El prestigioso hombre de la cultura argentina, crítico de cine, teatro y literatura, Osvaldo Quiroga, tuvo la gentileza de recibir Buenos Aires Anónima, y leerlo.
Aquí las breves pero importantes líneas que me enviara.
"Querida Leonor,
> Te cuento que me gustó tu libro, me parece de una escritura
> potente y precisa a la vez. Voy a ver qué puedo hacer para difundirlo.
> Un beso, Osvaldo".
GRACIAS Osvaldo!!!
lunes, 13 de diciembre de 2010
viernes, 10 de diciembre de 2010
Casi a punto de finalizar el año lectivo, y disponiendo de más tiempo, ahí van otros comentarios. Gracias a todos.
"La primera impresión que tuve fue que a diferencia del 90% de los libros que empiezo a leer, a Buenos Aires Anónima me lo devoré. Para mí, no es un dato menor.
Luego, a medida que iban pasando los cuentos, descubría para mi agrado, que a pesar de tener mi hermana a Raymond Carver entre sus preferencias e influencias, los que había escrito ella, concluían. Otro punto a favor.
Y ya a punto de concluirlo, me di cuenta de que así como existen las “Road Movies”, Buenos Aires Anónima bien podría ser un Road Book. Pero en este caso, el viaje interior al que nos invita Leonor, nos describe a través de sus distintos personajes, situaciones y conflictos, un paisaje de incomodidades, contradicciones y angustias del que se sale, casualmente, al finalizarlo y descubrir que justamente, en el libro que tenemos en la mano está el vehículo que la ayudó a sortear tantos obstáculos a lo largo de esa travesía.
Con su lectura me estremecí, me asusté, me emocioné, reflexioné y me transporté. Son muchas sensaciones juntas para un primer libro. Y si bien, el esfuerzo, el coraje y la constancia necesarios para arribar a su edición son motivos suficientes para una felicitación, prefiero hacerla aún más efusiva, teniendo en cuenta su sorprendente contenido. Aunque comprometiendo a mi hermana a que edite una continuación sin que tengamos que esperar demasiado.
Enhorabuena".
Federico Curti.
"La impresión que causó en mi la lectura del libro, en términos generales, es la sorpresa que los hechos, circunstancias y/o personajes de la vida real, hayan dejado una fuerte impronta desde temprana edad en la autora, como en el cuento Crónica de la Vida, Fauna Marina o Pregunta de Niño.
La segunda impresión es el impacto físico o sentimental que trasunta el libro en su conjunto, como en el Prólogo, Horas Sin Tiempo, la casa de Gorriti, Negrita, Noventa, etc.
Todos los cuentos, en alguna u otra forma, impactan al lector que aparece siempre desprevenido para el desenlace ya que nunca se preanuncia en el desarrollo, como el del Agujero Negro.
Finalmente, debo decir que llama la atención en el libro el lenguaje utilizado, que a mi entender, se caracteriza por su tecnicismo, quizás producto de la formación profesional de la autora, a quien le deseo, de corazón, que el comentado sea el primero de una larga cadena de eslabones literarios".
Ricardo F. Curti
"Como siempre comencé a leer el libro de atrás para adelante( es mi manera), y ahí encontré la primera sacudida emocional.
Me tocó muy profundamente, y hasta lloré. (pero esto es personal y no tiene nada que ver con lo que supongo que esperas
de mi).
Dejando de lado la parte emotiva, todos los cuentos me parecieron muy bien escritos (aunque no soy quien para evaluar eso).
Te anticipé verbalmente que me hicieron recordar a Edgar Alan Poe, pero sin lo terrorifico de él, aunque sí le encontre el
mismo suspenso.
Empezando por el principio, el título me pareció fantástico, también me hizo recordar a Manucho.
Cada uno de los cuentos tiene un encanto especial, y a pesar que me comentaste que hay una hilación, se pueden leer en forma indepediente, y cada uno de ellos tiene su propia identidad.
Además, siento ( ya que no soy experta en el tema, aunque lei mucho) que tu forma de escritura es de una calidad muy especial, y demuestra todo el bagaje de conocimientos y profesionalidad que tenés.
Y eso me pone muy feliz, ya que tantos años de estudio y sacrificio, dieron su fruto. Y que fruto!!!!
Por supuesto que espero otros "hijitos", ya que creo que este es un comienzo, y que te aguarda un camino mucho mas largo y provechoso.
Te dije que estoy muy contenta y feliz con tu libro?
Y también haceles llegar mi alegría y agradecimiento a tus tres amores ( Diegui, Pauli y Goli) ( ja ja ja ja )
Espero que la presentación sea todo un éxito y como siempre todos mis mejores deseos".
Leonor E.Sánchez de Curti
"Hola Leonor:
Leí tu libro. Me llevó más tiempo que el que pensaba.
Tardé más porque encontré cuentos breves con conceptos profundos.
Releí varias veces a más de uno.
Me encantaron la mayoría de ellos. Todos en realidad.
Espero que este libro sea el primero de una larga serie.
Tenés en él abundante material para escribir una novela.
Tu pluma es fluída.
Felicitaciones! Teneme al tanto de tu producción".
Juan Carlos Gravano.
"Por supuesto, mis comentarios son de simple lector, a quien un libro o alguna parte de él pueden movilizarlo o no.
Me produjo gran placer poder meterme dentro de tu libro y percibir aquel recuerdo que está muy dentro tuyo o algún momento en que te detuviste a observar y sentir situaciones que parecen ajenas a nosotros, pero que en el fondo de nuestra alma sabemos que no lo son, porque nos movilizan, nos incomodan y nos despiertan.
Es en ese momento , en el que reconocemos nuestro placentero y cálido vivir, aunque a veces nos sacudan y nos pongan a prueba con circunstancias angustiantes, sabemos que no estamos sólos. Sin embargo hay gente que si, y vos te detuviste en ellos, quienes son casi parte del paisaje urbano que nos rodea.
También me conmovió reconecer momentos o personas de tu vida.
Por supuesto estamos felices por tu valor al abordar algo nuevo y diferente, eso nos hace sentir más vivos no?
Tus sobrinas, orgullosas, cuentan que tienen una tía ESCRITORA...."
Myriam P. De Risio
"Te queria decir que estoy disfrutando muchísimo tu libro. Me encanta!!! Recién lo pude comenzar este fin de semana. Los relatos atrapan de entrada. Además, siempre admiré a los escritores de cuentos, tan difícil "cerrar" una historia en pocas hojas!!!
Gracias por tu regalo, un placer para mi".
Silvia Tonini
"Recien llego a casa, avidamente en el trayecto leí de Instantáneas: Negrita (provocó lágrima) y Felicidad....tenés ¡poesía!
Ampliaré el comentario (...).
Tus cuentos fueron una excelente compañía para este fin de semana, tan crudo.
Realmente me gustaron mucho, atrapan y no se repiten, cada uno te lleva a un lugar distinto y se escucha otra voz".
Cristina Ansorena
Luego, a medida que iban pasando los cuentos, descubría para mi agrado, que a pesar de tener mi hermana a Raymond Carver entre sus preferencias e influencias, los que había escrito ella, concluían. Otro punto a favor.
Y ya a punto de concluirlo, me di cuenta de que así como existen las “Road Movies”, Buenos Aires Anónima bien podría ser un Road Book. Pero en este caso, el viaje interior al que nos invita Leonor, nos describe a través de sus distintos personajes, situaciones y conflictos, un paisaje de incomodidades, contradicciones y angustias del que se sale, casualmente, al finalizarlo y descubrir que justamente, en el libro que tenemos en la mano está el vehículo que la ayudó a sortear tantos obstáculos a lo largo de esa travesía.
Con su lectura me estremecí, me asusté, me emocioné, reflexioné y me transporté. Son muchas sensaciones juntas para un primer libro. Y si bien, el esfuerzo, el coraje y la constancia necesarios para arribar a su edición son motivos suficientes para una felicitación, prefiero hacerla aún más efusiva, teniendo en cuenta su sorprendente contenido. Aunque comprometiendo a mi hermana a que edite una continuación sin que tengamos que esperar demasiado.
Enhorabuena".
Federico Curti.
