jueves, 31 de enero de 2019

La interpretación de un libro, de Juan José Becerra y La casa de los conejos de Laura Alcoba.

La casa de los conejos de Alcoba nos acerca la vida cotidiana de una niña que debe pasar a la clandestinidad junto con sus padres, ante el inminente golpe de estado de 1976 en Argentina. No ahondo en la trama porque uno de los mayores logros de la novela es ir entregando de a poco la información sobre lo que va ocurriendo en la vida de la niña y de la familia con el ritmo con que la niña lo va descubriendo. Si bien por momentos esa niña parece una niña salingeriana (por el vocabulario, por la complejidad de sus pensamientos y conceptos), lo que más me gustó de la novela no es su tinte de reconstrucción testimonial-histórica sino la irrupción, en esa reconstrucción, de la infancia con sus sueños, sus juegos, su capacidad imaginativa y su ausencia de sentimientos persecutorios, puestos a prueba frente a lo no comprendido, a lo no dicho, a lo que debe callarse. Las escenas donde esa irrupción se presenta son geniales. La joya de la novela, según mi opinión.
La interpretación de un libro de Becerra es una novela cuya extensión es inversamente proporcional a su complejidad. Es una novela sobre el valor de la palabra escrita, leída y/o dicha. Podría decir que es una novela sobre el malentendido ineludible de la palabra y el lenguaje.
Un escritor ve a una mujer que lee "su" novela y no resiste la tentación de saber qué le parece. A partir de ese encuentro (el del escritor con su única lectora) los protagonistas encarnarán "bovaricamente" la comedia de los sexos teniendo como brújula la novela. El desencuentro será inevitable, porque el escritor nunca sabe muy bien, en última instancia, qué ha escrito, y porque el lector, cualquier lector, no puede no "alejarse" de aquello que el autor cree haber escrito, sin traicionarlo con su lectura. Este desencuentro metaforiza el que sin novela mediante, se produce de todas formas en el amor, ya que cada amante vive según su propia ficción.
La interpretación de un libro podría ser una novela conceptual, que se las ingenia (me maravillan los recursos de Becerra) para narrar lo inenarrable: que detrás de las palabras no hay nada. Ante tal evidencia, lo único que queda es volver a empezar.

2 comentarios:

  1. Dos excelentes libros que tuve el placer de disfrutar. Los recomiendo!!!!

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  2. Interesantes ambos. Gracias por pasarte y comentar Héctor!

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