martes, 30 de junio de 2020

JAMES JOYCE Y LA MÚSICA I. CANCIÓN QUE INTERPRETA MARÍA, PROTAGONISTA DE "ARCILLA" RELATO DE DUBLINERS. POR Enya: I Dreamt I Dwelt in Marble Halls


El título de la canción en castellano es Soñé que moraba. Es una hermosa canción, de un amor que ya no es, lo que le da su tinte melancólico. Pertenece a la ópera Bohemian Girl de 1843, y su autor es William Michael Balfe y la letra es de Alfred Bunn. 
La traducción de la primera estrofa, que es la citada por Joyce en el relato, dice así, según la traducción de mi libro, de Alonso Donado: 

"Soñé que moraba en salones de mármol
con vasallos y siervos a mi lado,
Y que, de todos cuantos vivían entre aquellos muros
Yo era la esperanza y el orgullo,
tenía riquezas demasiado grandes para ser contadas
Y podía alardear de un aristocrático y antiguo apellido.
Pero también soñé, y eso fue lo que más me gustó,
que tú me querías
que tú me querías como siempre."

En el relato, la protagonista se equivoca al cantarla, y repite la misma estrofa, en lugar de cantar la segunda. Que diría algo así (la traducción es mía por lo tanto, ¡piedad!)

"Soñé que pretendientes pedían mi mano
que caballeros de rodillas
con votos que el corazón de ninguna doncella podría resistir
me prometían su fe
Soñé que uno de tan nobles huéspedes
se adelantó para pedir mi mano,
Pero también soñé, y eso fue lo que más me encantó
que tú me querías
que tú me querías como siempre".

lunes, 29 de junio de 2020

LA SOLEDAD DE LA CONDICIÓN HUMANA CONTEMPORÁNEA. UNA ANTROPOLOGÍA DE LA HIPERMODERNIDAD. LOS NO LUGARES DE MARC AUGÉ

Asistí a la reunión vía Zoom de Zadig España del último sábado. Por primera vez afloraron la pasión, el enojo, la incomodidad y el rechazo por lo que se está viviendo en el mundo y la marcha hacia la "Nueva Normalidad",  reacciones imprescindibles para no quedar hipnotizados por las virtudes de la "hipervirtualidad" (que no quiere decir que no podamos servirnos de ella, de hecho la reunión que comento sucedió a través de una plataforma virtual). A partir de lo escuchado allí, evoqué este libro de Marc Augé, de cuyas páginas comparto hoy algunas líneas con ustedes.
Su autor es profesor de antropología y etnología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Desarrolló la noción de "no lugares". Llamó así a los espacios de convivencia inevitable y anónima (ejemplo, aeropuertos, estaciones de tren), de lazos tan instantáneos y fugaces como azarosos. ¿Cuáles son sus características?
"(...) Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar. La hipótesis aquí defendida es que la sobremodernidad es productora de no lugares. (...) Los no lugares son la medida de la época, medida cuantificable y que se podría tomar adicionando, después de hacer algunas conversiones entre superficie, volumen y distancia, las vías aéreas, ferroviarias, las autopistas y los habitáculos móviles llamados "medios de transporte" (aviones, trenes, automóviles), los aeropuertos y las estaciones ferroviarias, las estaciones aeroespaciales, las grandes cadenas hoteleras, los parques de recreo, los supermercados, la madeja compleja, en fin, de las redes de cables o sin hilos que movilizan el espacio extraterrestre a los fines de una comunicación tan extraña que a menudo no pone en contacto al individuo más que con otra imagen de sí mismo. (...) nosotros incluimos en la noción de lugar antropológico [las antípodas de los no lugares, agrego yo] la posibilidad de los recorridos que en él se efectúan, los discursos que allí se sostienen y el lenguaje que lo caracteriza. Y la noción de espacio tal como es utilizada hoy (...) parece poder aplicarse útilmente, por el hecho mismo de su falta de caracterización, a las superficies no simbolizadas del planeta. (...) el espacio del no lugar libera a quien lo penetra de sus determinaciones habituales. Esa persona sólo es lo que hace o vive como pasajero, cliente, conductor. (...) saborea por un tiempo las alegrías pasivas de la desidentificación y el placer más activo del desempeño de un rol. (...) El espacio del no lugar no crea ni identidad singular ni relación, sino soledad y similitud. (...) En la realidad concreta del mundo de hoy, los lugares y los espacios, los lugares y los no lugares se entrelazan, se interpenetran. (...) Pero las palabras de moda-las que no tenían derecho a la existencia hace unos treinta años- son las de los no lugares". 
Los tránsitos se oponen a las viviendas, las intersecciones a los cruces, el pasajero al viajero, la comunicación a la lengua.
Me pareció una muy interesante perspectiva para pensar la época, y sobre todo, para tenerlo en cuenta en relación con la pandemia y el drástico cambio de vida que ella nos implica y nos implicará por un tiempo cuya prolongación parece imposible de anticipar.

viernes, 26 de junio de 2020

PURGATORIO. CANTO XXIX. BEATRIZ SE DIRIGE A DANTE DESDE EL CARRO TRIUNFAL. DIVINA COMEDIA. DE DANTE ALIGHIERI.

