viernes, 29 de mayo de 2020

!OTRA JOYA PARA QUE COMPARTAMOS! ¡FILMS IMPERDIBLES DE TODAS LAS ÉPOCAS, ORDENADOS POR DIRECTOR! ¡MUCHAS GRACIAS NIEVES SORIA!

Una imagen más que elocuente de Banksy.
¡Comparto con ustedes un gran regalo! ¡Que lo disfruten mucho!

https://drive.google.com/file/d/1N9qoG47ixzFepcp0gIEdaB31K46aEnLW/view?usp=sharing

lunes, 25 de mayo de 2020

CUANDO TU ARMA ES UN MARTILLO TODO PARECE UN CLAVO. O DICHO DE OTRO MODO... SI NO PUEDES VENCERLOS... THE GAME DE ALESSANDRO BARICCO. 2018

¿Cómo comenzar el comentario de este libro?
Primero, diciendo que ya no me aguantaba las ganas de usar la frase "cuando tu arma es un martillo todo parece un clavo", que tomo de la serie Unabomber, que ya les recomendara. Creo que encierra mucha sabiduría. Bueno, The Game me dio la satisfacción de usarla.
Continuando con lo que desarrollara en Los bárbaros, ensayo que se ocupa del advenimiento de la revolución digital, en The Game Alessandro Baricco se dedica a la insurrección que creó una nueva civilización, la digital, o la del GAME. Sí, usa términos importantes, un pelín grandilocuentes. Claro, también debo decir que había empezado el libro en la era pasada (antes de la pandemia) y lo había dejado en suspenso, sin saber qué efecto interesante produciría semejante decisión: terminarlo en la nueva era, la era pandémica, resignifica de modo inevitable la lectura.

La primera cuestión interesante que plantea es pensar la insurrección digital NO como la causa del advenimiento de nuevos modos del ser (me tomo la licencia filosófica de usar esta expresión), SINO como su consecuencia. Hubo un momento fechable, alrededor de la última década del siglo pasado, en el que un grupo de personas (no deja de señalar en favor de su honestidad, que eran americanos, blancos, varones e ingenieros/científicos), comenzaron lo que Baricco llama la socavación de los poderes institucionalizados del siglo, apoyados en un deseo de huida y en el horror que les provocara uno de los siglos más crueles, si no el más cruel, de la humanidad contra sí misma. Inspirados en ideales de libertad, de democratización de los saberes, del ideal de velocidad a la vez que sostenidos en una postura que llamará Postura 0 (hombre-teclado-pantalla) crearon un nuevo modo de estar en un mundo que en el mismo movimiento era reinventado: un mundo cuya matriz de funcionamiento es el videojuego, el Space invaders, NO como una creación novedosa de un objeto hasta el momento inexistente, sino como la plasmación concreta de un modo de pensamiento y de reconfiguración del mundo. El modo Space invaders alcanzará un punto de epítome con la creación del primer Iphone en 2007, entonces el primer impacto: cambia las herramientas, o inventa una herramienta o instrumento nuevo y fundarás una civilización, en la que ya no tendrán peso ni la verdad, ni la profundidad, ni el sentido. Nace la posexperiencia, animal nacido con el ADN del videojuego, la inversión de la pirámide del siglo XX (en la que lo más trascendente estaba en la profundidad), el pensamiento del revés, y la postura 0, que a diferencia de la experiencia, es un campo inestable, me atrevería a decir (no lo dice Baricco eh... lo digo yo) indecidible, a pesar de lo cual ir en su búsqueda es divertido, elimina los intermediarios, reduce la distancia entre el hombre y la máquina, aunque sean los algoritmos los que en última instancia impongan las reglas del juego. 

Por supuesto, no se le pasan por alto al autor ciertas contradicciones surgidas a partir de la globalización de las nuevas herramientas: los que postulaban la insurrección, los adalides de la movilidad y de llevar a la superficie de una pantalla la trascendencia, los defensores de la libertad de acceso y de construcción democrática del saber se volvieron polos de una atracción irresistible para grandes inversores, entonces los nerds de espíritu hippie que vivían encerrados en sus garages se volvieron multimillonarios que se reunían con los líderes más poderosos del mundo, constituyéndose así en una nueva élite y propiciando que la maquinaria de producción neocapitalista se inoculara en el corazón de su insurrección. Es decir el clásico problema de cuando lo instituyente termina fagocitado por lo instituído. Tampoco es tan democrática la distribución de la posexperiencia como se suponía, y lejos de generar redes de integración entre las personas, evolucionó hacia un individualismo de masas. 

El libro es por demás interesante y da cuenta una vez más del enorme talento y la gran versatilidad de Baricco como narrador: escribe este libro llevando a sus páginas un tono que resuena con aquello que nos describe y nos explica, con una prosa ágil, juguetona, entretenida y divertida. ¡¡Sí, The Game es como entrar a un videojuego compuesto por palabras!! Lo leemos como si estuviéramos jugando. Y tengo que decir que haber logrado eso, me rinde una vez más a los pies de su autor. Peeeeerooooooo.... le robo una gran frase al querido Fabián Casas: hay que leerlo con el antídoto en el bolsillo. Es decir, hay algunos deslizamientos que pasan casi desapercibidos por la velocidad "videojuéguica" (permítanme el neologismo) del relato: por ejemplo en la relación entre el infinito (abolido según él por la posexperiencia) y el todo (terreno donde la posexperiencia reina a sus anchas); también pasa como un figurante de fondo en la escena triunfal de Aída (perdonen pero la vi ayer y todavía no se me pasa el encantamiento) el abandono por parte de la civilización del Game de la ética, en pos de la prevalencia de una suerte de juicio moral, que por supuesto, se comprobará incompetente para el terreno de las herramientas, del movimiento y de la inestabilidad anticonceptual que lo caracteriza. Carece absolutamente de sentido aplicar cualquier moral al Game. Es como intentar juzgar moralmente a la guía telefónica (no logro imaginar qué habrán sentido los humanos en aquel momento al ver la dirección de su hogar y su teléfono en un libro enorme, accesible a cualquiera), a la luz eléctrica, al teléfono, a la televisión, al avión, al cine.

