Esta edición de Eterna Cadencia agrega a la enorme y tan vigente novela de Flaubert, un plus: la transcripción que hace Jorge Fondebrider (que la traduce también) de la correspondencia entre el escritor y Louise Colet, mientras la escribía. Accedemos a través de ella a la creación y desarrollo tanto de la trama como del enorme abanico de personajes a los que Flaubert da vida (para pintar una crítica feroz a las costumbres y normas morales de la época, en especial, a la vida francesa por fuera del glamour parisino), así como también los múltiples malestares físicos y anímicos que la obra en marcha le causaba.
Emma comienza a sentirse interpelada por sus deseos insatisfechos y sus apetencias de lujo y dinero, que contrastan con el perfil de mujer hogareña, pueblerina y buena esposa que se esforzaba por mantener.
En ese contexto, acude a hablar con el cura. Flaubert escribe sobre ésto a L. Colet, el 13 de abril de 1853: "(...) mi mujercita, en un acceso de religión, va a la iglesia. En la puerta se encuentra con el cura que, en un diálogo (sin tema determinado), se muestra totalmente idiota, chato, inepto, roñoso, a tal punto que ella se vuelve asqueada y no devota. Y mi cura es un tipo fantástico, incluso excelente. Pero sólo piensa en lo físico (en el sufrimiento de los pobres, en la falta de pan, o de leña), y no adivina las debilidades morales, las vagas aspiraciones místicas. Es muy casto y cumple con todos sus deberes. Esto tiene que ocupar seis o siete páginas como mucho, y sin una reflexión ni un análisis (todo debe ser diálogo directo)".
This edition of the huge and eternal novel by Flaubert brings a bonus to the reader: the translator Jorge Fondebrider comments the letters between the writer and Louise Colet, while writing the novel. We go through the creation and development of the plot and the great variety of characters that Flaubert brings to life (to make a strong criticism about the moral and habits of that time, in the extra-Paris glamorous life in France), as well as the multiple mental and physical discomforts he felt while writing this novel.
Emma begins to feel bad and to wonder about her unsatisfied wishes and her hunger for luxury and money, in contrast to the image of an ideal provincial-home-loving wife she has tried to keep. In this context she goes to talk to the priest. Flaubert writes the following to L Colet, on april 13th of 1853: "(...) my little woman, in a religious mood, goes to church. In the front door she meets the priest, that in a dialogue (about nothing in special) sounds completely idiot, narrow-minded, useless and filthy to the point that she goes back home disgusted and sceptical. And my priest is a fantastic guy, even excelent. But he only thinks about body matters (about poor people sufferings, in having no bread to eat or no firewood), and have no idea about moral weaknesses, or vague mystic- aspirations. He is really virtuous and fulfills all his duties. All this must last no more than six or seven pages, with no reflexion or any analysis (everything must be a direct speach)".
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