miércoles, 6 de mayo de 2020

164 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE SIGMUND FREUD. ¡ALLE GUTE ZUM GEBURTSTAG!

Harold Bloom, en su maravilloso texto, Freud y lo sublime: una teoría catástrofe de la creatividad, publicado en la Revista Descartes N# 24/25 (publicación del Centro Descartes de Septiembre de 2015), dirá:

"(...) los textos fuertes vienen a ser fuertes porque consideran equívocos todos los textos precedentes. Más tiene Freud en común con Proust y Montaigne que con los científicos de la biología, porque sus interpretaciones de la vida y de la muerte son informadas siempre por textos, primero los textos literarios de otros, y después por los suyos propios de antes, hasta que al fin la mediación Sublime de la "otredad" empieza a ser desempeñada por su propia obra en preparación. (...) pero el canon de los escritos de Freud nos da la sensación, cada vez más inquietante, de que él mismo llegara a ser su propio precursor, y que se pusiera a defenderse contra sí mismo llegando así, intencionada y audazmente, a posiciones finales".
Encuentro en este texto sobre Freud, una potencia de deseo equivalente a la que llevó a su autor a escribir Shakespeare. La invención de lo humano. ¡Lo cual, al menos a mí, me dijo y dice mucho! Estamos aún y creo que lo estaremos por bastante tiempo más, delimitando las coordenadas de nuestra vida personal y en comunidad, a partir de las marcas que inscribiera en la historia de la humanidad, el acontecimiento Freud; desde la lucidez de pensamiento y un deseo nunca en reposo freudianos. 
Para conmemorar el aniversario de su nacimiento, elijo citarlo (me costó encontrar el párrafo en particular para esta ocasión):

"Por muy diversos motivos, me es ajeno el propósito de hacer una valoración de la cultura humana. (...) los juicios de valor de los seres humanos derivan enteramente de sus deseos de dicha, y por tanto son un ensayo de apoyar sus ilusiones mediante argumentos. (...) se me va el ánimo de presentarme ante mis prójimos como un profeta, y me someto a su reproche de que no sé aportarles ningún consuelo- pues eso es lo que en el fondo piden todos, el revolucionario más cerril con no menor pasión que el más cabal beato-. 
He aquí, a mi entender, la cuestión decisiva para el destino de la especie humana: si su desarrollo cultural logrará, y en caso afirmativo en qué medida, dominar la perturbación de la convivencia que proviene de la humana pulsión de agresión y de autoaniquilamiento. Nuestra época merece quizás un particular interés justamente en relación con esto. Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado. Y ahora cabe esperar que el otro de los dos "poderes celestiales", el Eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse en la lucha contra su enemigo igualmente inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?". 

El malestar en la cultura. (1930[1929]). Página 140. Tomo XXI. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1986.

2 comentarios:

  1. Excelente Leonor!! Felicitaciones por tu blog. Un beso grande. Silvina.

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  2. Muchas gracias Silvina!! Me alegra mucho que te guste! Beso grande y gracias por leer y comentar!

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