¡Pero un momento! ¡Hay algo muy en su favor! En paralelo que nos presenta un relato muy atractivo, ágil y divertido, emulando la posexperiencia del videojuego, ¡¡¡le lleva 331 páginas de texto hacerlo!!! Y esto es adorable, es casi un ¡¡¡WITZ!!!Como si se hubiera dado cuenta de eso, en el último capítulo retoma sus ultramundos, sus valiosos ex-mundos, para dar cuenta de las falencias y carencias de este nuevo mundo que todos habitamos hoy.
En definitiva, que es un libro delicioso, que informa, entretiene, divierte y hace pensar. Te lo recomiendo.
Para concluir, retomo lo del comienzo: ¡qué curioso efecto resultó de haber concluido la lectura de este libro en la era pandémica, en la que compramos nuestros alimentos, leemos, damos clases, queremos a nuestros familiares, amamos a nuestros amantes, ignoramos a otros, promovemos nuestras ideas y creencias, nuestros saberes culinarios, nuestras míseras e interesantísimas existencias, TODO ELLO GRACIAS A INTERNET, A LAS APPS, A LOS DISPOSITIVOS-ÓRGANOS-LETOSAS, A IMAGENES PLANAS,  A LA AUSENCIA DEL CUERPO MÁS ALLÁ DE DICHOS DISPOSITIVOS. 
¿Cuál es la pregunta correcta para formularse aquí? No estoy muy segura. La más tentadora es ¿qué hubiera sido de nosotros sin las computadoras, los teléfonos inteligentes, la internet, la Web, las apps en la época del aislamiento social obligatorio? Pero no creo que sea la más interesante ni la más imprescindible. Creo sí, que habremos de preguntarnos dentro de no mucho, digamos diez minutos..., hasta dónde vamos a dejar que las máquinas tomen las riendas de nuestras vidas, nos indiquen por dónde movernos, cómo vivir (a mí por ejemplo me enoja mucho que mi app de salud, aún cuando podía salir a caminar y hacía un promedio de 7 km diarios insistiera con el irritante "Siéntate  menos"), y a la vez que puedan dar potencialmente cuenta de lo que hacemos, con quién estamos, cómo nos sentimos, en qué gastamos nuestro dinero si lo tenemos. 
Es decir, si nos daremos cuenta del momento en el que seamos abducidos para ser reducidos a un personajito más del videojuego al que creíamos estar jugando. 

domingo, 24 de mayo de 2020

"SOY COMO UN HOMBRE QUE TROPIEZA". UN TALENTO MÁS PODEROSO QUE TODOS LOS TALENTOS DEL MUNDO. "I´M LIKE A MAN WHO STUMBLES...". THE MOST POWERFUL TALENTS OF ALL. LAS HORAS DE JAMES JOYCE. THE HOURS OF JAMES JOYCE. JACQUES MERCANTON.

Vivimos días muy difíciles. Es complicado expresarse sin prevenciones, o sin intentar anticipar al menos un poco los efectos que podría tener lo que uno dice en los demás. De modo que hoy elijo dejar que hable él. 
Porque lo admiro como escritor y como ser humano, porque después de leer Ulises no tengo reparos en decir que lo amo, del modo en que cualquier lector puede amar a un escritor que le devuelve al cuerpo y a sus resonancias la dignidad. 
Este libro reúne anécdotas imperdibles que Mercanton rescata para los lectores, de su relación con Joyce, y sus encuentros en los cafés de París.
Hoy comparto para ustedes, una anécdota y un recuerdo.

"Más tarde me explicará, a partir de este o aquel ejemplo ocasional, la manera en que trabaja, según unas leyes fonéticas concretas, que son las que reinan sobre las lenguas y presiden su evolución, ya que, para él, esto significa obedecer al mismo tiempo a las leyes de la Historia. De este modo, la sumisión rigurosa a los fenómenos del lenguaje ha de garantizarle la verdad de su conocimiento y de su representación de los acontecimientos. 
La única diferencia-afirma- es que, a imitación del sueño, yo realizo en unos minutos lo que habría necesitado a veces varios siglos para producirse". 

"-¿Por qué echar de menos mi talento? Si no lo tengo. Me cuesta tanto escribir, escribo tan despacio. El azar me proporciona lo que necesito. Soy como un hombre que tropieza: mi pie choca con algo, me inclino, y eso es precisamente lo que hace falta". 

Ahora disculpen, pero se me caen las lágrimas de la emoción. Hasta la próxima. 

From this unmissable book that I recomend for sure, this amazing way of living life, from my loved and admired James Joyce: 

"I´m like a man who stumbles; my foot strikes something, I look down, and there is exactly what I´m in need of". 

Now excuse me please, I´m in tears. See you next time. 

sábado, 23 de mayo de 2020

SOLARIS. FILM DE ANDRÉI TARKOVSKY DE 1972. CUANDO LA CIENCIA ES LA FICCIÓN QUE DEVUELVE LA HUMANIDAD.

Empiezo por el final: esta película, que vi gracias a las artes de Nieves Soria y su hijo Román, es una maravilla. Es imperdible porque abre preguntas que cincuenta años después se tornan acuciantes, tanto como tratar de respondérnoslas. No voy a hacerlo en este comentario. De modo que les cuento de qué va la película, en pocas líneas.
Una estación espacial sobrevuela el océano Solaris. A su tripulación comienzan a sucederle cosas extrañas. Hay reuniones de científicos, testimonios en primera persona de aquello tan inasimilable que sucede en la nave. Se plantean cuestiones éticas trascendentes. ¿Qué hacer con lo inasimilable? Se decide tomar cartas en el asunto. Desde la Tierra envían a Kris, un psicólogo un tanto peculiar: está ofuscado. Parece no poder captar la belleza y la abundancia que lo rodea. 
El mundo que Tarkovsky crea en estas escenas produce arrobamiento; es de una belleza inusual y parece plasmar una armonía entre todos los elementos de la naturaleza; uno quisiera estar allí, escuchando correr ese río, oliendo el perfume de esas flores, siendo testigos de la belleza de un animal. Hay también un genial manejo del color y del blanco y negro en la dirección, y un uso de la música excelente. 
Vuelvo a Kris y a su ofuscación: él parece un hombre irascible, desconectado de los demás; nos damos cuenta de que algo le sucede pero no sabemos todavía qué. Y al parecer, él tampoco lo sabe. Las cosas se irán aclarando a partir de su llegada a la nave.
Uno de los integrantes de la tripulación ha muerto. Será uno de los dos sobrevivientes el que le advertirá sobre no darle crédito a cualquier otro ser que se le presente, que no sea él mismo o el segundo sobreviviente, que suele pasar el tiempo encerrado en sus investigaciones.
De a poco Kris se irá interiorizando de los pormenores, y a la vez, empezará a ser él objeto de estas presencias, de la irrupción de seres llamémoslos "humanoides". A Kris se le presenta un ser que parece un calco de Hary, su esposa fallecida hace diez años. Solaris, tiene la capacidad de leer los sueños de esos hombres, así como de encarnarlos. Aquí comienza para mí otra película, que a los analistas nos debería despertar muchas resonancias: fue necesario que Kris saliera de "su mundo" hacia un ex-terior para que comenzara el duelo por su esposa muerta (que se conectará con el de su madre también). 
Solaris desde su lugar de exterioridad interior, devuelve a Kris lo más íntimo de su pena y su dolor, que éste no tendrá más remedio que atravesar. La Hary que se le presenta, ¿es su mujer fallecida?, ¿es un fake?, ¿es una alucinación?¿quieren engañarlo?, ¿quieren devolverle la felicidad? Como en el inconciente, tal como nos enseña Freud, las cosas se regirán por el principio de la no contradicción y por la abolición de cualquier temporalidad que no sea la subjetiva. 

"Te amo más que a todas las verdades científicas" le dice él a ella en un momento, siendo una de las frases para mí más hermosas del film. Me resultó casi natural pensar en la relación del inconciente, con el analista, con el duelo por el objeto y con la extimidad del mismo: ¿el objeto (de amor, de satisfacción) está adentro? ¿Está afuera?
Hay secuencias que me resultaron verdaderamente hermosas y en general en blanco y negro, en las que todo sonido y ruido es acallado, entonces se escuchan los silencios operando en un sentido inesperado que lejos de inquietar, transmiten cierta placidez, algún grado de paz que parece comenzar a habitar a Kris, que puede ir de a poco separándose de sus objetos de amor perdidos.
  
