1984, esa obra maestra de George Orwell sigue no solo con una vigencia alarmante, sino que conserva su valor de anticipación de la degradación de lo humano, en la vida de las personas.
"La dificultad estribaba en conseguir que los engranajes de la industria siguieran girando sin aumentar la riqueza real del mundo. Debían producirse mercancías, pero sin llegar a distribuirlas. Y, en la práctica, la única manera de lograrlo es la guerra constante".
¡VOLVÍ AL CINE! Me puso muy feliz... ¡¡aunque me di cuenta de que ya no me acordaba cómo se hacía con el QR, para entrar a la sala!!!
Salvados los escollos, fui a ver el último film de Costa-Gavras, Adults in the room, de 2019. Adoro los films de este director. ¡Cómo no recordar Z, Missing, Claro de mujer! De modo que a pesar de su temática (imaginé el alto voltaje del contenido) decidí verla.
Para seguir siendo fiel al compromiso político de su obra, Adults in the room nos presenta la trágica epopeya del pueblo y del gobierno griego ante compromisos de deuda adquiridos con "la Troika" (el FMI, el BANCO CENTRAL EUROPEO, y la COMISIÓN EUROPEA), por el gobierno saliente (cualquier coincidencia con cosas que vivimos y viviremos en Argentina, son pura creación de vuestra fértil imaginación..... ).
Si no lo entendiste aún y querés entender cómo funciona el mecanismo perverso de endeudamiento de las naciones pobres en favor de las ricas y poderosas, esta película te lo enseña con simpleza, y hasta una pizca de humor (¿cómo soportar semejante cosa, de otro modo?
Te lo resumo: "Te presto miles de millones, a sabiendas de que no podrás devolverlos. Esos millones se evaporan entre gallos y medianoche en turbias movidas financieras que te dejarán endeudado y más pobre que antes. Como te presté mucho dinero, a sabiendas de que no podrías devolverlo, tengo el derecho de "decidir" sobre tus políticas económicas internas. Entonces se viene el ajuste: recorte de salarios, de pensiones, de jubilación, recorte en salud y educación, medidas económicas recesivas que achiquen la economía y empobrezcan a la gente, privatizaciones a mansalva (con empresas mías claro, pero con dinero que me vas a prestar vos... es decir que si todo sale bien, me quedo con tus empresas y encima no pongo un peso propio, sino que me financiás la compra vos, y yo gano plata), . Entonces como me tenés que devolver lo que te presté pero tu PBI cae estrepitosamente y no tenés con qué, ¡Adiviná! ¡Sí! ¡¡¡VUELVO A PRESTARTE!!! Y así me aseguro que hasta tus tataranietos tendrán hipotecadas sus vidas y su porvenir antes de nacer.
A veces, alguien con ética, moral, probidad y una cuota nada despreciable de coraje y valentía cree que podrá contra este mecanismo perverso, y se enfrenta con todo aquel con quien deba enfrentarse con tal de rescatar a su pueblo, de un presente oscuro y un futuro nefasto y más oscuro aún. Con mayor o menor desdén lo reciben, hacen como si lo escucharan, incluso en privado manifiestan su apoyo y segundos después, ante la prensa dicen todo lo contrario. Entonces el héroe ve minadas sus fuerzas, aunque su ética y moral sigan incólumes. Es cuando llega el momento de lateralizar el asunto; de generar ruido, rumores, fake news, sospechas y divisiones en el gobierno que resiste.... y por supuesto, siempre encontrarán a aquel que esté dispuesto a ceder, esgrimiendo todo tipo de motivos y excusas de lo más racionales y razonables.
Adults in the room es un film duro. Quizá a la mirada de algún espectador eurocéntrico, sea apenas una narración simpática de alguien (en este caso el ministro de economia de Grecia) que aún vive en otra época, que no se ajusta al giro neoliberal que impera hoy en el mundo.
Imagino que para cualquier latinoamericano, pero en especial lo fue para mí, y estimo que lo será para cualquier argentino/a de bien, es mucho más que eso. Conocemos en carne propia lo que se cuenta en el film: algo mucho más serio y grave que la danza con lobos del mandatario de turno.
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