jueves, 3 de enero de 2019

Volver a la infancia, antes de que los vientos de cambio arrasen...

De Negrita, texto poético que forma parte de mi primer libro, Buenos Aires anónima: 

"(...) Inviernos de siesta con tu calor, 
       Mate de leche y té de cedrón,
       Y la piel tersa y negrita
        Por veranos de patios al sol.

En mi ser hecho de presencias, todavía los sueños me traen tu vos...
que llega y me nombra,
que me dice quién soy".






Negrita me llamaba mi abuela materna. Y Negrita seguiré siendo toda la vida. La casa queda en la calle Gorriti al 3700. A pesar de que ahora funciona un club de jazz muy popular, ayer, cuando pasé sentí las manos de mis tías abuelas lustrando los bronces, limpiando los pisos de mármol de Carrara, el sol colándose por los postigos y hasta busqué la baldosa que dejó una huella imborrable en mi mentón.

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