A mi entender, Tarkovsky filma, de una manera absolutamente original y poética, otro duelo, además del de Kris: un duelo por las ideas del humanismo. 
Es de una calidez profunda la atmósfera que se percibe en la biblioteca, lugar donde se reúnen a festejar el cumpleaños de uno de los tripulantes: los objetos de las pasiones humanas, de las artes, de las ciencias antiguas están presentes y a resguardo allí, cuando el resto de la nave es un tubo circular, como una suerte de dona gigante, metálica y fría. Incluso los dos libros que claramente resaltan son El Quijote de Cervantes, y un librito de poemas de Apollinaire. 
Solaris nos confronta ahora incluso quizás más que cuando se estrenó, con planteos filosóficos y éticos para el ser humano, que aunque no podamos hoy, cincuenta años después, responder de manera clara, son cuestiones que no estaría mal repensar para un futuro que llegó ayer... pandemia mediante, y cuando nuestra vida se ve reducida de manera drástica a nuestros cuerpos y a los objetos que la ciencia y la tecnología nos ofrecen. 
Una obra maestra. 

sábado, 16 de mayo de 2020

¡FELICIDADES DON JUAN RULFO! A CIENTO TRES AÑOS DE SU NACIMIENTO.

Porque le bastaron a Juan Rulfo un libro de cuentos (El llano en llamas) y una novela, la enorme Pedro Páramo ( que está entre mis diez libros imprescindibles, como lectora y como escritora), para entrar en el canon occidental.
Por la aspereza y lirismo de su prosa poética; por la transmisión sin concesiones de la idiosincrasia mexicana, por su humildad y grandeza, hoy festejo el aniversario de su nacimiento con dos párrafos de Pedro Páramo, que elegí para ustedes:

"Al menos eso había visto en Sayula, todavía ayer, a esta misma hora. Y había visto también el vuelo de las palomas rompiendo el aire quieto, sacudiendo sus alas como si se desprendieran del día. Volaban y caían sobre los tejados, mientras los gritos de los niños revoloteaban y parecían teñirse de azul en el cielo del atardecer. 
Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles. Mis pisadas huecas, repitiendo su sonido en el eco de las paredes teñidas por el sol del atardecer". 

"El sol se fue volteando sobre las cosas y les devolvió su forma. La tierra en ruinas estaba frente a él, vacía. El calor caldeaba su cuerpo. Sus ojos apenas se movían; saltaban de un recuerdo a otro, desdibujando el presente. De pronto su corazón se detenía y parecía como si también se detuviera el tiempo y el aire de la vida". 

¡TODO TIEMPO PASADO FUE PEOR! OTTOMAN. SERIE DE NETFLIX EN 6 Capítulos.

Vi esta serie que quiero recomendarles.
Más de veinte veces Constantinopla resistió los embates imperialistas que la asolaron. Sus murallas parecían invulnerables. Realizadas por Constantino, fundador de la ciudad, constaban de varios niveles de complejidad en su construcción,en la que se conjugaban fosos, murallas dobles, y varios tipos de obstáculos más.
El sultán otomano Mehmed II, marginado por su propio padre, al morir éste decide hacerse cargo del sultanato y comienza a soñar con invadir Constantinopla y adosarla a su propio imperio. De fondo por supuesto, la guerra que parece eterna entre el cristianismo y la religión musulmana. Si saben historia sabrán cómo termina. Yo por suerte, no recordaba nada de lo que me habrán enseñado en la primaria, de modo que la serie me atrapó por completo.
Está muy bien hecha. La ambientación, el sonido y el vestuario son espectaculares. La fotografía es bellísima. ¡Qué decir de la reconstrucción de época! Se suma un interés a la serie, que es que contiene testimonios de académicos e historiadores que nos van llevando hacia una historia lejana en el espacio y en el tiempo, pero muy humana: están los héroes, los cobardes, los traidores, los sabios y los ignorantes, los fanáticos y los descreídos. Las actuaciones son buenísimas, absolutamente creíbles todos en sus papeles. Hay además una cuota importante de belleza en el elenco, tanto en ellos como en ellas.
¿Qué más podría decirte para que la veas? Es épica, y de paso, te deja pensando en que aquello que hoy en día quizás pensamos que es muy terrible, es probable que no lo sea. El poder de las cabezas de los imperios era irrestricto. 
Me apasionó, y a pesar de ser muy cercana a la perfección para mí, por constar de una temporada, estar bien hecha y ser muy interesante, ya espero la segunda temporada.

viernes, 15 de mayo de 2020

¡ESTE VIERNES, FIESTA! ELOGIO DE LO QUE NO SIRVE PARA NADA. BOLAÑO POR SÍ MISMO. ENTREVISTAS ESCOGIDAS. EDICIONES UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES.

Acabo de decidir que me voy de fiesta hoy, y quiero invitarlos. La fiesta es bolañana, y es imperdible.
Si no, lean y decidan por ustedes mismos:

"El momento en que uno decide ser escritor es un instante de locura total y de voluntad entendida en el sentido nietzscheano de la palabra, que es un sentido bastante delirante. (...) Escribir no es normal. (...) Uso la palabra escribir como antónimo de esperar. No hay espera, hay escritura. (...) Tener el valor, sabiendo previamente que vas a ser derrotado, y salir a pelear: eso es la literatura. (...) Lo que es necesario para escribir es ser un muy buen lector. (...) Luego hay que tener algo que decir. (...) A mí la literatura me ha servido básicamente para leer. Y gracias a la literatura he podido leer libros maravillosos, increíbles, como encontrar tesoros. Y en mi vida, que ha sido más bien nómade y de una pobreza extrema en ocasiones, leer ha contrapesado esa pobreza y ha sido mi soberanía y ha sido mi elegancia. Podía estar en cualquier situación y si leía a Horacio, por ejemplo, el dandy, el que estaba viviendo por encima de sus posibilidades era yo, siempre. La literatura a mí me ha producido riqueza. Es riqueza. (...) Los escritores no sirven para nada. La literatura no sirve para nada. La literatura sólo sirve para la literatura. Para mí eso es suficiente. (...) Sin sueños no hay literatura. Soy totalmente fiel a los postulados surrealistas: el sueño es vital. No sólo diría que sin sueños no hay literatura, sino que sin sueños no hay vida. Lo más probable es que la carencia de sueños en una vida conduzca a la locura. El sueño es como el psiquiatra que cada noche te está curando. El viaje de la literatura, como el de Ulises, no tiene retorno. Y esto es aplicable no sólo al escritor sino a cualquier lector verdadero.(...) 
No creo en el triunfo. Nadie, con dos dedos de frente, puede creer en eso. Creo en el tiempo. Eso es algo tangible, aunque no se sabe si real o no, pero el triunfo, no, de ninguna manera. En el campo de los triunfadores uno puede encontrar a los seres más miserables de la Tierra, y hasta allí yo no he llegado ni me veo con estómago para llegar. 
En el momento en que llegamos en la literatura al todo vale, a una especie de democracia mediática en donde todo es bueno, en donde todos podemos tener nuestros quince minutos de fama, pues ahí se acaba la literatura y se acaba, en gran medida, porque les estamos dando mierda a los lectores. (...) la gran mayoría de los escritores, en un alarde de inocencia absoluta, todavía cree en la posteridad, cuando los científicos están hartos de decirnos que el universo tiene los días contados, que estamos abocados a una implosión o congelación. (...) Pretender aspirar a la posteridad es el mayor absurdo imaginable, son trabajos de amor perdidos, como diría Shakespeare. Pero precisamente por esto tiene también su lado hermoso, ya que perder la certeza de nuestra grandeza inmortal nos lleva a crear cosas mucho mejores, como el valor, la dignidad, la ética, la moralidad, la bondad, que desparecen de nosotros y tienen un radio de acción tan mínimo como heroico". 

