jueves, 21 de agosto de 2025

Canon de cámara oscura. Del enorme Enrique Vila-Matas


 Me urgía comentar este libro, que devoré, como suele ocurrirme con lo que escribe el autor. Por qué?.. se preguntarán. 

PORQUE SÍ! 

Porque agradezco haberme encontrado con la pluma de este catalán excepcional, que junto con Serrat, son los catalanes que más amo. También agradezco ser contemporánea y leer sus libros cuando los publica. 

Ahora, como hacía Sarmiento, un epígrafe en francés! 

LPM!! Cómo se puede escribir así y cómo se puede escribir una novela así!! 

Al terminarla pensé en alguien que les leí hace poco, Baudelaire. Es una novela baudelaireana!!! También es una novela conceptual, evoca a Cervantes con su Quijote; es una novela actual!! Habla de literatura, de esa de verdad, la que no vende millones de copias, la que se escribe a veces a favor de la vida del autor; otras veces en contra. 

No quiero contarles mucho, pero también es una novela filosófica!!Interroga sobre el escritor, su ser, su deser, su escritura, y la íntima conexión entre ambas. Qué hace surgir la escritura? El dolor, la felicidad, el vacío, el exceso… la nada? 

Un casi hombre, un androide que ofició de secretario de un escritor, recibe de éste el mandato de escribir un canon pero desplazado, y con una cita de cada libro. Elegida un poco al azar. Un libro por día, una cita por día… de manera random, pero de la biblioteca. De la literatura no obvia integrante del canon. 

Hay una amiga, con preguntas sospechosas e inquietantes, hay transeúntes anónimos de Barcelona. Y hay una hija. 

Es con esos elementos parciales y fragmentarios con los que se compondrá el canon que irá armando a su autor. Es entonces que la presencia tácita de Joyce comienza a tomar cuerpo: palabras sin historia, una hija a la que se espera siempre, y la ocasión por delante de una nueva vida, inventada. 

Por otro lado, es una novela antiépoca, a contrapelo de la ilusión de transformar al ser humano en un ente carente de experiencias y de sensibilidad humana: no todo está perdido. Hay palabras, hay amor... Si hasta un androide puede... 

En apenas 218 páginas el autor se las ingenia con su arte para hablar de todo eso, y dejar en el plano de la alusión y de la resonancia del lector mucho más. 

No desborda de humor, como suele ocurrir con sus novelas, pero como lectora me llevó de la diversión, al aprendizaje, a cierta complicidad a veces con lecturas compartidas, a la compasión, al desasosiego, a la congoja.

Una novela enorme de una de las plumas más enormes de nuestra lengua. 

Qué hace que una vida valga la pena de ser vivida?

Deberán leer la novela.