Este libro es póstumo. Ya está. Lo dije. Sin embargo es vital, respira, está vivo.
"Compuse este libro usando el Tobii, un hardware que permite escribir con la mirada. En realidad parece una máquina telépata. El interesado lector podrá comprobar si mi estilo ha sufrido modificaciones. (...)"; con estas palabras contenidas en una nota del autor, se cierra este maravilloso y delicioso libro.
Como interesada lectora de Piglia digo que estas historias son puro estilo Piglia. El Tobii fue el instrumento que posibilitó, ante la enfermedad, que se siguiera escuchando la voz de uno de los narradores más interesantes en nuestra lengua.
Los relatos están llenos de guiños al género policial, a la literatura, a escritores que cultivaron el género (Agatha Christie, Conan Doyle, Poe, Borges...) y al lector, que se deleita página tras página, con la voz de Croce, comisario que se sirve de casos ya ocurridos, para transformarse en un extraordinario narrador oral, que nos envuelve en el sueño vaporoso que sostiene que en la vida las cosas se esclarecen, y de la buena manera.
Un disfrute total.
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