lunes, 30 de marzo de 2020

LA BOYA. FILM DE FERNANDO SPINER. CUANDO LA IMAGEN SE HACE POEMA. Liberada hasta el 15 de abril! AVISO: HAY YAPA AL FINAL.

Una noche de cuarentena, cuando la añoranza del mar amenazaba con derrumbar a la sirena que me habita, aparece en las redes mi querida Marlene Lievendag, recomendando LA BOYA (2018), película del director Fernando Spiner. Recordé en especial dos trabajos de él, a mi juicio, descollantes: Aballay, el hombre sin miedo, basada en la novela homónima de Antonio Di Benedetto, allá por 2010, y la miniserie que vimos con deleite por la Televisión Pública en 2015, Los siete locos, basada en la novela homónima de Roberto Arlt, y con guión del querido Ricardo Piglia (les recomiendo obviamente la lectura de ambas novelas).
Ahora que ya los puse en tema, les cuento de la película.
Se trata de la historia de Fernando (el director) que vuelve de Italia a Villa Gesell, lugar en el que vivió en su adolescencia, para reencontrarse con su amigo, el poeta Aníbal Zaldívar. Juntos llevaban adelante, por aquellos tiempos, el ritual de nadar cada año hasta la boya. Esta es una parte de la historia; una bella historia que se va nutriendo de las experiencias poéticas de escritura de Aníbal, en las que se expresa el poder magnético que tiene el arte (en este caso la poesía) para enriquecer las vidas de aquellos que, con sutileza, son tocados por él. Hay anécdotas sobre momentos compartidos por ambos, escenas del taller de lectura de Aníbal, de los que asisten a él, y entrevistas a escritores residentes en Villa Gesell (Forn, Saccomanno). 
La otra historia, con la que empieza el film, y que va quedando como en suspenso hasta poco antes de la última media hora del film, es la que plasma la historia de Fernando con su padre Lito; la historia de ellos, el mar y un legado encarnado en un objeto preciado, la boya, que unirá sus vidas de manera fecunda e inédita.
Habrá el encuentro con una carta sin leer que fuera devuelta a Lito; emociona hasta las lágrimas el momento de abrirla, de leer esas palabras de Lito encerradas en un sobre poseedor de un tiempo inmemorial, y un pedido especial. No voy a contarles de qué se trata, claro.
Esta parte de la historia es SUBLIME, sí, con mayúsculas. Esta parte de la historia es una hermosa fábula, es la alegoría del amor filial, del amor al mar, esa fuerza natural dotada de instantes explosivos de bruma y espuma así como de transparente y eterna calma. La belleza poética de las imágenes es tan difícil de transmitir, que casi me deja sin palabras. La fuerza alegórica es de tal magnitud, en especial para el momento desquiciado que vive hoy la humanidad, que quita el aire. Esta última parte del film, que conecta con el comienzo, me hizo desear que las imágenes y los textos se condensaran, se hermanaran en un solo corto. Así, todo junto, intenso, rutilante, masivo; con la potencia que tiene el mar.
Voy a recomendarles sin dudar esta película, que tiene guión del propio Spiner, de Zaldívar y de Pablo De Santis. Porque además está liberada en vimeo, hasta el 15 de abril.
Estamos inundados de ofertas de libros, películas y videos con descarga gratuita por estos días. Pero me animo a decirles que vayan por La boya. La van a disfrutar mucho.
Les dejo abajo el enlace y la contraseña para que la puedan ver.
También aprovecho para dejarles el enlace de la serie Los siete locos, dado que hablando con Fernando, me contó que acababan de liberarla. ¡No se la pierdan!
Disfruten mucho de estas obras, sin dudas, entre lo mejor de la producción nacional.

El primer enlace es para la peli:
 vimeo.com/275246555
contraseña: laboyaVO

Acá pueden ver Los siete locos:
https://vimeo.com/136379888





2 comentarios:

  1. inmensamente bella, mientras dura la película, vuelvo a sentir esperanzas de que la bondad humana predomine, perviva, siempre

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