jueves, 16 de diciembre de 2021

LA MANO DE DIOS. DE PAOLO SORRENTINO. 2021. LOS ENIGMÁTICOS CAMINOS DE LA VIDA Y EL AMOR.

Esperaba este film con ansiedad, luego de deslumbrarme con The young pope y de haber abandonado la segunda temporada (qué riesgoso es, cuando se creó una gema, ir por segundas partes....)
Lo pude ver ayer. 
Les cuento lo que me pareció, con el anticipo de que no leí aún ninguna crítica sobre el mismo. 

Se trata de un relato algo autobiográfico del director. Transcurre en la ciudad de Nápoles, asociada indisolublemente, luego del paso por allí del más grande futbolista que haya existido, al nombre Maradona y a sus hazañas irrepetibles. 
¡No voy a spoilearte el film! No te preocupes. Para eso googleá cualquier crítica del mismo. Seguro lo despachurran. 
Te voy a contar lo que me pareció destacable del mismo, y lo que no tanto. 
Fabietto, un adolescente tierno y cándido, está despertando a la vida de adulto, en el seno de una familia que podría muy bien catalogarse de neorrealista italiana, si no fuera porque entre los fuegos de artificio de los insultos, las locuras varias, el desorden, la religión de la mano de las supersticiones, el machismo y la violencia, hay signos de amor. ¡Y humor! En cada lazo, en cada vínculo, en cada sueño, en cada ilusión, por pequeña que sea. Ya se trate de una casa con chimenea o de la llegada a Nápoles del astro máximo del fútbol mundial. Y ese precioso detalle de la emergencia del amor y del humor, dirime todo en la vida del protagonista. 
Es hermoso ver cómo Sorrentino plasma ese mundo adolescente tan típico, que mezcla fantasía con realidad, haciendo de una presencia tan determinante como inalcanzable y etérea (la de Diego en la ciudad) algo que anuda a la vida, y señala un camino, una orientación. También me gustó mucho cómo puede leerse que las personas allegadas (familiares o no) encarnan funciones que, eventualmente, podrán ser cumplidas por otros. 
Si bien por momentos se me hizo larga, algo lenta y también excesivamente pintoresca (hay a mi gusto exceso en la cantidad de escenas de familia), hay logros impactantes, empezando por las actuaciones. 
¡No hay ni un actor o actriz que desentone o resulte inverosímil! Entre todos destaco a Filippo Scotti (Fabieto) por su ternura, su mirada abierta al mundo y a la sorpresa, a Toni Servillo, como Saverio, su padre, a Teresa Saponangelo, como Maria, su madre, y Betti Pedrazzi como la inolvidable y maravillosa Baronesa (creo que es la actuación que más me gustó, y la escena de ella con Fabieto es sublime, vale la película entera). Nápoles misma alcanza casi el estatuto de protagonista, con imágenes que no son las típicas y con otras que emocionan (cuando la ciudad entera es "argentina" por ser "maradoniana"- trato de no contar mucho, jajajajaj)
Por supuesto, la fotografía es maravillosa, inobjetable. Con escenas que son obras de arte (como en TheYoung Pope). La música, cosa rara en mí, no la recuerdo especialmente. 
La mano de Dios es un film que de haber sido más corto y menos "pintoresco" habría alcanzado la dignidad de obra de arte. Es una gran película, sin embargo, que vale la pena ver. 


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