"La impresión que causó en mi la lectura del libro, en términos generales, es la sorpresa que los hechos, circunstancias y/o personajes de la vida real, hayan dejado una fuerte impronta desde temprana edad en la autora, como en el cuento Crónica de la Vida, Fauna Marina o Pregunta de Niño.
La segunda impresión es el impacto físico o sentimental que trasunta el libro en su conjunto, como en el Prólogo, Horas Sin Tiempo, la casa de Gorriti, Negrita, Noventa, etc.
Todos los cuentos, en alguna u otra forma, impactan al lector que aparece siempre desprevenido para el desenlace ya que nunca se preanuncia en el desarrollo, como el del Agujero Negro.
Finalmente, debo decir que llama la atención en el libro el lenguaje utilizado, que a mi entender, se caracteriza por su tecnicismo, quizás producto de la formación profesional de la autora, a quien le deseo, de corazón, que el comentado sea el primero de una larga cadena de eslabones literarios".
Ricardo F. Curti
"Como siempre comencé a leer el libro de atrás para adelante( es mi manera), y ahí encontré la primera sacudida emocional.
Me tocó muy profundamente, y hasta lloré. (pero esto es personal y no tiene nada que ver con lo que supongo que esperas
de mi).
Dejando de lado la parte emotiva, todos los cuentos me parecieron muy bien escritos (aunque no soy quien para evaluar eso).
Te anticipé verbalmente que me hicieron recordar a Edgar Alan Poe, pero sin lo terrorifico de él, aunque sí le encontre el
mismo suspenso.
Empezando por el principio, el título me pareció fantástico, también me hizo recordar a Manucho.
Cada uno de los cuentos tiene un encanto especial, y a pesar que me comentaste que hay una hilación, se pueden leer en forma indepediente, y cada uno de ellos tiene su propia identidad.
Además, siento ( ya que no soy experta en el tema, aunque lei mucho) que tu forma de escritura es de una calidad muy especial, y demuestra todo el bagaje de conocimientos y profesionalidad que tenés.
Y eso me pone muy feliz, ya que tantos años de estudio y sacrificio, dieron su fruto. Y que fruto!!!!
Por supuesto que espero otros "hijitos", ya que creo que este es un comienzo, y que te aguarda un camino mucho mas largo y provechoso.
Te dije que estoy muy contenta y feliz con tu libro?
Y también haceles llegar mi alegría y agradecimiento a tus tres amores ( Diegui, Pauli y Goli) ( ja ja ja ja )
Espero que la presentación sea todo un éxito y como siempre todos mis mejores deseos".
Leonor E.Sánchez de Curti
"Hola Leonor:
Leí tu libro. Me llevó más tiempo que el que pensaba.
Tardé más porque encontré cuentos breves con conceptos profundos.
Releí varias veces a más de uno.
Me encantaron la mayoría de ellos. Todos en realidad.
Espero que este libro sea el primero de una larga serie.
Tenés en él abundante material para escribir una novela.
Tu pluma es fluída.
Felicitaciones! Teneme al tanto de tu producción".
Juan Carlos Gravano.
"Por supuesto, mis comentarios son de simple lector, a quien un libro o alguna parte de él pueden movilizarlo o no.
Me produjo gran placer poder meterme dentro de tu libro y percibir aquel recuerdo que está muy dentro tuyo o algún momento en que te detuviste a observar y sentir situaciones que parecen ajenas a nosotros, pero que en el fondo de nuestra alma sabemos que no lo son, porque nos movilizan, nos incomodan y nos despiertan.
Es en ese momento , en el que reconocemos nuestro placentero y cálido vivir, aunque a veces nos sacudan y nos pongan a prueba con circunstancias angustiantes, sabemos que no estamos sólos. Sin embargo hay gente que si, y vos te detuviste en ellos, quienes son casi parte del paisaje urbano que nos rodea.
También me conmovió reconecer momentos o personas de tu vida.
Por supuesto estamos felices por tu valor al abordar algo nuevo y diferente, eso nos hace sentir más vivos no?
Tus sobrinas, orgullosas, cuentan que tienen una tía ESCRITORA...."
Myriam P. De Risio
"Te queria decir que estoy disfrutando muchísimo tu libro. Me encanta!!! Recién lo pude comenzar este fin de semana. Los relatos atrapan de entrada. Además, siempre admiré a los escritores de cuentos, tan difícil "cerrar" una historia en pocas hojas!!!
Gracias por tu regalo, un placer para mi".
Silvia Tonini
"Recien llego a casa, avidamente en el trayecto leí de Instantáneas: Negrita (provocó lágrima) y Felicidad....tenés ¡poesía!
Ampliaré el comentario (...).
Tus cuentos fueron una excelente compañía para este fin de semana, tan crudo.
Realmente me gustaron mucho, atrapan y no se repiten, cada uno te lleva a un lugar distinto y se escucha otra voz".
Cristina Ansorena
viernes, 5 de noviembre de 2010
Otra librería más, y qué librería!!!
Buenos Aires anónima ya está a la venta en ETERNA CADENCIA!!!Honduras 5582. Cdad Autónoma de Bs As.
martes, 26 de octubre de 2010
Más librerías.
Buenos Aires anónima ya está a la venta en la librería Santa Fe del shopping Alto Palermo!!! A comprarlo!!
lunes, 13 de septiembre de 2010
Buenos Aires, anónima y mediatizada
¿Qué es y cómo surge BAA?
Si bien la escritura no era algo novedoso para mí, ya que escribía frecuentemente sobre psicoanálisis -ámbito de mi práctica profesional- Buenos Aires anónima es producto de un encuentro inesperado en diferentes niveles.
El desencadenante te diría que fue la decisión hace ya varios años, de hacer la experiencia de vivir en otro país. Aunque fue claramente una decisión conciente y asumida, lo que estuvo absolutamente fuera de todo cálculo posible fueron las consecuencias mayores que aquella partida tuvo para mí.
En primer lugar, tomar distancia del lugar de origen, en mi caso la ciudad de Buenos Aires, me permitió poner ciertas cosas en perspectiva; pensar estados de cosas que cuando todavía no me había ido me parecían “naturales” y que vistos a la distancia (física como emocional) asumían otros matices, cobraran significados distintos.
Por otro lado, tratar de insertarme en una ciudad nueva y diferente a la mía, con sus códigos y sus tiempos, tuvo durante el primer tiempo sus complicaciones: limitaciones profesionales, procesos de segregación hacia lo foráneo, y también por qué no, de inesperada integración, cuando quizás no la esperaba.
Todo este movimiento conllevó una puesta bajo revisión de varios aspectos de mi vida: el profesional, el cultural, el intelectual; aprender a sostenerme en un espacio de cruce de discursos, aprender a circular por márgenes más que dentro de campos.
Durante este aprendizaje volví a tomar contacto con la escritura, pero ahora ya no desde el psicoanálisis sino desde la ficción.
Paralelamente, abrirme no sin dificultades a lo nuevo y diferente me condujo a apartarme un poco de la mirada dirigida hacia Europa y hacia Buenos Aires como su caja habitual de resonancia, y a prestar atención a las diferentes culturas latinoamericanas, incluso precolombinas, básicamente desde la perspectiva de la literatura.
Di entonces con un crítico uruguayo, Ángel Rama, fallecido en 1983, y con “La ciudad letrada”, tesis suya que desarrolla el proceso por el cual la ciudad como matriz simbólica de poder surge en América Latina luego de la colonización, para legitimar y legislar sobre privilegios otorgados a las clases hegemónicas, para transformarlos luego en derechos adquiridos incuestionables.
La letra, y los letrados en su uso, enajenan desde entonces tanto la relación de la gente con la tierra y la libre circulación por ella como la relación de la gente con la lengua, particularmente la hablada, en favor de lo escrito. Por supuesto, con el correr de las décadas esta matriz irá sufriendo modificaciones, traspasando plásticamente el tiempo y sus determinaciones históricas.
Sin embargo, esta matriz de pensamiento y de análisis me pareció totalmente vigente en nuestros días, cuando intentaba pensar ciertos fenómenos de la globalización. La salvedad a hacer es que la ciudad en nuestros días ya es bastión de los poderes hegemónicos, y sus mecanismos para que esa hegemonía se mantenga y no sea cuestionada se juegan a nivel de los medios masivos de información y comunicación. Quizás podríamos llamarla la ciudad mediática.