Hoy comparto esta bellísima ilustración de Blake, del encuentro entre Beatriz y Dante en el Purgatorio.

¡ Mira bien! Soy Beatriz de hecho y de nombre. ¿Cómo osaste subir esta pendiente? ¿No sabías que aquí es feliz el hombre?!  
Dante se halla junto al margen derecho del cuadro y mira con deferencia, casi con temor, a Beatriz. Su acompañante Virgilio lo ha abandonado. El carro triunfal aparece paralelo al cuadro delante de un cielo tintado de un rojo y azul intensos, y se ajusta a la descripción minuciosa del texto. Tirado por un enorme grifo alado, está rodeado de cuatro símbolos animales que aparecen como imágenes oníricas entre sus alas empinadas y decoradas con ojos. Delante del carro se ven tres mujeres vestidas de verde, rojo y blanco, que simbolizan la esperanza, el amor y la fe, respectivamente. Beatriz lleva un velo blanco y un sobretodo de color verdoso decorado con flores que apenas cubre su cuerpo desnudo. Con la mano izquierda levantada recuerda a Dante que él se apartó en su tiempo de ella y del recto camino, y le advierte con severidad que tiene que hacer acto de contrición.

martes, 23 de junio de 2020

LOCURAS FEMENINAS QUE EMPUJAN AL EXTRAVÍO. QUIÉN TE CANTARÁ. DE CARLOS VERMUT.

Rota es la ciudad en la que el director Carlos Vermut decide situar esta historia, y no creo que sea casual la elección del nombre. Quién te cantará es una película sobre mujeres rotas. Es una película en la que no hay padres en el decir de estas mujeres, y el único hombre que aparece es un triste vendedor de muñecos con mensajes que brotan al apretarlos, de paso en la ciudad para una reunión de vendedores. Uno de esos muñecos profiere en algún momento: "Si te lo propones puedes brillar", interesante manera de describir lo que ocurre en la historia. Una mujer, cantante consagradísima en España, Lila Cassen, ha dejado de cantar a partir de la muerte de su madre. Han transcurrido 10 años de ese hecho. Su mano de derecha, Blanca, la encuentra una mañana tirada en la arena a orillas del mar. La revive (no se nos dirá qué fue lo que ocurrió pero puede suponerse quizás un intento de suicidio), pero una vez internada para su recuperación, se da cuenta de que Lila ha perdido la memoria: no sabe quién es, en el más amplio de los sentidos. El problema es que estaba a punto de retornar a los escenarios, con una gira programada. ¿Cómo podría hacer frente a semejante compromiso si no recuerda que cantaba, no recuerda sus canciones, sus letras? Cuando Lila comienza a buscarse en internet para ver si logra recuperar algo de su "identidad" encuentra a una cantante que la imita en un karaoke de la ciudad: Violeta. Sí, hay en los nombres un simbolismo, un trazo que las une: Lili, cantante y compositora, y la madre de Lila, Lila misma, en crisis, Violeta, la doble, y Blanca que irá tras Violeta para proponerle un contrato que implicará que le enseñe a Lila a ser Lila. La proliferación imaginaria es imparable (no voy a contarte qué historia trágica hay detrás de la historia que se nos narra porque el mismo film te lo contará). Las imágenes serán insuficientes para anudar los goces que desbordarán a estas mujeres. En apariencia, el simbólico que anudaba precariamente a Lila eran las letras de las canciones que establecían un lazo de locura pero eficaz, con su madre, ahora olvidadas. Eso aportará Violeta a Lila. Le dará letra, como decimos, la irá rearmando, mientras que en su casa, su hija, Marta, la que queda por fuera del lazo entre las otras cuatro mujeres, está lanzada en un empuje decidido a un goce sin marca, sin falta, que intenta circunscribirse con el valor significante del dinero, dinero que obtiene en general de maneras violentas, de su madre. Sabemos que casualmente, el dinero anula todas las significaciones posibles. 
El mar es el símbolo de lo infinito amenazador que rodea a estas mujeres; una presencia que les recuerda que están a merced de un goce que no logran anudar, con excepción de Lila, que sí lo logra nuevamente, con consecuencias trágicas. El duelo en ella no era tal, sino que más bien era un desencadenamiento.
La película me gustó mucho mucho. De hecho la vi dos veces. No conocía al director, pero me gustó mucho el guión (bien escrito, inteligente, interesante, con personajes muy bien delineados), la fotografía (hay escenas, en general en relación con el mar, que son realmente bellas), la música (algo retro pero que se coordina perfectamente con la estética de la época)... en fin, que me encantó y te la quiero recomendar. Es mucho más que la suerte de thriller psicológico que nos ofrece, es mucho más digo, que la historia de una cantante que padece amnesia. Y es impecable en su realización. La podés ver en Netflix. 

