Fue un absoluto privilegio que fueras mi analista, tanto como leer tus maravillosas novelas, llenas de poesía y belleza, o tus libros sobre psicoanálisis que no tienen comparación posible porque hay un estilo Germán García: el estilo de la potencia vital, del alegre saber. El estilo del amor por la vida y el entusiasmo. Allí te buscaré cada vez.
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