viernes, 11 de diciembre de 2020

10 de diciembre. Aniversario de nacimiento de Emily Dickinson. Poemas


 El 10 de diciembre de 1830 nació en Estados Unidos, la poeta Emily Dickinson (sí, el mismo día que Clarice Lispector).

Provenía de una familia prestigiosa. Nunca se casó y vivió gran parte de su vida rehuyendo de los lazos sociales, hasta llegar a un estado cercano al confinamiento en su cuarto.
Publicó poco de su poesía en vida, y ésta sufrió el impacto de los editores, que los alteraron. Sus poemas se caracterizan por carecer de título, con rimas imperfectas y puntuación peculiar. 
No fue sino hasta su muerte, que su hermana Lavinia descubre sus poemas (en 1886) y su poesía alcanza su merecida magnitud. Se sabe que sus lecturas incluían a Shakespeare, a Tennyson, a Coleridge, a Hawthorne, a Dickens, y a los poetas Keats y Browning.

Dijo Jorge Luis Borges sobre ella, en el prólogo a Poemas: 

"(...) No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y más solitaria que la de esa mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y temerlo. En su recluida aldea de Amherst buscó la reclusión del color blanco y la de no dejarse ver por los pocos amigos que recibía. (...) la cadencia, la entonación, la pudorosa complejidad de Emily Dickinson aguardan al lector de estas páginas, en una suerte de venturosa transmigración. 

                                                                                                   Buenos Aires, 3 de mayo de 1985".

Comparto con ustedes, algunos de sus poemas. 


Poema 37

Corazón, le olvidaremos
en esta noche tú y yo.
Tú, el calor que te prestaba.
Yo, la luz que a mí me dio.
Cuando le hayas olvidado
dímelo, que he de borrar
aprisa mis pensamientos.
Y apresura tu labor
no sea que en tu tardanza
vuelva a recordarle yo.



Selección

De las almas creadas
supe escoger la mía.
Cuando parta el espíritu
y se apague la vida,
y sean Hoy y Ayer
como fuego y ceniza,
y acabe de la carne
la tragedia mezquina,
y hacia la Altura vuelvan
todos la frente viva,
y se rasgue la bruma...
yo diré: Ved la chispa
y el luminoso átomo
que preferí a la arcilla.



Coloquio

Había muerto yo por la Belleza;
me cercaban silencio y soledad,
cuando dejaron cerca de mi huesa
a alguno que murió por la Verdad.
En el suave coloquio que entablamos,
vecinos en la lúgubre heredad,
me dijo y comprendí: Somos hermanos
una son la Belleza y la Verdad.
Y así, bajo la noche, tras la piedra,
dialogó nuestra diáfana hermandad
hasta que el rostro nos cubrió la yedra
y los nombres borró la eternidad.



Ensueño

Para fugarnos de la tierra
un libro es el mejor bajel;
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido corcel
Aun el más pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma en el transporte de su sueño
se nutre sólo de silencio y paz.


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