¡MUY BUEN FIN DE SEMANA PARA TODOS! 

jueves, 14 de mayo de 2020

LA VIDA COMO META SUPREMA. LIFE AS THE SUPREME GOAL. 818 TONG SHAN ROAD. DE MARLENE LIEVENDAG. EROS PUEDE MÁS QUE TÁNATOS.


Hoy les recomiendo nuevamente un documental que no deben dejar de ver. Transmite que la vida, el arraigo a la vida en el ser humano es poderoso. Eros puede más que Tánatos. Arribo a esta conclusión por la lógica del absurdo: aún no nos hemos extinguido. La vida resurge, se reinventa. Sí, no sin pérdidas: de amores, de lazos de toda índole, de espacios que se creían conquistados de una vez y para siempre, de goces narcisistas vividos como adquisiciones de puro derecho, de bienes... Pero luego de pasados todos y cada uno de los duelos por los que haya que pasar, la vida estará allí, esperándonos. Confiemos en eso. Llega a nosotros precedido de múltiples premios y participaciones en festivales de cine internacionales. 

Es de Marlene Lievendag, que además de una querida amiga, es una mujer cálida, inteligente y creativa. Ella nos regala en su film, 818 Tong Shan Road, el viaje de vida de su padre, desde los recuerdos de su niñez en Alemania, hasta que su familia se ve obligada a dejar su país para salvar sus vidas, durante la Segunda Guerra Mundial. No digo más. Véanlo. Es imperdible. Les dejo abajo el enlace de Vimeo. 


Today I recommend you aagain a documentary that you should see, by Marlene Lievendag, friend and a warm-hearted, inteligent and creative woman. She gives us in her film, 818 Tong Shan Road, her father´s life journey, from his childhood memories in Germany, to the moment when his family is forced to leave the country to save their lives, during Second World War. I say no more. Watch it. It´s unmissable. Click on the link below.



https://vimeo.com/232269842

miércoles, 13 de mayo de 2020

ABALLAY. EL HOMBRE SIN MIEDO. DE FERNANDO SPINER. 2010.



Ya les había contado que estaba casi en la saturación de ver tanta hiperrealidad en los contenidos de películas y series. Necesitaba imperiosamente conectar con el arte. Entonces, inspirada en el efecto que me produjo La boya, film de Spiner que ya les recomendé, vi por segunda vez Aballay. El hombre sin miedo. Confieso que me gustó más aún que la primera vez que la vi, allá por 2010.

Fue galardonada con múltiples premios Sur, Cóndor de plata, del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y de la Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña, y seleccionada para competir en los Oscars en el rubro Mejor película extranjera en 2011.
Basada en el cuentazo homónimo de Antonio Di Benedetto, este film destila belleza y poesía en cada escena, en cada rostro de un elenco maravilloso, en cada palabra dicha, y en las silenciadas, a pesar de la omnipresencia de la violencia en muchas de sus formas. 
Aballay es un gaucho malo, un malandra que con una banda asalta carruajes en los caminos remotos de una tierra seca, y hostil con todos los que la habitan. La tierra tiene la misma gravitación que la sangre; es más, se podría pensar que esa tierra se riega con sangre.
En uno de esos asaltos, Aballay comete el crimen que cambiará su vida: asesina al hombre cuyo hijo, Julián Herralde, presencia escondido como va muriendo su padre. El confrontarse con la mirada del niño, entre el terror y el asombro, lo conmoverá. El sermón de un cura, que habla de Simón y los estilitas, que pasan años subidos a columnas, sin bajarse, como modo de separarse de la tierra donde pecaron y así lavar sus culpas, sellará el nuevo destino de Aballay, que reinterpretará las escrituras a partir de los recursos que lo rodean: su columna será su caballo.
La acción avanza luego diez años, a partir de los cuales ambos, el niño ya hombre, y Aballay, devenido El pobre, santo lugareño famoso por las obras de bien y por los milagros que oficia, volverán a encontrarse y sus vidas no serán las mismas. Una mujer, probablemente el objeto más degradado en la jerarquía de los seres abandonados a la supervivencia en esos parajes, será la aparición que funcionará como señal en un camino regado de violencia, miseria y sometimiento. Ella tomará cartas en el asunto en momentos decisivos de la trama. La venganza, la redención y el dolor tendrán porvenires incierto. 

Bueno, hasta aquí la historia. ¿Qué te cuento del elenco? Todos y cada uno se destaca en su interpretación, aportando rostros en los que se imprimen las huellas del pedregullo y el silencio. Sin embargo, el tan extrañado y talentosísimo Pablo Cedrón compone un Aballay descomunal que se destaca por peso propio, y el gran Horacio Fontova, padrino de Juana, logra en una corta aparición, volverse tan irreconocible respecto del cómico, como inolvidable: se transfigura en su personificación. Ambos se adueñan del film. Algo parecido pasa con Juana, interpretada por una enorme Moro Anghileri, que llena de una ternura insospechada el ambiente violento que la rodea.

Spiner nos ofrece una atmósfera onírica en la que conviven, irrumpiendo unos sobre los otros, la aspereza del terreno, la escasa y seca vegetación, los ruidos de los animales y de las chicharras, los rezos paganos con el Evangelio. Las escenas son subyugantes: filmada en su totalidad en Amaicha del Valle, en la provincia de Tucumán, cada plano, sea corto o abierto es un poema visual que embarga al espectador por la belleza, la desolación y la presencia inmutable de los misterios de la vida y de la muerte. Las imágenes de la zona desdibujan al hombre, y se imponen en su majestuosidad. Cada una de ellas es una pintura, una obra de arte.
Caracterizada como un western gauchesco, es muy difícil enmarcar en un género a este soberbio film.
Podría decir que Spiner filmó un poema épico gauchesco, que derrocha belleza y lirismo. 
No puedo más que recomendarte que veas Aballay. El hombre sin miedo. Es una obra de arte. 

sábado, 9 de mayo de 2020

LAZZARO FELIZ. DE ALICE ROHRWACHER. LA PARÁBOLA DEL LOBO Y EL SANTO. EL OLOR DE UN HOMBRE BUENO.