Los medios aquí y en todos lados, “rediseñan” la ciudad como hecho de discurso: producen zonas de peligro, de exclusión, de marginalidad, instalan peligros inexistentes como latentes y latentes como reales, así como señalan el bienestar y el éxito esperables.
Los medios “rediseñan” el deseo y nuestro decir: nos dicen qué debemos desear, cómo conseguirlo y cómo comportarnos para tener éxito en nuestro cometido. Esta maniobra de homogenización elimina las diferencias, las ataca solapadamente, y nos transforma a todos en seres anónimos, nos deja sin decir propio. Y sin cuerpo propio: nos dice si debemos ser flacos, o gordos, altos o bajos, llenarnos de postizos, tener sexo en la medida y frecuencia indicada, comer lo necesario. A la vez, se fomentan todos los quiebres de las medidas que se quieren imponer: se estimulan los excesos de todo tipo. En la ciudad de hoy no preocupan los excesos en tanto sean meros desbordes que lleven a la errancia, y así se logra garantizar el status quo. Cuando los excesos tienen que ver con el sentido propio de una vida en particular ahí ya la mirada general cambia y esa excepción se cuestiona, se invalida o se rechaza por “anormal”, por fuera de la norma.
En ese punto complejo sitúo a Buenos Aires Anónima: sus historias tratan de plasmar el intento de homogenización a la vez que tratan de ir en contra de ello. Develarlo para superarlo, sosteniéndose en lo particular, hurgando en lo que a cada uno lo hace único.
-¿Quiénes habitan las historias de BAA?
Son seres que transitan los márgenes, que se asoman al abismo que se abre delante de ellos cuando las cosas no son como deberían ser o como ellos las han pensado. Seres que deben dirimir si ese abismo será su salvación o su ruina; la entrada misma en el laberinto o el hallazgo de una salida posible de cierta encrucijada.
Me interesaron personajes que de algún modo intuyen que desoír el llamado del camino propio conduce a la desorientación y a la errancia. Y que a la vez, anticipan que no se sigue el camino propio sin costos, sin dolor.
La ciudad es entonces el ámbito indispensable, el partenaire ineludible de cada sutil movimiento, de cada acto y de cada renuncia al acto también.
-¿Plantea BAA una salida de esa homogenización?
Creo que plantea un movimiento doble: en principio en mi caso, tomar la palabra fue darme una salida. En este sentido BAA no señala una salida, afirma que la hay. Cada quién tendrá que encontrar la suya a su manera.
Sin ir en desmedro de lo dicho, BAA está conformada básicamente por relatos con suspenso, humor, amor y desamor, violencia y otros fenómenos contemporáneos, para leer, imaginar y disfrutar.
Por otro lado, hacer de la palabra un uso que resuene en el ámbito de lo más íntimo, de lo sensual y lo emocional en lo cotidiano, abre el camino de la evocación, de la resonancia. Y si bien no se puede garantizar que eso de por sí implique una salida, ojalá la vuelva deseable.
Entrevista realizada para Letra urbana (www.letraurbana.com)
Si bien la escritura no era algo novedoso para mí, ya que escribía frecuentemente sobre psicoanálisis -ámbito de mi práctica profesional- Buenos Aires anónima es producto de un encuentro inesperado en diferentes niveles.
El desencadenante te diría que fue la decisión hace ya varios años, de hacer la experiencia de vivir en otro país. Aunque fue claramente una decisión conciente y asumida, lo que estuvo absolutamente fuera de todo cálculo posible fueron las consecuencias mayores que aquella partida tuvo para mí.
En primer lugar, tomar distancia del lugar de origen, en mi caso la ciudad de Buenos Aires, me permitió poner ciertas cosas en perspectiva; pensar estados de cosas que cuando todavía no me había ido me parecían “naturales” y que vistos a la distancia (física como emocional) asumían otros matices, cobraran significados distintos.
Por otro lado, tratar de insertarme en una ciudad nueva y diferente a la mía, con sus códigos y sus tiempos, tuvo durante el primer tiempo sus complicaciones: limitaciones profesionales, procesos de segregación hacia lo foráneo, y también por qué no, de inesperada integración, cuando quizás no la esperaba.
Todo este movimiento conllevó una puesta bajo revisión de varios aspectos de mi vida: el profesional, el cultural, el intelectual; aprender a sostenerme en un espacio de cruce de discursos, aprender a circular por márgenes más que dentro de campos.
Durante este aprendizaje volví a tomar contacto con la escritura, pero ahora ya no desde el psicoanálisis sino desde la ficción.
Paralelamente, abrirme no sin dificultades a lo nuevo y diferente me condujo a apartarme un poco de la mirada dirigida hacia Europa y hacia Buenos Aires como su caja habitual de resonancia, y a prestar atención a las diferentes culturas latinoamericanas, incluso precolombinas, básicamente desde la perspectiva de la literatura.
Di entonces con un crítico uruguayo, Ángel Rama, fallecido en 1983, y con “La ciudad letrada”, tesis suya que desarrolla el proceso por el cual la ciudad como matriz simbólica de poder surge en América Latina luego de la colonización, para legitimar y legislar sobre privilegios otorgados a las clases hegemónicas, para transformarlos luego en derechos adquiridos incuestionables.
La letra, y los letrados en su uso, enajenan desde entonces tanto la relación de la gente con la tierra y la libre circulación por ella como la relación de la gente con la lengua, particularmente la hablada, en favor de lo escrito. Por supuesto, con el correr de las décadas esta matriz irá sufriendo modificaciones, traspasando plásticamente el tiempo y sus determinaciones históricas.
Sin embargo, esta matriz de pensamiento y de análisis me pareció totalmente vigente en nuestros días, cuando intentaba pensar ciertos fenómenos de la globalización. La salvedad a hacer es que la ciudad en nuestros días ya es bastión de los poderes hegemónicos, y sus mecanismos para que esa hegemonía se mantenga y no sea cuestionada se juegan a nivel de los medios masivos de información y comunicación. Quizás podríamos llamarla la ciudad mediática.
Los medios aquí y en todos lados, “rediseñan” la ciudad como hecho de discurso: producen zonas de peligro, de exclusión, de marginalidad, instalan peligros inexistentes como latentes y latentes como reales, así como señalan el bienestar y el éxito esperables.
Los medios “rediseñan” el deseo y nuestro decir: nos dicen qué debemos desear, cómo conseguirlo y cómo comportarnos para tener éxito en nuestro cometido. Esta maniobra de homogenización elimina las diferencias, las ataca solapadamente, y nos transforma a todos en seres anónimos, nos deja sin decir propio. Y sin cuerpo propio: nos dice si debemos ser flacos, o gordos, altos o bajos, llenarnos de postizos, tener sexo en la medida y frecuencia indicada, comer lo necesario. A la vez, se fomentan todos los quiebres de las medidas que se quieren imponer: se estimulan los excesos de todo tipo. En la ciudad de hoy no preocupan los excesos en tanto sean meros desbordes que lleven a la errancia, y así se logra garantizar el status quo. Cuando los excesos tienen que ver con el sentido propio de una vida en particular ahí ya la mirada general cambia y esa excepción se cuestiona, se invalida o se rechaza por “anormal”, por fuera de la norma.
En ese punto complejo sitúo a Buenos Aires Anónima: sus historias tratan de plasmar el intento de homogenización a la vez que tratan de ir en contra de ello. Develarlo para superarlo, sosteniéndose en lo particular, hurgando en lo que a cada uno lo hace único.
-¿Quiénes habitan las historias de BAA?
Son seres que transitan los márgenes, que se asoman al abismo que se abre delante de ellos cuando las cosas no son como deberían ser o como ellos las han pensado. Seres que deben dirimir si ese abismo será su salvación o su ruina; la entrada misma en el laberinto o el hallazgo de una salida posible de cierta encrucijada.
Me interesaron personajes que de algún modo intuyen que desoír el llamado del camino propio conduce a la desorientación y a la errancia. Y que a la vez, anticipan que no se sigue el camino propio sin costos, sin dolor.
La ciudad es entonces el ámbito indispensable, el partenaire ineludible de cada sutil movimiento, de cada acto y de cada renuncia al acto también.
-¿Plantea BAA una salida de esa homogenización?
