domingo, 10 de noviembre de 2019
SI PUEDE IMAGINARSE PUEDE NARRARSE. LEYENDO A LAISECA. BIBLIOTECA PARQUE DE LA ESTACIÓN. 9 DE NOVIEMBRE.
Ayer por la tarde hubo un encuentro hermoso convocado por el inmenso cariño y gratitud que escritores y/o alumnos sentimos por el gran LAI.
Coordinados por Selva Almada (quien concurriera a los talleres de Laiseca durante muchos años; que más allá de lo literario, fuera alguien que se mantuvo siempre muy cerca del maestro; reciente ganadora del premio First Book Award en Edimburgo con El viento que arrasa, The wind that lays waste), contaron sus experiencias como lectores y como asistentes a los talleres Federico Jeanmarie, Alejandra Zina, Natalia Rodriguez y Leonardo Oyola.
Libros que marcaron la infancia, el acercamiento a la literatura de terror, a la que Lai fuera tan devoto, la importancia de tener en cuenta al lector al momento de escribir, e incluso, el robo de libros (de casas, de librerías, libros prestados jamás devueltos y viceversa) entraron en la cálida y amorosa charla. Luego se leyeron párrafos que cada uno de los invitados hubiera elegido para la ocasión, de la vasta obra de Alberto.
Como asistente a uno de los talleres de Lai, puedo decirles que, con una modalidad que desbordaba ternura y amor a la literatura, esas clases ampliaron mi capacidad imaginativa enormemente, y me hicieron pensar cómo los seres hablantes disfrutamos narrar y deseamos, aún y a pesar de la invasión de la tecnología, que nos narren historias. Esas clases terminaban indefectiblemente, con el maestro leyéndonos algún cuento, en mi caso, alguno de Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving. Inolvidable.
Para poner en una frase lo que significó mi paso por su taller diría: si puede imaginarse, puede narrarse.
¡GRACIAS LAI!
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