Estaba un poco cansada de tanta serie y de todos los mundos posibles y probables que se plasman en ellas. Así que decidí ver por segunda vez esta obra de arte, para comentárselas, y convencerlos de que la vean, si todavía no lo hicieron. Se hizo acreedora al premio al mejor guión en el Festival de Cannes. 
Inviolata es un pueblo caído: del mapa, del progreso, de la ley. Allí se vive, a expensas de una Marquesa dueña de las tierras, casi como en la Edad Media. Los rostros, los cuerpos condensan siglos de opresión; la tierra árida y rocosa se imprime en ellos dejando huellas profundas. La Marquesa a su vez, encarna un poder absurdo y decadente que solo la ignorancia de la gente le permite detentar. Lazzaro, un ser que sobrevuela la miseria sin sentirse parte de ella, sin sufrir, sin gozar, está en boca de todos como una invocación, como una súplica quizás. Lazzaro es la piedad que se derrama sobre ellos como un manto que cubre de bondad la miseria y una vida cuyo fin parece estar reducido a la producción de más tabaco y de más miseria. 
En las tierras del infortunio la Marquesa le dirá a su hijo Tancredi, que está harto de ella y de la vida de figuración que llevan: "Los seres humanos con como animales. Si los liberas se dan cuenta de su esclavitud. (...) Ahora sufren pero no lo saben". Es impensable para ella que el último eslabón de la cadena de explotados, Lazzaro, no se aproveche a su vez de otro.
Habrá un encuentro entre Tancredi y Lazzaro, que comenzará a tejer una ilusión, un otro espacio y otro tiempo, que cambiará la vida de ambos: el lobo se acercará al santo para devorarlo, pero algo lo detiene: huele algo que jamás había olido, el olor de un hombre bueno. 
Lazzaro caminará atravesando décadas de vida, de progreso, de ciclos naturales: su cuerpo y su rostro se mantendrán inmutables. Participará del engaño con la misma inocencia y bondad con la que cargaba hojas de tabaco o juntaba la basura en el campo. No tiene registro subjetivo de la existencia de la mentira y el abuso. Su conexión vital será a los animales y a la música, con la única excepción de Tancredi. 
Los hilos de la historia que se desarrolla a partir de aquí, se dirigen sin vía de escape, hacia un final trágico.
Esta maravillosa película hace gala nuevamente de ese arte que es habitual encontrar en los films italianos; arte en el que son maestros sensibles e indiscutidos: es el arte de amalgamar la sordidez con la belleza excelsa. Esta inusual fusión se expresa también en las imágenes y en el sonido del film.
También juega su rol esa característica que les es tan propia: la de ejercer el contrabando de la crueldad en un humor hostil que recae sobre los más vulnerables y débiles: los niños.
Sin embargo, esta producción carece de la cualidad corrosiva del neorrealismo: las imágenes son pinturas de miseria humana y de la otra, pero un lirismo poético sostenido en la forma de la parábola o de la fábula, nos rescata y nos eleva a un plano distinto que el de las posesiones, el dinero, la figuración, la explotación; incluso más allá de las pasiones: el cuerpo de Lazzaro se mueve en bloque, no reacciona a los estímulos exteriores (con excepción de lo que sobrevendrá a partir del encuentro con Tancredi). La personificación de Adriano Tardiolo como Lazzaro es sublime, y se destaca por encima de un muy buen elenco.
Lazzaro Feliz es un film que más allá de su final trágico nos conduce hacia la puerta a la bondad, y nos dice que esa puerta está siempre, de alguna manera u otra, abierta. Está en cada uno decidir si atraviesa ese portal o no. 
UNA OBRA DE ARTE ABSOLUTA. 


viernes, 8 de mayo de 2020

AD VITAM. PRODUCCIÓN DE ARTE FRANCE. SERIE EN NETFLIX. UNA ALEGORÍA DE LA EUGENESIA AL REVÉS.

El otro día comentaba en mi blog, la difícil situación en la quedaron países europeos, por ejemplo Italia, con la expansión del coronavirus, y la gran proporción de adultos mayores ("improductivos") que habitan el país, muchos de los cuales se contagiaron, y "no fueron  elegibles" para ser atendidos y en última instancia, salvados.
Bueno esta serie francesa, filmada en Benidorm, de 6 capítulos (ya saben de mi preferencia por series de una sola temporada, con honrosas y escasas excepciones), es muy mirable, y su planteo es casi al revés. 

El tema es el siguiente: los seres humanos han sido "bendecidos" con la posibilidad de regenerarse: a partir de los 30 años, podían someterse a un tratamiento en un plasma pegajoso y transparente, en el que sumergirse con un tubo de aire, cuál si fueran buzos.¡¡ La cosa es que la gente ya no muere!!
Sin embargo el paraíso no existe, lo siento. Entonces surgen grupos: una suerte de religiosos que apostaban a una vida sin regeneración, elevando la muerte a la dignidad de acontecimiento; un grupo reaccionario, integrado por jóvenes adolescentes, en la etapa de la vida en la que era recomendado comenzar con chequeos semanales para verificar si se era o no compatible, apto para la regeneración. ¡Clarooo! ¡No iba a ser así de fácil la cosa! No todos nacían dotados con las cualidades necesarias para el proceso de eternización. Como si todo esto fuera poco, comienzan a repetirse supuestos suicidios multitudinarios de jóvenes que aparecen tirados en la playa. Un policía añoso pero en estado, encargado de investigar los enigmáticos suicidios, va en busca de una adolescente rebelde y descreída, que había participado de un suicidio colectivo 10 años antes, y que estaba por ello, recluida en una institución... difícil de definir.
Todo este panorama desemboca a veces en planteos entre filosóficos y éticos, interesantes si se desarrollaran a fondo. Por ejemplo, la chica le dice al policía con el que colabora que su vida no era interesante porque hacía 100 años que hacía lo mismo (es UN momento de la serie pensar en esa aterradora posibilidad jjajajajaj, al menos para mí).

Por ahora a lo largo de estos 6 capítulos se rozan el valor ético de la muerte, de la reproducción y las vidas nuevas (es razonable, piensen que si nadie muere, no sólo la tierra empieza a quedar chica, sino que no hacen falta nuevos seres.... un poco como pasa con los jueces en Argentina... jejej), la eutanasia, el control de la natalidad y como no podía ser de otra manera, el poder político llevando siempre agua para su molino, en el intento de control de las situaciones que se le escapan de la mano. 
Está bien filmada, es ágil; la resolución de esta temporada, lejos de profundizar se resuelve al modo de cualquier policial o thriller. Se verá si se trata de cabos sueltos que los guionistas retomarán en la próxima temporada, o serán agujeros en la trama.
Pero si te interesan las dist...as (no pienso escribir esa palabra), quizás te entretenga. Esperaba más cuando empecé a verla. Pero dado que está bien hecha y sobre todo, es CORTA, no se si me animo a recomendarla pero sí puedo decir que es mirable. Quizás en la temporada 2 se intensifique el planteo. De todos modos, como para ese entonces, espero que ya se haya levantado la cuarentena, ni loca invertiré 6 horas más en mirarla.
Me iré por el mundo, dado que el tiempo vale oro y es finito.
Al menos hasta que podamos regenerarnos o clonarnos.
Dios no lo permita!

miércoles, 6 de mayo de 2020

¡LEO EN VIVO EN ALGO MÁS QUE TRES MINUTOS, CRIATURAS DE ARENA! ESTÁN TODOS INVITADOS. ¡MUCHAS GRACIAS BIBLIOTECA VIRTUAL!




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164 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE SIGMUND FREUD. ¡ALLE GUTE ZUM GEBURTSTAG!

