Hace poco, en facebook alguien posteba datos sobre el Dakota, edificio de New York donde, entre otras cosas llamativas, fue filmada El bebé de Rosemary” de Polanski (relacionado con el clan Mason y con trágicos asesinatos, entre ellos el de Sharon Tate, esposa de Polanski, con 8 meses de embarazo. Mason supuestamente se habría inspirado para sostener su delirio en el tema de Los Beatles Helter Skelter).
En ese momento comenté que pudiendo haber accedido a cualquier departamento del Upper Manhattan que quisiera, nunca había entendido por qué John había elegido ese edificio de apariencia siniestra.
Les cuento una historia y ustedes saquen sus propias conclusiones.
En su infancia, abandonado por su padre John y con una madre, Julia, con poco deseo de serlo (por lo visto) John se sintió huérfano desde pequeño. Terminó en casa de la Tía Mimí, de vida más estable y acomodada que su hermana. De hecho de las casas donde crecieron los FabFour, esa era por lejos la mejor: la más grande, la más linda y en el mejor barrio. Debido quizá a esa sensación de abandono, John se escapaba por los fondos del jardín de la tía, y se iba a jugar al jardin lindero, predio del orfanato de Liverpool, que luego inmortalizara en la bellisima Strawberry Fields forever. La Tía Mimí solía decirle para asustarlo (algo difícil de conseguir en un John ya rebelde y habitado por sentimientos sombríos) que allí iban a colgarlo si lo descubrían, que algo malo pasaría. Su respuesta fueron las líneas de la canción donde dice que allí nada es real. Que no hay dónde colgarse.
John conoce al poco tiempo a aquel con el que producirían el Big Bang musical más trascendente del siglo pasado y tal vez algunos más: Paul. Uno con 16 años y el otro con 15. La fusión estaba desencadenada. Nacían Los Beatles y con ellos la beatlemanía.
Afectados por la fama y la vida de encierro a la que aquella los obligaba, John hizo lo imposible, pasados los años, aunque no tantos, para radicarse en NYC, ciudad donde decia sentirse libre. Entonces deja Londres, la ciudad que vio a Los Beatles llegar a la cima de su creatividad como grupo, donde habían fundado Apple, compañía destinada a producir a artistas desconcidos y emergentes, para irse a la Big Apple, como es conocida esa ciudad, y al Dakota.
Un funesto 8 de diciembre de 1980, un desquiciado le pide por la mañana un autógrafo, y lo espera hasta la noche en la puerta del edificio, donde lo ultima con cinco balazos. Esa vez todo fue muy real, demasiado real.
Visitando Strawberry Field, donde ahora funciona una clínica para tratamiento de niños con autismo y problemas de aprendizaje, Carmen, la guía española que me deleitó esa mañana, me muestra una foto del orfanato original, que hacía tiempo ya no existia. Entonces un efecto siniestro se me produjo.
Ahora les dejo las fotos y ustedes verán qué sienten.
Una vez más me viene a la mente Joyce y esa frase de Bloom de Ulises, que cito en Efectos de estilo: “Crees que estás escapando y corres hacia tí mismo. El rodeo más largo, es el camino más corto a casa”.
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