Hay algunos que promueven la absurda idea de que Freud es caduco, obsoleto; anacrónico para pensar la subjetividad de la época y la diversidad sexual que ella presenta.
Deberían volver a leerlo,o leerlo por primera vez, más concretamente. Tres ensayos sobre teoría sexual, de 1905, podría haberse escrito ayer.
También deberían sus detractores, hacer la experiencia de un análisis: en el prólogo de este trabajo, Freud se dirige a aquellos que hayan repetido sus observaciones en sí mismos y en otros individuos. Dirá que no se propone ni "compeler a la creencia" ni a "provocar convicción".
¡Su vigencia es sorprendente y su libertad de pensamiento enorme!
Cito a Stratchey:
"Esto nos muestra que a los 82 años Freud poseía todavía un don sorprendente para enfocar de manera renovada lo que podrían parecer temas trillados. Tal vez en ningún otro sitio alcanza su estilo un nivel más alto de compendiosidad y claridad. Por su tono expositivo, la obra nos transmite una sensación de libertad, que es quizá lo que cabía esperar de un maestro como él al presentar por última vez las ideas de las que fue creador".
Comparto con ustedes un párrafo de su Esquema del psicoanálisis, al comienzo de la parte VII, Una muestra de trabajo psicoanalítico.
"Las neurosis no tienen (a diferencia, por ejemplo, de las enfermedades infecciosas) causas patógenas específicas. Sería ocioso buscar en ellas unos excitadores de la enfermedad. Mediante transiciones fluidas se conectan con la llamada "norma", y, por otra parte, es difícil que exista un estado reconocido como normal en que no se pudieran rastrear indicios de rasgos neuróticos". (El destaque en "transiciones fluidas", tan en boga y escuchado en nuestros días, en mía).
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