Harold Bloom, en su maravilloso texto, Freud y lo sublime: una teoría catástrofe de la creatividad, publicado en la Revista Descartes N# 24/25 (publicación del Centro Descartes de Septiembre de 2015), dirá:

"(...) los textos fuertes vienen a ser fuertes porque consideran equívocos todos los textos precedentes. Más tiene Freud en común con Proust y Montaigne que con los científicos de la biología, porque sus interpretaciones de la vida y de la muerte son informadas siempre por textos, primero los textos literarios de otros, y después por los suyos propios de antes, hasta que al fin la mediación Sublime de la "otredad" empieza a ser desempeñada por su propia obra en preparación. (...) pero el canon de los escritos de Freud nos da la sensación, cada vez más inquietante, de que él mismo llegara a ser su propio precursor, y que se pusiera a defenderse contra sí mismo llegando así, intencionada y audazmente, a posiciones finales".
Encuentro en este texto sobre Freud, una potencia de deseo equivalente a la que llevó a su autor a escribir Shakespeare. La invención de lo humano. ¡Lo cual, al menos a mí, me dijo y dice mucho! Estamos aún y creo que lo estaremos por bastante tiempo más, delimitando las coordenadas de nuestra vida personal y en comunidad, a partir de las marcas que inscribiera en la historia de la humanidad, el acontecimiento Freud; desde la lucidez de pensamiento y un deseo nunca en reposo freudianos. 
Para conmemorar el aniversario de su nacimiento, elijo citarlo (me costó encontrar el párrafo en particular para esta ocasión):

"Por muy diversos motivos, me es ajeno el propósito de hacer una valoración de la cultura humana. (...) los juicios de valor de los seres humanos derivan enteramente de sus deseos de dicha, y por tanto son un ensayo de apoyar sus ilusiones mediante argumentos. (...) se me va el ánimo de presentarme ante mis prójimos como un profeta, y me someto a su reproche de que no sé aportarles ningún consuelo- pues eso es lo que en el fondo piden todos, el revolucionario más cerril con no menor pasión que el más cabal beato-. 
He aquí, a mi entender, la cuestión decisiva para el destino de la especie humana: si su desarrollo cultural logrará, y en caso afirmativo en qué medida, dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la humana pulsión de agresión y de autoaniquilamiento. Nuestra época merece quizás un particular interés justamente en relación con esto. Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado. Y ahora cabe esperar que el otro de los dos "poderes celestiales", el Eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse en la lucha contra su enemigo igualmente inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?". 

El malestar en la cultura. (1930[1929]). Página 140. Tomo XXI. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1986.

martes, 5 de mayo de 2020

A PROPÓSITO DEL ARTÍCULO "EL OTRO QUE NO EXISTE Y SUS COMITÉS CIENTÍFICOS" DE ÉRIC LAURENT.

Hacía tiempo que me debía la lectura del artículo escrito por Éric Laurent, publicado aquí:
Lacan Quotidien 874 disponible en: https://www.lacanquotidien.fr/blog/wp-content/uploads/2020/03/LQ-874.pdf 
Por fin, hoy lo leí. Y digo por fin porque ahora en Argentina se discute si extender o no una cuarentena que, de prolongarse implicaría dos meses de aislamiento continuo, que detuvo la expansión del virus como la economía, produciendo que muchos empiecen a preguntarse ahora ¿cómo se saldrá de este estado de cosas?. Doble pregunta que implicaría una planificación estratégica por parte del gobierno, a la vez que la incertidumbre por las consecuencias subjetivas de lo que se vive. 

En este artículo, Laurent hace un recorrido más que interesante por las posturas diferentes que asumieron los líderes de los países europeos y otros, documentado en un informe del 16 de marzo del Imperial College de Londres, del equipo liderado por Neil Ferguson: resumiendo, se refiere a los modos mitigación (evocando el darwinismo presente en países que optaron por el fortalecimiento de la inmunidad de la población hacia el virus, al tiempo que admitían sin que se les moviera un pelo, que tendrían que sacrificar a aquellos que no iban a estar en condiciones físicas ni etarias para llevar adelante semejante lucha), y contención (aquellos que optaron, como Argentina, por el aislamiento y la evitación del contagio masivo del virus). La primera propuesta evoca sin tapujos, un efecto de "manada": reducir a la población de humanos al nivel del animal; desconocer subjetividades y afectos; cuerpos expuestos sin atenuantes a los efectos de un virus desconocido. El segundo se apoya en la exhortación a la ética personal; hacernos responsables a cada uno, de la vida propia y de la ajena, con la dificultad de que comiencen a proliferar mecanismos de segregación entre nosotros,  disimulados o no (es paradigmática la escena en The Host - sí, vuelvo una vez más a este film que se anticipó en más de diez años a lo que estamos viviendo- en la que, esperando en la vereda un semáforo para cruzar, un transeúnte escupe en el charco de la calle, y cuando llega el autobús salpica con el agua escupida a todos los que esperaban, generando reacciones impredecibles. También en el film, las fuerzas del orden, en lugar de ir tras la criatura que había desencadenado la catástrofe, van tras la familia que "había estado en contacto" con ella, persiguiéndolos y poniéndoles precio a sus cabezas). 

Lo paradojal del caso es que, se haya optado por cualquiera de los dos modelos, llegó un punto en que el de la mitigación tuvo que acercarse al de la contención (determinando aislamientos para evitar un desastre sanitario mayúsculo, por el índice de crecimiento de los contagios), y el de contención tuvo o tiene que acercarse al de mitigación, para que no muera la actividad económica del país, y para decirlo rápido y tomando ficciones verosímiles que circulan, para evitar que "estemos sanos pero sin nada para comer" (es, creo, un extremo; una caricaturización de la situación). 

Entonces, en el calce del nudo que conformarían lo real de la irrupción del virus, los comités científicos, sostenidos en la inexistencia del Otro, y el ámbito de la ética personal, se ubicarían las respuestas subjetivas a lo imposible de soportar: "la angustia, la esperanza, el amor, el odio, la locura y la debilidad mental", cito aquí a Laurent. 
Las religiones parecen haberse declarado incompetentes o canallas, ante semejante cuadro:  ¡desde una misa de Pascuas siniestra, dada con una plaza vacía, hasta la encarnación demoníaca del frasquito de "agua bendita protectora contra el virus", vendido a mil pesos! 

El virus, por otro lado, parece haberle bajado los humos al discurso de la ciencia, que hace todo lo que esté a su alcance para prolongar la vida humana, tratando de desmentir lo más humano que existe, que es el hecho de que somos mortales, aunque luego no se sepa qué hacer ni dónde meter a la población cada vez más longeva e inútil para la producción de bienes o servicios (caso Italia, por ejemplo): no se sabe aún cómo atacar al Covid-19 por ser una mutación de otro virus. ¡Este virus es nuevo! Entonces ahí empieza a complicarse la cosa, a enturbiarse. Se podría decir que tal vez la ciencia no encuentra respuestas definitivas, ni al nuevo interrogante ni a otros por surgir, porque detrás sigue palpitante el misterio de la muerte, para el que no hay respuesta (aclaro que es mi opinión al respecto; estoy viendo una serie, que en cuanto la termine, si valió la pena, la comento). Como dijera alguna vez Lacan en una charla que se puede ver por Youtube, quién soportaría la vida, de otro modo; si no supiéramos que algún día terminará. 

