, Proust, Pushkin, Tolstoi, Goethe, Stendhal, Flaubert, Dumas, etc. Incluso mi amado Joyce debió leer estas historias dado que en Ulises menciona a Simbad el Marino! 

Comparto hoy con ustedes, palabras de Sherezade a su padre, momentos antes de que ella se proponga como virgen ofrecida al rey Shahriar, para vengar a las vírgenes sacrificadas por éste, luego de poseerlas. Despechado por el libertinaje ejercido por su esposa en su ausencia (a quién el rey ajusticia junto con sus amantes y su séquito) el rey pide a su visir, padre de Sherezade, una virgen cada noche. Luego de poseerlas, cuando despunta la mañana, él las sacrifica indefectiblemente. Esto se sucede cada noche, por tres años. 
Sherezade logrará con la belleza y el encantamiento de sus historias,  y con la astucia de dejar cada noche, la historia inconclusa hasta la noche siguiente, que el rey cambie su actitud, prendado y fascinado por ella y sus historias. 
Comparto también la lectura en vivo que hice del texto. 

SHUKRAAN! 

El padre de Sherezada vuelve a su hogar desconsolado porque ya no quedan vírgenes en la ciudad para ofrecer al rey (con la excepción de sus propias hijas, claro). Al verlo así, Sherezade le dice: 

Sabe, padre, que el poeta dice: “ Oh tú, que te apenas, consuélate! Nada es duradero, toda alegría se desvanece y todo pesar se olvida”. (...) “Por Alá, padre, cásame con el rey, porque si no me mata, seré la causa del rescate de las hijas de los muslimes, y podré salvarlas de entre las manos del rey”. 



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