Un encuentro casi inefable: “Entonces él era real? Existió? Visita a la casa de Sigmund Freud en Londres.

 Cómo explicarles lo que se siente al entrar a su consultorio!! Llegué casi al nivel alucinatorio, de verlo sentado en su silla de diseño, hecha para él, escribiendo (dos de sus obras mayúsculas fueron escritas allí). O sentado diligentemente en su sillón, detrás del diván, que es EL DIVAN!!! En atención flotante, teniendo delante una colección indescriptible de teetimonios artísticos del hombre a lo largo de los siglos: Egipto, Persia, cosas que le regalaban sus pacientes también (voy a compartirles las pinturas que le regalara el Hombre de los lobos, que realmente me impactaron por su belleza), libros citados en sus escritos, mientras algun paciente le relataba sus desdichas, padecimientos o fantasías (aceptó muy pocos en Londres, dado que su salud estaba en franco deterioro). 

La casa es muy hermosa. Luminosa, espaciosa, con un jardín bellísimo que él disfrutaba mucho. 

No puedo ahondar mucho más. Yo misma tengo un torbellino de emoción y sensaciones que no alcanzo a definir.

Les comparto un tour fotográfico para los que no estuvieron y para que los que fueron recuerden el momento de encontrarse con el alma del hombre que cambió, aún en el caso de los que lo denostan o rechazan ( porque sí lo hacen es por algo de gravitación sustancial) el modo en el que los seres hablantes estamos en la vida, en el mundo y con los demás. 

Ojalá disfruten las fotos. Las comparto con mucho cariño.

Lamento que no hayan salido en orden. Al subirlas desde el telefono, no puedo hacer mucho para ordenarlas. Pero les cuento: la entrada y el jardin, su consultorio y oficina en la planta baja y el resto en la planta alta.