Creo que plantea un movimiento doble: en principio en mi caso, tomar la palabra fue darme una salida. En este sentido BAA no señala una salida, afirma que la hay. Cada quién tendrá que encontrar la suya a su manera.
Sin ir en desmedro de lo dicho, BAA está conformada básicamente por relatos con suspenso, humor, amor y desamor, violencia y otros fenómenos contemporáneos, para leer, imaginar y disfrutar.
Por otro lado, hacer de la palabra un uso que resuene en el ámbito de lo más íntimo, de lo sensual y lo emocional en lo cotidiano, abre el camino de la evocación, de la resonancia. Y si bien no se puede garantizar que eso de por sí implique una salida, ojalá la vuelva deseable.
Entrevista realizada para Letra urbana (www.letraurbana.com)
jueves, 5 de agosto de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
En los medios
Dijo el Heraldo del Oeste, de la ciudad de Luján, de Buenos Aires anónima:
" (...) Relatos e instantáneas urbanas que suman 22 en una obra atrapadora".
" (...) Relatos e instantáneas urbanas que suman 22 en una obra atrapadora".
jueves, 15 de julio de 2010
Y en Madrid!
BAA llegó a Madrid.
Para adquirirlo contactarse por este medio o via facebook en el grupo Buenos Aires anónima.
Para adquirirlo contactarse por este medio o via facebook en el grupo Buenos Aires anónima.
miércoles, 14 de julio de 2010
Más librerías
Se agregan a la lista:
Librería Santa Fe de Cabildo y Gorostiaga
Librería Santa Fe de Callao y Corrientes.
Librería Santa Fe de Cabildo y Gorostiaga
Librería Santa Fe de Callao y Corrientes.
miércoles, 9 de junio de 2010
Se van sumando librerías!
Buenos Aires anónima ya está a la venta en las siguientes librerías de la ciudad:
Librería Santa Fe. Av. Santa Fe 2376 (y Larrea). Venta también por internet.
Librería La Barca. S. Ortiz 3048 (Y Av. Las Heras).
Librería La Crujía. Tucumán 1999.
Librería de Avila. Alsina 500.
Librería Hernández. Corrientes 1436.
Librería Cinco Esquinas. Libertad 1293.
Red del Libro SA. Ferré 2251.(Hasta aquí, todas en C.A.B.A)
Librería Rayuela. Plaza Italia 10 - La Plata
El mundo del Libro. Obispo Trejo 4 . Córdoba
Librería Ross. Cordoba 1347 - Rosario
Libreria El Monje. Alsina 285 - Quilmes
Libreria Betania. Obispo Terrero 3072 d1 - San Isidro
Y en Editorial Dunken (venta directa, telefónica y por internet) y por contacto con la autora.
Librería Santa Fe. Av. Santa Fe 2376 (y Larrea). Venta también por internet.
Librería La Barca. S. Ortiz 3048 (Y Av. Las Heras).
Librería La Crujía. Tucumán 1999.
Librería de Avila. Alsina 500.
Librería Hernández. Corrientes 1436.
Librería Cinco Esquinas. Libertad 1293.
Red del Libro SA. Ferré 2251.(Hasta aquí, todas en C.A.B.A)
Librería Rayuela. Plaza Italia 10 - La Plata
El mundo del Libro. Obispo Trejo 4 . Córdoba
Librería Ross. Cordoba 1347 - Rosario
Libreria El Monje. Alsina 285 - Quilmes
Libreria Betania. Obispo Terrero 3072 d1 - San Isidro
Y en Editorial Dunken (venta directa, telefónica y por internet) y por contacto con la autora.
lunes, 31 de mayo de 2010
Buenos Aires anónima llegó a Israel!
Estimados bloggers: BAA ha puesto un pie en Israel! Gracias a Estela, que lo hizo posible, y a Víctor, por hacerme llegar sus valiosos comentarios.
"Terminé de leer el libro de Leonor: en los relatos hay pinceladas de Sábato, un café , un semáforo ,una plaza , una casa antigua, limitan los misterios de ciudadanos que tienen nombres en una ciudad anónima. El libro es mas largo que sus páginas , hay libertad para que el lector complete con su imaginación las pausas , lo no escrito , y con gran malabarismo los tiempos se mezclan .
Releo , mi pobre y modesta "critica literaria" , y llego a la conclusión que no puedo ser objetivo , este libro es para mi una joya , que recibí de una amiga de Estela. No hay ningun misterio que al recibir un regalo así lo subjetivo vence a cualquier objetivismo erudito.
Un abrazo.
Victor.
(Mis reverencias Leonor, disfruté de la lectura)".
Víctor Rozen (Tel Aviv, Israel).
"Terminé de leer el libro de Leonor: en los relatos hay pinceladas de Sábato, un café , un semáforo ,una plaza , una casa antigua, limitan los misterios de ciudadanos que tienen nombres en una ciudad anónima. El libro es mas largo que sus páginas , hay libertad para que el lector complete con su imaginación las pausas , lo no escrito , y con gran malabarismo los tiempos se mezclan .
Releo , mi pobre y modesta "critica literaria" , y llego a la conclusión que no puedo ser objetivo , este libro es para mi una joya , que recibí de una amiga de Estela. No hay ningun misterio que al recibir un regalo así lo subjetivo vence a cualquier objetivismo erudito.
Un abrazo.
Victor.
(Mis reverencias Leonor, disfruté de la lectura)".
Víctor Rozen (Tel Aviv, Israel).
jueves, 27 de mayo de 2010
Noticias
Buenos Aires anónima ya está a la venta en las siguientes librerías de la ciudad:
Librería La Barca. S. Ortiz 3048.
Librería La Crujía. Tucumán 1999.
Librería de Avila. Alsina 500.
Librería Hernández. Corrientes 1436.
Librería Cinco Esquinas. Libertad 1293.
Red del Libro SA. Ferré 2251.
También en Editorial Dunken y por contacto directo con la autora.
Librería La Barca. S. Ortiz 3048.
Librería La Crujía. Tucumán 1999.
Librería de Avila. Alsina 500.
Librería Hernández. Corrientes 1436.
Librería Cinco Esquinas. Libertad 1293.
Red del Libro SA. Ferré 2251.
También en Editorial Dunken y por contacto directo con la autora.
miércoles, 19 de mayo de 2010
Nuevos comentarios
"Alabo el tono y los colores elegidos (...). Hay en todo el libro una apariencia de docilidad inestable y de falsa impresión que me ha gustado especialmente. Nunca la luz que destilan las páginas es intensa ni definitiva. Los personajes acaban dudando hasta el final y eso les permite seguir viviendo. Nada como la duda para evitar los integrismos.
Alabo la elección del tema:la puta vida y sus mil requisitorias, pústulas, alumbramientos y derrumbes. Alabo la prosa enjuta, servicial, oliendo a oficina, comedor, sala de hospital, sin dispendios, ni amaneramientos.
Alabo particularmente tu capacidad para embeber al lector en el proceso integrador/desintegrador de la historia. En Agujeros negros esa virtud es directa y magistral. En Las cáscaras del equilibrista he creido oler algun aroma de Bioy Casares y eso me ha enternecido. Adoro a Bioy y a Borges y su resonancia, por vaga o ilusoria que parezca me complace.
Alabo la homogeneidad del parto literario de Buenos Aires anónima, que da verosimilitud al proceso creativo, le da autoría, lo expresa como señal de lo que ha de venir. Que ya estoy esperando con impaciencia.
Un abrazo oceánico".
José Félix Escudero (Valencia, España).
"Es que no se que decir. Aun me estoy sobreponiendo...
Mi preferido es "Desaire". Pero eso ya lo sabes pq te lo dije. "La cena" me pareció brutal. "Agujeros negros" inquietante. "Una peligrosa vecindad" (...)me encantó, tiene pinta de corto de cine negro. "las cascaras del equilibrista" te quedó de lo mas House. Cojonudo. El de Goliath... :-) y las instantáneas son el mejor final posible.
Mira... ¿sabes lo único que no me gusta del libro? que se acaba...
Promete que escribirás otro!!!"
Monica Escudero Durán (Barcelona, España).
