Hoy quiero contarles algunos de los divinos detalles entre la trama de la vida de Joyce, y la de su novela más conocida, no por ello más leída, Ulysses.
James fue el segundo hijo del matrimonio de sus padres. En total tuvieron 11 hijos (y 15 embarazos). Pero el primogénito murió, por lo tanto, James fue el mayor.
De no haber muerto, 11 años tendría Rudy, el único hijo varón de Molly y Leopold, ese 16 de junio de 1904. Vivió sólo 11 días.
Es sabido que Joyce dedica un capítulo de su novela a la secularización del misterio de la Trinidad cristiana y la paternidad, sirviéndose de Hamlet de William Shakespeare.
¡El único hijo varón del gran escritor inglés, Hamnet Shakespeare (nombre que resuena con Hamlet) había nacido el 2 de febrero como James, y había muerto a la edad de 11 años!
Este intento de secularización resulta fallido, la teoría que despliega Stephen sobre el escritor y su más célebre personaje tiene ribetes risueños, y por momentos de delirio: no estaba en el ánimo de Joyce sostener ninguna Trinidad, ni siquiera secular.
Si al 11 de la paternidad y los hijos muertos, le restamos el 3 de la Trinidad y su misterio, el resultado es 8, lo femenino. Otro de los números omnipresente en la novela.
Bloom se casa con Molly el 8 de octubre de 1888, día en el que conciben a Millie, la hija mayor. Molly es nacida el 8 de septiembre; por supuesto el 8 de diciembre es el día de la Virgen.
8 son las oraciones del monólogo final de Molly.
El 8 acostado es el símbolo del infinito. Molly está acostada en el comienzo de la novela, y durante su monólogo.
¡Ojalá disfruten estos divinos detalles joyceanos!
Cheers!
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