lunes, 22 de junio de 2020

HOY EN LA OTRA PSIQUIATRÍA, COMENTARIO QUE ESCRIBIERA SOBRE INCONSCIENTE 3.0 DE GUSTAVO DESSAL.

https://www.laotrapsiquiatria.com/2020/06/leonor-curti-las-bodas-idiotas-entre-la-tecnologia-y-el-neoliberalismo-una-resena-de-inconsciente-3-0/

jueves, 18 de junio de 2020

¿BAUDELAIRE LACANIANO? CUADERNOS DE NOTAS Y CONSEJOS A LOS JÓVENES ESCRITORES. DE CHARLES BAUDELAIRE.

                        

                          XLII

       Con el corazón en la mano.



El mundo sólo avanza gracias al Malentendido.
-Gracias al Malentendido universal todo el mundo se pone en sintonía.
-Porque si, por desgracia, la gente se comprendiera, nunca se pondría de acuerdo.

lunes, 15 de junio de 2020

LAS BODAS IDIOTAS ENTRE LA TECNOLOGÍA Y EL NEOLIBERALISMO. INCONSCIENTE 3.0 . LO QUE HACEMOS CON LAS TECNOLOGÍAS Y LO QUE LAS TECNOLOGÍAS HACEN CON NOSOTROS. DE GUSTAVO DESSAL. UN ESFUERZO, UNA APUESTA. UNA ALEGRÍA, UNA TRISTEZA.

Asumo el desafío de comentar este libro de Gustavo Dessal, comenzando por el final del título de la entrada: leer Inconsciente 3.0 es sin dudas una alegría, una gran alegría. En épocas pandémicas en las que mi atención (tema al que volveré porque el libro se ocupa de ello) está algo alicaída y dispersa entre tanto gadget (casi imprescidibles para una vida de retiro, con el mandato de seguir adelante como si nada pasara), y tanta viralidad, este libro no me soltó hasta que lo terminé. Sencillamente, no pude dejar de leerlo. Ese mismo deseo de avanzar en su lectura fue el que me condujo a la tristeza de haberlo terminado. ¡Me resultó corto! Deseé que me acompañara por más tiempo.
Es que está escrito con un marcado estilo dialógico, estilo que caracteriza a mi entender al autor, lo que lo vuelve tan inclusivo en lo que escribe, lejano a toda impostura, sin echar mano al recurso de la cita desmedida o de los conceptos oscuros; estilo que es muy bienvenido: está escrito, imagino, para sí mismo, pero también para los posibles lectores.
Sin embargo, no nos ahorra la confrontación con preguntas que despiertan, como por ejemplo, ¿por qué habríamos de temer más a las máquinas que lo que debemos temernos a nosotros mismos?, a los seres hablantes; todas las atrocidades que ya se han cometido, no esperaron a la tecnología para perpetrarse. Es una pregunta muy inquietante, que no deja de ser lógica en un psicoanalista que está advertido sobre los efectos de la pulsión de muerte y sobre los circuitos del goce, cuando éste no está anudado a la función vital del deseo, a la castración. Quizás sea esta doble advertencia la que ubica a Inconsciente 3.0 un poquito más allá de otros libros que se proponen ahondar en el avance de las tecnologías sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos: para el autor no se trata solo de una avanzada de contenido estético, práctico, veloz, divertido; es decir solamente un game que nos facilitaría la vida.
Se trata de una avanzada que inocula no sólo la modalidad de un goce que se escabulle de la castración, en un empuje mortífero, por no ser sexuado ni sintomático (por ejemplo, el goce múltiple que provee un smartphone, desde su marca, su diseño, su velocidad de caducidad y cambio, sus conectividades, la proliferación de imágenes y su nitidez, superior a la del ojo humano, etc), sino que también propone un goce uniforme, universal e insaciable para la porción más amplia de humanidad que sea posible; para todo aquel que se deje hipnotizar y regir por estos aparatos. Porque, se dice con claridad, detrás de este empuje, hay personas y/o corporaciones multimillonarias que se favorecen con dicha economía de goce. Hasta tal punto se favorecen, que anhelan la inmortalidad; ansían la perpetuidad de su estado: mientras más de media humanidad se las tiene que arreglar para llegar con vida al día de mañana, aquellos gastan sumas multimillonarias en estudios que eventualmente lograrían trasladar la memoria de un ser humano a otro cuerpo, o a un cuerpo que lograría reemplazar con máquinas o artefactos, sus partes enfermas o caducas, para lograr así la vida eterna. Se nota que jamás se acercaron a La memoria de Shakespeare de Borges, donde el autor propone que no es la información de la que dispuso lo que engrandeció al inglés y a su obra, sino lo que él hizo con ese material. Un eje del libro es justamente ese: información y big data no son equivalentes a memoria subjetiva. 
¡Qué horrible contrariedad es la muerte, cuando se tiene el poder de esclavizar a la humanidad, para ponerla al servicio de las ganancias personales! ¡Cómo no aspirar a la continuidad de ese estado, incluso apoyados en la idea delirante de una vida en suspensión intergaláctica, si la tierra llegara a la aniquilación tantas veces anunciada y vaticinada! Para ello no se privan de recurrir a los mitos bíblicos, incluso.
La alianza transpolítica configurada por los discursos místico-religiosos, sobre el origen y la continuidad de la especie, y la tecnología, diseña y elabora programas que inciden sobre el real del goce de cada uno; no lo anulan, sino que lo potencian y estimulan bajo el imperio de otra fusión: la de la innovación y la velocidad. Dessal se ocupa especialmente de diferenciar a la tecnología del discurso de la ciencia, en tanto ésta concierne a un real que impone un tiempo lento y pausado en su desciframiento y conquista, contrario al aceleramiento sin límite de la tecnología y sus gadgets.