"Tu libro me ha encantado. Lo leí de una vez, sin casi respirar.Al principio simplemente me gustó. Perfume de Jazmín, A contramano, Una peligrosa vecindad. Relatos cortos, cortados a cuchillo, con un desenlace un tanto abrupto. Esperable pero no esperado. Parecen formar un grupo. Pensé que ese era el estilo. Me gustaron, algunos más que otros, pero mentiría si dijera que provocaron enorme entusiasmo. Y entonces llegué a "Un café y seguimos". Y de algún modo, se rompió el patrón. Eso a mi me encanta. sobre todo en un libro de cuentos. Y de lo roto salió algo que me gustó hasta el entusiasmo.
En ese segundo bloque están los relatos que, en una primera lectura, han sido mis preferidos. Lo expresado y la forma de expresarlo me resultó muy cercano, muy como si leyeras lo que pienso - lo que pensamos ambas, intuyo (...). Insisto, no sobra ni falta nada.
El momento de la verdad me dejó con ganas de más y entonces llegué a Desaire. Y siendo de los más breves, me pareció de los más completos. Redondo. Y de nuevo, simple. Limpio. Ahí ya me negué a dejar de leer. Gorriti, ya te dije, fue como recuperar un recuerdo mío. Si un día; miento, cuando vaya a Buenos Aires, tendrás que llevarme a ver esa casa. E, insisto, si algo hace falta en el mundo de los espíritus es una buena cocina. Los aromas son siempre imprescindibles.
Tu historia sobre la vida marina es casi un cuento zen. Es el único que mi hijo ha leído. Y su opinión sobre el chico que tuvo la idea y luego la negó ..... es absolutamente irreproducible aquí ...
Las cáscaras del equilibrista es quizás de los más complejos, y sin embargo, se sostiene perfectamente a lo largo de un hilo conductor magnífico. Retoma un poco el mundo de Perfume de Jazmín y , sin embargo, son bien distintos. Me quedo con Cáscaras.
Y finalmente, Agujeros Negros y La Cena. Desgranan algo muy primario y a la vez muy complicado. Quizás no seas consciente de lo difícil que resulta escribir tan bien, tan claro, sobre cosas tan complejas, tan básicas, tan inherentes al ser humano. El miedo te acompaña desde la primera palabra de ambos. Y al final, uno te deja una sensación de tristeza. Y el otro .... ni siquiera se como describirlo. Catártico. Brutal, compartir el instrumento de la muerte de la bestia con la otra víctima. Como una limpieza bautismal, como cerrar definitivamente una puerta .... comiéndosela.
Un bulto negro ... es simplemente magnífico. Muy duro. Muy cierto. Muy claro. Muy desprovisto de florituras. Incisivo.
Tus horas sin tiempo me resultaron absolutamente dulces. LLenas de contenidos laterales.
Anónimos y Tentación son un buen colofón para llegar a las Instantáneas. Me gusta más el primero.
Y las Instantáneas ..... algunas son perfectas. Porque hacen honor a su nombre. Me encantan, por ese orden, LLuvia, Felicidad, Noventa y Negrita. Pregunta de niño y Las Islas y el Crucero necesitarán de una segunda lectura. Semáforo es un buen final porque, de algún modo, es suave y amable, como deben ser los finales. (...) Es el tipo de libro que me llevaría a buscar más de la misma autora".
Marta Durán Merino (Barcelona, España)
Alabo la elección del tema:la puta vida y sus mil requisitorias, pústulas, alumbramientos y derrumbes. Alabo la prosa enjuta, servicial, oliendo a oficina, comedor, sala de hospital, sin dispendios, ni amaneramientos.
Alabo particularmente tu capacidad para embeber al lector en el proceso integrador/desintegrador de la historia. En Agujeros negros esa virtud es directa y magistral. En Las cáscaras del equilibrista he creido oler algun aroma de Bioy Casares y eso me ha enternecido. Adoro a Bioy y a Borges y su resonancia, por vaga o ilusoria que parezca me complace.
Alabo la homogeneidad del parto literario de Buenos Aires anónima, que da verosimilitud al proceso creativo, le da autoría, lo expresa como señal de lo que ha de venir. Que ya estoy esperando con impaciencia.
Un abrazo oceánico".
José Félix Escudero (Valencia, España).
"Es que no se que decir. Aun me estoy sobreponiendo...
Mi preferido es "Desaire". Pero eso ya lo sabes pq te lo dije. "La cena" me pareció brutal. "Agujeros negros" inquietante. "Una peligrosa vecindad" (...)me encantó, tiene pinta de corto de cine negro. "las cascaras del equilibrista" te quedó de lo mas House. Cojonudo. El de Goliath... :-) y las instantáneas son el mejor final posible.
Mira... ¿sabes lo único que no me gusta del libro? que se acaba...
Promete que escribirás otro!!!"
Monica Escudero Durán (Barcelona, España).
"Tu libro me ha encantado. Lo leí de una vez, sin casi respirar.Al principio simplemente me gustó. Perfume de Jazmín, A contramano, Una peligrosa vecindad. Relatos cortos, cortados a cuchillo, con un desenlace un tanto abrupto. Esperable pero no esperado. Parecen formar un grupo. Pensé que ese era el estilo. Me gustaron, algunos más que otros, pero mentiría si dijera que provocaron enorme entusiasmo. Y entonces llegué a "Un café y seguimos". Y de algún modo, se rompió el patrón. Eso a mi me encanta. sobre todo en un libro de cuentos. Y de lo roto salió algo que me gustó hasta el entusiasmo.
En ese segundo bloque están los relatos que, en una primera lectura, han sido mis preferidos. Lo expresado y la forma de expresarlo me resultó muy cercano, muy como si leyeras lo que pienso - lo que pensamos ambas, intuyo (...). Insisto, no sobra ni falta nada.
El momento de la verdad me dejó con ganas de más y entonces llegué a Desaire. Y siendo de los más breves, me pareció de los más completos. Redondo. Y de nuevo, simple. Limpio. Ahí ya me negué a dejar de leer. Gorriti, ya te dije, fue como recuperar un recuerdo mío. Si un día; miento, cuando vaya a Buenos Aires, tendrás que llevarme a ver esa casa. E, insisto, si algo hace falta en el mundo de los espíritus es una buena cocina. Los aromas son siempre imprescindibles.
Tu historia sobre la vida marina es casi un cuento zen. Es el único que mi hijo ha leído. Y su opinión sobre el chico que tuvo la idea y luego la negó ..... es absolutamente irreproducible aquí ...
Las cáscaras del equilibrista es quizás de los más complejos, y sin embargo, se sostiene perfectamente a lo largo de un hilo conductor magnífico. Retoma un poco el mundo de Perfume de Jazmín y , sin embargo, son bien distintos. Me quedo con Cáscaras.
Y finalmente, Agujeros Negros y La Cena. Desgranan algo muy primario y a la vez muy complicado. Quizás no seas consciente de lo difícil que resulta escribir tan bien, tan claro, sobre cosas tan complejas, tan básicas, tan inherentes al ser humano. El miedo te acompaña desde la primera palabra de ambos. Y al final, uno te deja una sensación de tristeza. Y el otro .... ni siquiera se como describirlo. Catártico. Brutal, compartir el instrumento de la muerte de la bestia con la otra víctima. Como una limpieza bautismal, como cerrar definitivamente una puerta .... comiéndosela.
Un bulto negro ... es simplemente magnífico. Muy duro. Muy cierto. Muy claro. Muy desprovisto de florituras. Incisivo.
Tus horas sin tiempo me resultaron absolutamente dulces. LLenas de contenidos laterales.
Anónimos y Tentación son un buen colofón para llegar a las Instantáneas. Me gusta más el primero.
Y las Instantáneas ..... algunas son perfectas. Porque hacen honor a su nombre. Me encantan, por ese orden, LLuvia, Felicidad, Noventa y Negrita. Pregunta de niño y Las Islas y el Crucero necesitarán de una segunda lectura. Semáforo es un buen final porque, de algún modo, es suave y amable, como deben ser los finales. (...) Es el tipo de libro que me llevaría a buscar más de la misma autora".
Marta Durán Merino (Barcelona, España)
viernes, 7 de mayo de 2010
Comentarios breves
Un espejo para todos aquellos que alguna vez (o siempre) habitamos la ciudad.
