miércoles, 3 de enero de 2018

¿Ajuste de cuentas?

La vuelta para el 2018 tenía que ser especial. El calor nos agobia en Buenos Aires; preferiría estar en una playa de arenas blancas a orillas de un mar aturquesado, pero acá estoy, contándoles sobre este libro asombroso. En inglés su título es My brother´s keeper, de Stanislaus Joyce, hermano de James. Sucede que es una cita bíblica, referida a los hermanos Caín y Abel. Dios recibe honores de ambos hermanos, mas prefiere los de Abel. Caín, presa de los celos y la envidia, asesina a Abel. Cuando Dios le pregunta dónde está su hermano, Caín responde cínico, "¿Acaso soy el guardián de mi hermano? La King James Bible dice: "And the LORD said unto Cain, Where is Abel thy brother? And he said, I know not: Am I my brother´s keeper?" Asombroso título que en la traducción al español se aplana un poco por un descriptivo "Mi hermano James Joyce". Es la narración del diario de adolescencia de Stan, casi tres años menor que James. Diría que el James que describe es prejoyceano. Apenas menciona algunos de sus primeros poemas, los comienzos dificultosos de James en la literatura, y la relación entre ambos. Recorre el libro un torrente solapado pero ruidoso: James no juzgaba al padre negativamente como lo hacía Stan; y por otro lado, James era el hijo favorito de un padre alcohólico y bastante poco amoroso con el resto de sus hijos. Qué sucedió primero, vaya uno a saber: si la indulgencia del hijo despertó el amor paterno o viceversa. La cuestión es que Stan ve su vida de esos años atravesada por este favoritismo. Con parecidos deseos intelectuales y creadores que James, se declara sin talento para la empresa, a la vez que tiene muy claro en su adolescencia que su hermano es un genio, y que será alguien que trascenderá en la literatura de habla inglesa si no se pierde por la bebida y una supuesta vida disipada. Están las esperables declaraciones de "robo" de material de su diario por parte de James, y la mezcla de resentimiento y resignación por la falta de reconocimiento. Pero lo más interesante es constatar que por encima del país, de Dublín, del catolicismo imperante, y de los reprochables lazos filiales y fraternos, lo que se destaca es la particularidad de un deseo en James que lo hace alejarse de todos los lugares comunes de conmiseración y empatía en los que hubiera sido fácil caer en una Dublín pobre y carcomida por el alcohol (igual que su familia), y la certeza sobre su arte irrenunciable. Más que el guardián del hermano, parece que Stan (cuyo relato se interrumpe sin hablar de las obras más indiscutibles de su hermano) fue el guardián resignado y abnegado del genio que su hermano portaba. Se cuenta poco de los años compartidos en Trieste, por ejemplo. Se sabe de todos modos, que de haber sido muy compinches en la adolescencia, fueron con los años distanciándose, y que la muerte de James afectó enormemente a Stan, lo afectó de manera irreversible. Una coincidencia sella sus vidas: James elige para el Ulises, que narra los derroteros de Leopold Bloom por Dublín durante un día, la fecha del 16 de Junio, para homenajear a Nora, su mujer, ya que en esa fecha salieron por primera vez. Algunos años después de la muerte de James, o Jim, como lo llama él, Stan muere un 16 de junio, dejándonos con una trágica pregunta: ¿el título del libro da cuenta de una ironía, de un lamento, de un ajuste de cuentas, o como suele pasar entre hermanos enfrentados por el amor de un padre, de todo eso vuelto una madeja indiscernible?

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