A su vez el libro de Dessal desborda de información que en más de una ocasión me despertó sorpresa y anonadamiento: en sus páginas encuentran su sitio el transhumanismo, la bioingeniería, apps que prometen curar de la adicción a la tecnología (vaya paradoja), apps que envían a sus usuarios, mensajes imprevistos diciéndoles que recuerden que son mortales ¡!, sitios web que prometen la supervivencia del muerto con su respectivo homenaje virtual, el algo caduco milenarismo, la biopolítica, la IA, el ludismo y la modularidad entre muchas otras corrientes y propuestas de goce con las que convivimos, señalando en la sumisión voluntaria a la cuantificación, una modalidad de servidumbre que reduce a los seres hablantes a la infantilización y al consumo: la tecnología y sus propuestas cuantificadoras suplen en nuestra época al Nombre del Padre, en la crianza de los niños, por ejemplo. El arte del autor permite que nos transmita este anticipo de porvenir algo infernal con mucha ironía y humor, que se disfrutan tanto como se agradecen.
Todo aquello que se resiste a la cuantificación y a la cifra encarna un punto de siniestro; se vuelve tan inquietante como intolerable (resuena aquí el enigma de lo femenino que los movimientos de género intentan reducir y significar por completo, sin lograrlo).
La pantalla, la voz y la mirada encuentran también su articulación en el nuevo mapa subjetivo que se configura con los modos de goce que la tecnología ofrece y estimula, situando en el horizonte una cuestión que Freud se había propuesto abordar sin hacerlo finalmente: la atención, bien cada vez más errático, débil y valioso. Bien que la tecnología se desespera por capturar. 
Una vida a "contrato fijo discontinuo", que se dirima entre la dudosa ética del Day 1, el desamparo subjetivo y el riesgo es la propuesta subjetiva "novedosa y desafiante" (la expresión es mía, no del autor,y es obviamente irónica) de las bodas "idiotas" entre la tecnología y el neoliberalismo. 

Vuelvo al título de la entrada.
Este libro es por un lado un esfuerzo y por otro una apuesta.
Es un esfuerzo a mi entender, porque realiza una suerte de proeza, que es no la de elevar los dichos, las citas, la letra de Freud y de Lacan a la dignidad de una cosmovisión, cuestión que ambos jamás se propusieron, sino la de llevar, decía, la operación Freud y la operación Lacan, a través del decir de un psicoanalista, a la elaboración de las condiciones de la época, de las que el psicoanálisis no está exento. En este libro palpamos qué piensa, cómo lee, qué horizontes amplios y valiosos puede abordar un psicoanalista formado en relación con Freud y con Lacan. No sin la literatura, algo que al menos a mí, no me pasa desapercibido al leer a Gustavo Dessal.
Él logra  hacer pasar la trascendencia y la profundidad del discurso psicoanalítico, sin traicionar los conceptos ni banalizarlos, a un decir que muchos pueden seguir, entender y vislumbrar a dónde se dirige, aun sin ser psicoanalistas.  
Es también una apuesta a mantenerse en alerta, a bien-leer (me permito este neologismo) en tanto psicoanalistas, lo que la tecnología hace con los seres hablantes tanto como lo que los seres hablantes extraen de goce de la tecnología. Sin juzgar, sin denostarlo, sin moralizar. Una de sus descripciones relativa a estas cuestiones me evocó lo que Don  Quijote experimentaba con los libros. ¡Enorme efecto de anonadamiento que me dejó pensando, y mucho! No es cuestión entonces de reaccionar como el cura en la gran novela de Cervantes, y proceder a la quema de la biblioteca, para "rescatar" al extraviado. Se trata, más bien, de acoger estos modos de goce, y apostar a anudarlos al inconsciente; hacer brotar las resonancias corporales, porque el decir resuena allí, en un cuerpo atravesado a la vez que constituído, por la relación con la lengua. "Esa trama donde lengua y goce conjugan un dialecto único constituye el real inatrapable que solo puede ser <mediodicho> y nunca dicho del todo y para todos" (página 194). Esto es lo que hay que poner en "juego"(la expresión es mía).