Curiosamente, y de forma imperceptible, nos va devolviendo una imagen de nosotros, que no es exactamente la que esperamos y que nos inquieta. Sin embargo, esa imagen "extraña" nos sirve para darnos un poco más cuenta de como somos realmente, y ... de que nunca nos habíamos pensado de esa manera.
De Ricardo Curti (Madrid, España).
Me lo devoré! Me encantó reconocer esquinas, cuadras, casas y sensaciones de mi barrio. Gracias Leonor.
De Paula Domeniconi (Buenos Aires, Argentina).
Seguiré posteando más comentarios en las próximas entradas.
Curiosamente, y de forma imperceptible, nos va devolviendo una imagen de nosotros, que no es exactamente la que esperamos y que nos inquieta. Sin embargo, esa imagen "extraña" nos sirve para darnos un poco más cuenta de como somos realmente, y ... de que nunca nos habíamos pensado de esa manera.
De Ricardo Curti (Madrid, España).
Me lo devoré! Me encantó reconocer esquinas, cuadras, casas y sensaciones de mi barrio. Gracias Leonor.
De Paula Domeniconi (Buenos Aires, Argentina).
Seguiré posteando más comentarios en las próximas entradas.
lunes, 3 de mayo de 2010
Agradecimiento
Quiero agradecer muy especialmente al fotógrafo oficial de la presentación, sin cuyo esmerado trabajo no hubiera quedado registro fotográfico de tamaño evento.
A pesar de que sus ojos estuvieron permanentemente "empañados", las fotos están preciosas.
GRACIAS DIEGUI!!!!
A pesar de que sus ojos estuvieron permanentemente "empañados", las fotos están preciosas.
GRACIAS DIEGUI!!!!
domingo, 2 de mayo de 2010
Presentación de Buenos Aires anónima (por orden de lectura)
Presentación de Federico Curti.
PRESENTACIÓN DE BUENOS AIRES ANONIMA
1- La dificultad para escribir
Antes que nada, debo decir que cuando Leonor me preguntó si me animaba a hacer un comentario en la presentación de su libro, lo primero que sentí fue un honor y un orgullo muy profundos. Inconciente, le contesté que sí antes de que yo, o principalmente ella, cambiáramos de opinión. Y es que, a pesar de dedicarme al oficio de la escritura, aunque más no sea tangencialmente, me doy cuenta de lo difícil que es escribir. Hacerlo implica exponerse, mostrarse, animarse a compartir un razonamiento, una sensación o un mecanismo de pensamiento que, de otra forma, quedaría inmerso en lo profundo de nuestro ser. Es además, estar dispuesto a ser evaluado, calificado y comparado, muchas veces en una posición desventajosa, porque es mucha más la gente que lee, que la que escribe. Es por todo esto que, quería empezar esta charla diciéndote a vos, Leo, mi hermana, que lo primero que me produjo tener Buenos Aires Anónima en mis manos fue, simplemente, admiración.
2- Road Movies, Road Book.
Entonces, me sumergí en sus páginas. Y a medida que iban pasando los relatos, me iba dando cuenta que tus palabras en el prólogo, en las que hablás de un largo y sinuoso viaje, eran más que precisas. Y creo que así como hay un género de cine llamado Road Movies, en las que sus protagonistas participan de un viaje, con Buenos Aires Anónima estamos en presencia de un verdadero Road Book.
En las Road Movies, los protagonistas casi siempre son dos. En tu libro, también: vos y el lector. Como en las Road Movies, sus protagonistas terminan su recorrido siendo distintas personas de las que originalmente fueron. Y así como en las películas, las dificultades son los disparadores de la trama, aquí también. Porque Buenos Aires Anónima es una detallada crónica de un viaje. Pero nada tienen que ver tu ida a Chile, ni tu vuelta a Argentina, ni las numerosas menciones y referencias a excursiones, vacaciones, mudanzas y viajes de trabajo que aparecen en sus páginas. No, es tu propio viaje interior, el que conciente o inconcientemente decidiste compartir con todo aquel que lo abre.
3- La incomodidad
Sin embargo, este viaje no se transita con liviandad. Porque la primera sensación que uno tiene, apenas comienza a leer Buenos Aires Anónima, es de incomodidad, tenue al principio, pero sostenida y hasta creciente en intensidad, a lo largo de todos sus relatos. Es imposible transitar por Buenos Aires Anónima sin sentirla. No importan las situaciones, los protagonistas o los planteos. La incomodidad es permanente. Puede ser sutil y fluir subterránea por debajo de una situación de lo más cotidiana, como en “Un café y seguimos”; o puede ser declarada y feroz, como en “La hora de la verdad”. La incomodidad está ahí. Y esta coherencia y esta presencia me parecen un hallazgo importante, porque es precisamente lo que nos urge a que sigamos leyendo un relato tras otro, sin poder detenernos siquiera a descansar.
4- La transformación
Y luego sí. Con las instantáneas llegamos a otra instancia, totalmente diferente, en la que los recuerdos y la nostalgia nos acercan un poco de sosiego luego de tanto sacudón. Y la verdad, se agradece que así sea. Con ellas, el vértigo se va y llega un paseo mucho más personal por todo aquello que, me parece, te nombra y te define. Bueno, eso lo sé yo, que te vi y me vi retratado en más de una línea.
Lo que sí queda claro es que con las instantáneas estamos arribando al final del viaje. Un viaje de transformación mutua. Que a mí, particularmente, me dejó pensando en más de una ocasión. Y que a vos te llevó con rapidez pero con seguridad, del psicoanálisis a la literatura. Que te hizo enfrentar tormentas y combatir a los más variados y diversos contratiempos para dejarte finalmente en otro estadío, que supongo desconocías al iniciar este camino. Y que hoy confirmo, te está dando una gran bienvenida.
5- La salida del laberinto
Por último, quiero destacar que no es nada casual que sea un laberinto el que ilustre la portada de Buenos Aires Anónima. Referencia borgeana por excelencia, es también una fuerte metáfora de la ciudad en la que vivimos y que sirve de escenario para la gran mayoría de los relatos. Sin embargo, yo encuentro que el laberinto, que no deja de ser un camino ensortijado, y como tal, es también un viaje, representa aquí ese conjunto de incomodidades, contradicciones, paradojas y angustias que vamos incorporando y procesando a medida que avanzamos por las páginas del libro. Y que finalmente, descubrimos que son justamente su escritura y su edición, los instrumentos que han permitido que, de alguna manera hayas salido de él. Y para finalizar, me gustaría añadir, que tampoco es casualidad la evocación que hacés de esos dos grandes héroes clásicos en “Tentación”. Porque es verdad que Dédalo e Ícaro construyeron su propio laberinto. Pero también fueron capaces de encontrarle una salida. Y es que a veces, la única vía de escape posible de un laberinto es hacia arriba, elevándose del suelo. Y creo que, aunque difícil, escribir es una manera de elevarse.
----------------#############--------------------
Presentación de Estela Cammarota
CUANDO PRESENTAR UN LIBRO ES UNA FIESTA
Ser lectora de libros es lo que me habilita para estar sentada en esta mesa.
Y también −y fundamentalmente− el cariño que siento por Leonor, a la que recientemente conozco, pero a la que admiro por la integridad de su persona y por su trayectoria.
De modo que es un honor para mí el que me haya elegido para participar de esta presentación, como un augurio de las cosas hermosas que seguirán pasando.
Y si bien me toca hablar de la obra, es probable que no pueda despojar mi análisis de sentimientos, pues todo este acto es una circunstancia que me conmueve profundamente.
Voy a focalizar en la palabra. Esa materia prima esencial que Leonor maneja tan especialmente.
Siempre pensé que ser escritor (escritora en este caso) es como ser escultor.
Los escritores tienen el don de tomar la masa gaseosa, sutil, virtual de las palabras, y convertirlas en realidades.
Una realidad que, sin embargo, pertenece a la imaginación, que se constituye en un mundo de fantasía pero que resulta tan cierta, que nos arranca lágrimas y risas, nos hace latir más fuerte el corazón o incluso detenerlo.
Y LEONOR TIENE EL DON.
