lunes, 1 de junio de 2015

Presentación de El mal transparente

No es fácil volver de una presentación como la del otro día, cuando se trabajó y se la esperó durante 4 años, y cuando una no presenta un libro cada año. Una puede quedar un tanto apegada a momentos tan intensos. También puede quedar movilizada y ansiosa por lo que vendrá, y no poder manejar esa ansiedad de la mejor manera. Pero las horas van pasando. Mi novela es cada vez más de sus lectores. Y cuando digo ésto último es que me doy cuenta de que mi presentación estuvo llena. Llena de grandes e inteligentes lectores. Desde los que me hicieron el honor de presentarla, hasta los que se llegaron al Museo a participar de su presentación. Es por eso que estoy muy pero muy agradecida y orgullosa. Pero... siempre hay un pero. La máquina que filmaba nos jugó una pésima pasada: las partes que no subí aún, salieron entrecortadas y con el sonido desfasado. Entonces pienso que es justo que haya algún beneficio para los que fueron. Para los que estuvimos ahí y vivimos y disfrutamos lo que pasó. Me disculpo con los que no saldrán en video, y con los que esperaban los videos para hacerse una idea de lo ocurrido. Quedó sólo una muestra. Lo lamento. Pero en algún punto, no todo es recuperable por la técnica y la ciencia. El interés y el amor de los que fueron (muchos significaron una sorpresa emocionante que no esperaba) merecen que algo quede en secreto entre ellos, El Mal transparente y yo. Fue en su conjunto, un evento cultural, y la imagen y el sonido quedaron cortos para atrapar lo que ocurrió allí. GRACIAS A TODOS. Ojalá no me acostumbre nunca a las presentaciones, y siempre sienta lo que sentí el miércoles pasado.

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