Gustavo Dessal nos recuerda que la falla es constitutiva de la subjetividad, persiste y persistirá. Podríamos decir que una posibilidad es que una falla en la lógica del universo (el de la cuantificación, el goce solitario y tonto y la aceleración exponencial) conduzca a mal puerto. Véase para ello el relato El extraño caso del doctor Jekyll y el Señor Hyde, de Stevenson, muy anterior a la época que vivimos pero que en algo la anticipaba. Hay que saber que no estaremos exentos de ciertas calamidades aún bajo el reinado de las máquinas.
Pero si hay un analista escuchando el decir en el que se manifiesta esa falla, el resultado puede ser otro, y muy benéfico, estando advertidos de que para confrontarse a lo nuevo, el ser hablante necesita una ficción, una mediación. 
Para cerrar este comentario, me atrevo a decir que en tanto y en cuanto los seres hablantes sigamos hablando, sigamos reproduciéndonos por las vías tradicionales, las sexuadas que involucran el encuentro de los cuerpos, aunque haya otras disponibles, y la muerte nos siga siendo una presencia tan cercana y cotidiana como inaprensible, estaremos a resguardo, al menos en parte, de los efectos deshumanizantes de la IA. Y si seguimos nuestro camino, nuestra deriva, habitados por la marca que el discurso del psicoanálisis haya dejado en cada uno de nosotros, las probabilidades de no extraviarnos son considerables. Este libro es a mi entender un testimonio vivo de ello. 
Les recomiendo con entusiasmo la lectura de Inconsciente 3.0. 

domingo, 14 de junio de 2020

EN EL ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE JORGE LUIS BORGES. EL ULTIMO DELICADO. Cioran sobre Borges. Carta hermosísima, irónica, llena de humor y de alto vuelo intelectual. ¡Qué fiesta leer estas cosas!

 París, 10 de diciembre de 1976


Querido amigo:


El mes pasado, durante su visita a París, me pidió usted que colaborara en un libro de homenaje a Borges. Mi primera reacción fue negativa; la segunda también. ¿Para qué celebrarlo cuando hasta las universidades lo hacen? La desgracia de ser conocido se ha abatido sobre él. Merecía algo mejor, merecía haber permanecido en la sombra, en lo imperceptible, haber continuado siendo tan inasequible e impopular como lo es el matiz. Ese era su terreno. La consagración es el peor de los castigos -para el escritor en general y muy especialmente para un escritor de su género. A partir del momento en que todo el mundo lo cita, ya no podemos citarle o, si lo hacemos, tenemos la impresión de aumentar la masa de sus ``admiradores'', de sus enemigos. Quienes desean hacerle justicia a toda costa no hacen en realidad más que precipitar su caída. Pero no sigo, porque si continuase en este tono acabaría apiadándome de su destino. Y tenemos sobrados motivos para pensar que él mismo se ocupa ya de ello.

Creo haberle dicho un día que si Borges me interesa tanto es porque representa un espécimen de humanidad en vías de desaparición y porque encarna la paradoja de un sedentario sin patria intelectual, de un aventurero inmóvil que se encuentra a gusto en varias civilizaciones y en varias literaturas, un monstruo magnífico y condenado. En Europa, como ejemplar similar, se puede pensar en un amigo de Rilke, Rudolf Kassner, que publicó a principios de siglo un excelente libro sobre la poesía inglesa (fue después de leerlo, durante la última guerra, cuando me decidí a aprender el inglés) y que ha hablado con admirable agudeza de Sterne, Gogol, Kierkegaard y también del Magreb o de la India. Profundidad y erudición no se dan juntas; él había logrado sin embargo reconciliarlas. Fue un espíritu universal al que sólo le faltó la gracia, la seducción. Es ahí donde aparece la superioridad de Borges, seductor inigualable que llega a dar a cualquier cosa, incluso al razonamiento más arduo, un algo impalpable, aéreo, transparente. Pues todo en él es transfigurado por el juego, por una danza de hallazgos fulgurantes y de sofismas deliciosos.


Nunca me han atraído los espíritus confinados en una sola forma de cultura. Mi divisa ha sido siempre, y continúa siéndolo, no arraigarse, no pertenecer a ninguna comunidad. Vuelto hacia otros horizontes, he intentado siempre saber qué sucedía en todas partes. A los veinte años, los Balcanes no podían ofrecerme ya nada más. Ese es el drama, pero también la ventaja de haber nacido en un medio ``cultural'' de segundo orden. Lo extranjero se había convertido en un dios para mí. De ahí esa sed de peregrinar a través de las literaturas y de las filosofías, de devorarlas con un ardor mórbido. Lo que sucede en el Este de Europa debe necesariamente suceder en los países de América Latina, y he observado que sus representantes están infinitamente más informados y son mucho más cultivados que los occidentales, irremediablemente provincianos. Ni en Francia ni en Inglaterra veía a nadie con una curiosidad comparable a la de Borges, una curiosidad llevada hasta la manía, hasta el vicio, y digo vicio porque, en materia de arte y de reflexión, todo lo que no degenere en fervor un poco perverso es superficial, es decir, irreal.