Pero ella no se conforma solamente con la simple construcción. Ella lo hace de un modo particular. Cuando pulsa el lenguaje, lo hace vibrar tal como haría con las cuerdas de una guitarra, como tensaría el arco de un violín, o golpearía las teclas de un piano: sus frases tienen sonoridad. Les pone ritmos, cadencias… Lo que escribe grita, aúlla, murmura, susurra, estalla… cruje… A veces es capaz de lograr silencio en el espacio ocupado por un montón de palabras…
Intuyo, además, que debe ser muy buena cocinera, pues hay alquimia en la composición. Resulta propia de una persona habituada a disponer de los condimentos, mezclando olores, sabores, texturas… Sus letras tienen aromas de comidas. Ella sabe exactamente cómo lograr la temperatura de la frase, así como seguramente sabe seleccionar el vino para acompañar ese plato…
Sin duda, LEONOR TIENE EL DON.
Sus frases suelen ser breves pero contundentes. Elige tan sutilmente los adjetivos que, en un brevísimo espacio, puede encontrarse la profundidad de un océano.
Fragmenta la cotidianeidad en pequeños trocitos y convierte cada hecho en un asombro particular.
Ella dice, en HORAS SIN TIEMPO, un texto que dedica a Goliath, su gato, a quien le conversa y relata las formas del amor, en un amanecer con dolor de cabeza:
[...] A pesar del taladro pulsátil que tortura mi cabeza esta mañana, lo imagino debajo del agua. Nunca se lo dije pero cuando viene a besarme en bata, recién afeitado y con el calor de la ducha en la piel, es la encarnación de la vida. Ahora se viste. Aunque aún no abro los ojos porque así duele menos, casi adivino con los oídos qué pantalón elige por el rozar de éste con su cuerpo. Cuando se abotona la camisa sólo hay silencio. Sale de la habitación; se escuchan claramente sus pasos. Seguís inmóvil a mis pies. Recién cuando ambos bajen, verás…
Y más adelante:
[…] Te miro y tu mirada me devuelve eternidad de Nilo anochecido, dibujándole orillas firmes al oleaje sin fin. Comienzo a hacer pie de a poco, entre bocanadas de ahogo. Estiro mi mano y te acaricio.
A medida que se angosta el cauce, el taladro pulsátil cede y se pierde en las profundidades recónditas. En ese instante no es más que un reflejo tenue… Luego será por un rato, el recuerdo del reflejo, y finalmente desaparecerá condenado, indigno.
Una vez más, con el ocaso del día, fueron destejidos los hilos de esta vida; vueltos madeja para poder retejerlos.
Te veo dormir acurrucado a mi lado. Me pregunto cuántas veces en la vida tendrá uno la oportunidad de barajar y dar de nuevo.
Abrís un ojo y me maullás.
Sí, claro –sonrío.− Ojalá sean siete.
Me la imagino seleccionando cada palabra con meticulosa prolijidad, igual que cuando habla, en que sus ojos se agitan como si leyera mentalmente las mil posibilidades de decir lo mismo, buscando la más precisa, la que lo exprese mejor.
Pero también me la imagino veloz, certera, exacta, apuntando al centro de la idea.
Yo hice dos lecturas al mismo tiempo: una fue siguiendo el relato, atraída hacia delante por la curiosidad, tratando de saber cómo finalizaba el relato. La otra, retrocediendo en cada frase, con la necesidad de repasar y degustar las puntuales palabras que había utilizado para crear la imagen que me mostraba, tal como si fuera desenvolviendo los caramelos que me terminara de regalar.
Y también, fui evaluando con el rabillo del ojo la sombra del texto impreso, inquietándome al imaginar cómo se las ingeniaría para cerrar el cuento en los restantes apenas cinco o diez renglones.
LEONOR TIENE EL DON de empujar al lector al vértice del punto final, convirtiendo los últimos párrafos en una cornisa que provoca vértigo, y la incertidumbre de no saber a qué distancia se encuentra el suelo firme.
LEONOR TIENE EL DON del misterio, del suspenso, aún de la esperanza…
Y, lo más importante, siento que a lo largo del libro ese DON toma cuerpo y LEONOR, finalmente, SE PARE A SÍ MISMA.
Casi puedo oír cuando respira con todos sus pulmones, se apropia de su vida, se planta casi con prepotencia y afirma: AQUÍ ESTOY. LAS PALABRAS SON MÍAS. HAGO CON ELLAS LO QUE SÉ Y QUIERO.
Ahí, exactamente ahí, es cuando siento que se funda como ESCRITORA y renace.
Por eso, para cerrar, tomo una de sus figuras amadas, la Abuela Elvira −que hoy no podía estar ausente− en la evocación que hace en NEGRITA:
[…] Te fuiste hace tiempo, en paz con la vida y audaz.
Te imaginé como una flor de rocío a merced de la brisa, volando hacia algo mejor.
Inviernos de siesta con tu calor,
Mate de leche y té de cedrón,
Y la piel tersa y negrita
Por veranos de patios al sol.
En mi ser hecho de presencias, todavía los sueños me traen tu voz…
Que llega y me nombra.
Que me dice quién soy.
LEONOR querida, ya todos sabemos quién sos.
Pecado sería que no lo fueras, porque tenés el DON.
SOS LA ESCRITORA. Y esto recién comienza.
Gracias.
PRESENTACIÓN DE BUENOS AIRES ANONIMA
1- La dificultad para escribir
Antes que nada, debo decir que cuando Leonor me preguntó si me animaba a hacer un comentario en la presentación de su libro, lo primero que sentí fue un honor y un orgullo muy profundos. Inconciente, le contesté que sí antes de que yo, o principalmente ella, cambiáramos de opinión. Y es que, a pesar de dedicarme al oficio de la escritura, aunque más no sea tangencialmente, me doy cuenta de lo difícil que es escribir. Hacerlo implica exponerse, mostrarse, animarse a compartir un razonamiento, una sensación o un mecanismo de pensamiento que, de otra forma, quedaría inmerso en lo profundo de nuestro ser. Es además, estar dispuesto a ser evaluado, calificado y comparado, muchas veces en una posición desventajosa, porque es mucha más la gente que lee, que la que escribe. Es por todo esto que, quería empezar esta charla diciéndote a vos, Leo, mi hermana, que lo primero que me produjo tener Buenos Aires Anónima en mis manos fue, simplemente, admiración.
2- Road Movies, Road Book.
Entonces, me sumergí en sus páginas. Y a medida que iban pasando los relatos, me iba dando cuenta que tus palabras en el prólogo, en las que hablás de un largo y sinuoso viaje, eran más que precisas. Y creo que así como hay un género de cine llamado Road Movies, en las que sus protagonistas participan de un viaje, con Buenos Aires Anónima estamos en presencia de un verdadero Road Book.
En las Road Movies, los protagonistas casi siempre son dos. En tu libro, también: vos y el lector. Como en las Road Movies, sus protagonistas terminan su recorrido siendo distintas personas de las que originalmente fueron. Y así como en las películas, las dificultades son los disparadores de la trama, aquí también. Porque Buenos Aires Anónima es una detallada crónica de un viaje. Pero nada tienen que ver tu ida a Chile, ni tu vuelta a Argentina, ni las numerosas menciones y referencias a excursiones, vacaciones, mudanzas y viajes de trabajo que aparecen en sus páginas. No, es tu propio viaje interior, el que conciente o inconcientemente decidiste compartir con todo aquel que lo abre.
3- La incomodidad
Sin embargo, este viaje no se transita con liviandad. Porque la primera sensación que uno tiene, apenas comienza a leer Buenos Aires Anónima, es de incomodidad, tenue al principio, pero sostenida y hasta creciente en intensidad, a lo largo de todos sus relatos. Es imposible transitar por Buenos Aires Anónima sin sentirla. No importan las situaciones, los protagonistas o los planteos. La incomodidad es permanente. Puede ser sutil y fluir subterránea por debajo de una situación de lo más cotidiana, como en “Un café y seguimos”; o puede ser declarada y feroz, como en “La hora de la verdad”. La incomodidad está ahí. Y esta coherencia y esta presencia me parecen un hallazgo importante, porque es precisamente lo que nos urge a que sigamos leyendo un relato tras otro, sin poder detenernos siquiera a descansar.
4- La transformación
Y luego sí. Con las instantáneas llegamos a otra instancia, totalmente diferente, en la que los recuerdos y la nostalgia nos acercan un poco de sosiego luego de tanto sacudón. Y la verdad, se agradece que así sea. Con ellas, el vértigo se va y llega un paseo mucho más personal por todo aquello que, me parece, te nombra y te define. Bueno, eso lo sé yo, que te vi y me vi retratado en más de una línea.
