domingo, 19 de abril de 2015
Mientras se va acercando la salida y presentación de El mal transparente, el 27 de mayo a las 19 en el Museo del Libro y de la lengua.
"No hay una mutación que no sea gobernable. Abandonar el paradigma del choque de civilizaciones y aceptar la idea de una mutación en curso no significa que deba aceptarse cuanto sucede tal y como es, sin dejar huella de nuestros pasos. Lo que llegaremos a ser sigue siendo hijo de lo que quisiéramos llegar a ser. (...) Navegar, esa sería la tarea. Dicho en términos elementales, creo que se trata de ser capaces de decidir qué hay, en el mundo antiguo, que queramos llevarnos hasta el mundo nuevo. Qué queremos que se mantenga intacto incluso en la incertidumbre de un viaje oscuro. Los lazos que no queremos romper, las raíces que no queremos perder, las palabras que queremos seguir pronunciando y las ideas que no queremos dejar de pensar. Es un trabajo refinado. Un tratamiento. En la gran corriente, poner a salvo todo lo que apreciamos".
Los Bárbaros de Alessandro Baricco.
La tarea es muy ardua porque nunca la contemporaneidad se pareció tanto al recorrido de la pulsión, librada a su sola y permanente satisfacción, independizada de todo objeto, salvo la mirada, que como dijo Lacan hace muchos años, se planetizaría, en correspondencia con el discurso de la ciencia y la técnica.
Amarrarla a algún objeto, a alguna satisfacción medianamente fijada, orientarla, parece estar en contra de la corriente. Y eso trae consecuencias. Todos los días.
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