Siendo estudiante, tuve que interesarme por los discípulos de Schopenhauer. Entre ellos, un tal Philip Mainlander me había llamado particularmente la atención. Autor de una Filosofía de la Liberación, poseía además para mí el aura que confiere el suicidio. Totalmente olvidado, yo me jactaba de ser el único que me interesaba por él, lo cual no tenía ningún mérito, dado que mis indagaciones debían conducirme inevitablemente a él. Cuál no sería mi sorpresa cuando, muchos años más tarde, leí un texto de Borges que lo sacaba precisamente del olvido. Si le cito este ejemplo es porque a partir de ese momento me puse a reflexionar seriamente sobre la condición de Borges, destinado, forzado a la universalidad, obligado a ejercitar su espíritu en todas las direcciones, aunque no fuese más que para escapar a la asfixia argentina. Es la nada sudamericana lo que hace a los escritores de aquel continente más abiertos, más vivos y más diversos que los europeos del Oeste, paralizados por sus tradiciones e incapaces de salir de su prestigiosa esclerosis.


Puesto que le interesa saber qué es lo que más aprecio en Borges, le responderé sin vacilar que su facilidad para abordar las materias más diversas, la facultad que posee de hablar con igual sutileza del Eterno Retorno y del Tango. Para él cualquier tema es bueno desde el momento en que él mismo es el centro de todo. La curiosidad universal es signo de vitalidad únicamente si lleva la huella absoluta de un yo, de un yo del que todo emana y en el que todo acaba: comienzo y fin que puede, soberanía de lo arbitrario, interpretarse según los criterios que se quiera. ¿Dónde se halla la realidad en todo esto? El Yo, farsa suprema. El juego en Borges recuerda la ironía romántica, la exploración metafísica de la ilusión, el malabarismo con lo ilimitado. Friedrich Schegel, hoy, se halla adosado a la Patagonia.


Una vez más, no podemos sino deplorar que una sonrisa enciclopédica y una visión tan refinada como la suya susciten una aprobación general, con todo lo que ello implica. Pero, después de todo, Borges podría convertirse en el símbolo de una humanidad sin dogmas ni sistemas, y si existe una utopía a la cual yo me adheriría con gusto, sería aquella en la que todo el mundo le imitaría a él, a uno de los espíritus menos graves que han existido, al último delicado.



E.M. Cioran



Agradezco a Maximiliano Fabi la gentileza de hacerme conocer esta joya y de compartirla conmigo. Cioran le está respondiendo a Savater.

sábado, 6 de junio de 2020

SE VIENE EL BLOOMSDAY. HOY TE TRAIGO (CON SUBTÍTULOS EN INGLÉS) LOS MUERTOS. John Huston's The Dead (1987)



Te cuento algunas cosas, ya que se acerca el Bloomsday, es decir, el 16 de junio, día que eligió James Joyce (fue el día en 1904 en el que conoció a Nora Barnacle, la que sería su esposa y compañía constante en su vida) para el derrotero emocional de Leopold Bloom, el antihéroe de su novela ULISES, por las calles de Dublín.
Entoces te acerco este film basado en el último cuento de Dubliners, primer libro que publicara Joyce, y que le costara más de un disgusto. 
Dubliners es un libro clásico de cuentos. Con estructura, desarrollo y lenguaje muy clásico y perfecto. Pero se trata de cuentos que pintan con toda crudeza la Irlanda de la que Joyce quería huir: la Irlanda colonizada por Inglaterra, la Irlanda católica, la Irlanda pobre, hipócrita y aspiracional, la Irlanda azotada por la escasez de empleo y el exceso de bebida y violencia. Son cuentos sobre un pueblo colonizado. ¡Cuando los leí no podía creer lo "porteños" que me resultaban! Dicho todo esto, podríamos decir que aunque los defino como "pre-Joyceanos", es comprensible que cayeran muy mal en Dublín, y que quemaran los ejemplares. 
Irlanda era para él, como mirarse en el espejo roto de una criada. 
Bueno, guardo lo demás para la clase que preparo.
Los muertos es un cuento que encierra el gérmen de lo que vendrá. En una cena con baile brindada por las tías de Gabriel, se muestra con exquisitez, el abanico de las turbulentas emociones, tradiciones, principios y costumbres de la sociedad dublinesa de comienzos del siglo pasado. Todo va transcurriendo dentro de lo esperable, hasta que un tenor invitado a la velada, entona The Lass of Anghrim, un hermosa, sentida y triste canción. Gretta, la esposa de Gabriel, que en ese momento baja las escaleras para retirarse con su esposo, queda suspendida, poseída por una epifanía musical que la conduce a las lágrimas, que no puede evitar. Gabriel siente que algo muy profundo, un sentimiento tan verdadero como acallado, se ha apoderado del alma de su mujer. Espera entonces, el momento oportuno para preguntarle a ella por lo sucedido. No voy a contarles más, pero en el parlamento de Gabriel que cierra el cuento, además de ser de una belleza difícil de transmitir, hay muchos de los temas que luego Joyce retomará, con estructuras, estilo, y recursos mucho más sofisticados y rupturistas, en Ulises. 