Lo que sí queda claro es que con las instantáneas estamos arribando al final del viaje. Un viaje de transformación mutua. Que a mí, particularmente, me dejó pensando en más de una ocasión. Y que a vos te llevó con rapidez pero con seguridad, del psicoanálisis a la literatura. Que te hizo enfrentar tormentas y combatir a los más variados y diversos contratiempos para dejarte finalmente en otro estadío, que supongo desconocías al iniciar este camino. Y que hoy confirmo, te está dando una gran bienvenida.
5- La salida del laberinto
Por último, quiero destacar que no es nada casual que sea un laberinto el que ilustre la portada de Buenos Aires Anónima. Referencia borgeana por excelencia, es también una fuerte metáfora de la ciudad en la que vivimos y que sirve de escenario para la gran mayoría de los relatos. Sin embargo, yo encuentro que el laberinto, que no deja de ser un camino ensortijado, y como tal, es también un viaje, representa aquí ese conjunto de incomodidades, contradicciones, paradojas y angustias que vamos incorporando y procesando a medida que avanzamos por las páginas del libro. Y que finalmente, descubrimos que son justamente su escritura y su edición, los instrumentos que han permitido que, de alguna manera hayas salido de él. Y para finalizar, me gustaría añadir, que tampoco es casualidad la evocación que hacés de esos dos grandes héroes clásicos en “Tentación”. Porque es verdad que Dédalo e Ícaro construyeron su propio laberinto. Pero también fueron capaces de encontrarle una salida. Y es que a veces, la única vía de escape posible de un laberinto es hacia arriba, elevándose del suelo. Y creo que, aunque difícil, escribir es una manera de elevarse.
----------------#############--------------------
Presentación de Estela Cammarota
CUANDO PRESENTAR UN LIBRO ES UNA FIESTA
Ser lectora de libros es lo que me habilita para estar sentada en esta mesa.
Y también −y fundamentalmente− el cariño que siento por Leonor, a la que recientemente conozco, pero a la que admiro por la integridad de su persona y por su trayectoria.
De modo que es un honor para mí el que me haya elegido para participar de esta presentación, como un augurio de las cosas hermosas que seguirán pasando.
Y si bien me toca hablar de la obra, es probable que no pueda despojar mi análisis de sentimientos, pues todo este acto es una circunstancia que me conmueve profundamente.
Voy a focalizar en la palabra. Esa materia prima esencial que Leonor maneja tan especialmente.
Siempre pensé que ser escritor (escritora en este caso) es como ser escultor.
Los escritores tienen el don de tomar la masa gaseosa, sutil, virtual de las palabras, y convertirlas en realidades.
Una realidad que, sin embargo, pertenece a la imaginación, que se constituye en un mundo de fantasía pero que resulta tan cierta, que nos arranca lágrimas y risas, nos hace latir más fuerte el corazón o incluso detenerlo.
Y LEONOR TIENE EL DON.
Pero ella no se conforma solamente con la simple construcción. Ella lo hace de un modo particular. Cuando pulsa el lenguaje, lo hace vibrar tal como haría con las cuerdas de una guitarra, como tensaría el arco de un violín, o golpearía las teclas de un piano: sus frases tienen sonoridad. Les pone ritmos, cadencias… Lo que escribe grita, aúlla, murmura, susurra, estalla… cruje… A veces es capaz de lograr silencio en el espacio ocupado por un montón de palabras…
Intuyo, además, que debe ser muy buena cocinera, pues hay alquimia en la composición. Resulta propia de una persona habituada a disponer de los condimentos, mezclando olores, sabores, texturas… Sus letras tienen aromas de comidas. Ella sabe exactamente cómo lograr la temperatura de la frase, así como seguramente sabe seleccionar el vino para acompañar ese plato…
Sin duda, LEONOR TIENE EL DON.
Sus frases suelen ser breves pero contundentes. Elige tan sutilmente los adjetivos que, en un brevísimo espacio, puede encontrarse la profundidad de un océano.
Fragmenta la cotidianeidad en pequeños trocitos y convierte cada hecho en un asombro particular.
Ella dice, en HORAS SIN TIEMPO, un texto que dedica a Goliath, su gato, a quien le conversa y relata las formas del amor, en un amanecer con dolor de cabeza:
[...] A pesar del taladro pulsátil que tortura mi cabeza esta mañana, lo imagino debajo del agua. Nunca se lo dije pero cuando viene a besarme en bata, recién afeitado y con el calor de la ducha en la piel, es la encarnación de la vida. Ahora se viste. Aunque aún no abro los ojos porque así duele menos, casi adivino con los oídos qué pantalón elige por el rozar de éste con su cuerpo. Cuando se abotona la camisa sólo hay silencio. Sale de la habitación; se escuchan claramente sus pasos. Seguís inmóvil a mis pies. Recién cuando ambos bajen, verás…
Y más adelante:
[…] Te miro y tu mirada me devuelve eternidad de Nilo anochecido, dibujándole orillas firmes al oleaje sin fin. Comienzo a hacer pie de a poco, entre bocanadas de ahogo. Estiro mi mano y te acaricio.
A medida que se angosta el cauce, el taladro pulsátil cede y se pierde en las profundidades recónditas. En ese instante no es más que un reflejo tenue… Luego será por un rato, el recuerdo del reflejo, y finalmente desaparecerá condenado, indigno.
Una vez más, con el ocaso del día, fueron destejidos los hilos de esta vida; vueltos madeja para poder retejerlos.
Te veo dormir acurrucado a mi lado. Me pregunto cuántas veces en la vida tendrá uno la oportunidad de barajar y dar de nuevo.
Abrís un ojo y me maullás.
Sí, claro –sonrío.− Ojalá sean siete.
Me la imagino seleccionando cada palabra con meticulosa prolijidad, igual que cuando habla, en que sus ojos se agitan como si leyera mentalmente las mil posibilidades de decir lo mismo, buscando la más precisa, la que lo exprese mejor.
Pero también me la imagino veloz, certera, exacta, apuntando al centro de la idea.
Yo hice dos lecturas al mismo tiempo: una fue siguiendo el relato, atraída hacia delante por la curiosidad, tratando de saber cómo finalizaba el relato. La otra, retrocediendo en cada frase, con la necesidad de repasar y degustar las puntuales palabras que había utilizado para crear la imagen que me mostraba, tal como si fuera desenvolviendo los caramelos que me terminara de regalar.
Y también, fui evaluando con el rabillo del ojo la sombra del texto impreso, inquietándome al imaginar cómo se las ingeniaría para cerrar el cuento en los restantes apenas cinco o diez renglones.
LEONOR TIENE EL DON de empujar al lector al vértice del punto final, convirtiendo los últimos párrafos en una cornisa que provoca vértigo, y la incertidumbre de no saber a qué distancia se encuentra el suelo firme.
LEONOR TIENE EL DON del misterio, del suspenso, aún de la esperanza…
Y, lo más importante, siento que a lo largo del libro ese DON toma cuerpo y LEONOR, finalmente, SE PARE A SÍ MISMA.
Casi puedo oír cuando respira con todos sus pulmones, se apropia de su vida, se planta casi con prepotencia y afirma: AQUÍ ESTOY. LAS PALABRAS SON MÍAS. HAGO CON ELLAS LO QUE SÉ Y QUIERO.
Ahí, exactamente ahí, es cuando siento que se funda como ESCRITORA y renace.
Por eso, para cerrar, tomo una de sus figuras amadas, la Abuela Elvira −que hoy no podía estar ausente− en la evocación que hace en NEGRITA:
[…] Te fuiste hace tiempo, en paz con la vida y audaz.
Te imaginé como una flor de rocío a merced de la brisa, volando hacia algo mejor.
Inviernos de siesta con tu calor,
Mate de leche y té de cedrón,
Y la piel tersa y negrita
Por veranos de patios al sol.
En mi ser hecho de presencias, todavía los sueños me traen tu voz…
Que llega y me nombra.
Que me dice quién soy.
LEONOR querida, ya todos sabemos quién sos.
Pecado sería que no lo fueras, porque tenés el DON.
SOS LA ESCRITORA. Y esto recién comienza.
Gracias.