Si la salud fuera una prioridad en los presupuestos nacionales, quizás esta pandemia no habría alcanzado las proporciones desmesuradas que alcanzó. Se habría podido atender cada caso, con los recursos necesarios, logrando que los cuadros evolucionaran hacia la curación, en su mayoría. Quedó demostrado o al menos se anticipó que eso no iba a suceder. Aunque en los medios ya se alza el coro de voces que sugieren, ante los negocios cerrados y los bolsillos vacíos, que se empiece a decir que "el cuadro que produce el virus es curable", Parecería tratarse de que se invierten las prioridades, y que el riesgo de la exposición al virus al comienzo letal, se resolvería ahora con recursos de la estadística. 

Entre el impasse temporal que implicaría el logro de la vacuna, y las urgencias para que no mueran las economías, se abre un limbo frente al que estamos parados ahora, y que llevó, por ejemplo, al gobierno de la ciudad de Buenos Aires a proponer "para cuidar a los adultos mayores", "rastrearlos" con el gps de los celulares, cada vez que salieran, previo gestión de la autorización pertinente, y hacer caer sobre ellos tareas comunitarias si incumplían las restricciones impuestas. Medida que afortunadamente revieron y no pusieron en práctica. 

¿Qué nuevos protocolos vendrán a cuidar nuestras vidas a partir de ahora, ante la urgencia de que el aparato productivo de los países donde se decidió el aislamiento, se vuelva a poner en marcha? ¿Cómo reaccionar frente a ellos?
Cito a Éric Laurent, que dice: "Prepararnos para poder discutir juntos sobre la validez de los dispositivos intrusivos que se establecerán hasta la puesta a punto de la vacuna, única salida verdadera".  (La negrita es mía).

lunes, 4 de mayo de 2020

CONSAGRARSE A LA EXTRAVAGANCIA. POR LEONOR CURTI. PARA CRÓNICASXXI. ¡GRACIAS ALEJANDRA GLAZE! Abril de 2010.

Hace un siglo, allá por comienzos de abril, escribí lo siguiente:



  Consagrarse a la extravagancia.

Vivimos en el mundo una coyuntura sin precedentes: tres cuartas partes de la humanidad  se aísla en sus hogares con decisión, obediencia y una cuota no despreciable de miedo y pánico (la cuarta parte restante importa poco- África- o no tiene dónde refugiarse).
Las ciudades más importantes de Occidente están vacías, tanto de su población local como de turistas. En Venecia el mar se transparentó y se llenó de peces; hasta se vio algún que otro delfín juguetón en sus canales. Ya es un hábito ver mariposas desde mi balcón; ciervos caminaron por las calles de alguna ciudad de montaña del hemisferio norte. La reclusión voluntaria de los humanos en sus casas deja adivinar efectos insospechados en relación con el medio ambiente, los recursos naturales no renovables y el reino animal. Fantaseo con que las especies en vías de extinción puedan reproducirse nuevamente o que disminuya el nivel del calentamiento global.
Esta mirada bondadosa sobre la suspensión de la depredación que el ser humano llevó adelante en las últimas décadas de manera decidida, debe contrabalancearse con otra mucho menos amable: el virus y el aislamiento correlativo atacan el lazo social, poniendo en jaque el contacto de los cuerpos (no sólo en el amor, sino en actividades sociales, comunitarias, laborales y de muchos otros tipos), creando miedos, aprehensiones, generando distancias. Todos somos potenciales agentes de contagio, potenciales amenazas de muerte para otros.
Este estado de cosas refuerza las fronteras que se verificaban demasiado permeables; separa pueblos que cada vez se mezclaban más. De boca de uno de los líderes políticos de la actualidad, se intentó llevarlo a un extremo inusitado de segregación al querer “nacionalizar” la emergencia real que significa el COVID-19, nombrándolo “el virus chino”; se evitaron así medidas preventivas en pos de mantener activos y saludables los mercados, sacrificando a cambio a la población.  Este real porta características peculiares: no es localizable desde lo imaginario, como lo era el HIV cuando irrumpió en el mundo: bastaba no pertenecer o no estar en contacto con la población homosexual, estigmatizada hasta la crueldad, para “saberse o creerse a salvo”. El COVID-19 no permite ese tipo de operación biopolítica. Es invisible; fue transportado por viajeros aún inadvertidos de la pandemia; es contagioso aun cuando el portador sea asintomático. Puede ser mortal, en casos específicos de personas con patologías previas, a pesar de lo cual se ha vuelto letal por la enorme carencia y pauperización en la que se encuentran la mayor parte de los sistemas de salud del mundo: la salud, salvo excepciones, no es una prioridad en la agenda de los países conducidos por políticas neoliberales; se la considera un gasto. Dichos sistemas no estarían preparados para una crisis sanitaria de esa magnitud.
Es imposible esclarecer, al menos para el común de los mortales, cómo y dónde se originó el virus que nos tiene en cuarentena. Las versiones que circulan sobre su origen presentan tantos tintes de ficción como de verosimilitud. El real está allí; nos acorrala en nuestras casas, dilucidar su origen parece ser una causa perdida. 
Recordé entonces, una conferencia de prensa, El triunfo de la religión, que Lacan diera a periodistas italianos, en Roma el 29 de octubre de 1974, en el Centro Cultural Francés. No sin sorpresa y admiración por su capacidad de anticipar el mundo que se nos venía encima, leí lo siguiente; se está refiriendo a la angustia de los científicos:
“ (…) Recién ahora los científicos empiezan a tener crisis de angustia. (…) Supónganse que un día, después que las hayamos convertido en un instrumento sublime de destrucción de la vida, viene un tipo y saca del laboratorio todas esas bacterias con las que hacemos cosas maravillosas. Todavía no ocurrió. No lo lograron. Pero comienzan a tener una leve idea de que podrían fabricarse bacterias resistentes a todo, que ya no se podrían detener, y que probablemente limpiarían de la faz de la Tierra todas esas porquerías, en particular humanas, que la habitan. Entonces, de pronto experimentaron una crisis de responsabilidad y embargaron cierto número de investigaciones. (…) Se pensó que había que reflexionar un poco más antes de seguir avanzando con algunos trabajos sobre las bacterias. ¡Qué alivio sublime sería, sin embargo, si de pronto nos viéramos ante una verdadera plaga salida de manos de los biólogos! Sería verdaderamente un triunfo. Significaría  que la humanidad habría llegado verdaderamente a algo: su propia destrucción. Se vería allí el signo de la superioridad de un ser sobre todos los demás. No solo su propia destrucción, sino la destrucción de todo el mundo viviente”.  
Me resulta difícil pensar que lo que vivimos no tenga un atisbo al menos de lo que Lacan plantea en 1974. Está el real de la ciencia, pero también está lo que se hace con eso: la biopolítica o el uso a escala masiva de los cuerpos, de la salud y de la enfermedad; el uso del  miedo y de la esperanza para gobernar y manipular actos y decisiones de las personas.
En Cartas, almanaques, siomaquia, en 1542 Rabelais dirá:
“Este año los ciegos no verán casi nada, los sordos oirán bastante mal, los mudos apenas hablarán, los ricos se portarán un poco mejor que los pobres, y los sanos mejor que los enfermos. Muchos carneros, bueyes, puercos, ocas, pollos y patos morirán, y no ocurrirá una mortandad tan cruel entre los cisnes y los dromedarios. Vejez será incurable este año a causa de los años pasados. Los pleuréticos tendrán un gran dolor en el costado. Los flojos de vientre pasarán a menudo por el asiento agujereado; los catarros descenderán este año del cerebro a los miembros inferiores, el dolor de ojos afectará la vista; las orejas serán cortas y escasas en Gascuña (…). Y reinará casi universalmente una enfermedad muy horrible y temible, maligna, perversa, espantosa y por la cual muchos no sabrán de qué madera hacer flechas, y a menudo delirarán y harán silogismos en la piedra filosofal y en las orejas de Midas. Tiemblo de miedo cuando pienso en ella, pues les digo que será epidémica, y la llama Averroes, VII Colliget: falta de dinero. (…)”.
No puedo evitar, entonces, hacerme la pregunta: ¿cómo saldremos los analistas y cada uno, de esta cuarentena? La cita de Rabelais da una pista: no deponiendo el humor, la ironía ni la risa. ¿Pero qué más? Vuelvo a Lacan.
En El discurso a los católicos dirá que para vérselas con la maldad de la Cosa, los humanos echan mano al arte, a la religión o a la ciencia.
¿Y los analistas, qué?
Para hacerle frente a lo real “(…) es necesario que estén extremadamente acorazados contra la angustia. (…) Las cosas están hechas de extravagancias. Quizás este sea el camino por el que puede esperarse un futuro del psicoanálisis- haría falta que éste se consagre lo suficiente a la extravagancia”.