jueves, 4 de junio de 2020

EL EÓN Y EL TIEMPO DEL AMOR. LA HISTORIA DE GENJI. DE MURASAKI SHIKIBU.

Hoy comparto con ustedes, un pequeño poema de amor y seducción, de este maravilloso libro. 
La historia de Genji es el monogatari más popular y más trascendente en la historia literaria de Japón. 
Escrito por una mujer, Murasaki Shikibu, alrededor del año 1000 de nuestra era, se aboca a la educación del heredero, el príncipe Genji, ahonda en los misterios del amor, de la seducción, del erotismo, de las pasiones, y en el arte de la escritura y la caligrafía, cargadas ambas de significaciones y lenguajes codificados (hay papeles, tintas, caligrafías diferentes según la ocasión que motive la misiva). 

Genji le escribe a la dama que detentaba su amor y su deseo en ese momento: 
"Ojalá pronto estas mangas puedan tocarla con sus caricias, 
ojalá soporte como la roca los roces de ala de ángel hasta una larga edad".

La tradición budista define un "kalpa menor", es decir un eón, como el tiempo que tarda en desgastarse una roca rozada una vez cada tres años por el ala de un ángel. 

¿No es hermoso?


miércoles, 3 de junio de 2020

AIDA DE GIUSEPPE VERDI. EN EL TEATRO COLÓN. 2018. IMPERDIBLE. ¡LA AÍDA COMPUESTA POR LATONIA MOORE CONMUEVE HASTA LAS LÁGRIMAS.





¡Inauguro hoy una sección nueva en el blog: la operística!

Hoy traigo una maravilla, AÍDA DE GIUSEPPE VERDI,  que vi por streaming, gracias al Teatro Colón de Buenos Aires. Con dirección musical de Carlos Vieu, como directores escénicos Roberto Oswald-ya fallecido pero responsable de la puesta en 1996, que es la que se utilizó aquí- y Aníbal Lápiz; Christian Prego en la escenografía, y Rubén Conde en la iluminación.

Latonia Moore es la majestuosa Aída (se destaca por encima de todos los otros cantantes por una actuación espléndida, que conmueve hasta las lágrimas), Nadia Krasteva es Amneris, Riccardo Massi es Radamés, Mark Rucker es Amonasro entre otros partícipes de un gran elenco de artistas.



Esta ópera de Verdi tiene el siguiente argumento (que podrás seguir sin problemas gracias al subtitulado):

Aída, princesa etíope, es capturada y llevada a Egipto como esclava de Amneris. Lo que no impide que entre ella y Radamés, el comandante del ejército egipcio, nazca un apasionado amor. Su éxito en las batallas hará que el faraón lo ofrezca por sus méritos, la mano de su hija, Amneris, que también lo amaba. Radamés se verá dividido entre serle fiel al faraón, y desposar a su hija, o hacer honor al amor que siente por Aída. Por otro lado, Radamés deberá guiar a su ejército contra el rey de Etiopía, padre de Aída. La tragedia será inevitable. 



Les recomiendo hoy este magnífico espectáculo porque me tuvo sentada en el borde de la silla, pegada al Ipad, las tres horas que dura la ópera, logrando, algo absolutamente inesperado para mí, conmoverme hasta las lágrimas al final. Un final cargado de emociones tan potentes como trágicas y humanas. La puesta me gustó mucho, y aunque los cantantes no se destaquen especialmente, con la excepción de Latonia Moore, el espectáculo no defrauda, sino que por el contrario, me produjo un encantamiento difícil de sacudir del cuerpo. 

Ojalá la vean y les guste!




ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE ALAIN RESNAIS. HIROSHIMA MON AMOUR, DE 1959, CON GUIÓN DE MARGUERITE DURAS.

Hace hoy 98 años nacía el director de cine Alain Resnais. Ayer te dejé en Facebook, una lectura del guión que escribiera Marguerite Duras y que el director llevara a celuloide. Vuelvo a dejarte el enlace para que veas esta hermosa película que interroga la memoria y el olvido de la muerte y el horror, pero también del amor y del deseo. ¿Qué queda de un amor imposible, o víctima de la guerra? Dos seres se encuentran, se aman sin conocerse. ¿Qué quedará de cada uno de ellos en el otro, cuando se separen? La memoria del nombre. 
https://ok.ru/video/1420856527574?fbclid=IwAR0z8fU6RODFKQMW9BqciF12vjg2E_fyhuW91qPcoCKY0slDclNZCcaYgP0

lunes, 1 de junio de 2020

EL GOCE FEMENINO EN SU CARA MORTÍFERA. DROWNING BY NUMBERS. CONSPIRACIÓN DE MUJERES (TÍTULO EN ESPAÑOL). DE PETER GREENAWAY. 1989.

