A partir de una reunión muy interesante del Departamento Enlaces (asociado al Instituto Clínico de Buenos Aires), titulada Invención y Arte, en la que Adriana Tyrkiel trabajó la obra de Leonora Carrington, recordé está exposición en el Malba, en la que descubrí, entre muchas obras descollantes, la fascinante obra de esta artista peculiarísima del surrealismo. Vuelvo a compartirla con ustedes. (Las últimas tres imágenes corresponden a obras de Carrington).
México moderno. Vanguardia y revolución. En el Malba, hasta el 19/02.
Ayer visité la exposición México moderno. Vanguardia y revolución, en el Malba, de la que les voy a hablar hoy. Por supuesto, es una exposición imperdible, tanto para los que no conocen México y no tuvieron siquiera un atisbo sobre su enorme riqueza cultural y artística, como para los que sí lo conocen, y como es mi caso, aman tan maravilloso y efervescente país, y lo extrañan. Curada a partir de cuatro temáticas (Modernidad cosmopolita, Revolución social, Cultura popular y Experiencias surrealistas), la visita a esta exposición los conducirá por un mundo alucinante. Las obras que se presentan se enmarcan en los movimientos muralista, estridentista, modernista y surrealista. Si bien varios de los artistas de la muestra habían hecho su paso infaltable por Europa (gesto tan habitual como inevitable en la cultura de la América colonizada), lo mexicano, la mexicanidad así como la revolución atraviesan las producciones, dotándolas de un peculiar sincretismo, que solo encuentra una producción análoga en la antropofagia del modernismo brasileño. Varios intelectuales europeos (Artaud en 1936 y Breton en 1938) viajaron a México para experimentar en carne propia el espíritu de ese arte que parece fundir en su seno al hombre y la mujer mexicana, con la tierra y con la más elevada expresión cultural de la América "hispana". Además de los conocidos Rivera y Kahlo, me asombraron Orozco y Leonora Carrington. Una mención aparte para mi favorito: David Alfaro Siqueiros. La fuerza, la vital opacidad de la pintura de Siqueiros no tiene comparación posible. Hay que detenerse frente a sus cuadros, sentirlos, disfrutarlos; acercarse y alejarse producen el surgimiento de una obra que se recrea ante nuestra mirada. La exposición exhibe el Baile en Tehuantepec y la magnífica Río Juchitán, ambas de Diego Rivera, entre un enorme conjunto de 170 obras. Dijo Breton de su experiencia mexicana: "No intentes entender a México desde la razón, tendrás más suerte desde lo absurdo, México es el país más surrealista del mundo". Se lo juzgue absurdo o delirante, México expresa en su arte y su literatura, el sincretismo entre lo precolombino, la colonia y el modernismo de un modo único e incomparable, y esta muestra imperdible nos lo acerca, con la potencia de las fuerzas de la naturaleza que suelen azotar su tierra, y que lejos de abatir a su gente, la nutre de renovada energía.
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