Bibliografía consultada.
1.      El triunfo de la religión. Jacques Lacan. Editorial Paidós. Buenos Aires. 2005.
2.      El discurso a los católicos. Jacques Lacan. Editorial Paidós. Buenos Aires. 2005.
  .    Cartas, almanaques, siomaquia. Capítulo 3, De las enfermedades de este año.1542.  Francois Rabelais. Editorial Dedalus. Buenos Aires. 2010. (Referencia que debo a la enseñanza de Germán García, que retomaba a Lacan en la valoración de la risa; cita que agradezco a Maximiliano Fabi).


domingo, 3 de mayo de 2020

THE BEGUILED. DE SOFÍA COPPOLA. EL ARTE TRÁGICO DE LA SEDUCCIÓN IRREFRENABLE.

Empiezo por decirles que el film de 2017 me resultó interesante, entretenido, bellísimo (como es costumbre con Sofía Coppola) y atrapante.
Es un thriller psicológico y emocional situado en 1864, en Virginia, en plena Guerra Civil del norte con el sur, en el gran país del norte. Le significó a Sofía alzarse con la Palma de Oro de Cannes de ese año, a la mejor dirección. Está basada en la novela de Thomas Cullinan, A painted devil, publicada originariamente con el título del film, The beguiled. 
Sigo con el título. Para variar, en Latinoamérica una vez más el título mata mucho de lo que atrae de esta película. "Beguiled", como todos los adjetivos en inglés, no tiene género. La traducción sería algo así como "alguien seducido con alguna maña o truco, para obtener de esa persona, algo deseado". Por lo tanto titularlo "El seductor" pone el acento en el personaje del muy bello Colin Farrell, y no es ese todo el asunto. Más ajustada fue la traducción del título en España, "La seducción", porque plasma de manera enigmática el juego que se va armando entre los protagonistas.
Vamos al argumento.
Él es "el yanqui", un náufrago herido,(sólo que de tierra, escapando del frente de batalla), que es rescatado en el bosque por un ser angelical que enseguida confía en él, y lo lleva a la escuela de mujeres en la que está, podríamos decir, refugiada por la Guerra que las circunda.
Primer cuestión interesante: él es del bando contrario al de ellas. Sin embargo (se ve en el afiche así que no les cuento demasiado si avanzo por aquí), deciden curarlo, y "protegerlo" hasta que su pierna sane. Porque hay que decirlo, ¡eran muy cristianas y leían la Biblia todos los días!
Entonces él es un náufrago herido que va a parar a la "isla de Lesbos", que según las últimas investigaciones era una isla en la que se practicaba turismo sexual (lejos del sentido que se asume enseguida de que se trataba de una isla de lesbianas).
La cosa es que el náufrago va recuperando su salud, y comienza a notar que fue a parar a "una isla" en la que absolutamente TODAS las habitantes le resultan hermosas e interesantes. Ellas por su parte, en cuanto el soldado llega a la soporífera residencia, llena de lecciones y trabajo en el campo, cerca de la que explotan bombas y disparos todo el tiempo, comienzan a encenderse, a acercarse al herido con otros intereses. Al parecer, llevaban mucho tiempo cosiendo, rezando y estudiando... ¡es comprensible!
Peeeeeerooooo.... ¿dónde comienza el thriller, filmado con maestría y belleza, que nos atrapa y nos pone los pelos de punta por anticipar que las cosas, tomen el camino que tomen, no irán bien?
La  sumisión y agradecimiento inicial de él, por el hecho de que esas mujeres aceptaron curarlo y ocultarlo, y por ello, salvaron su vida, va cediendo y dejando paso a su seducción compulsiva. Y el que juega con fuego...
Él cree que podrá con el pandemonium que está causando, aún en inferioridad de condiciones (no estaba del todo repuesto) en una residencia aislada del mundo, llena de mujeres hermosas.
Una tragedia se desata, en un clima de deseo sexual imparable. Cuestiones que pareciera no poder aplastar ni el paso de los siglos, ni la biopolítica y el confinamiento, ni la educación, ni las multiplicidades de género de la actualidad. 
Estoy muy tentada de evocar una película de Peter Greenaway, pero mejor me callo.
La música es hermosa, la fotografía también, el vestuario (como es habitual con Sofía) es maravilloso y pulcrísimo, y el elenco, sin descollar, está muy bien: Nicole Kidman es "la reina madre", Kirsten Dunst es la institutriz, Elle Fanning una de las alumnas, y ya dicho, Colin Farrell el inoportuno soldado. 
Me gustó mucho, mucho.

sábado, 2 de mayo de 2020

LA FABRICACIÓN DE NUBES Y EL ARTE HUMANO. EL MAESTRO IGNORANTE. JACQUES RANCIÈRE.

"(...) el equilibrio armonioso entre instrucción y educación es el del doble embrutecimiento. Y exactamente a esto se opone la emancipación, toma de conciencia que efectúa todo hombre de su naturaleza de sujeto intelectual, fórmula cartesiana de la igualdad, pero invertida: "Descartes decía: pienso, luego existo, y este bello pensamiento del gran filósofo es uno de los principios de la enseñanza universal. Invertimos ese pensamiento y decimos: soy hombre, luego pienso. (...) El pensamiento no es atributo de la sustancia pensante, es atributo de la humanidad. (...) Permanece embrutecido quien se opone a la obra de la mano obrera y del pueblo de origen en las nubes de la retórica. La fabricación de nubes es obra del arte humano que exige el mismo -ni más ni menos- trabajo y la misma atención intelectual que la fabricación de zapatos y cerraduras. El señor Lerminier, el académico, diserta sobre la incapacidad intelectual del pueblo. El señor Lerminier es un bruto. Pero un bruto no es un tonto ni un indolente. Y nosotros seríamos también brutos si no reconociéramos en sus disertaciones el mismo arte, la misma inteligencia, el mismo trabajo que realizan quienes transforman la madera, la piedra o el cuero".