Hacía tiempo que quería ver de nuevo este film de Peter Greenaway, difícil de caracterizar. Se podría decir que desde el comienzo es tan bizarro como atrapante: en primer plano un ave muerta que cuelga de un poste; más atrás una niña que parece salida de Las Meninas, o también de un circo, que salta a la cuerda, y cuenta; cuenta hasta cien saltos y con cada uno de ellos nombra una estrella diferente. En ese instante nos damos cuenta de que estamos frente a algo serio; no es un film más. Es críptico, intrigante, magistralmente actuado, hermosamente dicho (si te gusta la lengua inglesa vas a entrar en éxtasis viéndola). 
¿Por qué la niña se detiene con los saltos y con la cuenta en cien? Después de la centena, todas las centenas son lo mismo, dirá.
Un niño, hijo del forense de un pueblo que nunca veremos, sino a través de casas, jardines, cabañas en particular, tiene la obsesión de los números: la realidad puede reducirse a un juego, muchas veces, también bizarro o inexistente, y a la cuenta: todo es contable, mensurable, una sucesión de partes que pueden adicionarse, en el intento de circunscribir el todo. Las muertes que ocurren, en general animales, tienen su número y un color adjudicado, según el día en el que suceden. Todos parecen participar de la misma lógica, hasta que Cissie, la más grande de ellas, porque hay tres Cissies, madre, hija y sobrina, decide ahogar a su marido ebrio que, suponiendo que ella no iba a estar en casa, se divierte en sendas bañeras con una muchacha joven. La decepción, el rechazo, la impotencia de los hombres para estar a la altura de las expectativas de las Cissies, encadenará una sucesión de "ahogamientos" de sus respectivos maridos. En cada caso, ellas acuden al forense, para que certifique muerte por ahogamiento, dejándolo soñar con un encuentro pasional con ellas (al comienzo, una por vez, pero luego, las tres juntas) que dudosamente ocurra, hasta que el empuje criminal se cobre su última víctima. 
Como les dije el film es bizarro, las escenas son un montaje estrafalario de cosas diversas que, sin embargo, funcionan muy bien juntas. Rodeados por animales (vivos y muertos) y con la presencia permanente del agua, los personajes hombres se pasean por los días como sin propósito, como extraviados, con cuerpos de alguna manera, marcado por el exceso, cuando son ellas las que parecen siempre esclarecidas y seguras de sus actos, que justifican vaciándolos de su esencia criminal

Me preguntaba mientras la miraba, ¿qué llegaría a los espectadores que no leyeron a Lacan, que no leyeron a Freud? No tengo respuesta a esa pregunta; algunas críticas que leí de su estreno, dejan clara la sensación de perplejidad y de asombro ante semejante obra. Es que ver este film es UNA EXPERIENCIA. 

Me refería a Lacan más arriba, porque es imposible no ver plasmado en el film el desarreglo de los goces del ser hablante, se ubiquen en la lógica del Todo o en la del No Todo. La cuenta, la discontinuidad, la decepción ligadas a los hombres, están en estrecha conexión con la lógica fálica, con la deflación, con un goce discontinuo. Por el contrario, ellas se nutren del empuje a la infinitización de un goce imposible de colmar. Ese empuje las une, las acerca; se entienden mutuamente, justifican entre sí sus crímenes, se ríen de sus maridos "ajusticiados" en nombre de un goce que los envuelve y los ahoga como el agua. Como si ellas vieran que ellos se ahogan en números (tal la traducción del título original) y para confirmarlos en su impotencia, decidieran ahogarlos. 
No hay discontinuidad en un goce envolvente, que hace que la mujer sea Otra para sí misma, solo que las mujeres del film de Greenaway, creen poder identificarse a ese goce, e ir por la vida haciendo justicia con aquellos que no lo experimentan. Ellas están a salvo porque saben nadar en la infinitud de las aguas del mar. ¡Increíble metáfora! ¡Una joya! 
El film es una maravilla. 
No lo vi con una mirada de espectadora vaciada de ciertos conceptos, y además lo vi por segunda vez, aunque hiciera muchos años de la primera; no olvidaba la última escena, en el bote, en el mar. Pero me atrevería a decir que tiene condiciones por demás para atrapar a cualquier espectador que disfrute del cine inteligente que no brinda todo masticado, ni apela a la obviedad. 
Yo que vos, la vería. 

Les copio el enlace para que luego no digan que no la encuentran.

¡ESO SÍ! Los pochoclos o el maní con chocolate los ponés vos. 


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